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martes, 19 de septiembre de 2017

LA AGRICULTURA EN FRANCIA ES OTRA COSA

La feria SPACE cumple 30 años. Pero... ¿qué es la SPACE?... pues la segunda feria ganadera más grande de Europa, después de la Eurotier de Hannover. Su nombre corresponde a las iniciales de "Salon de la Production Agricole, Carrefour Européen" (Salón de la Producción Agrícola, cruce de caminos europeo), aunque quizás es más revelador el sobrenombre que utilizan: "la feria internacional de las producciones animales".
 

Os cuento esto porque nos han invitado a visitarla con motivo de su 30 aniversario, y he visto cosas que me han gustado y me gustaría compartir con todos vosotros.
 

En las ferias dedicadas al consumidor, los expositores regalan bolsas para la compra, grandes y vistosas; Aquí regalaban cubos, y no pequeños. Fuente: Servicio de prensa de SPACE.
 
1. Es una feria de negocios dedicada al ganadero profesional.
 

Aquí encuentra una gran cantidad y variedad de propuestas comerciales y sobre todo las últimas innovaciones en materia de ganadería (especialmente la intensiva, que es donde hay más margen para innovar) que es lo que más valoran los visitantes.
 

Robot asistente en naves avícolas que se desplaza por el suelo realizando distintas tareas.
 El recinto ferial de Rennes, en la región de la Bretaña, acoge a más de 1440 expositores ( 500 internacionales de 41 países distintos), de muy diversos sectores: nutrición animal, genética, equipamientos, maquinaria específica, sanidad, tratamiento de residuos... de manera que tanto ganaderos franceses como de otras partes del mundo (África occidental, Irán, Rusia, Argelia, India, Canadá...) pueden encontrar la respuesta a sus necesidades.

Pero la feria no ofrece sólo innovación y negocio, también es un espacio para descubrir qué están haciendo otras personas. Se podría ver como un foro en el que se puede asistir a conferencias y coloquios, conocer los resultados del trabajo de institutos técnicos y de investigación e incluso visitar granjas del entorno para ver cómo trabajan los ganaderos de la región de Bretaña, la líder en producción agropecuaria de Francia.
 

Yo aproveché para ver una de gallinas ponedoras y una de ellas parece que quería venirse con nosotros.
 En definitiva, una feria que permite a sus visitantes ver "qué se cuece" en el sector, ofreciendo una visión global y de las tendencias de futuro en las distintas facetas de las producciones ganaderas. Es una feria para el ganadero que quiere ir más allá , el que no se conforma con seguir con lo que se ha hecho " toda la vida". Para mostrar la agricultura al urbanita ya está el SIA de París, en SPACE los visitantes vienen a hacer negocios y contactos de martes a viernes.

Y para los que todavía no están en este mundillo pero quisieran estarlo, SPACE también ayuda a encontrar empleo, ya sea ofreciendo vacantes u organizando "Job-datings". Fuente: Servicio de prensa de SPACE.

 

2. En Francia, agricultores y ganaderos se hacen notar.

Francia es la primera potencia agrícola y posee una de las mayores cabañas ganaderas en la Unión Europea. Es también el segundo mayor exportador de todo el mundo de productos alimentarios, gracias en parte a una importante industria agroalimentaria. 

 "El ganado, una riqueza para Francia"

Con semejante currículo es normal que agricultores y ganaderos franceses saquen pecho y sientan que son importantes. Tienen también detrás un amplio tejido de cooperativas bien organizadas, que no sólo han contribuido a la modernización de la agricultura francesa sino que se han hecho un importante hueco tanto en el mercado agroalimentario de este país como en el internacional. Supongo que también ayuda mucho el tener unos sindicatos agrícolas fuertes, capaces de unirse en una confederación nacional con el suficiente poder como para influir en las políticas agrarias europeas o para llenar París de tractores.

El papel del agricultor es lo suficientemente relevante como para que acudan figuras importantes de la política estatal a SPACE u otras ferias importantes agrarias como SIA o Sommet de l'elevage. Habitualmente acude el mismo presidente de la República o el ministro en su defecto, como ha ocurrido este año, en el que Macron ha tenido que viajar a San Martín para apoyar a sus paisanos afectados por el huracán Irma.
La misma gran superficie que nos trae miles de productos franceses allí vende algunos, pero solo algunos, españoles.

 

De todas maneras, en todos lados cuecen habas y el campo francés no ha resultado inmune a la crisis: hace un tiempo era noticia la alta tasa de suicidios de granjeros que veían como malamente podían vivir con los escasos márgenes de beneficio que obtenían tras un trabajo duro, y mucho menos hacer frente a los préstamos por las inversiones hechas en sus explotaciones. 

 

3. En Francia todavía se valora la buena comida
 

Y agricultores y ganaderos tienen mucho que decir, y hacer, al respecto. Es de agradecer que los que mandan te hagan caso, pero quizás sea más importante que la gente compre tus productos; sobre todo si el precio es razonable para ambas partes.
 

He podido comprobar, y disfrutar, cómo se valoran los alimentos y la buena comida. Y como la población quiere saber más acerca de quienes los producen y cómo lo hacen; ya no se busca sólo el sabor o el "terroir", también importa el respeto al medio ambiente, el bienestar animal y la seguridad alimentaria. 

 

Cartel de un restaurante visto en la feria.
 Un instrumento útil, aunque algo engorroso , son las indicaciones de calidad: la francesa AOC (Appellation d'Origine Contrôlée) y las europeas AOP (lo que nosotros llamamos DOP) e IGP. Otras iniciativas en esa línea pero más ambiciosas son la asociación "Bleu blanc cœur" (Corazón azul y blanco) o la marca de leche "C’est qui le Patron" (¿Quien es el jefe?). 


La carne de cordero alimentado con pastos salados (Pré - salé) en la comarca de Mont Sant Michel es un buen ejemplo de todo esto.

En resumen, nuestros vecinos han dado con una buena receta, cuyos ingredientes -
Profesionalidad + innovación + organización +reconocimiento institucional + reconocimiento del consumidor - cocinados a fuego lento, han dado un resultado francamente apetecible. Sería interesante ver cómo se puede adaptar esta receta en España.


Otras entradas que te podrían interesar:

La he mencionado dos veces en el texto y en VISTAS AL CAMPO DESDE PARÍS hablo de la SIA, otra feria muy importante pero enfocada al urbanita medio.
Y ya que estamos de ferias europeas, cómo no hablar de la SEMANA VERDE DE BERLIN, aunque más que de agricultura es de alimentación.
¿Te lías con las denominaciones de origen? En esta entrada te lo explico . EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE DOP E IGP EXPLICADO CON LEGUMBRES

viernes, 26 de mayo de 2017

ES LA AGRICULTURA, ESTÚPIDOS

Quizás algunos conoceréis la famosa expresión "The economy, stupid" que acuñó James Carville, durante la campaña electoral de Bill Clinton contra George Bush padre en 1992, y que por extensión se utiliza para referirse a cuestiones que se consideran esenciales: la industria, la educación, el déficit....

Creo que si hiciera una encuesta informal a mi alrededor preguntando sobre los sectores que aportan más dinero a nuestro país, todo el mundo apuntaría sin dudarlo al turismo, quizás la fabricación de coches, y lo mismo saldrían algunas marcas famosas de ropa o telefonía que sabemos están presentes en otros países.


Pero muy posiblemente ni se nos pasaría por la cabeza la agricultura o la ganadería. Al fin y al cabo, en 2015, estos sectores junto con la silvicultura y la pesca aportaban nada más que un 2.3 % al PIB, y empleaban tan solo al 4.1 % de la población activa. Cuatro gatos, vamos.
 

¿ Sabías que España es el primer exportador de naranjas del mundo para consumo en fresco?.

 Pero resulta que estos cuatro gatos producen alimentos de una gran calidad. En parte por razones puramente geográficas, también porque aún mantenemos variedades vegetales y razas ganaderas que dan productos de gran calidad y sobre todo por la profesionalidad de muchos agricultores y ganaderos, que hacen su trabajo según el Modelo Europeo de Producción, para obtener alimentos sanos y seguros, respetando el medio ambiente y garantizando el bienestar animal.

Es más, algo tendrán nuestros productos agroalimentarios (los pesqueros incluidos) que se disputan el segundo puesto en exportaciones con la industria automovilística. Y por si fuera poco, llevan creciendo desde hace una década, incluso a pesar la crisis económica que hemos sufrido estos últimos años - o quizás debido a ella -, por lo que han contribuido de una manera importante a equilibrar la balanza económica.


  ¿ Sabías que las exportaciones agroalimentarias, pesqueras y forestales españolas han crecido un 72% en los últimos 10 años?.

 

¿Quién dijo que exportar fuera fácil?
 

Ofrecer productos con altos estándares de calidad es imprescindible para vender en la Unión Europea, que es nuestro principal comprador, pero también hay que ser competitivo en precio y moverse continuamente para ampliar la cartera de clientes.
 

Surtimos de fruta y verdura frescas y variadas durante una parte importante del año a otros países de la Unión Europea (Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido). El problema es que esa calidad se paga cada vez peor; los consumidores franceses, alemanes o ingleses tampoco atan los perros con longanizas y, como nosotros, acaban haciendo la compra donde les aseguran mejores precios que la competencia. 

En el Reino Unido se pirran por el brécol murciano.
Fuente: Liliana Fuchs/ Directo al Paladar.


Los productores españoles también han tenido que aguantar las injustas e infundadas acusaciones de provocar problemas sanitarios bien gordos, como ocurrió con la crisis de los pepinos en Alemania en junio de 2011. O que medios de comunicación sensacionalistas británicos les echen la culpa de estar “almacenando fruta y verdura", mientras que los pobres consumidores británicos tenían las lechugas racionadas. Y todo por un inoportuno temporal de frio que afectó al sur de Europa el pasado invierno y que puso en evidencia ciertos fallos de funcionamiento de las cadenas de distribución.

 

Estampa de un supermercado inglés durante el "lettucegate". (Trad. "Lechuga iceberg, máximo dos por cliente"). Tiene delito, UNA lechuga por casi euro y medio. Fuente: Sarah Morton.
A esto le sumamos el auge de las corrientes nacionalistas que, cómo no, también se han instalado en el mundo alimentario. En Francia, aparte de ser muy suyos a la hora de comer, miran hacia otro lado cuando algunos agricultores asaltan los camiones cargados de fruta, verdura o vino español. Los alemanes tiran de su huerta en cuanto pueden. Y seguimos sin tener claro que va a ocurrir con el dichoso Bréxit.

El nacionalismo lo impregna todo. Tomado del blog de David del Pino.

 
Y es que los vaivenes de la política internacional a veces complican mucho el trabajo de los exportadores . La crisis de Ucrania por ejemplo; Rusia mete las narices en Ucrania, cosa que no gusta a la UE que responde imponiendo sanciones varias a Rusia, la cual corresponde a su vez prohibiendo la importación de productos agroalimentarios europeos. Considerando que España es el segundo productor de carne de cerdo de la UE y el cuarto mundial, la pérdida del mercado ruso hizo que nos sobraran cerdos por todos lados.

Y es que actualmente España tiene un nivel de abastecimiento de carne de cerdo del 190%. Es decir, con el 100% se suministra a todo el país y el 90% restante se exporta a terceros países. En su momento las asociaciones de productores se pusieron las pilas para colocarlos en otro lugar, el mercado chino por ejemplo, hacia donde van un millón de toneladas de carne de cerdo. Aparte de que son muchísima gente que quiere comer carne más o menos barata, la epidemia de peste porcina en ese país ha hecho cerrar muchas granjas. También ha cerrado las exportaciones de Alemania, donde también ha habido casos, lo que permite a España adelantar a su competidor. ¿Hasta cuándo durará esta situación? ¿lograrán los ganaderos españoles sortear la peste porcina?. Como veis, atreverse a vender fuera del país, aunque tremendamente necesario no es nada fácil.


Lo que ha costado poder vender cerdo ibérico en EEUU.

Lo de Donald Trump es un caso aparte que acaba afectándonos de una manera u otra (como a medio mundo). Una disputa sobre dineros entre los constructores de aviones Airbus y Boeing al final acaba saldándonse con una subida de aranceles al aceite, las aceitunas de mesa y el vino. Eso supone perder el mercado norteamericano, tan interesante por su alto nivel adquisitivo que se ha estado trabajando durante 30 años para poder introducir los productos. Otro ejemplo, como en su momento cerró a los mexicanos las puertas del mercado estadounidense, estos se fijaron en el mercado musulmán para vender su carne. Precisamente cuando estaban creciendo nuestras exportaciones de vacas y ovejas vivas para ser sacrificadas siguiendo el rito Halal en países como Líbano, Libia o Argelia. La competitividad se impone y uno de los factores es precisamente la sanidad animal, es decir verse libre de enfermedades como la brucelosis o la tuberculosis en rumiantes, gripes aviares o pestes porcinas.


Pero, a pesar de todo, ahí están agricultores y ganaderos, en la brecha contribuyendo cada día a día desde el olivar, la granja, la viña, los campos de naranjos y los invernaderos a construir una "Marca España" cada vez más sabrosa y a generar un dinero muy necesario para equilibrar las cuentas patrias.

Por cierto ¿ sabías que España es incluso líder en la producción de opiáceos legales, justo por detrás de Australia?.


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jueves, 30 de marzo de 2017

REFUGIADOS VEGETALES

¿Qué pueden tener en común unas islas en el Círculo polar ártico con un país de Oriente Medio que lleva seis años en guerra?. El país lo habréis adivinado, Siria. Respecto a las islas, son territorio noruego y albergan un curioso edificio del que os hablaré más adelante.  

La respuesta: ambos guardan un tesoro muy valioso, un tesoro en forma de semillas. Su valor está en la información que guardan en sus genes tras miles de años de evolución y/ o domesticación, y por el concienzudo trabajo de investigación necesario para sacar provecho a esa información.
 

Una espiga de trigo sirio.
Fuente: Global Crop Diversity Trust/Britta Skagerfalt
 La importancia de coleccionar semillas

Acostumbrados como estamos a no comer más que unas cuantas especies distintas, no deja de sorprender que en la primera mitad del siglo XX las tribus indias norteamericanas fueran capaces de usar (para alimentarse, vestirse, curarse, etc.) unas 1.000 especies distintas. A lo largo de este mismo siglo se han perdido en Estados Unidos el 93% de las variedades de frutas y productos hortícolas. En España tampoco nos libramos, según cuentan en este artículo, de las 380 variedades de melón que había en los años setenta, hoy como mucho encontramos en el mercado 10 o 12 (y muchas me parecen). 
¿Sabías que de las 7.000 - 10.000 especies vegetales que ha utilizado el ser humano a lo largo de su historia, hoy sólo se cultivan unas 150 y solamente doce de ellas representan más del 70% del consumo humano?.
¿Por qué se ha perdido toda esta variedad genética? 

Básicamente porque hemos pasado de una agricultura de subsistencia que cultivaba de todo para poder comer a una agricultura industrial que cultiva pocas variedades pero muy productivas, para poder vender

Y es que actualmente a las semillas se les pide "el más difícil todavía": tienen que ser rentables para las casas de semillas, satisfacer las exigencias de agricultores, distribuidores e industria agroalimentaria y, cómo no, ofrecer productos atractivos y económicos al consumidor. Es difícil dar gusto a todos a la vez, y resulta lógico pensar que pocas variedades lo consiguen.


La variedad de productos en un supermercado cualquiera es a menudo engañosa: judías planas o redonditas, patatas para freír o cocer, berenjenas lisas o rayadas, una sola variedad de plátanos...Sólo las variedades más aptas comercialmente son las que se siembran, se recogen y se venden.

Hay que admitir esta pérdida de diversidad genética, no queda otra, sobre todo porque el uso de las variedades actuales también conlleva ciertas ventajas. Eso sí, con el cambio climático ya asomando la patita, es muy importante que seamos capaces de desarrollar unas variedades mínimamente productivas que además sean capaces de sobrevivir a sequías, inundaciones, exceso de calor o frio, a plagas y enfermedades o a suelos con demasiada sal. Estos "superpoderes" los tienen algunas variedades de cultivos antiguos, sus parientes silvestres e incluso especies que tradicionalmente acompañan a los cultivos. A este conjunto de especies es lo que denominamos Biodiversidad agrícola, y constituye un tesoro que puede ayudar a adaptarnos mejor al cambio climático, a mejorar la calidad de vida de muchos agricultores y a garantizar la seguridad alimentaria.
 

El Depósito Mundial de Semillas
 

Antes de viajar a Oriente Medio vamos primero a esas remotas islas situadas en el ártico, el archipiélago de Svalbard.


Desde su construcción en 2008 ha logrado reunir en torno al 40% de la diversidad alimentaria del mundo. Fuente: Global Crop Diversity Trust

Allí se construyó en 2008 el Depósito Mundial de semillas donde se guarda la "copia de seguridad" definitiva de 839.804 variedades de cultivos distintas. Los depositores mantienen la propiedad de las semillas allí guardadas y sólo ellos tienen acceso a ellas, por lo que también podríamos considerarlo una especie de "Banco mundial de las semillas"; aunque sus fines son considerablemente más altruistas y, en principio son los países en vías de desarrollo los más beneficiados.
 

Es posible que lo encontréis traducido como la "Bóveda global": su nombre en inglés es Global Seed Vault; y "vault" significa bóveda o cúpula, pero también cámara acorazada o caja fuerte. Estas instalaciones no tienen cúpulas por ningún lado, pero sí largos pasillos que se adentran en el suelo permanentemente congelado de ese remoto paraje.


Aquí se guardan semillas de casi todos los países del mundo. Mari Tefre/Global Crop Diversity Trust

Se eligió este lugar por varias razones: pertenece a Noruega, que además de ser un país tranquilo, financió la construcción y el mantenimiento de la bóveda. Este no es excesivamente caro, ya que, de momento, el frio que necesitan las semillas para su conservación lo tienen asegurado. Es también un lugar geológicamente estable y bien comunicado. 

El ICARDA de Siria.
 

El depósito de Svalbard está muy bien para guardar semillas de una manera segura y a largo plazo, pero aparte de eso poco más puede hacer. Existen 12 importantes bancos de germoplasma a nivel mundial especializados en distintos cultivos y que aparte de conservar semillas o tejidos, proveen de copias de este material a los mejoradores vegetales o los investigadores que lo soliciten. 
¿Sabías que, según la FAO, existen aproximadamente 1.400 bancos de germoplasma en más de mil países?

Pues bien el ICARDA (International Center for Agricultural Research in Dry Areas) es uno de ellos. Especializado en cereales y leguminosas, posee antiguas variedades de trigo duro y blando que datan de los inicios de la agricultura en "la media luna fértil" y una de las más grandes colecciones de lentejas, garbanzos, cebada y otras variedades de leguminosas, todos ellos cultivos que alimentan a millones de personas en todo el mundo. Podéis imaginaros lo que supondría perder estas semillas, desarrolladas desde hace cientos e incluso miles de años. El problema, su sede estaba situada a unos treinta km al sur de Alepo.

¿Sabías que se han sacado al mercado cerca de 900 variedades de trigo desarrolladas en el ICARDA para su cultivo en todo el mundo?

Como buena institución dedicada a conservar un bien preciado, estaba preparada desde el principio para acciones de emergencia. Así que, en cuanto comenzaron los primeros combates, allá por la primavera de 2011, el centro se puso en marcha para duplicar aproximadamente el 87% de su colección y enviarlo a bancos de semillas cercanos y a Svalbard. Y es que no hacen falta bombas para destruir un banco de germoplasma; sin la corriente eléctrica necesaria para conservar las semillas a la temperatura correcta, estas pueden perder su viabilidad.

Detalle del interior del banco de semillas. Estas se guardan en bolsitas especiales de alumnio o en tubos de vidrio. Fuente:  Global Crop Diversity Trust/Britta Skagerfalt

Un año después la situación había empeorado y, previendo que tarde o temprano la guerra llegaría a Alepo, se optó por sacar lo que quedaba de la colección y descentralizar actividades. En julio todo el personal internacional tuvo que abandonar el país hacia el Líbano, llevándose consigo parte de las semillas que aún no habían podido ser duplicadas.
 

En el centro quedó el personal sirio, que con ayuda de la población local, siguió sacando material del banco. No fue nada fácil conseguirlo: durante los tres años siguientes recorrieron todas las carreteras del norte del país, sufrieron incluso dos secuestros, y tuvieron que tirar de contactos en medio mundo para sacar ese material tan preciado fuera del país y asegurarse que quedaba a buen recaudo. Fueron capaces incluso de enviar dos remesas más de material a Svalvard.
 

Para 2015 ya era imposible mandar nada a ningún lado. Aunque se las apañaron para asegurar la conservación de las semillas que quedaban en el centro, este no podía ejercer las funciones para las que fue creado. Básicamente porque no era seguro acceder al terreno donde se resiembra periódicamente el material genético y tampoco estaban las carreteras como para compartir semillas con nadie. Llegó el momento de buscar otro lugar más seguro donde seguir con la tarea, pero, por si las moscas buscaron dos en vez de uno: la colección activa se iría a Terbol (Líbano) y la investigación se centraría en Marrakech (Marruecos).
 

Instalaciones exteriores del ICARDA en Alepo. Las semillas contenidas en los bancos de germoplasma se siembran periódicamente para suministrar "copias" a quien lo solicite. Fuente:  Global Crop Diversity Trust/Britta Skagerfalt
 
Ya tenían las sedes, ahora sólo faltaba recuperar las semillas. Así que pidieron a los gestores del Banco de semillas que se las devolvieran. Y así hicieron. De hecho es la primera y única vez que se ha abierto esta especie de Arca de Noé, no para aumentar la colección sino para devolver parte a sus legítimos propietarios.
 

Esas semillas que habían estado pasando frío en Svalvard durante una larga temporada fueron perfectamente capaces de germinar en su nueva casa. De hecho y como curiosidad, comentar que se terminaron las obras de las nuevas instalaciones justo a tiempo para cosechar las nuevas semillas y guardarlas bien fresquitas. Recientemente se ha podido obtener suficiente cantidad de semillas para mandarlas de vuelta a Svalbard, y así tener de nuevo una copia de seguridad.
 

Aquí podéis ver la historia con imágenes (está en inglés). Respecto a la sede de Alepo: al parecer funciona pero no es accesible.
Las semilla como símbolo de esperanza
 

Ojalá los miles de refugiados o las ruinas de Palmira pudieran hacerse pequeñitos, como granos de trigo, para guardarlos en una bolsa y llevarlos a un lugar donde pudieran esperar hasta que todo se arregle, si es que eso es posible.
 

De hecho, según trabajaba en esta entrada me dio por pensar si el personal del centro de Alepo en algún momento no se encontraría ante el dilema ético de intentar paliar el hambre presente de sus vecinos o el hambre futura de gente desconocida. Y no es ninguna tontería; este artículo (muy recomendable) cuenta cómo los responsables de un importante banco de semillas en San Petersburgo, durante el largo asedio al que le sometió el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, no tocaron el material, a pesar de que varios murieran de hambre.

Y es que estas semillas antiguas representan miles de años de evolución y domesticación, algo que no podemos permitirnos el lujo de perder. Representan también una fuente de potenciales soluciones a problemas que posiblemente nos encontremos en el futuro; y si no las conservamos habría que partir de cero.
 

Pero yo quería terminar con un mensaje positivo. Tenemos la capacidad para conservar y mejorar las semillas de las plantas que nos dan de comer. Disponemos también de un mecanismo internacional de colaboración para la conservación de recursos genéticos, del que el Banco de Semillas es la parte más vistosa, que ha demostrado su tremenda utilidad. El mecanismo ha funcionado, ahora solo falta asegurar su mantenimiento.

 Para hacer esta entrada he recurrido a la información que ofrece la ONG Crop Trust, a este artículo que cuenta la historia y algunos capítulos de este interesante libro, editado por la Editorial Agrícola.














Actualización: lamentablemente, parece que el mantenimiento del Depósito mundial va a ser más costoso de lo esperado, debido al rápido avance del cambio climático. En este artículo cuentan como tras un verano excepcionalmente cálido, se inundó el pasadizo de entrada.


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