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lunes, 2 de septiembre de 2019

SOBRE LOS GALLOS QUE NO AMABAN A LAS GALLINAS


A estas alturas, casi todos habréis visto el famoso - y loco - vídeo de las animalistas pertenecientes al grupo Almas veganas y las gallinas que cuidan en su santuario. No  pienso insultar o siquiera reírme de ellas (nada de falacia ad hominem, bueno en este caso ad feminam no vaya a ser que me llamen machista...), pero es que hijas mías si decís cosas tan locas en las redes sociales siempre habrá quien lo haga.
 




Estos son los memes más suaves que he encontrado...

Así que voy a aprovechar la ocasión para explicar dos o tres cosillas sobre la vida sexual de gallos y gallinas echándole un poco de humor al asunto, a ver si consigo alguna sonrisa de vuelta de vacaciones, que bastante falta nos hace.
 

"Tuvimos que separar los gallos porque no querían que las violaran", "aunque fuera su naturaleza" dicen. Al menos admiten que están haciendo algo en contra de la naturaleza de los queridos animales a los que cobijan en su santuario. Ejem...si eres animalista, ¿no debería ser al contrario?.
 

Pero me queda la duda, ¿a qué naturaleza se refieren?, ¿a la del gallo o la de la gallina?. Cabría pensar que ambos comparten esa misma naturaleza, ese impulso vital que motiva a casi todos los seres vivos de la tierra a reproducirse y dejar descendientes. Pero, por muy mejorades genéticamente estén les gallines y les galles (lo siento, tenía que hacerlo) en cuanto les dejas convivir en un corral, ambos dan rienda suelta a su naturaleza y despliegan una serie de comportamientos que no dejan lugar a dudas sobre sus intenciones procreadoras. Cualquiera que tenga un gallinero, y esté libre de prejuicios humanoides, sabrá de qué hablo.
 

En primer lugar, el gallo no va violando gallinas así por las buenas. Básicamente porque las que no están "en celo", es decir predispuestas al apareamiento, le mandan a paseo sin más miramientos. Al gallo tampoco le compensa mucho el esfuerzo de violar a una gallina poco cooperadora, en parte porque de ese polvo no saldría ningún pollito; recordemos, es un gallo, no un Homo sapiens. Y además, dado que normalmente suele haber un único gallo por corral, tiene hembras de sobra para elegir. Solo tiene que fijarse en las que dan muestras de querer darse una alegría al cuerpo Macarena (se me ha vuelto a escapar) y cortejarlas...sí, porque para quien no lo sepa, a los gallos también les gusta ligotear. Como no pueden contar chistes o tocar la guitarra, se limitan a bajar el ala y bailotear rodeando a la gallina. Si tiene suerte y encuentra una gallina que se aprieta contra el suelo y agacha la cabeza, pues ya tiene plan, aunque no sea sábado sabadete. 

 Es verdad que a veces los gallos deciden ahorrarse los preliminares, ¡ hombres !. Para los impacientes, la cosa se pone interesante a partir del minuto 1.28.

Entonces es, cuando según una expresión de toda la vida, el gallo "pisa" a la gallina. Junta su cloaca con la de la hembra para pasarle el semen y todo termina en un pis pas. El gallo sujeta con el pico las plumas del cuello de la hembra para no caerse, una imagen algo "machista" pero es lo que hay cuando no se tiene un órgano copulador suficientemente desarrollado (un lujo que sólo tienen patos, gansos y algunas otras aves).
 

¿¿ En qué clase de gallinero con gallos torpes vive esta pobre gallina dedicada a poner huevos fértiles?? . Amigos de respuestasveganas.org, ¿no será quizás que esa gallina está en pleno proceso de mudar las plumas?. Las pobreticas se quedan así durante un tiempo (durante el que no ponen huevos), pero luego retoman su actividad.
 
¿Sabías que los gallos, como la mayoría de los machos de aves, no tienen pene?
 

Todo esto que os he contado ocurre en corrales domésticos o en granjas donde sí tienen gallos, pero por cosas de la vida y de la mejora genética, las gallinas también pueden poner huevos aunque no estén fecundados. Lo que pasa es que a algunas gallinas les da lo mismo ese pequeño detalle y se dedican a incubarlos, con o sin embrión. Se quedan mucho más tiempo en el nido, cambian su forma de cacarear y se quejan sonoramente si se las molesta (incluso amenazan con dar un picotazo). Se han convertido temporalmente en las gallinas güeras o cluecas de toda la vida. 

¿Sabías que las gallinas pueden poner huevos aunque estos no estén fecundados?
 

Pero volvamos al vídeo. Cuentan que "sólo tienen una ponedora" (¿ein? ¿el resto son gallinas salvajes? ¿de dónde las han sacado?) que desde que llegó al santuario dejó de poner huevos. Piensan que "a lo mejor es demasiado mayor", puede ser, no digo que no pero, ¿y si va a ser por estrés?: Mira que las gallinas tienen una jerarquía social muy fuerte y a la recién llegada posiblemente no la hayan recibido precisamente con pancartas de bienvenida.
 

Mas bien, estarían entretenidas fabricando estas otras pancartas.  Fuente desconocida.
 
También parece ser que al resto de gallinas les ha dado por poner huevos, y nuestras bienintencionadas activistas están un poco confusas...observando "cómo va esto porque en teoría deberían poner sólo una temporada". Debe ser que no han oído hablar del fotoperiodo, que explica cómo las gallinas ponen menos huevos conforme disminuye la luz solar (a partir de otoño), y ponen más cuando aumentan las horas de sol, pero no dejan de poner huevos a lo largo de todo el año. Por favor, que alguien les regale un libro o un manual de cómo cuidar gallinas...aunque sea en ecológico, por eso del bienestar animal y tal....ah, espera, que para esta gente la producción ecológica también es explotación.
 

Al final parece que estas chicas no están muy a favor de que las gallinas pongan huevos. Dicen que son propiedad de las gallinas, pero no dudan en estrellarlos contra el suelo para que ellas recuperen lo que les pertenece, hechos añicos claro. En fin, afortunadamente a las gallinas parece importarles poco si son suyos o de su vecina de aseladero y van como flechas a comérselos (un comportamiento bastante natural por otra parte). Pero las animalistas erre que erre, que no quieren huevos en su corral; no sé, deben verlo como un símbolo de la dominación del capitalismo machista y se están planteando recurrir a implantes hormonales para corregir tan sumiso comportamiento en las gallinas del santuario.
 

Y para terminar, esta situación de abstinencia reproductivo sexual forzosa al que se ven sometidas las gallinas, me recuerda al Cuento de la criada...pero totalmente al revés. O, ya puestos, me sugiere una versión posmoderna de Rebelión en la granja, con gallinas subversivas que ponen huevos como acto de rebeldía. Y a vosotros, ¿a qué os recuerda?
 



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Sobre el tema de las gallinas y el bienestar animal, hablo en DE GALLINAS FELICES Y HUEVOS BARATOS

Si a ti lo que te va son los huevos, fecundados o no, lo mismo te interesan más HUEVOS DE COLORES y DE LAS YEMAS DE LOS HUEVOS, SU COLOR Y OTRAS CURIOSIDADES
 

Sobre animalistas que hablan de cosas sobre las que no tienen ni pajolera idea, hablé en INVASIÓN DE GRANJAS, UNA BUENA EXCUSA PARA LA DESINFORMACIÓN

miércoles, 25 de abril de 2018

DE LAS YEMAS DE LOS HUEVOS, SU COLOR Y OTRAS CURIOSIDADES

Es frecuente escuchar eso de que las yemas de color intenso, ya sea amarillo o naranja son mejores, o directamente, que son las buenas de verdad, las naturales, etc. 

Pues al igual que hice con el color de la cáscara de los huevos, voy a desmontar , en parte, este otro mito alimentario.
 

¿A qué se debe el color de la yema? La explicación científica.
 

Seré breve, no os preocupéis.
 

El color de la yema depende principalmente de alimentación de la gallina, en concreto de las proporciones de pigmentos amarillos y rojos, las xantofilas, presentes en el alimento que toma la gallina. Dado que la yema tiene un alto porcentaje de lípidos (grasas) en su composición, la asimilación de pigmentos liposolubles modificará el color de la yema.
 

Así, si la gallina come plantas con gran cantidad de xantofilas, estas sustancias se depositarán en la yema durante la formación del huevo. Si se alimenta de un pienso basado en maíz amarillo o alfalfa, la yema tomará un color amarillo medio, más intenso que si se alimentara a base de trigo o cebada. De la misma manera, una dieta basada en harina de maíz blanco daría unas yemas casi descoloridas. De esta manera, el color de la yema de huevo puede variar desde el amarillo pálido al anaranjado intenso.

 

Las gallinas camperas y las ecológicas, que pueden picotear más variedad de alimentos, plantas verdes, semillas, bichitos para complementar su ración de pienso....tienden a producir yemas más anaranjadas.

Lo del color va por barrios
 

A los alemanes les gusta blancuzca, a los ingleses amarilla y en Estados Unidos los consumidores de los distintos estados se decantan por yemas doradas o de color amarillo limón. En España también se observan diferencias:  en el norte y sur gustan las yemas de un naranja intenso, mientras que en el centro de la península prefieren coloraciones más amarillentas.
 

Estas diferencias, al igual que las preferencias en el color de cáscara, posiblemente tengan su explicación histórica y sociológica, muy relacionada con la evolución de las formas de cría de las gallinas ponedoras y la utilización de distintas razas.
 

El caso es que los comercializadores conocen estas preferencias locales y ajustan la dieta de las gallinas para obtener el color deseado.
 

El color o pigmentación de la yema se mide con dos escalas: el índice de color (tonos del verdosos al amarillo) y la escala de Roche (intensidad del color). Aunque el valor medio para la escala de Roche es de 9, muchos consumidores buscan intensidades cercanas o superiores a 10. Fuente: BASF
 
¿Y cómo se consigue? Dado que las materias primas que componen la ración de las gallinas ponedoras suelen tener unos valores muy bajos (de cero incluso) de xantófilas amarillas y rojas, se añade al pienso la combinación adecuada de pigmentos para obtener el color deseado. Lógicamente se trata de sustancias autorizadas para la alimentación animal. Curiosamente, en EEUU donde se permite el uso de determinadas hormonas que favorecen el engorde de ganado, no están permitidos los colorantes sintéticos en avicultura.

¿Sabías que en  avicultura ecológica está prohibido el uso de aditivos sintéticos para modificar el color de la yema?
 Estos pigmentos pueden ser de origen natural o un análogo sintético. Y como ocurre con tantas cosas naturales de verdad, los primeros se conservan menos tiempo y su calidad depende del clima y de las condiciones de cultivo y cosecha. 

¿Sabías que obtener una yema pigmentada supone un mayor coste de producción?

De los pétalos de caléndula se obtiene uno de los pigmentos naturales más conocidos para la coloración de las yemas.

¿Entonces están relacionados el color de la yema con la calidad de un huevo?
 

Pues si, pero poco. La calidad del huevo se mide por diferentes parámetros, unos miden la calidad del proceso de producción y otros la conservación del huevo, es decir su "frescura".

¿Sabías que forma de cría de la gallina no aporta grandes diferencias en la composición nutritiva del huevo? El factor principal es la alimentación de la gallina.

Por ejemplo, de la cáscara nos interesa su espesor y dureza: una cáscara frágil o demasiado fina puede comprometer la salubridad y la calidad interna del huevo.
 

De la clara o albumen nos fijaremos en su densidad y color. Una clara demasiado fluida, es síntoma de que el huevo no es fresco o se ha conservado a una temperatura incorrecta. Los cambios en el color nos avisan de problemas serios: por ejemplo un color verdoso puede indicar de contaminación con Pseudomonas y si es negruzco por Proteus, mientras que claras rojizas o sanguinolentas indican lesiones en el oviducto, iluminación inadecuada o cambios bruscos de temperatura en el gallinero.
 

El tamaño de la cámara de aire nos indica la frescura de los huevos.
conforme pasan los días, según el huevo va perdiendo agua a través de los poros de la cáscara y cámara de aire aumenta de tamaño. Este proceso es el que explica la famosa prueba de la flotación, un huevo viejo flotará porque su cámara de aire es más grande.

Fuente



Y por fin llegamos a la yema. Su calidad está determinada principalmente por su forma (la relación entre altura y diámetro se considera un importante factor de calidad, no me preguntéis porqué) y su color.
 

El problema es que, como hemos visto, el color es un indicador bastante subjetivo y está muy sujeto a preferencias personales que poco tienen que ver con la frescura, la seguridad microbiológica o la calidad nutricional del huevo. De hecho, desde este punto de vista  el color de la yema apenas aporta nada, ya que los carotenoides (los precursores de la vitamina A) poco contribuyen a la coloración del huevo.
 

Pero también es verdad que ciertos problemas de manejo y alimentación de los animales pueden disminuir el depósito de xantofilas en la yema: sustancias liposolubles (por ejemplo procedentes de plantas silvestres ,etc), niveles altos de vitamina A, altas temperaturas, grasas enranciadas o un almacenamiento prolongado de materias primas. Y cómo no, posibles enfermedades que puedan tener las gallinas.
 

Así, ante un huevo con una yema paliducha podemos pensar que: a) que se ha comprado en un lugar donde gustan así, b) que la gallina ha comido un pienso bajo en pigmentos o c) que la alimentación y manejo de la gallina que puso el huevo (y de sus compañeras) sea algo deficiente. Si a la hora de comprar huevos te vas a los baratos de entre los baratos, las opciones b y c tienen más probabilidades de ocurrir. Pero vamos, lo normal es que encontremos en el mercado los huevos de calidad media hacia arriba, los de calidades inferiores desde el punto de vista gastronómico van para otros usos (industria alimentaria, farmacéutica u otras). 
 

Unos detalles inocuos pero rechazados a menudo por los consumidores, son las  "manchas de sangre" que aparecen en la superficie de la yema y las "manchas de carne" en la clara. Ambas están relacionadas con factores genéticos, la edad y el estrés que puedan sufrir las gallinas. Por cierto, aunque a alguien pueda parecérselo, NO son los embriones del pollito. Foto tomada de la web Gominolas de petróleo, muy recomendable si te interesan los alimentos.

¿ Sabías que las gallinas White Leghorn ponen huevos de cáscara blanca que casi nunca tienen manchas? Los huevos de cáscara marrón, puestos por otras razas de gallinas, poseen manchas en un porcentaje variable (del 5 al 40 %).


Otras curiosidades y una conclusión
 

Hay componentes de la alimentación de las gallinas que pueden transmitir sabor al huevo, especialmente a la yema, dada su naturaleza grasa. Pero también pueden pasar olores y sabores al huevo si se almacenan cerca de productos que desprenden un olor intenso (cebolla, embutidos, quesos…). Por esta razón se aconseja guardar los huevos en el frigorífico dentro de su envase, lejos de alimentos con olor fuerte; salvo que tengas una trufa de las buenas, ¡entonces sí que interesa guardarlos juntos!. 

¿Sabías que es raro, pero no extraordinario, que las gallinas jóvenes produzcan huevos sin yema?
 Recopilando. Como hemos visto, no tiene gran sentido atribuirle una calidad extra a un huevo solo porque tenga una yema de precioso color anaranjado. En primer lugar, hay muchos factores que explican la calidad de un huevo y el color de la yema es simplemente uno más. En segundo lugar, hay que recordar que los estándares de calidad (valor nutricional, seguridad y frescura, color de la yema) de los huevos que encontramos en el súper están asegurados. 

Gran parte de los "extras" que puedas encontrar (gallinas criadas en libertad, alimentadas con cereales, etc) van dirigidos a cumplir con una serie expectativas y preferencias normalmente subjetivas del consumidor (salvo que seas un experto catador de huevos). El hecho de que sean subjetivas no las hace menos importantes, cada uno compra lo que le agrada, lógicamente, pero es importante saber que su contribución a la calidad global del huevo es limitada y variable, sobre todo cuando hablamos de alimentación y sistemas de cría "naturales".
 

¿Sabías que los huevos de dos yemas son puestos a menudo por gallinas jóvenes cuyo ciclo de producción no está completamente sincronizado o por razas híbridas que producen estos huevos de manera habitual?


Os dejo también este vídeo; está en inglés, pero a partir del minuto 1.33 recrea la formación el huevo en el interior del cuerpo de la gallina de una manera muy gráfica.

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Con la presente entrada y estas dos más, casi casi está explicado todo lo que un consumidor bien informado debería saber sobre los huevos. 
 

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martes, 5 de septiembre de 2017

HUEVOS DE COLORES


¿A qué se debe el color de los huevos? ¿Está relacionado con una mayor o menor calidad?.
 Esta es una pregunta habitual que no todo el mundo tiene claro. Al menos los chavales a los que pregunto cuando nos vamos de visita a los coles

Antes que nada, ¿que entendemos por un huevo de calidad? Los consumidores valoramos unos aspectos -  apariencia, tamaño, frescura, color de la yema o incluso de la cáscara...- que no siempre son los que utilizan los técnicos para valorar la calidad real de los huevos.  Y es que, seamos sinceros, en los tiempos que corren los consumidores buscamos una marca que nos dé un mínimo de confianza, que sea barata o que nos venda huevos como los de antes, puestos por gallinas felices.
 
Fuente: La vida es sueño.
 ¿A qué se debe el color de los huevos?

Muy sencillo, a la raza de la gallina.
 

Hoy en día, la producción comercial, recurre a dos razas principales, la Leghorn, estilizada y blanca que pone huevos blancos, y la Rhode Island Red, más grandota y de color marrón, que casualmente los pone marrones. Y muchas explicaciones a esta pregunta se quedan ahí.
 

Pero, entonces, ¿de qué color ponen los huevos las gallinas negras? ¿o las que tienen las plumas blancas y negras?. Resulta que más allá de las granjas comerciales y del mostrador del supermercado, el mundo de las gallinas y sus huevos es mucho más colorido, al igual que pasaba con las patatas.

Simplificando mucho, quedaos con que hay dos "tipos" de gallinas ponedoras, las ligeras o de "tipo mediterráneo" y las semipesadas de "tipo atlántico". Las ligeras tienden a poner huevos blancos o de color claro mientras que las semipesadas tienden a ponerlos marrones en sus distintas gamas.

¿Sabías que los huevos marrones suelen ser algo más caros de producir, ya que las gallinas que los ponen son aves más grandes y por tanto requieren mayor cantidad de alimento?

Las gallinas de la raza Castellana negra ponen huevos blancos, al igual que la andaluza o la menorquina. Fuente: Aleuze/DP- Wikimedia.

 ¿De qué color pone los huevos la gallina Pita pinta asturiana? ¿ Los pondrá a topos? Pues no, como buena representante de las razas atlánticas, sus huevos son de color crema tostado. Otras parientes suyas como la  Ampurdanesa o la Euskal Oiola, ponen huevos pardo rojizo o marrones rubios respectivamente. Fuente


El color depende de la concentración de unos pigmentos denominados porfirinas, que se depositan en la capa externa de la cáscara. Y esta concentración, diferente en las distintas razas de gallinas o sus cruces, a veces nos da sorpresas como huevos de color chocolate, verde oliva o azul turquesa.

Huevos de Easter Eggers, Penedesencas, Araucanas, Leghorn, industriales rubias y negras blackstar. En esta página, de donde procede la foto, podéis ver a las gallinas responsables.
¿Sabías que los pigmentos responsables de la coloración de la cáscara se depositan las 2 últimas horas de la formación del huevo?

La gallina araucana es muy particular. Criada por las tribus mapuches chilenas, no tiene cola, a veces muestra un simpático bigote y pone huevos de color azul turquesa. De los cruces con razas de origen europeo presentes en Estados Unidos (donde al parecer son muy aficionados a los huevos de colores) han derivado la Ameraucana, la Easter Egger (pone huevos "de pascua" de color verde) y la Olive egger (huevos de color verde oliva). Fuente.

La gallina Marans, de origen francés y gran tamaño ( es del tipo atlántico), pone grandes huevos color chocolate. Sin embargo tanto gallos como gallinas pueden tener varios colores. Fuente

¿El color de la cáscara nos indica la calidad?
 

Pues no, el color de la cáscara no tiene ninguna relación con la calidad del huevo, su sabor, valores nutritivos o incluso con el grosor de la cáscara.
 

Si acaso, la intensidad en la coloración o la apariencia de manchas u otros defectos pueden indicar alteraciones debidas a múltiples causas. Muy raramente te las encontrarás en huevos comerciales, en parte porque se descartan antes de su comercialización y porque precisamente esta producción comercial busca tener gallinas sanas y gallineros en perfecto estado para minimizar esos posibles defectos.

¡Ah!, pero el color de la yema  si tiene que ver con la calidad, pensareis muchos. Pues tampoco necesariamente. Pero eso ya os lo contaré en otra entrada.

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lunes, 26 de junio de 2017

AGRICULTURA ES... VIVIR EN EL CAMPO Y CULTIVAR COSAS

Recientemente ha sido noticia los resultados de una encuesta que revelan que el 7% de los estadounidenses creen que la leche con chocolate procede de vacas marrones.

La verdad es que no me sorprende mucho, considerando que una amplia mayoría de estadounidenses ven la comida como un producto muy transformado, que apenas recuerda a la fuente original. Y eso a pesar de tener muchas organizaciones dedicadas a hacer mucha y muy buena divulgación agraria. Pero me gustaría poner esta noticia un poco en perspectiva. En primer lugar, se trata de una encuesta llevada a cabo por el Innovation Centre of U.S Dairy (algo así como un centro de innovación ligado a una asociación interprofesional del sector lácteo) de EEUU que marcaba el inicio de una campaña de promoción de los productos lácteos. En segundo lugar, era una encuesta on-line, que rellenaron 1.000 adultos. En otras palabras, y sin ser experta en estadística: muy poco representativa, con un diseño metodológico dudoso (¿ cómo asegurarse que los encuestados no han respondido por error, son trolls o simplemente se lo toman a broma ? ), pero que generaba la noticia perfecta para justificar dicha campaña, y sobre todo para que los medios de comunicación hablaran de ella. Y tanto, que ha llegado hasta España.

Casualmente esta noticia ha llegado en pleno cuarto tour del "Proyecto Conocer la Agricultura" por colegios de la Comunidad de Madrid. Y estas visitas a colegios nos dan cierta idea de cómo andamos de culturilla agraria por estos lares. Mi conclusión, al final de la entrada.
 


La charla inicial
 

Seguimos preguntando a los niños qué es la agricultura, y posiblemente el título de esta entrada lo resume todo: para ellos es sembrar, plantar y recolectar, y preferentemente verduras y hortalizas. Hubo incluso una niña del colegio Peñalvento en Colmenar Viejo, que tiró de personaje conocido, aunque algo antiguo, para explicar en qué consiste la agricultura: —"es lo que hacía San Isidro"—.
 

Para los niños del colegio Hélade de Boadilla, las plantas no toman medicinas, toman simplemente agua.

Tras hablar de los productos agrícolas que conocen - de nuevo dominan las frutas y verduras, con zanahorias y tomates a la cabeza - y, recordando que nos ayudan a prevenir enfermedades, aprovechábamos la ocasión para preguntarles.

—"Y las plantas ¿se ponen malas?"—Aunque les descolocábamos un poco, enseguida respondían que sí "se ponen pochas, por no regarlas"—.

Eso si algún niño hubo que habló de hongos, ¡y otro incluso de pulgones!. Supongo que eso de que a las plantas les ataquen otros seres vivos, causándoles enfermedades, no es algo evidente para los niños. Nuestro objetivo es simplemente hacerles ver que ese riesgo existe, y que el agricultor puede recurrir a productos fitosanitarios para curar a las plantas. Si se quedan con ese palabro y el concepto "las medicinas de las plantas", nos damos por satisfechas.
 

La ganadería por su parte, consiste en "cuidar de los animales", así en genérico. Aunque hubo algún niño despistado, y poco informado, para el que la ganadería es —"ganar mucho"—. Por cierto tienen clarísimo que  si se ponen malos los animales es el veterinario el encargado de curarlos.
 

La oca
 

Ya os he hablado en otras ocasiones de nuestra versión del juego. Es muy vistoso, si, pero tiene una pega; es imposible evitar la competitividad de los niños (ya bastante alta de por sí) todos quieren ganar y las explicaciones pasan a un segundo plano.
 

Y mira que este año hemos hecho un tablero con muchas más cosas que contar. Nuestro personaje se ha puesto un nombre más corto, ahora es Pepe Huertas y tiene una socia ganadera que se llama Mari Lanas

Los niños del colegio Zola de las Rozas jugando a la oca
 
A veces surgen anécdotas o comentarios que dan que pensar. Belén, la monitora que normalmente lleva este juego comentó sorprendida que los niños desconocen por completo que el azúcar sale de una planta. Es normal que al tratarse de un cultivo tropical, muchos no hayan visto una caña de azúcar en la vida...pero la remolacha azucarera, propia de nuestras latitudes, les suena también a chino. Con lo presente que está el azúcar en sus vidas, y lo que le gusta a algunos, no tienen la más remota idea de dónde viene.
 


El memory
 

Con este juego, algo menos vistoso, pero muy agradecido para jugar, aprovechamos el poder de la imagen para introducir algunos conceptos: la importancia del clima, la gran ayuda que supone la maquinaria, la salud de las plantas y el papel de la fauna auxiliar. Albertina, la monitora que suele llevar este juego confirma que los niños están muy verdes en esto de las abejas y la apicultura: algunos creen la miel se elabora a partir del polen y no tienen del todo claro en qué consiste la polinización ni por qué es tan importante.
 




Como anécdota, contar que a una niña, muy asertiva y ecologista ella, no le pareció nada bien que se considerara la amapola como una mala hierba y exigió a la monitora que retirara la foto. Albertina tuvo que contarle que, si bien la amapola es una flor muy bonita, que da color a los campos y que como muchas otras "malas hierbas" puede utilizarse como medicinal, cuando se pone a competir con los cultivos por el agua y los nutrientes, les perjudica bastante.
 

Algunas de las múltiples tarjetas que componen nuestra versión agrícola-ganadera del memory.

 

Del campo a la mesa
 

Como conté en la crónica del tour anterior, se trata de una especie de mercado en el que los niños tienen que adquirir los alimentos para hacer una receta con ellos. He cambiado la dinámica del juego, para hacerla más rápida y atrayente...y para poder controlar mejor el momento de la compra, que antes era un verdadero frenesí.
 

Es inevitable una primera explicación. Aquí se ve que los peques del Peñalvento están muy interesados.

Para conseguir los alimentos tienen que acertar unas preguntas de verdadero o falso, algunas de ellas muy locas o descabelladas; así veo cómo andan de conocimientos agro-nutri-gastronómicos y les hago razonar un poquito. La tendencia natural es responder lo primero que se les viene a la cabeza, pero en cuanto otro grupo u otro niño dice justo lo contrario les entra la duda y empiezan a razonar.
 


Aquí un equipo del Colegio Andrés Segovia de Leganés discutiendo si van a hacer macarrones, arroz con tomate o pizza. Lo único que les pido es que sea una propuesta equilibrada y saludable.


Si da tiempo, me cuentan cómo hacen la receta. Esto les suele gustar, aunque se nota que ya Máster Chef ya no les motiva tanto.

Hay cosas que lógicamente los niños no tienen por qué saber, como cuántos huevos que pone una gallina al día o la cantidad de leche que produce una vaca; por cierto se repite la tendencia de sobreexplotar a pobres las gallinas (¡¡qué gran daño ha hecho la gallina Turuleca!!) y no sacar partido a las vacas de leche. Donde sí suelen fallar en la denominación comercial de algunos alimentos, por ejemplo los tomates "cherry", - en un 40% de las veces estaban de acuerdo en que son cruces de tomates y cerezas - o los pollos "camperos", que viven por ahí sueltos por el monte y el ganadero tiene que ir a cazarlos - a un 50% les entraba la duda de si era cierto o no. También se les hace difícil creer que existan patatas y zanahorias de colores, ya que jamás las han visto. Lo de las pintitas del plátano de Canarias tampoco lo tienen del todo claro, hubo un niño que me dijo convencido que —"los machos tienen pintitas y las hembras no"—. 

Sin embargo, es justo reconocer que hay muchas otras cosas que si tienen clarísimas

- que no sólo las vacas de color marrón nos dan carne, 
- que el hecho de que las vacas tengan cuernos no tiene nada que ver con el sabor de la carne (a pesar de que algún niño apuntara a que da igual que sean de toro o de vaca ).
- que los yogures de fresa ni de coña se consiguen dando de comer muchas fresas a las vacas,
- que los pollitos cuando nacen son amarillos, no rosas ni azules ni morados. (Hace tiempo pasó esa moda de regalar o vender pollos tintados de colores; mi primer contacto con avicultura, de cuando era una cría ).
- que el trigo no viene del árbol triguero ni el aceite de oliva del aceituno.
- y que las mandarinas, no son naranjas que se han quedado pequeñas por falta de riego, son una especie distinta.


 

En todos los tours intentamos incluir un colegio de educación especial, ya que disfrutamos mucho de la experiencia, y ellos creo que también. Esta vez repitió el Sor Juana Inés de la Cruz de Fuenlabrada, que han sido los únicos en identificar al escarabajo de la patata (el cursar un módulo de jardinería siempre ayuda) y los más originales a la hora de proponer platos para el menú: ¡¡ callos con vinagre !!  y San Jacobos.


Y como conclusión
 

Afortunadamente y por lo que vemos en los colegios, en España todavía mantenemos una relación algo más normal, o más realista, con la comida y los alimentos.
 

En mi opinión, en la imagen que los niños se hacen de lo que es, o se supone que es el campo, la agricultura y los alimentos lo que más pesa es su experiencia personal o la de personas cercanas a ellos. Por ejemplo, una niña que ha vendimiado (algo muy poco habitual) tenía claro que las uvas de vino, aunque también se pueden comer, eran distintas de las de mesa. Otra del colegio Los Robles, de Aravaca, hablando del color de la cáscara y del interior de los huevos, me contó que ¡¡las gallinas de su abuelo los habían puesto verdes!!. Por esta razón es tan aconsejable que los centros tengan un huerto escolar activo, o incluso un gallinero.
 

En el Colegio Carlos Cano de Fuenlabrada se han liado la manta a la cabeza y tienen hasta un gallinero. 


También influye mucho lo que escuchan de los adultos, para bien o para mal. En varias ocasiones me comentaron que la carne de vaca no es saludable —"porque tiene mucha grasa"— o que el trigo integral es más nutritivo —"porque es más sano y no les meten tantas cosas"—. Es incluso frecuente que digan convencidos que el pan no lleva sal: ignoro si es porque no les sabe salado o porque directamente ven la sal como algo negativo. Es una pena no poder conversar más con ellos, pero el tiempo apremia y hemos ido a hablar de agricultura y ganadería, no de nutrición.
 

Por último, cuando toda esa amalgama de experiencias e ideas preconcebidas se combinan con su imaginación salen respuestas tan geniales como las que hemos visto en este tour y en los anteriores.
 

El repertorio de recetas de los niños suele ser bastante limitado - pasta, pizza, hamburguesas, pollo asado...-Los garbanzos, si no les quedaba otra opción. De postre escogían fruta, sobre todo plátano y fresa, y eso que tenían de donde elegir. Creo que ahí los padres tenemos mucho trabajo por hacer.


Otro detalle. En mi juego "Del campo a la mesa" me gustaba tirarle de la lengua a los niños, y preguntarles si les parecía fácil o difícil el trabajo de los agricultores, — ¡¡ fácil !! — era la respuesta más habitual, y si se veían ellos como agricultores —"psche"— o directamente no era la respuesta en ese caso. Alguna niña, del colegio Jesús y María en pleno barrio de Salamanca, muy maja ella, por no defraudarme respondió —"es que yo ya tengo pensado que voy a ser médica"—. Espero que la cosa cambie en entornos menos urbanos porque a este ritmo lo mismo nos quedamos sin agricultores. Y es que ahí también hay mucho trabajo por delante.


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