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sábado, 11 de agosto de 2018

RATONES DE CAMPO Y RATONES DE CIUDAD

Estamos en pleno verano, estación que para muchos significa vacaciones y a  menudo la posibilidad de llevar a cabo todo eso que uno lleva deseando hacer todo el año. Para los que eligen montaña en vez de playa, puede significar dar largos paseos, respirar aire fresco y puro...o reconectar con la naturaleza y el mundo rural. 

 

El problema es que la brecha que separa al mundo rural del urbano es cada vez mayor. Los habitantes de ambos lados del precipicio ven a los del otro lado de una manera distorsionada; como a través de unas gafas que llevan un filtro fabricado a partir de ideas preconcebidas, mitos y grandes dosis de desinformación.

Y cuando llegan las vacaciones, los habitantes de uno de los lados saltan al otro, lo cual en principio está muy bien porque es la mejor manera descubrir al vecino. El problema es que aunque viajan, las gafas no se las quitan y pierden la oportunidad de descubrir cómo viven realmente los habitantes "del otro lado". Y esto, aparte de ser una pena, a veces causa serios problemas.  
 
Este verano, por ejemplo, me he encontrado con tres historias de hasta qué punto puede chocar el mundo urbano con el rural cuando los habitantes del primero se comportan como si el campo fuera simplemente su "patio del recreo". Y he decidido escribir esta entrada para contarlas, con un título inspirado en una fábula de Esopo que ya en el 500 a.C reflejaba el campo y la ciudad como dos mundos enfrentados.

Festival de globos aerostáticos en Segovia. 

¿A quién no le gustaría admirar desde el cielo el paisaje agrario castellano?. En principio no habría problema, si no fuera porque aterrizan impunemente en fincas privadas, valladas con ganado en su interior; y, lo que es peor, les da por volar bajo sobre zonas de pastizales, molestando a vacas y terneros con el ruido de los quemadores. Los animales, asustados, saltan vallas y alambradas, irrumpiendo en la carreteras con el riesgo que eso supone. Imaginaros el problema que puede llegar a suponer para el propietario de los animales: arreglar los vallados rotos, abortos provocados por el estrés, o peor aún, la responsabilidad por si alguno de sus animales provocara un accidente de tráfico. No está pagado, como dicen.

Foto de Rocío Pardos, tomada de esta página.
Lo razonable sería  evitar zonas de pastizal y que tanto los despegues como los aterrizajes, se realizaran en parcelas en las que se contara con autorización para hacerlo. Pues que si quieres arroz Catalina. Según cuentan en esta noticia, la Unión de Campesinos de esa provincia lleva desde hace ya bastante tiempo pidiendo a las empresas que tomen esas  precauciones, con tan poco éxito hasta el momento que han decidido recurrir a la Subdelegada del gobierno para que tome cartas en el asunto.

Excursionistas que la lían parda

Poco a poco, la concienciación ambiental va calando en la sociedad. Tenemos la lección aprendida de qué hacer para prevenir incendios y de que hay que llevarse la basura a casa (otra cosa es que se lleve a la práctica). Sin embargo, con el auge del turismo rural, la mayor movilidad de la gente y ciertas corrientes animalistas, se empieza a detectar otro problema: la interferencia de los excursionistas en el monte con la ganadería extensiva.

Se ha llegado a tal punto que los pastores de cabras y ovejas, a través de la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (INTEROVIC), han elaborado el Decálogo del turista rural sostenible, para informar sobre unas sencillas pautas de comportamiento para garantizar la convivencia entre ganado, ganaderos y turistas.

Algunas podrían parecer de sentido común, especialmente para la gente que trata a diario con ganado, pero que a los urbanitas lo mismo ni se les pasa por la cabeza.

Por ejemplo, en carretera recomiendan respetar las señales de paso de ganado y reduciendo la velocidad (¿cuántos de nosotros realmente lo hacemos?). Las carreteras a veces atraviesan montes públicos o comunales y puedes encontrarte con una vaca o un rebaño; en estos casos hay que ser paciente, su ritmo es distinto, no utilizar el claxon y no bajar del coche, ya que los animales pueden asustarse y salir corriendo, con lo que supone de trabajo extra para el pastor reunir de nuevo al rebaño en campo abierto.

Cuando se pasea por el monte conviene recordar tres normas básicas
La primera norma de oro: dejar los pasos de las fincas tal y como uno se los encuentra, abiertos o cerrados, ya que el ganadero tiene un motivo para dejarlos así. 

Segunda norma: en general, no acercarse a cualquier animal suelto, y esto lo añado yo, especialmente si se trata de una vaca con ternero (pueden llegar a atacar si consideran que su cría está en peligro). 


La tercera norma: cuidado con los perros. Si nos encontramos con un rebaño lo mejor es rodearlo, cuanto más lejos mejor. Y si llevamos perro, hay que atarlo inmediatamente con la correa, por dos razones: por si se nos escapa y molesta a los animales, y porque normalmente los rebaños van protegidos y guiados por perros que no dudarán en echar al intruso de malos modos. 

Y es que los problemas excursionista-perro-pastor son cada vez más frecuentes y a menudo se deben un desconocimiento tremendo de la función de los perros guías y guardianes (a veces se utilizan dos razas distintas, careas y mastines) de los rebaños.


La función del perro pastor es proteger al rebaño, normalmente del ataque de lobos, y lógicamente, para que cumpla esta función ha de estar suelto y sin bozal. Si te ladra a ti o a tu perro, lo sensato y normal es alejarse hasta que el animal considere que su rebaño no corre peligro. Sin embargo, no falta gente que, tras el susto, amenaza al pastor con denunciarle por llevar así al perro. No señores, el campo no es un parque público y tanto el pastor como su perro están trabajando, que de algo hay que vivir.
 
Otro problema tristemente cada vez más habitual, que denuncian en la comunidad de Facebook de Ganaderas en Red (GeR), es el de la gente que ve un perro suelto en zona de pastoreo y, por desinformación o por exceso de celo, se lo llevan con ellos considerando que el ganadero lo ha abandonado, e incluso llegando a denunciarle.  Al mal rato que pasa este ganadero (ganaderas en este caso) por la denuncia hay que añadir que el rebaño queda desprotegido por un tiempo, y que en caso de que el animal acabe en una protectora (que a veces ocurre) y localicen a su dueño legítimo, este tiene que desplazarse a recogerlo y pagar por el tiempo que ha estado el perro alojado en la protectora.  

Foto de un mastín trabajando. En determinados casos pueden estar solos a cargo de rebaños en zonas cercadas. Fuente: GeR - Ganaderas en Red.

Invasión de un campo de girasoles

Esta última historia ocurrió en julio y aquí podéis leer la noticia original o su versión en castellano. De todas maneras os la resumo para mostrar lo que ocurre cuando se añaden las redes sociales y una falta total de respeto.

La familia Bogles tiene una granja en Ontario (Canadá) en la que cultivan girasol, maíz, mijo, avena y cebada. Para sacarse un dinero extra, hace tres años decidieron abrir su granja a los fotógrafos que acudían a retratar los campos de girasoles. Hasta ese momento habían tenido unos pocos cientos de visitantes. Este año abrieron la granja el 20 de julio, acondicionando uno de los campos como aparcamiento y contratando gente que les ayudara a guiar y controlar a los visitantes. Por cada adulto cobraban 7.50 dólares.

La primera semana las visitas transcurrieron normalmente, llegando apenas a un tercio de la capacidad de acogida. Pero el sábado siguiente la cosa se desmadró. Varias fotos subidas a Instagram de gente posando entre miles de girasoles se hicieron virales y desencadenaron la tormenta perfecta; de repente, medio Ontario quería inmortalizarse entre estas vistosas flores. Más idílico y rural imposible.

Fuente. The globe and mail.

Venía gente de todos los lados, las autopistas y carreteras comenzaron a congestionarse a las seis de la mañana, la gente comenzó a aparcar a un kilómetro de distancia, y entraron en los campos sembrados con sus palos de selfie e ignorando las indicaciones de los trabajadores de la granja y las señales de "no pasar" colocadas por todos lados, y lógicamente la inmensa mayoría sin pagar un céntimo. 

Al día siguiente, los dueños de la granja pasaron el día carretera arriba y abajo pidiéndole a los visitantes que se fueran, a lo que algunos contestaron que "les había arruinado las vacaciones". 

El girasol es un cultivo bastante frágil, si las hojas inferiores resultan dañadas la planta es menos resistentes a la sequía y las enfermedades. Hasta septiembre u octubre no conocerá la familia Bogles el alcance de los daños que causó la horda de fotógrafos en sus campos. Un agricultor del área de Winnipeg sin embargo comentó que cerca de 2.000 personas se presentaron en uno de sus campos, derribando las flores en busca de la foto perfecta.


Esta historia es más antigua, pero tenía que ponerla. Circula en Internet un video de un granjero croata que, harto de que los coches aparcaran en su campo de cultivo todos los domingos de mercado, tras pedir claramente que no se hiciera, decidió dar a los dueños un pequeño escarmiento arando toda la zona que quedaba libre. Acabó ayudando a sacar los coches y aún hubo algún conductor que se quejó porque su coche resultó dañado. Aquí tienes el vídeo. Fuente.

En conclusión

He puesto tres historias que me han llegado prácticamente a la vez, y que en general muestran esa actitud del urbanita de considerar que el campo no tiene dueño, que tiene todo el derecho del mundo de ir a donde le plazca, y que los caminos están hechos para que el (o ella, o sus perros o sus críos) paseen, corran o monten en bici tranquilamente, sin que vehículos de campo y rebaños se crucen en su camino, levantando polvo o dejando olorcillo a chotuno a su alrededor. 

Todos sabemos cómo está afectando el turismo a las ciudades, pero normalmente el turista medio sabe cómo comportarse y los lugares donde acude, mal que bien, están adaptados a las aglomeraciones. Pero jamás verás a un turista "de pueblo" pasear por los pasillos de una oficina o un hospital o meterse en la cocina de un restaurante e increpar al responsable por el aspecto de las lechugas, por ejemplo. 

Pues bien, el campo y la montaña son el lugar de trabajo de mucha gente en el medio rural. En algunos casos los terrenos serán de su propiedad y otras veces serán compartidos, pero ellos llevan toda la vida ahí, harán las cosas mejor o peor, pero tendrán sus motivos para hacerlas y no creo que alguien que está de paso sea la persona más indicada para juzgarles. 

Dicho esto, también es verdad que a menudo desde el mundo rural se trata al urbanita y en particular a algunas variantes (ecologista, animalista, etc) con condescendencia e incluso desprecio, lo cual también me parece un error. Hay mucha buena gente que hace turismo por conocer lugares nuevos, a sus gentes y su modo de vida, y si pasa ocho horas en la oficina, dos en medios de transporte y el resto metida en un bloque de pisos es normal que no tenga ni idea de cómo comportarse si se cruza con un rebaño de ovejas. Y a la que meterse en mitad de un cultivo para hacerse fotos le parezca de lo más emocionante.    

Lo ideal sería que tanto urbanitas como ruralitas se quiten esas gafas con filtro de ideas preconcebidas, estén dispuestos a escucharse mutuamente y sobre todo, se traten con respeto. ¿Será mucho pedir?.


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martes, 19 de septiembre de 2017

LA AGRICULTURA EN FRANCIA ES OTRA COSA

La feria SPACE cumple 30 años. Pero... ¿qué es la SPACE?... pues la segunda feria ganadera más grande de Europa, después de la Eurotier de Hannover. Su nombre corresponde a las iniciales de "Salon de la Production Agricole, Carrefour Européen" (Salón de la Producción Agrícola, cruce de caminos europeo), aunque quizás es más revelador el sobrenombre que utilizan: "la feria internacional de las producciones animales".
 

Os cuento esto porque nos han invitado a visitarla con motivo de su 30 aniversario, y he visto cosas que me han gustado y me gustaría compartir con todos vosotros.
 

En las ferias dedicadas al consumidor, los expositores regalan bolsas para la compra, grandes y vistosas; Aquí regalaban cubos, y no pequeños. Fuente: Servicio de prensa de SPACE.
 
1. Es una feria de negocios dedicada al ganadero profesional.
 

Aquí encuentra una gran cantidad y variedad de propuestas comerciales y sobre todo las últimas innovaciones en materia de ganadería (especialmente la intensiva, que es donde hay más margen para innovar) que es lo que más valoran los visitantes.
 

Robot asistente en naves avícolas que se desplaza por el suelo realizando distintas tareas.
 El recinto ferial de Rennes, en la región de la Bretaña, acoge a más de 1440 expositores ( 500 internacionales de 41 países distintos), de muy diversos sectores: nutrición animal, genética, equipamientos, maquinaria específica, sanidad, tratamiento de residuos... de manera que tanto ganaderos franceses como de otras partes del mundo (África occidental, Irán, Rusia, Argelia, India, Canadá...) pueden encontrar la respuesta a sus necesidades.

Pero la feria no ofrece sólo innovación y negocio, también es un espacio para descubrir qué están haciendo otras personas. Se podría ver como un foro en el que se puede asistir a conferencias y coloquios, conocer los resultados del trabajo de institutos técnicos y de investigación e incluso visitar granjas del entorno para ver cómo trabajan los ganaderos de la región de Bretaña, la líder en producción agropecuaria de Francia.
 

Yo aproveché para ver una de gallinas ponedoras y una de ellas parece que quería venirse con nosotros.
 En definitiva, una feria que permite a sus visitantes ver "qué se cuece" en el sector, ofreciendo una visión global y de las tendencias de futuro en las distintas facetas de las producciones ganaderas. Es una feria para el ganadero que quiere ir más allá , el que no se conforma con seguir con lo que se ha hecho " toda la vida". Para mostrar la agricultura al urbanita ya está el SIA de París, en SPACE los visitantes vienen a hacer negocios y contactos de martes a viernes.

Y para los que todavía no están en este mundillo pero quisieran estarlo, SPACE también ayuda a encontrar empleo, ya sea ofreciendo vacantes u organizando "Job-datings". Fuente: Servicio de prensa de SPACE.

 

2. En Francia, agricultores y ganaderos se hacen notar.

Francia es la primera potencia agrícola y posee una de las mayores cabañas ganaderas en la Unión Europea. Es también el segundo mayor exportador de todo el mundo de productos alimentarios, gracias en parte a una importante industria agroalimentaria. 

 "El ganado, una riqueza para Francia"

Con semejante currículo es normal que agricultores y ganaderos franceses saquen pecho y sientan que son importantes. Tienen también detrás un amplio tejido de cooperativas bien organizadas, que no sólo han contribuido a la modernización de la agricultura francesa sino que se han hecho un importante hueco tanto en el mercado agroalimentario de este país como en el internacional. Supongo que también ayuda mucho el tener unos sindicatos agrícolas fuertes, capaces de unirse en una confederación nacional con el suficiente poder como para influir en las políticas agrarias europeas o para llenar París de tractores.

El papel del agricultor es lo suficientemente relevante como para que acudan figuras importantes de la política estatal a SPACE u otras ferias importantes agrarias como SIA o Sommet de l'elevage. Habitualmente acude el mismo presidente de la República o el ministro en su defecto, como ha ocurrido este año, en el que Macron ha tenido que viajar a San Martín para apoyar a sus paisanos afectados por el huracán Irma.
La misma gran superficie que nos trae miles de productos franceses allí vende algunos, pero solo algunos, españoles.

 

De todas maneras, en todos lados cuecen habas y el campo francés no ha resultado inmune a la crisis: hace un tiempo era noticia la alta tasa de suicidios de granjeros que veían como malamente podían vivir con los escasos márgenes de beneficio que obtenían tras un trabajo duro, y mucho menos hacer frente a los préstamos por las inversiones hechas en sus explotaciones. 

 

3. En Francia todavía se valora la buena comida
 

Y agricultores y ganaderos tienen mucho que decir, y hacer, al respecto. Es de agradecer que los que mandan te hagan caso, pero quizás sea más importante que la gente compre tus productos; sobre todo si el precio es razonable para ambas partes.
 

He podido comprobar, y disfrutar, cómo se valoran los alimentos y la buena comida. Y como la población quiere saber más acerca de quienes los producen y cómo lo hacen; ya no se busca sólo el sabor o el "terroir", también importa el respeto al medio ambiente, el bienestar animal y la seguridad alimentaria. 

 

Cartel de un restaurante visto en la feria.
 Un instrumento útil, aunque algo engorroso , son las indicaciones de calidad: la francesa AOC (Appellation d'Origine Contrôlée) y las europeas AOP (lo que nosotros llamamos DOP) e IGP. Otras iniciativas en esa línea pero más ambiciosas son la asociación "Bleu blanc cœur" (Corazón azul y blanco) o la marca de leche "C’est qui le Patron" (¿Quien es el jefe?). 


La carne de cordero alimentado con pastos salados (Pré - salé) en la comarca de Mont Sant Michel es un buen ejemplo de todo esto.

En resumen, nuestros vecinos han dado con una buena receta, cuyos ingredientes -
Profesionalidad + innovación + organización +reconocimiento institucional + reconocimiento del consumidor - cocinados a fuego lento, han dado un resultado francamente apetecible. Sería interesante ver cómo se puede adaptar esta receta en España.


Otras entradas que te podrían interesar:

La he mencionado dos veces en el texto y en VISTAS AL CAMPO DESDE PARÍS hablo de la SIA, otra feria muy importante pero enfocada al urbanita medio.
Y ya que estamos de ferias europeas, cómo no hablar de la SEMANA VERDE DE BERLIN, aunque más que de agricultura es de alimentación.
¿Te lías con las denominaciones de origen? En esta entrada te lo explico . EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE DOP E IGP EXPLICADO CON LEGUMBRES

viernes, 7 de marzo de 2014

El ABECEAGRARIO: DEHESA



Dehesa pacense en primavera. Cortesía de Caridad Castillo.

La dehesa es un tipo de bosque mediterráneo que ha sido modificado durante muchos años por el hombre.

En el, los árboles son abundantes, pero entre todos no llegan a cubrir completamente el suelo. De esta manera puede crecer el pasto (la hierba, para entendernos) suficiente para alimentar al ganado.

Tradicionalmente, la dehesa era un sistema que permitía al hombre aprovechar a la vez los variados recursos que la naturaleza ofrece. En ella se practica la ganadería extensiva, ya que suelen ser lugares donde ni el clima ni los suelos son especialmente favorables.


  • Los árboles (encinas, quejigos y alcornoques) dan bellotas y sombra para el ganado y madera para producir carbón  (indispensable para calentarse hace no tanto tiempo).

  • El pasto alimentaba cabras, ovejas, cerdos, vacas…e incluso bueyes, que eran la fuerza de trabajo principal cuando todavía no habían llegado los tractores al campo.

  • Al llevar el ganado de una parte a otra este fertilizaba el suelo con sus deyecciones. Así, en los lugares más propicios se podían cultivar cereales.

Actualmente juega en desventaja con las producciones intensivas agrícolas y ganaderas, más productivas pero más exigentes también en recursos. Sin embargo nos ofrece unos productos de alta calidad y unos paisajes especialmente bellos, que también tienen una importante demanda hoy día.
 

 La dehesa es la casa del cerdo ibérico de bellota. Fuente:
Carlos G.H. Díaz - Ambrona/ Editorial Agrícola.


Como es un paisaje típicamente ibérico no tiene traducción al inglés. Los portugueses también las tienen y allí se llaman “montados”.


 Otras entradas que te podrían interesar:

En CERDO IBÉRICO : DE LA DEHESA AL SUPERMERCADO , descubrirás que por muy cerdo ibérico que sea, si no ha vivido en la dehesa sus jamones nunca serán tan sabrosos.

La dehesa es, o más bien era, la "residencia de invierno" para muchas ovejas, cabras, vacas y otros animales domésticos, tal como cuento en ABECEAGRARIO: TRANSHUMANCIA.

lunes, 10 de febrero de 2014

ABECEAGRARIO: CROTAL



Seguimos con una nueva entrada correspondiente a la serie de Abecedario agrícola; entradita breve que pretende explicar palabras utilizadas a menudo en agricultura y ganadería. Esta vez vamos con una ganadera.



Vaca y ternero con sus correspondientes crotales. En la granja sirven, entre otras muchas cosas, para controlar los tratamientos veterinarios que recibe cada animal y los apareamientos.

El crotal es una especie de pendiente de plástico que se pone en las orejas del ganado para poder identificarlo; de esta manera podríamos decir que van siempre con su DNI colgando. Contiene una serie de dígitos que identifican a cada animal, e incluso puede llevar un código de barras. Tener a cada animal identificado es indispensable en el día a día de una granja y es obligatorio para poder seguirle la pista no solo al animal sino a los alimentos derivados de el. 

 
Los crotales tienen dos partes, macho y hembra. En cada una de ellas tienen que figurar los siguientes dígitos. Fuente: Ministerio de Agricultura.



Actualmente es de plástico y su diseño cumple varios objetivos: que le produzca el mínimo daño al animal durante su colocación y evite infecciones, que sea fácil de leer y aguante las condiciones de vida propias del animal (que las letras se vean claras durante el mayor tiempo posible) y que sea imposible retirarlo sin destruirlo. Hay gran variedad de crotales en función de la especie y la edad del animal, e incluso de las necesidades del propietario de los animales. Los hay electrónicos o incluso que toman una muestra de tejido para análisis de ADN.

Crotal electrónico para oveja. Fuente: www. azasa.es



Por cierto, en ingles a los crotales se les llaman ear tags


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ABECEAGRARIO : ORDEÑAR

ABECEAGRARIO: TRASHUMANCIA

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