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jueves, 24 de noviembre de 2022

PERSIMON, UN CAQUI CON TRUCO 

¿Conoces los caquis? ¿los consumes habitualmente? Lo mismo hasta has escuchado que los caquis que se venden ahora no tienen nada que ver con los de antes y que ahora se llaman Persimon.

Yo misma hasta hace bien poco directamente no los consumía porque los consideraba un fruto blando y poco atractivo a pesar de no haberlos probado siquiera. Pero un buen día di ese paso y la sorpresa fue mayúscula: carne firme y sabor suave, ni demasiado dulce ni astringente.

Y es que el caqui constituye un buen ejemplo de un alimento adaptado a las demandas de los consumidores mediante técnicas de mejora agrícola, mejora genética y manipulación postcosecha. Eso ya de por sí es mérito suficiente como para que lo cuente en este blog, pero es que además justo ahora está de temporada, y lo mismo estabais necesitando el empujón de esta entrada para animaros a probarlo. 

El fruto del caqui es una baya con una forma cuadrangular muy característica. El cáliz, esa especie de "hojas" duras que tiene en la base, no se elimina porque es imprescindible para que cuaje el fruto ya que produce una hormona vegetal (citoquinina) que controla el proceso. Fuente: Webarts/Pixabay


Empecemos por el principio

El caqui es una fruta dulce y carnosa producida por un árbol (Diospyros kaki) originario de China y Japón, donde se cultiva desde el siglo VIII. Según los registros aparece en Europa en el siglo XVII, particularmente en el área mediterránea donde las condiciones agroclimáticas eran más propicias. Al continente americano (California y Brasil) llegó más tarde, sobre todo durante el siglo XX, gracias a los emigrantes procedentes de países asiáticos.

¿Sabías que el árbol que produce el caqui pertenece a la familia del ébano (Ebenaceae)? Aunque reciba el nombre de palosanto y su madera negra y pesada se utilice, no confundir con otra que se llama igual, es también oscura pero mucho más pesada y procede de Sudamérica.

Al árbol del caqui le gustan los climas cálidos de inviernos suaves. Necesita acumular pocas horas-frío (100 en concreto) comparadas con las que requieren otros frutales para florecer) y coherentemente tarda en brotar porque necesita bastantes grados-día (simplificando mucho, necesitan acumular calor). El cultivo del caqui se adapta muy bien a las condiciones del área mediterránea y en España su crecimiento ha sido espectacular; el caqui se produce sobre todo en la Comunidad Valenciana (la variedad “Rojo Brillante”) y algo en Andalucía (la variedad “Triumph” comercialmente conocida como “Sharoni”). 


Para que el caqui madure los veranos deben ser largos y cálidos, y es incluso normal que la hoja caiga antes que el propio fruto. Imagen de 刚 吴 en Pixabay


La domesticación consiste en perder y ganar

A partir de las primeras introducciones procedentes de Asia, en la cuenca mediterránea se fueron desarrollando una serie de variedades autóctonas adaptadas a las distintas zonas de cultivo, a partir de mutaciones espontáneas y la mejora genética que fue realizándose a través de su cultivo mediante semillas. 

Como cualquier especie vegetal comestible, con la domesticación se van desarrollando distintas variedades cada una con sus características propias. En el caso del caqui existen más de 2.000 variedades en el mundo, y, simplificando bastante se dividen en "astringentes" y "no astringentes"

Las astringentes son las originales, que se consumían tradicionalmente rojos, dulces... y muy blandos. Las variedades no astringentes proceden en su inmensa mayoría de Japón, pueden comerse sin esperar a que maduren, y aunque en general son menos dulces, se cultivan y consumen en medio mundo.


¿Qué tienen en común el plátano y el caqui Persimon? Piensa un poco, son frutas a las que les falta algo. Pues sí, las semillas. Aunque las flores del caqui original se fecundaban gracias a polinizadores, y en general en muchos frutos una adecuada polinización asegura la formación del fruto, esta especie puede cuajar partenocárpicamente. Este palabro procede del griego (parthenos es doncella y karpos es fruto), y se refiere a una manera de producir frutos sin que haya fecundación del ovulo. Eso significa que no se forman semillas, algo que los consumidores valoran cada vez más. Fuente: Serious Eats.
  

 Realmente el proceso botánico por el que una fruta pequeña, llena de semillas y astringente acaba compitiendo con las mandarinas en el anaquel de la frutería es suficientemente complicado como para explicarlo aquí. Quedaros con que, a cambio de ser cultivada por muchos rincones del mundo, esta fruta ha perdido sus semillas, su astringencia y parte de su dulzor.

 

¿Qué es la astringencia? 

La astringencia es una sensación de deshidratación y contracción de la lengua, que provoca esa desagradable sensación áspera en la boca. Se debe a la presencia de taninos, sustancias producidas por las plantas para evitar ser comidas. Aparte de tener un sabor amargo, son capaces de coagular algunas proteínas, entre ellas la mucina presente en nuestra mucosa bucal. 

Los taninos están presentes en el vino (tanto en las semillas, piel y rabito de las propias uvas como en la madera de las barricas donde reposa), en frutos como el membrillo, la granada (especialmente en la corteza), las nueces y nuestro protagonista el caqui. El té y el chocolate también tienen taninos y al añadir leche estos se hacen insolubles y ya no molestan. 

Las variedades astringentes de kaki presentan tal cantidad de taninos que es necesario esperar a que el fruto esté sobremaduro, ya que en ese momento estas molestas moléculas se vuelven insolubles y ya no se perciben al consumirlas. En las variedades no-astringentes estos taninos están presentes en la pulpa en su forma insoluble, por lo que se pueden consumir sin problema. 

 

Entonces, ¿cómo nos libramos de la astringencia ?

La astringencia quitaba al caqui gran parte de su atractivo. Para muchos consumidores porque cuando el fruto alcanza el punto de madurez en el que pierde la astringencia, está demasiado dulce y demasiado blando. Para agricultores y distribuidores esta circunstancia también supone un problema, ya que en ese estado la fruta es difícil de manejar, transportar y comercializar.

Si habéis llegado hasta aquí estaréis pensando, ¿y por qué no cultivamos aquí directamente los caquis japoneses no astringentes? Buena pregunta. Pues porque a pie de campo y de almacén las cosas no siempre son tan fáciles. Hay proyectos de introducción de otros cultivares de caqui que persiguen varios objetivos: que se puedan comercializar sin necesidad de “procesar” el fruto, alargar la campaña de venta y diversificar la oferta en España, actualmente muy concentrada en una sola variedad. Pero, para ello, es necesario evaluar tanto el comportamiento agronómico de estas variedades en nuestras condiciones de cultivo y como el comportamiento poscosecha que permita llegar al supermercado con la calidad necesaria.  

En España ya teníamos una variedad autóctona de caqui, el "Rojo Brillante" que al surgir por mutación espontánea de otra variedad local estaba perfectamente adaptada a la comarca de la Ribera del Xúquer (Valencia). Pero tenía el pequeño problema de ser de las astringentes, así que a mediados de los años 90 unos científicos valencianos, hicieron una visitaron a unos colegas israelies que veinte años antes habían desarrollado un método postcosecha para eliminar la astringencia de una variedad local de caquis particularmente dulce que se cultivaba allí, el “Sharon”. A la vuelta probaron a hacer lo mismo con el “Rojo Brillante” y lo consiguieron. 

Básicamente la idea en concreto era estimular la evaporación de los taninos sin que el resto de la fruta tuviese que madurar a la vez, y eso se conseguía exponiéndola al etanol (es decir a alcohol). Este efecto se consigue igualmente en un ambiente sin oxígeno, y hoy en día lo que se hace a nivel comercial es poner los frutos en cámaras en las que el dióxido de carbono (CO2) desplaza al oxígeno.  



Entonces, el Persimon, ¿qué es?

Gracias a la aplicación de las técnicas para eliminar ya era posible consumir los caquis astringentes cuando aún están duros. Este hecho confundió a algunos consumidores, algunos de los cuales llegaron a pensar que se trataba de un cruce con otras frutas de carne firme, como la manzana o incluso que se trata de una fruta transgénica.

Nada más lejos de la realidad. Simplemente tenemos una misma variedad – Rojo Brillante - de caqui que se puede consumir de dos formas distintas. Para facilitar la tarea al consumidor se creó la marca comercial registrada Persimon®, que identifica al kaki de carne firme al que se le ha aplicado el proceso para eliminar la astringencia. En contraposición se empezó a utilizar el concepto comercial “Classic” para referirse al caqui tradicional, del que por cierto sigue existiendo cierta demanda en los mercados de proximidad.

¿Sabías que prácticamente el 99% del caqui que se vende actualmente en España es la variedad “Rojo Brillante” a la que se ha eliminado la astringencia? Lo que viene siendo el Persimon. 

Cómo diferenciar un caqui “Persimon®” de Classic. Aparte de que el primero muy posiblemente venga con pegatina o identificado en su envase, hay varias pistas muy evidentes. Por su aspecto exterior: Persimon tiene una consistencia dura y color anaranjado mientras que Classic es blando y de color rojo intenso. Esto se debe al momento de recolección: el Persimon se recolecta sin madurar o semi maduro, mientras que el Classic se recolecta bien maduro. Una vez abierto, la carne del Persimon es dura y firme y de sabor suave, que puede recordar a un albaricoque o un melocotón, mientras que la del Classic es carne blanda, gelatinosa y con un sabor muy dulce. Fuente de la imagen.
 

 

Consejos de consumo 

Como no podía ser de otra manera os dejo unas pocas ideas para que aprovechéis al máximo la temporada del caqui.


En España el caqui está en plena temporada desde principios de octubre hasta finales de enero. Al iniciarse la campaña de recolección es normal que el kaki mantenga una zona verde alrededor del cáliz. Si la fruta tiene más superficie de color verde que anaranjada, seguramente estará todavía inmaduro. 

 

El kaki es una fruta muy sensible, el roce de las ramas y hojas durante el periodo de crecimiento del fruto es más que suficiente para que aparezcan defectos superficiales sobre la piel de la fruta en forma de pequeñas heridas o roces. Es también habitual encontrar zonas pardeadas debajo de la piel, pero no te preocupes porque no afecta en nada a la calidad del fruto. 

De todas maneras, cuando estés en una tienda, si el kaki se vende a granel, intenta manipularlos lo menos posible, ya que con el toqueteo fruta acaba muestre peor aspecto. Todo sea para evitar el despilfarro de alimentos.


Los “Persimon”, al estar listos para consumir, se pueden dejar algún tiempo en el frutero si te gustan más maduros; pero no esperes a que se hagan totalmente blandos, lo unico que conseguirán es perder calidad con el tiempo. Si eres aficionado a los caquis clásicos y tienes algo de prisa, puedes ponerlo junto a manzanas o plátanos para acelerar el proceso de maduración. No es aconsejable guardar los kakis en la nevera. 

 

Si se diera el caso que os habéis hecho con caquis todavía astringentes, se puede eliminar de manera casera, guardándolos en un recipiente bien cerrado pero expuestos a una bebida alcohólica. Es un proceso sencillo, química pura, pero si no quieres perder el tiempo, asegúrate que la variedad utilizada es de las que se le puede eliminar la astringencia.

 

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viernes, 20 de octubre de 2017

¿POR QUÉ ALGUNOS VEGANOS NO QUIEREN COMER HIGOS?


Porque si los higos son frutas, ¿qué problema hay?. Pues que hay un pequeño ser que le va a fastidiar el postre a los veganos y las veganas más recalcitrantes y desinformados y desinformadas. Pero para eso está el blog, para desvelar la intrincada vida sexual de algunas especies agrícolas y ganaderas (de hecho estoy pensando dedicarle una sección especial...se admiten sugerencias) y para que la gente, independientemente de la dieta que siga, compre informada y disfrute de los alimentos.
 

 

La avispilla de la higuera
 

Mucho antes de ser domesticadas por el hombre, hace unos 60 millones de años, las higueras silvestres y una familia de avispas diminutas, establecieron una íntima relación de mutua dependencia, en la que la higuera ofrecía un sitio inmejorable a la avispa para sacar adelante a su descendencia a cambio de que le ayudara con la polinización de sus flores. Si, la higuera tiene flores, las tiene metidas en un saco llamado sicono que acabará convirtiéndose en lo que todos conocemos como higo; en esta entrada te lo cuento

Se trata de un caso típico de simbiosis en el que ambas especies se benefician mutuamente, y evolucionan conjuntamente para asegurar el futuro de esa relación.  
¿Sabías que cada una las distintas especies de avispillas que forman la familia Agaonidae está especializada en polinizar una especie de higuera en concreto?
La Blastophaga psenes poliniza al higo común. Fuente: van Noort, S. & Rasplus, JY. 2017. Figweb: figs and fig wasps of the world. www.figweb.org (Accessed on <20-10-2017>).
 La curiosa relación entre higos y avispas 

¿Quieres saber en qué consiste? Pues presta atención porque no resulta fácil de explicar. A ver si lo consigo ayudándome de esta imagen.

Una imagen vale más que mil palabras.Texto traducido a continuación. Tomado de la Enciclopedia Británica.


¿Sabías que las flores de las higueras maduran en momentos diferentes para evitar la autopolinización?


(1). Una avispa hembra cubierta de polen, atraída por el olor que desprenden las flores femeninas, entra en el higo a través del ostiolo. Este es un agujerito muy pequeño, el bicho también lo es y está adaptado a hacerlo, aunque perderá las alas en el proceso.
 

(2). Dentro del higo encontrará flores masculinas cargadas de polen y flores femeninas. La avispa se dirige a las flores femeninas para poner los huevos en su interior utilizando su ovopositor (una especie de aguja que les sale del abdomen) y en el proceso poliniza el resto de flores femeninas con el polen, procedente de otro higo, que lleva pegado a su cuerpo.
 

(3). Las flores que recibieron los huevos de la avispa van desarrollando una estructura tipo agalla que protege a las larvas, mientras que las que recibieron polen formarán las futuras semillas. El futuro higo es generoso y aporta nutrientes para el desarrollo de las larvas y de las semillas.

(4). Llegado el momento las larvas comenzarán a salir de su cunita floral. Primero lo hacen los machos, a los que la naturaleza les ha dado un papel poco atractivo en esta historia. Pequeños, ciegos, sin alas, antenas o bonitos colores, su primera misión será encontrar a las hembras, a las que fecundan justo antes de salir del huevo. La segunda será cavar un agujerillo a través de la pared del higo para que puedan salir las chicas, ellos se quedarán dentro y morirán sin ver la luz (6).
 

(5). Las larvas femeninas, convertidas en avispas salen de su agalla unos días después, justo cuando maduran las flores masculinas. Salen al exterior provistas de antenas, alas y un sentido del olfato que les permitirá buscar nuevos higos receptivos. Van cargadas también con el polen de las flores masculinas que había en el interior de su higo-guardería (7). 


He aquí a una sufrida pareja que bien podria ser la protagonista de esta historia. La avispilla Pleistodontes imperialis asociada a la higuera australiana Ficus rubiginosa Como veis, son realmente pequeños. Tomado de aquí.
Una vez las hembras han polinizado las flores, se desencadena el proceso de maduración del higo: cambia de color y se hace atractivo para infinidad de animales que se alimentarán de el - aves, murciélagos, monos, ser humano - ayudando a la higuera a dispersar las semillas.
 

Todo este proceso, que dura de 3 a 20 semanas, se ha ido perfeccionando durante miles de años en higueras silvestres, muchas de ellas habitantes de la selva. Podéis verlo en este documental de la BBC.
 



¿Sabías que existen cerca de 755 especies de higueras en todo el mundo?

Higueras silvestres y domésticas
Dejemos de lado por un momento a las avispillas para centrarnos en las higueras, concretamente las de nuestro entorno mediterráneo:  Ficus carica y su parientes silvestres, Ficus carica caprificus también llamados cabrahígos, higueras machos o locas, principalmente porque dan frutos no comestibles.

Estas higueras presentan a lo largo del año tres tipos de inflorescencias: las mamas, los prohigos y los mamones. En ellas hay flores masculinas y dos tipos de flores femeninas: unas con de estilo (la parte alargada del órgano femenino) corto y otras de estilo largo. La diferencia de longitud entre los estilos es de un triste milímetro, lo suficiente para que la avispa llegue con su ovopositor al fondo de las flores y pueda dejar su puesta, o que no llegue y se limite a polinizarlas con el polen que lleva encima.
 

Si, ya sé que está en inglés, pero los dibujos ayudan bastante a entender este enredo de flores. style=estilo / male= masculino / female = femenino / caprifig = cabrahigo / edible fig= higo comestible.

Las avispillas pasan el invierno hibernando en el interior de las mamas. De ahí salen dispuestas a reproducirse y buscan los prohigos. En su interior ocurre el proceso que ya hemos descrito, y de él sale la hembra con sus huevos y cargadita de polen. Pueden entonces ocurrir dos cosas: que encuentre un mamón y continúe el ciclo en la higuera silvestre, o que encuentre un higo de higuera doméstica. 

Esta segunda posibilidad es la que menos le interesa a la avispa, ya que las higueras cultivadas hacen trampa, sólo tienen flores femeninas de estilo largo, justo las que serán polinizadas por la avispilla sin que esta obtenga nada a cambio.

Avispa entrando en un higo
Y es que el hombre parece empeñado en romper esta relación de milenios, ya que ha favorecido mediante su cultivo a las higueras "tramposas" y a las que pasan de las avispillas porque no las necesitan para nada. En concreto hay tres tipos de higueras cultivadas según su relación con las sufridas avispillas

 - Las higueras "turcas" o "griegas" (variedad Smirna o Zmir). Para que se desarrollen sus frutos necesitan de la presencia cercana de cabrahigos con su correspondiente legión de avispillas.
 

    Para asegurar la cosecha, el hombre cuelga de la higuera unas ramas de cabrahigo que con sus correspondientes flores. A esta práctica se llama cabrahigar o caprificación, y ya la practicaban los griegos, grandes aficionados a este fruto.

¿Sabías que los higos obtenidos por caprificación son más grandes, tienen una pulpa de color más intenso y están más sabrosos?. Por esta razón es importante conservar especímenes de cabrahigos como recurso fitogenético. 

Siconos de cabrahigo. Fuente: Joan Rallo/ El Mundo

 - Las higueras intermedias o de San Pedro, curiosamente no necesitan la ayuda de  las avispas polinizadoras para desarrollar las brevas, pero sí que la necesitan, al menos en algunas regiones, para obtener los higos.
 

 - Las higueras comunes o autofértiles, que son la inmensa mayoría de las variedades cultivadas. Son capaces de desarrollar el fruto sin necesidad de recurrir a la polinización, recurriendo a un truquillo ciertamente feminista de la naturaleza, la partenocarpia/partenogénesis. Algún día hablaré de él, pero quedaos con que explica por qué los plátanos no tienen semillas o porqué el rosal se te puede infestar de pulgones de un día para otro.

Estas higueras dependen del hombre para reproducirse, y este lo hace utilizando esquejes.

¿Con bicho o sin bicho?  

Los más avispados os habréis preguntado, ¿y qué pasa con la hembra una vez ha realizado su misión dentro del higo?, ¿vuelve a salir o me la estoy comiendo?. Pues ni una cosa ni la otra.  

Higo con avispas dentro. Tomado de esta página, que a su vez lo tomó de aquí.

Para todos aquellos preocupados por el destino de las avispillas, y sus larvas, termino la entrada explicando por qué podéis comer higos tranquilamente.
 

Efectivamente los higos turcos son la "tumba" de nuestras avispillas. Los machos no se libran, y las hembras tampoco. Una vez ha cumplido su misión no volverán a salir del higo porque la naturaleza lo ha previsto así; de hecho la hembra pierde las alas al entrar por el ostiolo porque realmente no volverá a necesitarlas. Pero nosotros no nos la comemos, porque antes lo hace el propio higo, que segrega una enzima proteolítica (que rompe las proteínas), la ficina, capaz de desintegrar a la pobrecilla avispa. Por si acaso, es habitual escaldar los higos de estas variedades para evitar sorpresas desagradables. 

Respecto a los higos autofértiles, en el hipotético caso de que apareciera una avispilla confundida procedente de un cabrahigo silvestre (que con el ritmo destructor de biodiversidad que llevamos resulta cada vez más difícil) y se metiera en el higo, la pobre correría la misma suerte.
 

Una vez aclarado tan fascinante asunto, ¡ buen provecho !.
 

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DE HIGOS Y BREVAS (24/08/2017). Indispensable si quieres entender mejor el ciclo de la higuera. Y poder reconocer cuándo un higo está en su punto.

Y si eres de los que te gusta comprar la fruta en su punto, seguro que esta entrada te interesa: ABECEAGRARIO: MADURACION  

Lo he mencionado en el texto, y es un frutal que también tiene una historia interesante. La puedes descubrir en LA VIDA SECRETA DEL PLATANO
 

Esto del ciclo de la avispa y las flores de la higuera es un verdadero galimatías. Si te has quedado con ganas de más, tienes tiempo y sabes inglés, lo mismo esta página te acaba de aclarar el asunto.

jueves, 28 de septiembre de 2017

ABECEAGRARIO: GRANADA

Toca la letra G, están ahora en plena temporada, en España se nos da muy bien producirlas e incluso hemos celebrado recientemente el IV Congreso Internacional de la Granada.

Así que tenemos motivos de sobra para hablar de ese fruto sabroso y peculiar, tan metido en nuestra cultura que lo mismo da nombre a una ciudad que a una operación policial contra la corrupción: LA GRANADA
Ahí van dos palabros raros que lo mismo te sirven para ganar al Trivial. El fruto de la granada se denomina botánicamente "balausta" y esas dichosas laminillas amarillentas que se pegan a los granos, se llaman "tastanas".
 Una fruta muy simbólica

La granada es la fruta del granado (Punica granatum), un arbolito originario de las regiones áridas de Oriente Próximo y Asia occidental. Se cree que los cartagineses introdujeron el granado en la región mediterránea a raíz de las guerras púnicas, de ahí su nombre. Sin embargo, fueron los árabes los que la introdujeron en España.  
 
La granada es considerada un símbolo del amor y de la fecundidad para muchas culturas. Está presente en el mito griego de Perséfone, que explica el origen de las estaciones. Se considera también uno de los árboles «bíblicos», junto con la vid, el olivo o la palmera, y también se cita en el Talmud y el Corán. 

La granada es un elemento decorativo característico de la cerámica de Fajalauza, de origen morisco.
¿Sabías que hay tres tipos de granado: las variedades silvestres, las de jardinería y las cultivadas ? las silvestres tienden a ser arbustos espinosos, con frutos pequeños y de semillas ácidas. Las de jardinería son también pequeñas y producen muchas flores muy vistosas. Las cultivadas son más grandes, y dan frutos grandes con semillas dulces.
El cultivo del granado

El granado es un árbol relativamente fácil de cultivar. No le gusta mucho el frio, por lo que se desarrolla mejor en zonas con clima tropical o subtropical. En ellas se obtienen los mejores frutos, ya que hace calor justo cuando están madurando, que es lo que necesitan las granadas.
 

No es especialmente exigente en cuanto a suelos, aunque los prefiere húmedos y profundos. De todas maneras, como buen árbol originario de zonas calurosas tolera la sequía y medra bien en suelos difíciles (por salinidad, clorosis férrica o caliza activa) e incluso hace innecesario recurrir a injertos

Al ser poco exigente ha podido viajar a distintas regiones de Europa, Asia y América. Así, tenemos cultivos de granada en Afganistán e Irán, sus lugares de origen, con variedades especialmente perfumadas y sabrosas, y cultivos más modernos e intensivos en Israel, Brasil y California. 

En España se empezó a cultivar la granada en serio en el siglo XIX, y actualmente estamos entre los principales productores del mundo y somos el mayor exportador europeo. Principalmente se produce en Alicante, Murcia y Andalucía.  
Plantación de granados en Albatera (Alicante).
Fuente: Philmarin - Own work, CC BY-SA 3.0.
 La mayor parte de nuestra producción se destina al consumo en fresco y a la exportación (alrededor del 70%). Del 30% restante que nos quedamos, sólo una pequeña parte se destina a hacer zumos.

Granadas para comer y para beber

En el mundo se han descrito más de 500 variedades de granados que se pueden clasificar por diversos criterios; quizás los dos más importantes sean la acidez de los granos y por la dureza de las semillas o "piñones" contenidas en los granos. 

En España tenemos dos importantes variedades de gran calidad para consumo en fresco, las "Mollares" y las "Valencianas". Las "Mollares" se recolectan desde mediados de septiembre hasta primeros de noviembre. Las "Valencianas" son más tempranas, se recolectan desde mediados de agosto hasta finales de septiembre. Aunque son peores que las mollares se pagan mejor por ser las primeras de la temporada, igual que ocurre con las brevas.

La granada mollar de Elche tiene Denominación de origen. Es una variedad propia de la zona, mejorada durante años por los agricultores. El color de la cáscara varía desde el amarillo crema al rojo y sus granos tienen un intenso color rubí debido en parte a la restricción de agua al final de la maduración. Fuente: DOP Granada Mollar de Elche - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0,
 También se cultiva la variedad Wonderful que, aunque minoritaria en España, es una de las más cultivadas en el mundo y se destina a la obtención de zumos, ya que es de granos agrio o agridulde y de piñón duro.

Lo que hay que saber para comer una buena granada

1. Cuándo comprarla
 

Es una fruta típica de temporada, y esta dura poco. Aunque algunas variedades tempranas y tardías se recolectan en agosto y diciembre, la granada está en su mejor momento desde mediados de septiembre hasta mediados de noviembre.

¿Sabías que las granadas no se recolectan todas de una vez? Al ser la floración escalonada, los frutos no maduran todos a la vez, y resulta necesario dar dos o tres pases.

La granada se debe recolectar antes de que madure completamente, si se deja demasiado tiempo en el árbol acaba rajándose y abriéndose. También se pueden abrir antes de tiempo por desequilibrios hídricos. Fuente: dfespi.

2. El aspecto
 

La granada ideal tiene la piel dura y tersa, de color vivo y con matices marrones. La presencia de grietas de crecimiento o grandes manchas oscuras delatan una insolación excesiva, también llamada "albardado", que provoca un sabor agrio de los granos que se sitúan justo debajo. Las arrugas en la piel indican una recolección demasiado temprana o que el fruto es "viejo" y empieza a perder agua.
 

3. Cómo conservarla
 

Su gruesa piel es su mejor envase. Permite que resistan bien durante el transporte y almacenarlas durante bastante tiempo. De todas maneras, si nos hemos hecho con unas buenas granadas no vamos a estropearlas: se pueden mantener a temperatura ambiente durante varios días, pero si no las vamos a consumir inmediatamente, mejor guardarlas en el frigorífico, para alargar su vida útil unas tres semanas. Eso sí, cuidado con el frio, no olvides que son frutas tirando a tropicales y el frio en exceso no les sienta bien.
 

4. Y ¡ A comer !
 

Hay varias maneras de sacar las pepitas de la granada, a mi la que mejor me funciona es esta.
El 'brécol' de las frutas
 

A la granada se le conocen desde muy antiguo diversas propiedades medicinales: para problemas digestivos, para combatir lombrices intestinales y por sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias. La ciencia actual ha identificado y ha aprendido a utilizar todas las sustancias responsable de esas propiedades: taninos, antocianinas y antioxidantes fenólicos que están presentes en la cáscara, los frutos y sus semillas, e incluso en la raíz del árbol.
¿Sabías que la corteza es tan rica en taninos que en otros tiempos se utilizaba para curtir cuero? 
De las flores y la cáscara del fruto se obtiene un tinte rojo. Fuente: Habib M’henni / Wikimedia Commons - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,

Pero últimamente parece que la granada es la "superfruta" de moda, elevada a los altares de la "supernutrición" junto a un colega de la huerta, el brécol. Hasta tal punto que su sola presencia en batidos, bebidas o menjunjes "detox" varios, justifica que estos te cuesten dos y tres veces más que una sencilla granada.

Si consideramos además que no es necesario atiborrarnos a diario de antioxidantes ni vitaminas, y que la inmensa mayoría de los productos comercializados de este estilo se elaboran a partir de zumos de granada concentrados a granel, producidos a miles de kilómetros, yo casi que te aconsejaría que si te apetece tomar granada, tómatela fresca y aprovecha ahora que están de temporada, tu salud, tu bolsillo y tu paladar te lo agradecerán.

 
Ah, se me olvidaba. En inglés se dice pomegranate

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¿Que que es un injerto y para qué sirve?, aquí te lo explico: ABECEAGRARIO: INJERTO 

La granada es una fruta no climatérica, ¿y eso que es?. Consúltalo en ABECEAGRARIO: MADURACIÓN, que te va a interesar.

Otras frutas y verduras con las que conviene usar la nevera con cuidado son el aguacate, el mango o el tomate. En DESCUBRIENDO EL MANGO , TIEMPO DE AGUACATES y UNA CONVERSACION ENTRE DOS TOMATES podrás saber más sobre ellas.

jueves, 24 de agosto de 2017

DE HIGOS Y BREVAS

Ya estamos en plena temporada, y como todos los años, surgen la misma pregunta: ¿Qué son antes, los higos o las brevas?. Pues bien, ya iba siendo hora de responderla en mi blog, y así aprovecho para contar alguna y alguna curiosidad mas, que este árbol tiene unas cuantas. 
 

De Louisa Hatzidaki en Los árboles invisibles .


Algunas cosillas sobre la higuera para ir abriendo boca
 

Según mi guía de árboles, la higuera (Ficus carica), es un arbusto o arbolillo", pero las que tengo en mente, y sobre todo la que crece en mi patio no me parecen precisamente pequeñas, pero bueno, dejémoslo en que es un árbol de pequeño porte.
 

Es de hoja caduca, algo curioso tratándose de una especie que tiene muchos parientes en zonas de clima tropical, donde perder todas las hojas no resulta muy competitivo.
 

Nuestra higuera, la que todos conocemos, procede de Oriente Medio y sus frutos formaron parte de la dieta de nuestros más lejanos antepasados. Los higos eran muy apreciados por las antiguas civilizaciones mediterráneas; de hecho se cree que fueron fenicios y griegos los que difundieron su cultivo. Haciendo gala de esos orígenes, es un árbol tremendamente resistente a la sequía, muy poco exigente en suelos y en labores en general. 

¿ Sabías que la higuera se considera como una de las primeras plantas que fue cultivada por la humanidad?. Hay evidencias de su consumo y cultivo desde el Neolítico.
 

A la higuera le gusta crecer en un lugar soleado pero con agua cerca, ya lo dice el refrán "La higuera, al pie el agua y al sol la cabeza".
 

El higo es el fruto de la higuera, hasta aquí todos de acuerdo, ¿no?.
 

Pues no. Bueno, al menos desde el punto de vista botánico. Si, ya sé que últimamente os estoy dando mucho la tabarra con tanta botánica, pero cuando se habla de agricultura a veces es inevitable.
 

Para que haya fruto tiene que haber primero flores, pero ¿habéis visto alguna vez las flores de la higuera?. Si has pensado que la higuera no produce flores sino que, directamente, forma los frutos, no te preocupes, hasta el propio Linneo (1707-1778) - ese gran científico sueco que se dedicó a ponerle nombre a todo bicho o planta viviente que encontraba a su paso- lo llegó a afirmar, aunque luego se dio cuenta de su error.
A lo que íbamos, la higuera echa flores en primavera, pero no las vemos porque las guarda en el interior de una especie de sacos. Este saco es una inflorescencia (un grupo de flores, ya lo vimos en esta entrada) tan particular que los botánicos le han dado un nombre propio: "sicono". 

¿Y para qué esconder las flores? ¿cómo se van a polinizar entonces?. Creedme que la higuera tiene sus poderosas razones para hacerlo así, que contaré en otra entrada, porque tiene su intríngulis. De todas maneras os doy una pista, el bicho encargado es una avispa diminuta que entrará por ese agujerillo que tienen los higos en la base. Aunque, ojo, muchas higueras "modernas" se apañan ellas solitas y no necesitan que nadie las polinice.
 

Las partes del higo: pedúndulo (p), apertura apical (aa) u ostiolo, receptáculo (r), aquenio (aq). La fina piel del higo puede ser de color verde pálido, negro o morado, según la variedad. La pulpa blanquecina o rosa son las flores que guarda en su interior. Fuente:
CASF (talk) - Feige-Schnitt.png DP/ Wikimedia.


Una vez fecundadas las flores, todo el conjunto de "saco + flores" va engrosando y acumulando azúcar, hasta convertirse en el higo. Este irá madurando a lo largo del verano y nos lo comeremos ya avanzado el verano.
 

En el interior del saco, las flores fecundadas dan lugar a unas pepitas, justo esas diminutas bolitas que crujen cuando nos tomamos un higo muy maduro. Esos son los verdaderos frutos de la higuera, y se denominan aquenios. Así, la misma estructura que antes albergaba todas las flores, tras la maduración se ha convertido en una infrutescencia.
 

Según un dicho ibicenco "para que un higo sea bueno ha de tener tres señales: arrugado, entreabierto y picoteado por los gorriones". El del fondo en concreto está catado por estorninos, unos ruidosos aficionados a mi higuera. Otra buena señal es su consistencia, han de ceder a la presión de los dedos. Y si no, ante la duda, espérate al final del verano, que ya dice el refrán “por San Miguel, los higos son miel”.

 
¿Y qué pasa con las brevas?
 

Mucha gente se hace un lio con las brevas; hay incluso quien cree que los higos proceden de una especie de higuera y las brevas de otra. Sin ser cierto, tampoco van muy desencaminados.
 

Resulta que existen higueras que producen sólo higos, - las higueras comunes - normalmente desde agosto hasta finales de octubre, y otras que producen brevas e higos. Estas se llaman popularmente higueras brevales, breberas o bacoreras, o técnicamente bíferas, ya que producen dos “cosechas” al año: brevas de junio a julio e higos de agosto a octubre. El truco de estas higueras es que son capaces de mantener en estado de latencia y durante el invierno algunos "higos" que no llegaron a madurar en otoño, les llegará su turno a comienzos de verano y se convertirán en brevas.
 

Así que tenemos primero las brevas y luego los higos. Desde que salen los higos hasta que volvemos a tener brevas pasa todo el invierno y parte de la primavera, de ahí la exspresión "de higos a brevas" para referirnos a un largo periodo de tiempo; algo menos del que transcurre "de pascuas a ramos".
 

Las brevas se forman sobre madera vieja (ramas del año anterior) y pasan el invierno como pequeños botones. Los higos posteriores crecerán sobre la ramas jóvenes que han brotado ese mismo año. Fuente.

Al tener las brevas mayor valor comercial, muchos productores apuestan por ellas, plantando higueras brevales y mimando tanto al árbol como al fruto, para obtener así un producto a menudo considerado "gourmet". Al favorecer la producción de brevas, la de higos se resiente (el árbol no hace milagros), por lo que se podría decir que hay higueras especializadas en producir brevas y otras en higos.
 
 
¿ Sabías que el médico griego Galeno (130-200) recomendaba los higos en la dieta de los atletas?. Posiblemente por su elevado contenido en azúcares (glucosa, fructosa y sacarosa),presenta una elevada proporción de potasio, y contiene cantidades apreciables de otros minerales, aparte del elevado contenido en agua propio de las frutas. Vamos, lo que viene siendo una "fruta isotónica".

Las brevas se venden mejor que los higos como fruta fresca por su mayor tamaño y prestancia, porque maduran antes, y quizás por ser más escasas y constituir "el sabroso anticipo del higo que está por llegar", como opina Juan Revenga. Y tu ¿ eres de higos o de brevas?. 
 

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