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lunes, 25 de marzo de 2019

CINCO COSAS QUE PROBABLEMENTE NO SEPAS DE LOS GIRASOLES. Y UNA QUE SÍ.

Otros girasoles pintados por Vincent van Gogh - Dominio Público/ Wikimedia
 
Ya es hora de sembrar los girasoles en nuestro huerto escolar. Cuando he ido a documentarme sobre sus cuidados he descubierto tantas cosas curiosas que tenía que compartirlas con vosotros.
 

Un mexicano que le debe mucho a los rusos
 

El girasol (Helianthus annuus) es una planta originaria de Norteamérica, particularmente Arizona y nuevo México. Se sabe que los nativos americanos lo utilizaban allá por el 3.000 a.C. como alimento, para tintes y usos medicinales, como elemento de construcción e incluso en ceremonias. Los exploradores llevaron sus semillas a España en el siglo XVI y durante más de dos siglos en Europa simplemente se cultivó por su valor ornamental. Su uso como fuente de aceite no se empezó a conocer hasta comienzos del siglo XVIII, cuando un inglés registró la primera patente para obtener aceite a partir de las semillas.
 

El girasol se volvió muy popular como planta cultivada en el siglo siguiente, particularmente en Rusia. Y fue precisamente la Iglesia ortodoxa rusa la que contribuyó a su popularidad ya que prohibió durante la cuaresma el consumo de casi todos los aceites menos el de girasol. En 1830 ya se fabricaba aceite de girasol a escala comercial en este país y fueron sus científicos de los primeros en mejorar genéticamente del cultivo. Actualmente es el país líder en producción.
 

¿Sabías que el girasol es la planta nacional de Ucrania y del estado de Kansas (USA)? 

Pero este cultivo siguió viajando, y volvió a su lugar de origen en el equipaje de muchos campesinos rusos que emigraron a Norteamérica, entre ellos los menonitas. Canadá comenzó el primer programa oficial de mejora allá por 1930, lo que supuso el aumento de la superficie dedicada a su cultivo.

 

Un gigante muy estilizado
 

¿Sabías que generalmente la longitud de la raíz del girasol supera a la del tallo? Considerando que hay variedades que alcanzan fácilmente los 2 m de altura, imagina lo que crece por abajo.

La altura que puede alcanzar u girasol depende de muchos factores, tanto genéticos como de condiciones de cultivo. Las medidas más habituales van desde los 30 centímetros hasta los dos metros.
 

La variedad "Russian mamoth", o "gigante rusa" puede alcanzar hasta 4 metros de altura y formar capítulos de 60 cm de diámetro con enormes semillas en su interior. Fuente de la imagen.
 
Su sistema radicular está formado por una raíz pivotante, capaz de desarrollarse en profundidad y de esta manera extraer agua y nutrientes de capas a las que no llegan otros cultivos. Posee además raíces secundarias y terciarias que se desarrollan en horizontal, para explorar los 5-30 cm superficiales del suelo. De esta manera cuando llueve, aunque caiga poco agua, el girasol desarrolla numerosas "raíces de lluvia", capaces de explorar la capa más superficial del suelo para aprovechar ese agua.
 

Flores que no son flores
 

Es una planta de la familia de las compuestas, o para que nos entendamos es pariente de la margarita, el diente de león o la mismísima alcachofa. Eso significa, entre otras cosas, que lo que esa flor tan bonita y vistosa no es una sino muchísimas flores. En botánica se le llama inflorescencia (conjunto de flores, la fresa, la piña o el higo también la tienen), y la del girasol en concreto se dice que forma un "capítulo" o "cabeza". El diámetro de esta inflorescencia suele medir de 15 a 25 cm según variedades y condiciones de cultivo.
 

¿Sabías que una cabeza de girasol puede tener desde 500 hasta 2000 flores?
 

En el capítulo hay dos tipos de flores con dos funciones muy distintas. Las que ocupan el anillo exterior tienen esos vistosos pétalos amarillos para atraer a los insectos polinizadores. Las del interior son flores funcionales y una vez fecundadas formarán las pipas.
 


¿Sabías que el patrón de distribución que siguen las flores dentro de la cabeza de un girasol sigue la sucesión de Fibonacci? . Foto de Casey Pilley/Pixabay 


Más usos de los que imaginas
 

  Todos asociamos el girasol a las pipas, saladas, sin salar o sin cáscara para los más vagos y los cocinillas...Sin embargo actualmente el principal uso del girasol es la obtención de aceite comestible. 

Al igual que el olivo y las aceitunas, hay dos clases principales de girasol, de "mesa" (para aperitivo, vamos) y de "aceite". Lo bueno de las pipas es que es más fácil identificarlas: las pipas negras para aceite, las grises a rayas para el picoteo. Fuente.


¿Sabías que las pipas pueden tener distinto tamaño y aspecto según las variedades y las condiciones de cultivo? pero siempre las del exterior del capítulo serán más grandes.

 Seguro que más de uno os lo habréis preguntado, ¿qué es eso del "girasol alto oleico"  que está cada vez en más productos?. Ingenieros, genetistas e industria alimentaria llevan trabajando desde hace tiempo para obtener aceites naturales de girasol que puedan ser utilizados en infinidad de productos en lugar de las grasas trans y del aceite de palma. Para conseguir el aceite de girasol alto oleico, agarraos, se recurrió a girasoles mutantes. Pero no hay que preocuparse, ya conté en esta entrada que para obtener rasgos genéticos interesantes a veces se recurre a inducir mutaciones hasta encontrar los individuos que los posean. Se obtiene así un organismo modificado genéticamente; ojo no confundir con un transgénico. Esos rasgos se fijan posteriormente mediante cruces, es decir con mejora genética convencional, para obtener las variedades comerciales actuales.

De esta manera se ha obtenido el aceite de girasol alto oleico junto con otras variedades que poseen distintas cantidades de ácidos grasos (linoleico, esteárico, palmítico, etc. ), lo que las hace aptas para distintos usos culinarios. En concreto, este nuevo aceite "alto oleico" tiene incluso más cantidad de esta sustancia que el de oliva: está presente en torno al 20% en girasol normal, al 70% en el aceite de oliva y al 80% en el alto oleico. ¿Que cual es mejor?, yo soy más de oliva, pero como siempre esto va por gustos, usos y precios.

El girasol también sirve para alimentar al ganado. Tanto los restos de las semillas tras obtener el aceite como la propia planta como forraje en verde

¿Sabías que el girasol es una buena especie melífera? Si además adorna y nos da pipas, ¿a qué esperas para plantar unos cuantos en el huerto?.
 
 

La cara oculta del girasol
 

Esta "flor" encanta a los pájaros y a los niños y alegra la vista al personal, pero posiblemente sus vecinos vegetales considerarían que nuestro personaje es algo conflictivo. Y es que resulta que el girasol recurre a la alelopatía; es decir produce sustancias tóxicas que impiden el crecimiento de otras plantas, tal como cuento en esta entrada dedicada a las malas hierbas. Se trata de un arma secreta que tienen algunas plantas que se reproducen por semillas, para asegurarle un comienzo de vida más fácil a sus semillas.

Realmente este efecto herbicida no es muy potente, hay plantas a las que no les afecta lo más mínimo (de hecho en cultivos convencionales se suelen utilizar herbicidas) y afortunadamente se degrada al compostar los restos de la planta. Sin embargo, es lo suficientemente efectivo como para que se haya considerado la posibilidad de utilizar extractos de esta planta como potenciales herbicidas orgánicos. Es más, si los girasoles se plantan una y otra vez en el mismo lugar, es posible que los compuestos que fabrica el mismo acaben afectando a sus propias semillas.

¿Sabías que hasta las cascaras de las pipas pueden tener ese efecto “herbicida”? Si eres de los que te gusta tener un comedero de pájaros en mitad del jardín, cuidado con el césped.

 

Buscando el solecito como un guiri
 

He dejado para el final eso que todos se supone que sabemos: que el girasol sigue al sol. Esta capacidad se denomina heliotropismo y es muy evidente en las cabezas o capítulos cuando todavía están en desarrollo. Por la mañana se orientan al Este y al atardecer miran hacia el Oeste, girando con el movimiento del sol. Pero lo que quizás algunos no sepáis es que
 

a) una vez fecundadas todas las flores, la cabeza deja de moverse, y se queda mirando al este (posiblemente porque ya tiene un tamaño y peso considerable).
b) las hojas también tienen esta capacidad, que dura hasta la madurez de la planta.
 


No son maleducados, simplemente se están comportando como girasoles que son. Y toca mirar para otro lado.

 
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El girasol forma parte por derecho propio de ese selecto grupito de alimentos trotamundos, como el CACAO, el AZÚCAR o el PAVO.

Si quieres saber más sobre aceites, no te pierdas ALGUNAS COSAS INTERESANTES SOBRE EL ACEITE QUE NADIE TE HABÍA CONTADO HASTA AHORA y RESUELVE TUS DUDAS SOBRE EL ACEITE DE PALMA
 

Aquí explico mejor eso de la mejora genética por mutación: ¿QUÉ SON LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS?

sábado, 11 de agosto de 2018

RATONES DE CAMPO Y RATONES DE CIUDAD

Estamos en pleno verano, estación que para muchos significa vacaciones y a  menudo la posibilidad de llevar a cabo todo eso que uno lleva deseando hacer todo el año. Para los que eligen montaña en vez de playa, puede significar dar largos paseos, respirar aire fresco y puro...o reconectar con la naturaleza y el mundo rural. 

 

El problema es que la brecha que separa al mundo rural del urbano es cada vez mayor. Los habitantes de ambos lados del precipicio ven a los del otro lado de una manera distorsionada; como a través de unas gafas que llevan un filtro fabricado a partir de ideas preconcebidas, mitos y grandes dosis de desinformación.

Y cuando llegan las vacaciones, los habitantes de uno de los lados saltan al otro, lo cual en principio está muy bien porque es la mejor manera descubrir al vecino. El problema es que aunque viajan, las gafas no se las quitan y pierden la oportunidad de descubrir cómo viven realmente los habitantes "del otro lado". Y esto, aparte de ser una pena, a veces causa serios problemas.  
 
Este verano, por ejemplo, me he encontrado con tres historias de hasta qué punto puede chocar el mundo urbano con el rural cuando los habitantes del primero se comportan como si el campo fuera simplemente su "patio del recreo". Y he decidido escribir esta entrada para contarlas, con un título inspirado en una fábula de Esopo que ya en el 500 a.C reflejaba el campo y la ciudad como dos mundos enfrentados.

Festival de globos aerostáticos en Segovia. 

¿A quién no le gustaría admirar desde el cielo el paisaje agrario castellano?. En principio no habría problema, si no fuera porque aterrizan impunemente en fincas privadas, valladas con ganado en su interior; y, lo que es peor, les da por volar bajo sobre zonas de pastizales, molestando a vacas y terneros con el ruido de los quemadores. Los animales, asustados, saltan vallas y alambradas, irrumpiendo en la carreteras con el riesgo que eso supone. Imaginaros el problema que puede llegar a suponer para el propietario de los animales: arreglar los vallados rotos, abortos provocados por el estrés, o peor aún, la responsabilidad por si alguno de sus animales provocara un accidente de tráfico. No está pagado, como dicen.

Foto de Rocío Pardos, tomada de esta página.
Lo razonable sería  evitar zonas de pastizal y que tanto los despegues como los aterrizajes, se realizaran en parcelas en las que se contara con autorización para hacerlo. Pues que si quieres arroz Catalina. Según cuentan en esta noticia, la Unión de Campesinos de esa provincia lleva desde hace ya bastante tiempo pidiendo a las empresas que tomen esas  precauciones, con tan poco éxito hasta el momento que han decidido recurrir a la Subdelegada del gobierno para que tome cartas en el asunto.

Excursionistas que la lían parda

Poco a poco, la concienciación ambiental va calando en la sociedad. Tenemos la lección aprendida de qué hacer para prevenir incendios y de que hay que llevarse la basura a casa (otra cosa es que se lleve a la práctica). Sin embargo, con el auge del turismo rural, la mayor movilidad de la gente y ciertas corrientes animalistas, se empieza a detectar otro problema: la interferencia de los excursionistas en el monte con la ganadería extensiva.

Se ha llegado a tal punto que los pastores de cabras y ovejas, a través de la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (INTEROVIC), han elaborado el Decálogo del turista rural sostenible, para informar sobre unas sencillas pautas de comportamiento para garantizar la convivencia entre ganado, ganaderos y turistas.

Algunas podrían parecer de sentido común, especialmente para la gente que trata a diario con ganado, pero que a los urbanitas lo mismo ni se les pasa por la cabeza.

Por ejemplo, en carretera recomiendan respetar las señales de paso de ganado y reduciendo la velocidad (¿cuántos de nosotros realmente lo hacemos?). Las carreteras a veces atraviesan montes públicos o comunales y puedes encontrarte con una vaca o un rebaño; en estos casos hay que ser paciente, su ritmo es distinto, no utilizar el claxon y no bajar del coche, ya que los animales pueden asustarse y salir corriendo, con lo que supone de trabajo extra para el pastor reunir de nuevo al rebaño en campo abierto.

Cuando se pasea por el monte conviene recordar tres normas básicas
La primera norma de oro: dejar los pasos de las fincas tal y como uno se los encuentra, abiertos o cerrados, ya que el ganadero tiene un motivo para dejarlos así. 

Segunda norma: en general, no acercarse a cualquier animal suelto, y esto lo añado yo, especialmente si se trata de una vaca con ternero (pueden llegar a atacar si consideran que su cría está en peligro). 


La tercera norma: cuidado con los perros. Si nos encontramos con un rebaño lo mejor es rodearlo, cuanto más lejos mejor. Y si llevamos perro, hay que atarlo inmediatamente con la correa, por dos razones: por si se nos escapa y molesta a los animales, y porque normalmente los rebaños van protegidos y guiados por perros que no dudarán en echar al intruso de malos modos. 

Y es que los problemas excursionista-perro-pastor son cada vez más frecuentes y a menudo se deben un desconocimiento tremendo de la función de los perros guías y guardianes (a veces se utilizan dos razas distintas, careas y mastines) de los rebaños.


La función del perro pastor es proteger al rebaño, normalmente del ataque de lobos, y lógicamente, para que cumpla esta función ha de estar suelto y sin bozal. Si te ladra a ti o a tu perro, lo sensato y normal es alejarse hasta que el animal considere que su rebaño no corre peligro. Sin embargo, no falta gente que, tras el susto, amenaza al pastor con denunciarle por llevar así al perro. No señores, el campo no es un parque público y tanto el pastor como su perro están trabajando, que de algo hay que vivir.
 
Otro problema tristemente cada vez más habitual, que denuncian en la comunidad de Facebook de Ganaderas en Red (GeR), es el de la gente que ve un perro suelto en zona de pastoreo y, por desinformación o por exceso de celo, se lo llevan con ellos considerando que el ganadero lo ha abandonado, e incluso llegando a denunciarle.  Al mal rato que pasa este ganadero (ganaderas en este caso) por la denuncia hay que añadir que el rebaño queda desprotegido por un tiempo, y que en caso de que el animal acabe en una protectora (que a veces ocurre) y localicen a su dueño legítimo, este tiene que desplazarse a recogerlo y pagar por el tiempo que ha estado el perro alojado en la protectora.  

Foto de un mastín trabajando. En determinados casos pueden estar solos a cargo de rebaños en zonas cercadas. Fuente: GeR - Ganaderas en Red.

Invasión de un campo de girasoles

Esta última historia ocurrió en julio y aquí podéis leer la noticia original o su versión en castellano. De todas maneras os la resumo para mostrar lo que ocurre cuando se añaden las redes sociales y una falta total de respeto.

La familia Bogles tiene una granja en Ontario (Canadá) en la que cultivan girasol, maíz, mijo, avena y cebada. Para sacarse un dinero extra, hace tres años decidieron abrir su granja a los fotógrafos que acudían a retratar los campos de girasoles. Hasta ese momento habían tenido unos pocos cientos de visitantes. Este año abrieron la granja el 20 de julio, acondicionando uno de los campos como aparcamiento y contratando gente que les ayudara a guiar y controlar a los visitantes. Por cada adulto cobraban 7.50 dólares.

La primera semana las visitas transcurrieron normalmente, llegando apenas a un tercio de la capacidad de acogida. Pero el sábado siguiente la cosa se desmadró. Varias fotos subidas a Instagram de gente posando entre miles de girasoles se hicieron virales y desencadenaron la tormenta perfecta; de repente, medio Ontario quería inmortalizarse entre estas vistosas flores. Más idílico y rural imposible.

Fuente. The globe and mail.

Venía gente de todos los lados, las autopistas y carreteras comenzaron a congestionarse a las seis de la mañana, la gente comenzó a aparcar a un kilómetro de distancia, y entraron en los campos sembrados con sus palos de selfie e ignorando las indicaciones de los trabajadores de la granja y las señales de "no pasar" colocadas por todos lados, y lógicamente la inmensa mayoría sin pagar un céntimo. 

Al día siguiente, los dueños de la granja pasaron el día carretera arriba y abajo pidiéndole a los visitantes que se fueran, a lo que algunos contestaron que "les había arruinado las vacaciones". 

El girasol es un cultivo bastante frágil, si las hojas inferiores resultan dañadas la planta es menos resistentes a la sequía y las enfermedades. Hasta septiembre u octubre no conocerá la familia Bogles el alcance de los daños que causó la horda de fotógrafos en sus campos. Un agricultor del área de Winnipeg sin embargo comentó que cerca de 2.000 personas se presentaron en uno de sus campos, derribando las flores en busca de la foto perfecta.


Esta historia es más antigua, pero tenía que ponerla. Circula en Internet un video de un granjero croata que, harto de que los coches aparcaran en su campo de cultivo todos los domingos de mercado, tras pedir claramente que no se hiciera, decidió dar a los dueños un pequeño escarmiento arando toda la zona que quedaba libre. Acabó ayudando a sacar los coches y aún hubo algún conductor que se quejó porque su coche resultó dañado. Aquí tienes el vídeo. Fuente.

En conclusión

He puesto tres historias que me han llegado prácticamente a la vez, y que en general muestran esa actitud del urbanita de considerar que el campo no tiene dueño, que tiene todo el derecho del mundo de ir a donde le plazca, y que los caminos están hechos para que el (o ella, o sus perros o sus críos) paseen, corran o monten en bici tranquilamente, sin que vehículos de campo y rebaños se crucen en su camino, levantando polvo o dejando olorcillo a chotuno a su alrededor. 

Todos sabemos cómo está afectando el turismo a las ciudades, pero normalmente el turista medio sabe cómo comportarse y los lugares donde acude, mal que bien, están adaptados a las aglomeraciones. Pero jamás verás a un turista "de pueblo" pasear por los pasillos de una oficina o un hospital o meterse en la cocina de un restaurante e increpar al responsable por el aspecto de las lechugas, por ejemplo. 

Pues bien, el campo y la montaña son el lugar de trabajo de mucha gente en el medio rural. En algunos casos los terrenos serán de su propiedad y otras veces serán compartidos, pero ellos llevan toda la vida ahí, harán las cosas mejor o peor, pero tendrán sus motivos para hacerlas y no creo que alguien que está de paso sea la persona más indicada para juzgarles. 

Dicho esto, también es verdad que a menudo desde el mundo rural se trata al urbanita y en particular a algunas variantes (ecologista, animalista, etc) con condescendencia e incluso desprecio, lo cual también me parece un error. Hay mucha buena gente que hace turismo por conocer lugares nuevos, a sus gentes y su modo de vida, y si pasa ocho horas en la oficina, dos en medios de transporte y el resto metida en un bloque de pisos es normal que no tenga ni idea de cómo comportarse si se cruza con un rebaño de ovejas. Y a la que meterse en mitad de un cultivo para hacerse fotos le parezca de lo más emocionante.    

Lo ideal sería que tanto urbanitas como ruralitas se quiten esas gafas con filtro de ideas preconcebidas, estén dispuestos a escucharse mutuamente y sobre todo, se traten con respeto. ¿Será mucho pedir?.


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sábado, 22 de julio de 2017

ABECEAGRARIO: FLOR


Vamos con un término sencillito pero la mar de sugerente. Y no os preocupéis, que yo también estoy "en modo vacaciones", y no pienso daros la chapa con una clase de botánica.

Solo recordaros una cosita: las flores son los órganos de las plantas destinados a la reproducción. Las hay que confían en el aire para hacer parte del trabajo, y otras que se lo encargan a los animales polinizadores, a los que atraen utilizando intensos aromas y colores brillantes, o ambas cosas a la vez. Si lo consiguen, la planta habrá conseguido su objetivo: formar frutos o semillas con las que perpetuarse.


¿Y esto que tiene que ver con la agricultura? Pues resulta que somos más comeflores de lo que te imaginabas..., y alguien tendrá que producirlas ¿no?.

Flores de toda la vida que resulta que son comestibles
 

Eso de poner en el plato pétalos de flores comestibles - como el romero, la lavanda, la rosa, la violeta, el pensamiento, el jazmín y muchas más - es algo que ya no nos sorprende, aunque no sea muy común. De hecho, no se consideran legalmente como alimento y para conseguirlas los chefs recurren a productores especializados, ya que se trata de un producto muy delicado. Por cierto, ni se te ocurra comerte las del jarrón ya que pueden estar tratadas.
 


No todas las flores son comestibles, aquí puedes ver las que sí lo son.
Fuente: T. Caesar / Pixabay

Si tienes huerto, puedes agenciarte unas flores del calabacín, para tomarlas rellenas o rebozadas. Fuente. Jörg Husemann / Pixabay


Flores que quizás no sepas que lo son

Ya sea porque no las hemos dejado desarrollarse o porque sólo nos comemos parte. En este grupo hay unas cuantas que te van a sonar un poco.

El brócoli, la coliflor y el romanesco son lo que un botánico definiría como una inflorescencia (grupo de flores) inmadura. En otras palabras, lo que nos comemos es todo el tejido vegetal que sostiene y da lugar a las futuras flores.


Al parecer, a las abejas les gustan las flores del brécol. Fuente: Russ Ottens, University of Georgia, Bugwood.org

La alcachofa por su parte es la flor, todavía cerrada e inmadura de un cardo, Cynara scolimus, de origen mediterráneo.
Crecen muy despacio y se recogen inmaduras, cuando apenas se han desarrollado esos pelitos de la base, los futuros pétalos, que son tan molestos cuando aparecen.


Alcachofa abierta. ¿a que es bonita?. Fuente: Pixabay


¿Sabías que las alcachofas se consideraban una exquisitez en Roma?

Otra flor escondida es la alcaparraCapparis spinosa. Esas cosas chiquititas que acompañan al salmón o le dan su gracia a la salsa tártara, realmente son capullo de una flor, muy bonita por cierto. No confundir con los alcaparrones, que también se preparan en encurtidos y son los frutos inmaduros de la esa misma planta, casi del tamaño de una aceituna.

La alcaparra es un arbusto espinoso, que crece espontáneamente en suelos pobres y secos. Originario de Asia, los griegos la expandieron, con bastante éxito, por la ribera del Mediterráneo. Fuente: Diario Com A Naturaleza

También mediterráneo y no identificable a simple vista es el azafrán, que merecería una entrada para el solito.

De momento solo diré que lo que aporta ese inconfundible aroma a tantos platos son las partes femeninas una vez secas de la flor de Crocus sativus, una planta bulbosa pariente de lirios y tulipanes. 


Para juntar un kilo de esas tirillas rojas que asoman, 3 pistilos con su correspondientes estigmas en cada flor, hacen falta muchas flores y mucho trabajo. Fuente: DOP Azafrán de la Mancha. 

La última es una flor que no comemos, pero utilizamos por su aroma y sus propiedades medicinales: el clavo de olor.
 

Esa especie de clavos de aspecto leñoso son los capullos florales inmaduros de un árbol tropical, Syzygium aromaticum, recolectados justo antes de abrirse y que se secan durante varios días. Su especial aroma se debe al eugenol, una sustancia con propiedades antimicrobianas y entumece las terminaciones nerviosas...quizás ahora entiendas por qué la consulta del dentista tiene ese olorcillo a clavo.
 Estas son las flores del clavo antes de secarse. Fuente: Science of Acne


¿Sabías que el clavo es la especia con mayor concentración de moléculas aromáticas?


Las que huelen de maravilla
 

La agricultura no sólo nos da de comer, también se cultivan plantas para obtener las esencias que producen sus flores. No me voy a entretener con ellas, pero sería injusto no mencionar aquí al azahar, la lavanda o la rosa damascena.
 

Un roscón de reyes no sería lo mismo sin ellas. Y es que la flor de azahar se utiliza en gastronómicas, pero también en cosmética y remedios medicinales. Fuente: Hans/Pixabay

Otras dos que no podían faltar

Ni se comen, ni dan olor, pero estas dos no podían faltar si hablamos de flores y agricultura. El girasol alegra el campo en verano, justo cuando está todo seco. Hasta vienen los japoneses a verlos a la campiña sevillana.
 

Su inconfundible estampa es única y muy apreciada por los fotógrafos. Fuente: Country Living 

Parece una rosa pero no lo es, es la flor del algodón. Fuente. Charles T. Bryson, USDA Agricultural Research Service, Bugwood.org


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