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miércoles, 5 de septiembre de 2018

ABECEAGRARIO EL KIWI

Esta vez toca la K, de Kiwi. Una fruta habitual en nuestras casas y con varias cosas curiosas que contar.

 

¿Por qué se llama así?
 

Casi todos asociamos, con razón, el kiwi con Nueva Zelanda, pero quizás os sorprenderá saber que ni son originarios de nuestras antípodas, ni este país es el primer y único productor mundial. 

La planta del kiwi (Actinida deliciosa) es una liana trepadora que crece en los bosques chinos de regiones con clima subtropical. Su nombre original es "yang tao" y los chinos desde hacía siglos la cultivaban o recolectaban sólo por su valor medicinal. En 1904, el kiwi llegó a Nueva Zelanda, de manos de una maestra que trajo unas cuantas semillas de kiwi de uno de sus viajes. Un horticultor las sembró, y durante bastantes años se conocieron como "grosellas chinas". Pero en 1928, otro horticultor a la par que científico, Hayward Wright, consiguió desarrollar una variedad de esta grosella china, que destacó por su forma ovalada, su sabor delicioso y su gran capacidad de conservación.

¿Os suena de algo ese nombre?.

Se convirtió en una fruta popular entre los militares británicos y estadounidenses destinados en las islas durante la II Guerra Mundial, y estos ayudaron a su exportación a Inglaterra y California allá por los años 50. Como ese nombre de "grosella china" es más bien largo y poco específico, en 1959 esta fruta, se rebautizó con fines totalmente comerciales, con el nombre de kiwi en homenaje al pájaro nacional de Nueva Zelanda.
El kiwi es un icono de Nueva Zelanda, y al igual que la fruta, es  pequeño, marrón y "peludo" .Foto de Alina Thiebes tomada de la web www.kiwisforkiwi.org, donde por cierto, podéis descubrir por qué muchos angloparlantes también llaman kiwis a los habitantes de este país.
¿Dónde se cultiva?

No vamos a quitarle el mérito a Nueva Zelanda, ya que al convertirse en un cultivo básico en ese país, desarrollaron la mayoría de las variedades comerciales así como las mejores prácticas agrícolas para su producción, almacenamiento, transporte y marketing.
 

Sin embargo, hoy en día según datos de la FAO el principal país productor de kiwis es China, seguido de  Italia y quedando Nueva Zelanda en tercer lugar. España es la undécima de la lista, siendo Galicia y Asturias las principales áreas productoras y las que antes comenzaron con su cultivo, allá por 1969, atraídas por los altos precios de una fruta que entonces era bastante más escasa.
 

De esta manera podemos tener kiwi a lo largo de todo el año. Los frutos producidos en el hemisferio sur (Chile y N. Zelanda) llegan a Europa en junio y se quedan hasta diciembre. Por el contrario, los producidos en el hemisferio norte abastecen los mercados europeos desde diciembre hasta junio.
 

Breve manual para quien quiera tener uno en casa
 

Según nos cuentan en la Huertina de Toni, el kiwi es una planta muy vigorosa, por lo que necesitamos bastante espacio entre plantas (3-4 metros) para que se desarrollen correctamente. Como es una planta trepadora hay que conducirla sobre una estructura robusta que aguante el peso de la planta y de los frutos. Por tanto, no es especialmente recomendable en una terraza. 

El suelo ideal para el kiwi es profundo, bien drenado, rico en materia orgánica y ligeramente ácido. Son plantas ligeramente sensibles a la luz directa del sol y al viento, por lo que les va bien una zona abrigada.
 

Para su cultivo se suelen utilizar estructuras de emparrado.
El kiwi es una planta dioica, por lo que, si queremos frutos necesitaremos al menos una planta hembra y otra macho, y que tengan una floración sincronizada, para que puedan polinizarse. En las plantaciones comerciales, para obtener buenos rendimientos, se planta un macho por cada 6 y 8 plantas hembras. Existen variedades autopolinizantes pero su rendimiento es menor.

Flores femeninas del kiwi. A pesar de su vistoso aspecto, son poco atractivas para las abejas, por lo que en esta especie es  complicada la polinización. Se soluciona poniendo más colmenas de las que normalmente son necesarias en otros frutales. Fuente: A.J.Morris - Own work, CC BY-SA 3.0.
 Para aquellos que os planteáis utilizar las semillas del fruto para criarlo en casa, sabed que no merece mucho la pena. En los cultivos comerciales se utilizan distintas variedades como portainjertos, como machos polinizadores y hembras productoras de fruto, por lo que las semillas de los frutos obtenidos son cruces, que no garantizan que de ellas se vaya a obtener frutos de la misma calidad. Además, las plantitas obtenidas a partir de semilla tardan unos siete años en florecer, por lo que descubrir si tu planta va a dar fruto o simplemente polinizar quizás lleve demasiado tiempo.

¿Sabías que un kiwi tiene hasta 1.500 semillas en su interior?

Variedades
 

Al igual que ocurre con el plátano, el mercado del kiwi está casi dominado por una sola variedad: Hayward. Del tamaño de un huevo, peludos y con una pulpa algo translúcida de color verde esmeralda, es la variedad más conocida y producida mundialmente, ya que además del buen sabor de sus frutos, estos toleran bien la manipulación, el transporte y la conservación en cámaras.
 

Pero el mundo del kiwi, sin ser especialmente diverso, da algo más de sí.  Existe otra especie, la Actinidia chinensis cuyas variedades tienen la carne amarilla (y la palabra Gold en su denominación comercial). Son menos ácidos y su sabor recuerda más a frutas tropicales, algo más caros también posiblemente porque algunas variedades son bastante sensibles a enfermedades bacterianas.
 

En esta familia también tenemos el formato "mini". Se trata de las especies Actinida arguta y A. kolomikta , cuyos frutos pueden comerse de una sola vez y sin pelar y tienen un sabor más dulce. Estos se conocen mundialmente como “Kiwi-berry”, pero ¿sabías que en Galicia también tenemos una variedad enana ? . Se desarrolló en el  Centro Fitopatologico de Areeiro (Pontevedra), donde se les bautizó como “kiwiños”.
 

Variedades de kiwi. A = A. arguta; C = A. chinensis; D = A. deliciosa; E = A. eriantha; P = A. polygama; S = A. setosa. Fuente: Crowhurst et al. - BMC Genomics 2008 9: 351, CC BY-SA 3.0
 El kiwi en casa

El kiwi es una especie climatérica, es decir que madura rápidamente y puede hacerlo fuera del árbol donde nació. El kiwi es extremadamente sensible al etileno, la hormona que induce la maduración en la fruta, por lo que dependiendo de si queremos que maduren en casa o no, convendrá ponerlos cerca de otras frutas que emiten esta sustancia (como manzanas, naranjas, plátanos o peras), o alejarlos de ellas.
 

Un kiwi maduro aguanta perfectamente una semana  a temperatura ambiente antes de comenzar a estropearse. Si los guardamos en el frigorífico se mantendrán en perfectas condiciones durante un mes e incluso pueden congelarse sin problemas.
 

El kiwi es una fruta interesante desde el punto de vista nutricional, pero es una de las frutas que más alergia da tras las rosáceas (melocotón, albaricoque, etc). Afortunadamente los síntomas suelen ser leves.
¿Sabías que los kiwis contienen tres veces más vitamina C que las naranjas, y tienen tanto potasio como los plátanos?

Por último, quizás a los cocinillas os interese saber que los kiwis contienen una potente enzima, la actinidina, capaz de degradar las proteínas. Esto hace que no se pueda utilizar con gelatinas, ya que estas no solidifican, y sea poco recomendable en recetas con lácteos.
 

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martes, 29 de mayo de 2018

ABECEAGRARIO: JACA

"Mi jaca,
galopa y corta el viento
cuando pasa por El Puerto
caminito de Jerez..."

¿Quién no conoce este pasodoble? Quien más quien menos, se imagina la estampa, señor vestido con su gorro cordobés y su chaqueta ajustada a lomos de un caballo de pura raza española que avanza a galope corto por los caminos. 



No se vosotros, pero yo pensaba que una "jaca" es una yegua de buen porte, así sin más. Pero tras escribir este Abeceagrario (por la jota hay poco donde elegir) he descubierto que el asunto tiene sus matices. 

¿Sabías que la palabra jaca procede del inglés hack, acortamiento de hakeney, de Hackney, localidad cercana a Londres, famosa por sus caballos?
Según la RAE no andaba desencaminada, ya que una de las acepciones de jaca, es yegua, es decir, la hembra del caballo. Pero la que me llamó la atención es "caballo cuya alzada no llega a metro y medio". Claro que también existen las “jacas de dos cuerpos”, es decir aquellas que casi alcanzan la altura del caballo y por tanto podían prestar el mismo servicio.

Es decir, que una jaca es un caballo pequeño, de poca alzada, lo que viene siendo un poni. La jaca navarra, el asturcón, el caballo de pura raza gallega, el losino burgalés, el marismeño de Doñana, el monchino de Cantabria y el pottoka o poni vasco son ejemplos de caballos autóctonos españoles que entran en la categoría de jaca. El hispano bretón, está en el límite, y podría considerarse una jaca de dos cuerpos, ya que su alzada está entre los 1.45 y 1.54
 

El caballo asturcón, con su alzada media de 1.25, técnicamente, es una jaca.
Fuente: Ramón/ Wikimedia/ CC BY-SA 2.0

 

La jaca en el mundo de la doma vaquera

Aquí el concepto de jaca es bastante distinto. Era (o es) el típico caballo que los mayorales domaban para trabajar en el campo con las vacas, bravas o no. Para no tener que andar cepillando las crines o la cola para eliminar el barro o los restos de plantas que se le enganchaban, o hacían un nudo vaquero o directamente se cortaba la cola y asunto resuelto.

Y claro, una cola corta luce menos y delata su humilde ocupación; son como las cenicientas de la cuadra, para lucirse en ferias o concursos ya estaban los sementales o las yeguas destinadas a reproducción. Aunque imagino que actualmente las jacas exhiben palmito y habilidades en los concursos de doma vaquera.  

Resumiendo, una jaca, puede ser una yegua, pero también un caballo castrado, que además es "colín", es decir que tiene la cola cortada. La razón de cortar la cola ya la he contado; la de que se castre a los machos es para que trabajasen bien, sin "distraerse" con las yeguas.

Aunque la estatura no influye tanto, es importante que se trate de animales no demasiado grandes ni robustos, pero si con cierta presencia, y sobre todo ágiles, para controlar al ganado.

En definitiva, que la jaca sin duda es el tipo de caballo característico de la doma vaquera. ¿A que esta sí que encaja con la del pasodoble?


Jaca no tiene traducción al inglés, pero en países del norte de Europa donde hay más tradición de razas pesadas de tiro, a estos caballos también se les corta la cola, en parte para acentuar su aspecto robusto. Y a estos caballos se les llama "cob".

Un caballo tipo cob. Fuente.
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En AL RICO POTRITO TROTÓN, también hablo de caballos autóctonos españoles, pero que se crían para producir carne.

miércoles, 7 de febrero de 2018

ABECEAGRARIO - INVERNADERO

Con la "i" vamos a tratar un tema imprescindible hoy en día en el mundo de la agricultura, particularmente en la española.

¿Sabías que China, con 82.000 hectáreas, y España, con 70.000 ha, son los dos primeros países con más superficie agrícola dedicada a la producción hortofrutícola en invernaderos permanentes?

Ejemplo de un cultivo de tomates tipo cóctel en Almería en un invernadero multitúnel, con todo tipo de tecnologías. Fuente: Goldlocki/ Wikipedia, CC BY-SA 3.0.

¿Qué es?

Un invernadero es una estructura cerrada, cubierta por materiales transparentes o semitransparentes, que genera un microclima artificial en el que se pueden cultivar plantas en condiciones óptimas durante todo el año.


Al vivir las plantas en unas condiciones de vida tan favorables aumenta su producción y la calidad de esta, ya que no están expuestas a diversos factores de estrés (calor, heladas, viento, plagas).
 

Invernaderos caseros vs "industriales"

Muchas de las personas que cultivan huerto tarde o temprano se plantean comprar o construirse uno, ya sea para preparar los semilleros o para tener cultivar alguna planta especial que requiera un calorcito extra. En Internet es fácil encontrar un tutorial que muestre cómo construirse un invernadero paso a paso (este es mi favorito) aunque también existe la opción de comprarlo listo para montar para los menos habilidosos. Tened cuidado con los más baratos y/o "cuquis", porque a menudo la economía y la estética están reñidas con la funcionalidad. Y lo digo por la experiencia de haber perdido semilleros un soleado día de invierno, asfixiados en un invernadero monísimo pero sin ventilación alguna.
 

Precisamente es la funcionalidad lo que buscan los invernaderos profesionales, que tienen que sacar adelante cosechas muchísimo más grandes que las del mejor hortelano "amateur". Aparte, lógicamente, de que los invernaderos son mucho más grandes los ingenieros le han dado mil vueltas a la cabeza para conseguir que estas estructuras sean capaces por ejemplo de producir en su interior dos temporadas enteras de perfectos y deliciosos tomates cherry en un solo año.
 

El diseño de un invernadero
 

A la hora de construir un invernadero se tienen en cuenta muchos más factores de los que uno imagina. La orientación, la altura (que determinará la radiación solar que reciben las plantas) o la forma e inclinación del techo (plana, curva, a dos aguas...) son factores tienen gran importancia en la circulación del aire.
 

Y es que la ventilación es algo crucial en los invernaderos de zonas cálidas, porque de ella depende el control de la temperatura, la humedad y la concentración de CO2. Aunque pueden instalarse sistemas de ventilación mecánica, prácticamente todos los invernaderos recurren a las ventanas como sistema de ventilación natural. Estas pueden situarse en el techo o en los laterales del invernadero y ser enrollables o abatibles. 
 

La estructura de un invernadero ha de soportar la cubierta, las inclemencias del tiempo y los diversos elementos que se instalan en el interior. Estos deben proyectar el mínimo de sombra posible y facilitar el movimiento de personas y de maquinaria ligera. En los invernaderos muy tecnificados, eso no siempre resulta fácil.
Fuente: Steven/ DP. Wikimedia/
Tipos de invernaderos
 

Si atendemos a la estructura o los materiales con los que están construidos podemos distinguir tres tipos principales.
 

El invernadero tipo "parral"
 

Es el invernadero típico de la costa almeriense. Son bajitos para adaptarse a las condiciones climáticas de esta zona (horas de sol, fuertes vientos).
 

Son los más sencillos y apenas permiten la automatización de ciertas labores pero su principal ventaja es que requieren una menor inversión, dado el menor coste de los materiales necesarios para su construcción (madera, hierro, plástico).
 

Los invernaderos tipo parral son los más asequibles para pequeños agricultores. Fuente: Pixabay

Desde que en 1961 se cubrieran con plástico los primeros parrales (estructuras donde se criaba las parras para producir uva de mesa), este tipo de invernadero ha tenido un impacto enorme en el desarrollo socio-económico de Almería, y en muchos países del mundo donde se ha aplicado. 


En este vídeo, muy recomendable, cuentan cómo se pasó de un terreno que era "criadero de caracoles y alacranes" al "mar de plástico" actual.    


Invernaderos multitúnel o multicapilla de plástico rígido
 

Este grupo incluye una variedad de estructuras totalmente metálicas, prefabricadas que se instalan, más o menos, como si fuera un mecano. La cubierta del techo es de filme plástico mientras que los frontales y laterales pueden estar fabricados con plásticos rígidos que aportan distintas propiedades (policarbonato, PVC, poliéster con fibra de vidrio...) al invernadero según sea su destino. Es una estructura frecuente en climas templados, por ejemplo en el mediterráneo norte (Barcelona, sur de Francia y norte de Italia) para la producción de hortalizas, flor cortada y plantas ornamentales.
 

El invernadero multitúnel se está extendiendo por la versatilidad que ofrece y su mayor capacidad para controlar las condiciones ambientales del interior. Fuente: Rufepa
  
Invernaderos de cristal o "Tipo Venlo".
 

Se caracterizan por utilizar cristal en vez de plásticos. El cristal es el material que mejor se comporta térmicamente, por lo que se emplea sobre todo en zonas de clima frío o para cultivos específicos que requieren una temperatura estable y elevada.
 

El inconveniente del vidrio, comparado con los materiales plásticos, es que pesa bastante y las piezas son pequeñas. Esto hace que requiera la construcción de estructuras muy reforzadas, que disminuyen la radiación solar en el interior y que encarecen el conjunto considerablemente.
 

Un buen ejemplo de este tipo de invernaderos. Fuente:Desconocida/Wikimedia Commons 
Crecer en un invernadero

Podríamos ver al invernadero como una especie de "incubadora" de plantas, aun asumiendo que estas completarán ahí dentro todo su ciclo vital. Ofrece en todo momento las condiciones de vida óptimas para el desarrollo de las plantas y las protege frente al frio, el calor o frente a distintos organismos que puedan dañarla.
 

Las plantas pueden crecer directamente del suelo, como en los invernaderos de fresas, sobre amplias mesas si se trata de invernaderos dedicados a producir plantones, o sobre estructuras por las que circula el agua llena de nutrientes en el caso de sistemas hidropónicos

 Las fresas de principio de temporada crecen en grandes caballones protegidos por una estructura tipo invernadero, pero más abierta.

Si, esas lechugas tan caras y con tan buen aspecto posiblemente vengan de un invernadero con sistema hidropónico. Fuente: Freshplaza


Lo más habitual hoy en día es cultivar las plantas en unas bolsas llenas de un sustrato inerte, normalmente "lana de roca". La planta desarrolla las raíces en su interior y estas reciben la cantidad exacta de agua y nutrientes que necesita a través de un sistema de riego por goteo especializado. Este sistema se denomina "fertirrigación", y creo que habrá que dedicarle otra entrada.
 

El espacio de un invernadero es limitado y en algunos cultivos se hace crecer a las plantas de tal manera que aprovechen el espacio al máximo y que permitan trabajar cómoda y rápidamente a los operarios. ¿Cómo? conduciéndolas en vertical apoyándolas en cuerdas, realizando lo que se denomina el "entutorado". Fuente: Cortesía de Syngenta.


¿Sabías que una planta de tomate, crecida y formada en invernadero, puede llegar a medir tres metros?
 Stop bichos (o no)

¿Sabías que el sistema de cultivo bajo invernado es pionero en la utilización de control biológico de plagas?


Todo este control de las condiciones ambientales es posible porque los invernaderos están prácticamente aislados del mundo exterior. Esto ayuda a luchar contra las plagas, ya que en el caso de que logren entrar, son más fáciles de controlar al estar en un recinto cerrado.
 

Pero lo primero es tomar medidas para evitar que entre cualquier organismo que pueda causar problemas - virus, bacterias, hongos o insectos -. Esto se hace utilizando material vegetal (semilla o plantones) con sanidad certificada, restringiendo las entradas al interior del invernadero o colocando mallas anti-insectos. Esto es algo importante, porque si llegara a entrar una plaga de insectos, el invernadero es un sitio ideal para expandirse: calentito, sin grandes oscilaciones de temperatura y con plantas bien alimentadas para comer.
 

Para prevenir la entrada de enfermedades provocadas por virus o bacterias lo más seguro es adquirir semillas o plántulas a un proveedor certificado. Y aún así, estos microorganismos a veces se salen con la suya, como en el caso de este pimiento tan saleroso afectado por un virus.


Como resulta que la Unión Europea cada vez restringe más el uso de productos fitosanitarios, especialmente en horticultura, y el control sobre los residuos es tremendamente exigente (a menudo las comercializadoras exigen limites más exigentes aún) los agricultores han optado por recurrir a la Producción Integrada. Algún día también le dedicaré una entrada a este interesante sistema de producción, pero resumiendo, quedaos con que intenta reducir al máximo posible el uso de productos fitosanitarios utilizando todas las técnicas agronómicas y biológicas a su disposición.
 

La cochinilla algodonosa o cotonet (Planococcus citri) es un insecto difícil de combatir  con insecticidas gracias al caparazón que le protege, pero es muy vulnerable a un voraz depredador como Cryptolaemus montrouzieri. Fuente: Cortesía de Syngenta.

Una de las más importantes hoy en día es la "lucha biológica", que también resumiendo (y recurriendo a wikipedia) es un "método agrícola de control de plagas que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros medios naturales".  

¿Sabías que el 100% de la producción de pimiento de Almería se realiza utilizando métodos de control biológico de plagas? El objetivo es conseguirlo con el resto de cultivos, y no queda lejos.

 Pero el aislamiento total tiene una pega. Si no puede entrar ningún insecto, cultivos como el tomate no podrían producir frutos porque nadie polinizó sus flores. ¿Nadie? Pues no, actualmente se utilizan colonias de abejorros que viven en colmenas portátiles. Estas se colocan en determinados puntos del invernaderos y sus moradores hacen su trabajo de polinizadores con eficiencia. Así tenemos este problema también solucionado. 

Una colmena de abejorros portátil para invernaderos. Fuente: Cortesía de Syngenta.

Una visita al interior del invernadero


Como resumen y para terminar, os dejo con este vídeo en el que aparecen algunas de las cosas que he contado.
No sé si a partir de ahora veréis a los invernaderos de otra manera. Si es así, y os ha llamado la atención esta manera de producir verduras y frutas, sabed que es posible visitar y aprender cómo funciona un invernadero por dentro. La empresa Clisol, en Almería ofrece la posibilidad de disfrutar de este turismo tan particular. 

 
Ah, se me olvidaba; invernadero en inglés es greenhouse

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Reconozcámoslo, los tomates de invernadero muy buena fama no tienen (a pesar de que los famosos RAF lo sean al 100%). Cuento por qué en: AQUELLOS TOMATES
 

Hay un lugar en una esquinita de la península donde se produce, casi todo el año en invernadero, la mayoría de los tomates cherry que consumimos en España y parte de Europa. Lo cuento en: EL PARAISO DE LOS TOMATES CHERRY  

A pesar de que un invernadero es el lugar ideal para que crezcan plagas, quizás sean los sitios donde menos productos fitosanitarios se utilicen. Si quieres saber más sobre sanidad vegetal, no te pierdas esta entrada.
NO, LOS AGRICULTORES NO PRETENDEN ENVENENARTE

martes, 5 de diciembre de 2017

ABECEAGRARIO: HERBICIDA

Entiendo que, para muchos, los herbicidas se consideran "esas porquerías químicas que se echan en los cultivos". No voy a negarlo, efectivamente son sustancias químicas que pueden resultar tóxicas para las plantas u otros seres vivos si no se toman las adecuadas precauciones de uso; de la misma manera que tenemos cuidado en casa de no juntar lejía con amoniaco, utilizamos el aguarrás en lugares ventilados y, espero, no tiramos el aceite usado por el desagüe.
¿ Sabías que la mayoría de los herbicidas son muy poco tóxicos para los mamíferos? Muchos de los compuestos son incluso mucho menos tóxicos que productos de consumo habitual como la aspirina, la cafeína o incluso la sal común.

Aplicación de herbicida en un campo de maíz. Fuente: Syngenta.

Pero, aprovechando que ahora se habla tanto del famoso glifosato, pretendo ofreceros una perspectiva más amplia (sin pasarme, claro) de los herbicidas en general, para que entendáis cuándo, cómo y por qué se utilizan. Lógicamente hablaré del glifosato, porque es muy utilizado y porque seguro que querréis saber más de él. 

La difícil lucha contra las malas hierbas

Antes que nada, recordar que los agricultores no recurren a los herbicidas por capricho. Una infestación fuerte de malas hierbas en un cultivo no solo reduce sensiblemente su crecimiento y productividad al competir por el agua y los nutrientes, también interfiere con la recolección de la cosecha, reduce la calidad de la producción y transmite enfermedades. 

¿Sabías que una infestación fuerte de correhuela puede reducir a la mitad el rendimiento en un viñedo?

Los herbicidas se utilizan para eliminar o interrumpir el desarrollo de plantas indeseadas en terrenos de cultivo. Es también muy habitual su uso en lugares que se han de mantener libres de vegetación, como las cunetas de las carreteras o las vías de los trenes.
 

También es importante decir que los herbicidas son solo una herramienta más para el control de las malas hierbas, y que lo ideal es utilizarlos conjuntamente con medidas de prevención y de lucha física, como el laboreo del suelo. Al final cada agricultor recurrirá a estas distintas herramientas en mayor o menor medida tras considerar muchos factores: el tipo de cultivo y de malas hierbas, el tipo de suelo, la climatología y la economía (el umbral de daños aceptables y el coste de las distintas medidas).
 


Tipos de herbicidas


Todavía no se ha inventado el "herbicida inteligente" capaz de atacar sólo a la mala hierba que molesta. De momento, los agricultores tienen una gran variedad de productos para eliminar las mala hierbas, que elegirán en función del cultivo a tratar, la maleza a eliminar y las características del suelo (textura, pH, contenido en materia orgánica...), ya que estas determinan cómo se comportarán en el los distintos herbicidas. Como, potencialmente, un herbicida puede afectar a las plantas cultivadas o a la vegetación silvestre cercana, este ha de de aplicarse con cuidado.
¿Sabías que hacia finales del siglo 19 se utilizaban sales inorgánicas, como sulfato de cobre, para el control de malezas de hoja ancha en cereales, pero el primer herbicida orgánico  (DNOC - dinitro-ortocresol), no fue introducido hasta 1932?.

Los herbicidas se pueden clasificar de distintas maneras, aquí veremos las más habituales:

Según el modo de acción: total vs selectivo


Un herbicida total afecta a todo tipo de plantas, mientras que uno selectivo sólo eliminan un tipo concreto.
  • Los herbicidas totales se utilizan habitualmente para la limpieza de terrenos, ya que con una sola aplicación son capaces de eliminar todo tipo de malas hierbas. Si se aplican en terrenos cultivados o por cultivar, se hace de tal manera que no afecten al cultivo en cuestión: si es anual como el girasol o algunos cereales se aplicará cuando no hay nada sembrado, y si es leñoso, se aplicará con mucho cuidado entre los árboles.
  • La mayoría de estos herbicidas tienen como materia activa al famoso y controvertido glifosato. Al final de la entrada os cuento varias cosillas sobre él.

Los herbicidas son productos fitosanitarios, y para utilizarlos es necesario disponer del carné de manipulador de estos productos. Sin embargo, dado su amplio uso en jardinería, existen varias preparaciones autorizadas para jardinería exterior doméstica para las que no hace falta el carnet y que pueden adquirirse en grandes superficies. El que puso el cartel de soluciones ecológicas se lució pero bien: el uso de herbicidas no esta permitido, ni justificado, en AE.
 
Los herbicidas selectivos eliminan un tipo concreto de mala hierba, sin afectar a las plantas del cultivo sobre el que se aplica. Por ejemplo, existen herbicidas para hierbas de hoja ancha como la correhuela o de hoja estrecha como la grama.
 


Según donde se aplica: de suelo vs de hojas.


  • Los herbicidas de suelo, también llamados residuales, se emplean habitualmente en cultivos leñosos para eliminar las malas hierbas del pie de los árboles. Se aplican directamente sobre el suelo, donde crean una capa muy fina que provoca la muerte a las plantitas que están germinando. De alguna manera también son selectivos, ya que solo afectan a las malas hierbas anuales, aquellas que nacen todos los años de semilla como la amapola. Su efecto en el suelo dura por un tiempo limitado, por lo que se suele aplicar más de una vez. Un ejemplo de este tipo de herbicidas es la terbutilazina.
 En algunos olivares se aplica herbicida al pie de los árboles y se dejan las "calles" cubiertas de vegetación para que protejan el suelo. Fuente: Syngenta España

  • Los herbicidas foliares se aplican sobre hojas y tallos. Hay dos tipos según el alcance del daño que provocan: Los herbicida foliares de contacto sólo actúan sobre las hojas y tallos donde se ha aplicado, mientras que los herbicidas foliares sistémicos se absorben por hojas y tallos y se desplazan por toda la planta a través de los vasos conductores, provocándole la muerte.  
Como ejemplos de herbicidas de contacto tenemos al paraquat (para gramíneas) o el diquat (para hoja ancha) ambos considerados de alta toxicidad, mucho mayor que el famoso glifosato. El cual, por cierto es un herbicida sistémico, que al ser capaz de alcanzar las raíces, es muy eficaz con las malas hierbas perennes, que suelen ser más complicadas de eliminar.


Según cuando se aplica: presiembra, preemergencia y postemergencia.


  • Los herbicidas de presiembra se utilizan para eliminar las malas hierbas cierto tiempo antes de sembrar. Se pueden aplicar sobre el terreno desnudo o sobre los restos del cultivo anterior, en caso de que se realice agricultura de conservación, una interesante práctica agronómica a la que debería dedicarle una entrada.
  • Los herbicidas de preemergencia se aplican antes de que nazcan las malas hierbas, con el cultivo ya sembrado.
  • Los herbicidas de postemergencia se aplican cuando ya ha nacido la mala hierba. Se suele recurrir a ellos para controlar las malas hierbas recién germinadas que han escapado a las aplicaciones de presiembra o preemergencia.  


Un buen esquema de los tipos de herbicidas. Tomado de Agroterra.


Toda esta clasificación que os he contado, no es tan drástica, y se da el caso de que un mismo herbicida puede ser total o selectivo en función de la dosis en que se aplique, o que haya herbicidas que pueden ser aplicados en preemergencia o en postemergencia en función del tipo de cultivo, del terreno o la climatología entre otros factores.

 La metribuzina es un herbicida selectivo de toxicidad moderada que se utiliza para luchar contra malas hierbas anuales en diferentes cultivos, como este de patata y en situaciones de preemergencia o postemergencia precoz. Fuente: Syngenta Canada.

Cosas que deberías saber sobre el glifosato 
  • El glifosato es el herbicida más empleado en todo el mundo. En España, se utiliza este producto en 4 de los 17 millones de hectáreas cultivadas. Se ha estimado que su prohibición supondría una pérdida del 10 % de la producción agrícola. 
  • Fue creado por la empresa Monsanto, que en 1974 lo comercializó con el nombre de Roundup. Su ultima patente terminó en el 2.000, por lo que actualmente es un producto genérico; hay 55 empresas que tienen registrados herbicidas con este principio activo. 
  • Es un herbicida no selectivo, de aplicación foliar y efecto sistémico. Principalmente se utiliza para la eliminación de malas hierbas en presiembra. 
  • De baja toxicidad para mamíferos. Afecta a una serie de reacciones bioquímicas exclusivas de las plantas, por lo que apenas tiene toxicidad en animales. 
  • Respecto a la salud humana, la opinión de la comunidad científica no es unánime. En 2015 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificaba el glifosato como "probable carcinogénico", evaluación que no comparten la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ni la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA). Para complicar el asunto, existe un importante debate sobre la validez científica de las conclusiones publicadas por las dos primeras entidades. 
  • Juega un papel vital en la Agricultura de Conservación. También está íntimamente asociado al uso de ciertos cultivos transgénicos
  • Es por tanto una sustancia de baja toxicidad, no residual y con un precio asequible. Hoy por hoy no existe una sustancia alternativa con similar eficacia y características, de ahí la importante oposición en medios agrícolas a que se prohíba su uso. 


Otras entradas que te podrían interesar
 

En la entrada DICHOSAS HIERBAS, hablo sobre algunas malas hierbas comunes y los problemas que crean al hortelano. 


En la entrada ME IMPORTA UN BLEDO cuento los problemas que ocasiona esta planta y el mal uso de herbicidas al otro lado del charco. 


Sobre el glifosato y su relación con los cultivos transgénicos, hablo aquí:  ¿CUALES SON LOS PRINCIPALES CULTIVOS TRANSGÉNICOS?

En la entrada NO, LOS AGRICULTORES NO PRETENDEN ENVENENARTE hablo de los mitos más comunes en torno al uso de productos fitosanitarios por parte de los agricultores, tanto convencionales como ecológicos.