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lunes, 26 de marzo de 2018

AGUA Y FUEGO CONTRA LAS HELADAS

Sequía, calores inusuales, la "bestia del este", ciclogénesis explosivas...el clima no se lo pone nada fácil al agricultor. Y uno de los "cocos" que aguardan todos los años para asustarles son las heladas, con las importantes pérdidas económicas que pueden acarrear. Afortunadamente los agricultores disponen de herramientas para defenderse, unas más eficaces o costosas que otras, y algunas incluso sorprendentes.
 

¿Regar en plena helada? ¿un helicóptero sobrevolando los cultivos?. Estas y otras estas prácticas tienen su explicación, y aquí voy a intentar explicarla.
 

Árbol con escarcha. Fuente: Geralt/Pixabay
 
Heladas blancas o negras
 

Las heladas ocurren cuando la temperatura de la masa del aire cercana al suelo baja de los cero grados; justo el punto en que se congelan los líquidos en condiciones normales. Según el efecto que tienen en las plantas distinguimos dos tipos.
 

Las "heladas blancas", que se forman en condiciones de frio y humedad. No suelen causar daños importantes y van acompañadas de escarcha o hielo, responsables de ese manto blanco tan vistoso. 
 

Las "heladas negras" asustan ya sólo con el nombre... Y con motivo razón, ya que produce daños graves en brotes y capullos florales, dejándolos ennegrecidos como si los hubiera quemado el propio frío. Estas heladas ocurren cuando la humedad ambiental es muy baja, y no existe agua que pueda condensarse y formar esa capita de hielo o escarcha que, paradójicamente, protege a los tejidos vegetales.
 

El frío seco provoca la formación de hielo en los tejidos celulares, destruyéndolos. Foto de Gerald Holmes/IPM.
 
El clima y las heladas
 

Ya comenzamos a sospechar que el agua va a jugar un papel importante en esto de las heladas. Pero, para proteger eficazmente los cultivos es preciso conocer mejor las condiciones meteorológicas que las provocan. Así, se han descrito situaciones que dan lugar a tres tipos básicos de heladas que posiblemente requerirán estrategias distintas para evitar los daños.
 

Las heladas de advección o "viajeras" se originan por las temidas "olas de frío", o lo que es lo mismo, la irrupción brusca de aire muy frío procedente de las mesetas siberianas. Este aire frío ocupa las capas bajas de la atmósfera, pudiendo sobrepasar dos kilómetros de espesor. Cuando este tipo de heladas se producen en pleno invierno, que suele ser lo habitual, los daños no son graves, ya que la vegetación está preparada para ello.
 


Entre febrero y marzo de 2005 los olivares de Jaén y Granada sufrieron la tormenta perfecta. Una ola de frio siberiano justo después de una nevada hizo que la nieve sobre las hojas se convirtiera en hielo, afectando gravemente a unos árboles que comenzaban a desperezarse para la inminente primavera. Hubo que podar drásticamente a unos 300.000 ejemplares. Foto de José Poyatos.


Las heladas de evaporación se producen cuando el agua que recubre las plantas se evapora con mucha rapidez, disminuyendo notablemente la temperatura de las plantas. Esto se debe a que, cuando se evapora un líquido se produce una absorción de calor que el líquido toma de sí mismo y de los cuerpos que le rodean.  

Las heladas de evaporación son frecuentes en las mañanas primaverales después de la salida del sol, cuando este empieza a calentar y provoca la evaporación rápida del rocío acumulado sobre los plantas. Fuente: sr magadalena/Pixabay
 
Las heladas de irradiación se deben la variación de la temperatura del aire entre el día y la noche en determinadas circunstancias. En general, durante el día los rayos solares calientan la superficie de la tierra y por la noche ese calor recibido se pierde por irradiación. Al perder ese calor, se enfrían la superficie terrestre y las capas de aire próximas al suelo. Este tipo de heladas se pueden producir de otoño a primavera, y afectan principalmente a cultivos tardíos y tempranos. En su formación entran en escena dos nuevos actores: el viento y la topografía.
 

El viento
Hemos visto que, por la noche, el aire en contacto con el suelo se enfría sensiblemente hasta una altura de entre 10 a 100 metros. Por encima, se encuentra un aire más caliente (más ligero) que no se mezcla con el aire frío (más pesado) que tiene abajo. Cuando sopla un viento moderado este mezcla ambas capas de aire, calentando el entorno de las plantas y disminuyendo así el riesgo de helada.
 

La topografía
Cuando el terreno está en pendiente, el aire frío discurre ladera abajo, como lo haría una corriente de agua. Al acumularse en las hondonadas o en el fondo de los valles, aumenta el riesgo de heladas en esas zonas. Es el proceso de "inversión térmica"; que posiblemente habréis escuchado en el parte del tiempo.
 


¿Sabías que el tipo de suelo también influye en la probabilidad de heladas? Estas son más frecuentes en los suelos sueltos y pedregosos que en los compactos. Los primeros se enfrían con mayor rapidez porque conducen mejor el calor y están más expuestos al aire.


Los métodos de defensa pasiva: "prevenir antes que curar"
 

Son los que se toman mucho antes de que llegue la helada y que pueden funcionar, o no, pero contribuyen a que los daños sean los menores posibles.  

Uno de los principales es decidir dónde se va a instalar el cultivo y qué variedades son las más adecuadas en ese lugar; para ello lo más recomendable es fijarse (o directamente preguntar) en lo que hacen los agricultores de la zona. Se puede jugar con la fecha de siembra en el caso de cultivos anuales o con la fecha de floración de los frutales (temprana, normal o tardía).
 

Algunos cultivos tropicales como el café o el cacao necesitan el abrigo de otros árboles más grandes que les protegen de una insolación excesiva, las heladas inoportunas o fuertes vientos. En la foto, un cafetal con nogales de macadamia en Brasil. Foto de Marcos José Perdoná tomada de aquí.

Es también importante adaptar el laboreo, la nutrición y el riego de las plantas, o incluso las podas, si en la zona son frecuentes las heladas. Por ejemplo, en los periodos de riesgo debe evitarse el laboreo, ya que al remover el suelo se crean y se agrandan los espacios de aire de su interior. El aire conduce mal el calor y los suelos labrados tienden a almacenar menos el calor. De la misma manera, en años secos, la protección contra heladas se mejora humedeciendo el suelo, ya que los suelos húmedos, aunque se calientan más lentamente que los secos, mantienen mejor el calor y las variaciones de temperatura son menos acusadas.
 

Los métodos de defensa activa: "la mejor defensa es un buen ataque".
 

Cuando los pronósticos del tiempo avisan de fuertes heladas, los métodos de defensa activa tienen que ponerse en marcha antes de que las temperaturas bajen del cero y mantenerse durante toda la noche hasta que pase el peligro. Una nochecita toledana por tanto para todos aquellos que han de quedarse a pie de campo comprobando la evolución de la temperatura.  
 

Los siguientes métodos se utilizan principalmente en las heladas de irradiación, las más dañinas para cultivos tempranos y tardíos. Comprenden dos estrategias distintas que a menudo se combinan para mejorar los resultados.
 

1. Suministrar calor ajeno al entorno
 

Comencemos con lo más vistoso, el uso del fuego mediante estufas o quemando balas de paja. Se trata de calentar el aire frío que está en contacto con las plantas. Los focos de calor calientan el aire frio a su alrededor, y hacen que este ascienda hasta topar con una capa de aire que tenga la misma temperatura. El hueco que deja lo ocupa más aire frío de los alrededores, que volverá a calentarse, y así sucesivamente hasta proporcionar suficiente calor al cultivo para que la temperatura no caiga a niveles peligrosos.
 

Se trata de un sistema bastante ineficiente, que pierde gran parte de la energía producida, sobre todo cuando hay aire. Además pueden provocar molestias en las poblaciones cercanas por el humo generado.

 

Los focos de calor se distribuyen uniformemente por las parcelas, reforzando los bordes, especialmente en el flanco por donde entran los vientos dominantes. Esta y otras bonitas fotos de los viñedos Chablis (Francia) llenos de estufas las tomó Aurélien Ibanez en abril de 2016. 
 
Y aunque os pueda parecer mentira, recurrir al agua es incluso más eficiente que el fuego. Una de las maneras más habituales es instalando microaspersores en los campos a la altura de los árboles, que se activan, normalmente de forma automática, a partir una temperatura dada.
 

Este método de protección se basa en que el agua, al congelarse, cede una notable cantidad de calor a las yemas o las flores, creándose además una especie de efecto iglú en torno a ellas que las mantiene a cero grados. Esto ocurre mientras haya agua por congelar, por lo que se debe mantener los aspersores funcionando constantemente, incluso una vez entrada la mañana, hasta que el hielo se deshaga por efecto del agua y la temperatura suba por encima de 1º o 2º C. 

Frutales flor en Cieza tras una noche de heladas. Foto de Fernando Galindo tomada de aquí.

Este sistema suele funcionar bastante bien, pero tiene una pega muy importante: necesita agua, mucha agua. Y particularmente este año, que veníamos de una sequía importante, era un recurso al que muchos agricultores no han podido recurrir.
 

2. Aprovechar el calor natural del entorno: 

Ya sea forzando al aire frio a moverse para dar paso a un aire más caliente mediante ventiladores, recubriendo el suelo y las plantas para reducir las pérdidas de calor (mediante acolchados, túneles, o invernaderos), o aprovechando la energía solar mediante calentamiento de agua contenida en colchones y mangas de agua. 

Tradicionalmente se ha recurrido a la generación de humo o nieblas artificiales que dificulten la irradiación terrestre, pero se ha demostrado que son poco útiles y muy molestos para las poblaciones cercanas. 

Los ventiladores mueven el aire caliente desde las capas más altas hacia las más bajas. Pueden estar colocados sobre torretas o ser móviles y pueden estar apoyados por generadores de aire caliente para empujar las masas de aire frío fuera de la parcela.

viernes, 22 de diciembre de 2017

GANADERÍA ES...CUIDAR DE LOS ANIMALES.

De nuevo hemos vuelto a sacar nuestros juegos para llevarlos a los colegios. En este quinto tour, celebrado del 11 al 18 de diciembre vez, además de seguir contando con el apoyo de las empresas patrocinadoras Fendt y la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), se ha sumado la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
 

En total, más de 600 alumnos de seis colegios de la capital manchega han participado y aprendido con nuestros juegos clásicos rediseñados para enseñar cuatro cosillas sobre agricultura.



En la presentación del proyecto contamos con la presencia del director general de Programas, Atención a la Diversidad y Formación Profesional de la consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, Amador Pastor Noheda, y del consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo. Este último se animó a charlar con los niños acerca de la importancia de comer sano y del importante papel de agricultores y ganaderos en la economía de esta comunidad autónoma.


Los niños saben mucho más de lo que nos imaginamos.

Ya lo comenté en una entrada anterior, y lo repito en las entrevistas que me hacen de vez en cuando (como esta en Radio Castilla la Mancha, min 21.50 aprox), eso de que la leche sale del brick o los filetes de la barqueta del súper es un mito que nos hemos inventado los adultos. Los profesores hacen muy bien su trabajo y el origen de los alimentos básicos suelen tenerlo muy clarito. Pero los chavales de vez en cuando te sorprenden o te hacen pensar con sus ocurrencias, y me gusta compartirlas con los lectores del blog.


La lista de productos vegetales que dicen los niños apenas varía en los centros: calabaza, sandía, brócoli, tomates, patatas...y cómo no, la zanahoria.
 
Por ejemplo, uno de los primeros niños que participó en la primera charla del primer cole respondió a la clásica pregunta de qué creen ellos que es la agricultura, "agricultura es arte". Sin duda que los agricultores son unos artistas sorteando todo tipo de obstáculos para producir alimentos, pero sospecho que el chaval de 3º de primaria se confundía con la arquitectura. No es la primera vez que nos pasa aunque en esta ocasión un niño también confundió la agricultura con la apicultura...al menos no se salió del sector primario.

Lo más habitual es que nos respondan que la "agricultura tiene algo que ver con plantar plantas", y que hagan mención a sembrar, plantar y recoger. Pero esta vez otro niño añadió un matiz que nos gustó y nos sorprendió: "agricultura es un trabajo de campo en el que te esfuerzas para obtener comida ".
 


El trabajo del agricultor no es tan fácil como parece

 
Últimamente preguntamos a los niños si les parece fácil o difícil el trabajo de los agricultores: unos dicen que sí y otros que no. — ¿Y por qué no es fácil? — pregunta Belén durante la charla inicial,


— ¡ porque las semillas tardan en crecer ! — dice un niño.


— ¡ porque las gallinas se comen las semillas que se han sembrado ! — añade otro convencido. El concepto de fauna perjudicial lo tiene, la especie quizás no tanto.


—¡ por la sequía ! —. Y es que a los niños no les es indiferente lo que pasa a su alrededor.





Con el juego de la oca, los niños pueden descubrir algunos de esos obstáculos que tienen que sortear agricultores y ganaderos.


 

Las enfermedades de las plantas
 
Cuando les preguntamos por las enfermedades de las plantas, cuando se quedan "pochas" según ellos, el culpable es casi siempre un exceso o defecto de agua, o si acaso mucho frio que las hiela. Los hongos, virus, bacterias e incluso insectos como agentes dañinos para las plantas todavía les quedan un poco lejos en el temario.


Sin embargo tienen muy claro que la mariquita se come los pulgones, y así se lo cuentan a Albertina en el memory.



 

El destino desconocido de los animales de granja
 

Ya tenemos claro entonces que los agricultores, siembran, plantan y cosechan. Pero, y los ganaderos ¿a qué se dedican?: 

— Pues cuidan de los animales, y después ya...— contestó una niña, que quizás no le veía mucha lógica a eso de cuidar animales para luego matarlos; o quizás le daba cierto repelús pensarlo. Nos quedamos con las ganas de averiguarlo, pero el tiempo corre.


 

Del campo al cole
 

En el fondo, la idea del proyecto es llevar el campo a la gente en general y a los coles en particular. Así que hemos empezado por llevar varias muestras de objetos habituales en el campo pero extraños para el habitante de la ciudad.
 


Las espigas de trigo las conocen pero les resultan ásperas.

 

La lana, tal como salió al esquilar la oveja, despertaba curiosidad y asco a partes iguales. A algunos niños les llamaba la atención el olor y a otros el tacto; — ¡es como una pelota anti estrés! — exclamó un niño.

 

Pocas novedades en el juego del campo a la mesa
 

Las respuestas que me dieron los niños y las conclusiones que yo tomé son prácticamente las mismas que en el tour anterior. Pero ha habido una que me ha llamado la atención: no saben que el vinagre se obtiene a partir del vino. Es algo muy tonto que muchos damos por sentado, pero ya lo advertí en otra entrada, en temas de vid y vino, los peques están "muy verdes", ya vivan en La Mancha o en Madrid.
 

Aquí os dejo un pequeño video, que no se oye muy bien, para que os hagáis una idea del "ambientillo" del juego.



Y para terminar, la foto de grupo. Delante del photocall, que son muchos, pero con atrezzo.



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jueves, 5 de octubre de 2017

DESCUBRE LAS CINCO DIFERENCIAS ENTRE UN COCHE Y UN TRACTOR

Entrada cortesía de Heliodoro Catalán, nuestro "vecino bloguero", autor de Mas que máquinas agrícolas. Nadie mejor que el para explicar cómo funcionan los tractores y otras máquinas del campo.
Ni es Maserati, ni tampoco Ferrari, pero vale lo mismo que ellos o incluso más... Estamos hablando de un moderno tractor agrícola.

Este es el tractor. Si nuestro new Holland se te queda pequeño puedes ver aquí algunas fotos de tractores muy, muy, muy grandes
El tractor agrícola es un gran desconocido. Muchos pensarán que como trabajan en el campo son vehículos muy grandes y muy pesados sin gran tecnología… Un gran error porque es cierto que son muy grandes y muy pesados, pero llevan tanta tecnología que abrumarían a cualquier coche de calle.


A lo mejor te gusta este vídeo en el cual se ve como periodistas de revistas especializadas de coche prueban un tractor y sus experiencias:


Lo mejor para que podamos comparar entre un coche y un tractor es elegir entre dos modelos convencionales.

Ni elegimos un Ferrari ni tampoco un súper tractor. Nos quedamos con dos modelos “de calle”, normales, sin grandes alardes. Lo que sería el tractor y el coche “familiar”, sin grandes lujos ni grandes potencias. Concretamente he elegido un Seat Ibiza Xcellence y un New Holland T5 ElectroCommand.

Y este es el coche.

1. El motor
 

Son muy diferentes, para empezar los combustibles. Mientras un coche suele llevar motor a gasolina, aunque también de gasoil, en cambio en el tractor solo se montan motores de gasoil.
 

Pero la gran diferencia está en el tamaño. El motor de un coche es muy pequeño comparado con el de un tractor, y sobre todo mucho menos pesado.
 

El motor del coche que hemos elegido cubica (eso es lo que cabe dentro de sus cilindros) 1 litro. Es decir, en cada uno de los cilindros que tiene el motor de este coche cabe un bote (o un botellín 25 cl) de refresco. Juntando el contenido de los cuatro cilindros llenarías una botella de litro.
 

En el caso del tractor elegido, su motor también tiene 4 cilindros, pero estos tienen un volumen de 3.4 l cada uno. Es decir casi 3,5 veces el motor del coche.
 

2. La potencia
 

La potencia es la fuerza de un motor. Los dos motores elegidos tienen casi la misma potencia pues el Ibiza posee 95 CV (caballos) de potencia y el tractor 99 CV. Sin embargo la potencia la usan para cosas muy diferentes.
Mientras que el tractor la usa para realizar diversos trabajos, como arar la tierra o llevar un remolque cargado de trigo, el coche la usa para ir muy rápido por la carretera.
 

3. La transmisión
 

La transmisión es el sistema del vehículo para llevar el movimiento desde el motor hasta las ruedas. Para los que conducimos coches no automáticos, cada vez que queremos cambiar de marcha pisamos el embrague y movemos la palanca de cambios. Para los no motorizados, justo esa palanca que va entre ambos asientos delanteros.
 

Mientras que en un coche lo normal es tener 4, 5 o 6 velocidades (verás que en carretera el conductor apenas toca esa palanca) en un tractor el número de velocidades es mucho mayor y además apenas no llevan palancas; los cambios se hacen con botones, porque hay tantas velocidades que con una palanca no se puede hacer.
 

Los mandos de un tractor antiguo son relativamente sencillos. Con una palanca situada a la izquierda se seleccionan marchas cortas (I), marchas largas (II) o marcha atrás (R). Con otra situada a la derecha se seleccionan las velocidades: las blancas para las marchas cortas y marcha atrás, y las amarillas para las marchas largas. Como veis, un tractor tiene más posibilidades.

Consola de mandos Command Arc de nuestro tractor. Ya la cosa se complica un poco. Fuente.
 
El Seat Ibiza lleva 5 velocidades hacia delante y 1 hacia atrás. El New Holland lleva ¡32 hacia delante y 32 hacia atrás! Seguro que te estás preguntando ¿y para qué tantas? Bueno pues no es porque el tractor corra mucho, todo lo contrario, lleva tantas velocidades porque para trabajar en el campo, según la labor que realices debes ir a una velocidad muy concreta. Por ejemplo, seleccionando la primera velocidad del grupo más corto, que es la velocidad o marcha más corta, la velocidad máxima que alcanzará el tractor, pisando el acelerador a fondo, son 0,28 km/h.
 

Luego la velocidad máxima del coche es de unos 150 km/h (aunque la ley no deja ir a más de 120 km/h por autopista) mientras que en el tractor la velocidad máxima es de 40 km/h
 

4. El peso
 

También aquí hay mucha diferencia. El tractor debe pesar mucho porque cuando más peso más poder tiene para tirar del remolque o del apero que lleve detrás. Fíjate en una cosa, un tractor tira más en función de lo que pese no en función de su potencia. Por eso un tractor es bueno que pese mucho, mientras que los ingenieros de coches se pasan meses pensando soluciones para que su coche pese cada vez menos. Por ejemplo, en un coche se usan los chasis de aluminio para aligerarlos, en cambio en un tractor se ponen contrapesos en el morro, en las ruedas… donde se puede para que pese más y más.
 

Fíjate que mientras el Ibiza solo pesa unos 900 kg, el tractor T5 tiene un peso mínimo de 4.550 kg pero el máximo es de 8000 kg
 

Los contrapesos son esa especie de pesas que lleva el tractor. Fuente: Twin's Farm
 
5. Las ruedas y los neumáticos
 

Quizá cuando miras un tractor lo que más te llama la atención es el tamaño de los neumáticos.
 

Para empezar el tractor tiene tracción en las 4 ruedas. Es decir las 4 ruedas reciben el movimiento del motor y tiran del tractor. En nuestro Seat Ibiza solo tienen movimiento las ruedas delanteras. Es decir si levantas el coche y lo dejas suspendido en el aire y aceleras verás cómo solo se mueven las ruedas delanteras, las traseras solo van arrastradas. En el tractor no ocurre así y se mueven las cuatro.
 

Además, los neumáticos de un coche suelen ser lisos, con un pequeño dibujo para eliminar el agua en el caso de que la calzada esté mojada. Los neumáticos de los tractores llevan unos tacos de goma que se hincan en el suelo para poder hacer más esfuerzo. Es como las botas de los futbolistas que juegan sobre césped. Si las has visto, verás que llevan clavos para agarrarse bien al césped y no escurrirse. Pues igual trabaja el neumático de un tractor.
 

Y sobre el tamaño ¡qué vamos a decir!, el neumático de un coche mide de diámetro cerca de medio metro y sin embargo el neumático trasero de un tractor medio como el nuestro T5 es tan alto como un hombre.

¿Y por qué vale tanto un tractor?
Pues porque es un producto con mucha tecnología. El tractor agrícola reúne actualmente tanta tecnología que abruma cuando el que lo observa es una persona ajena al mundo de la mecanización agraria.
El Seat Ibiza 1.0 TSI de 95 CV Xcellence cuesta 15.220€. Sin embargo el tractor New Holland T5 EC ronda los 48.000€, es decir 3,2 veces más que el coche o lo que es lo mismo por el valor de ese tractor te puedes comprar tres Ibizas y todavía te sobrarían 2.300 € para ti.

Otras entradas que te podrían interesar:

En TRACTORES PARA DUMMIES cuento las distintas labores que puede realizar un tractor. ¡ Hasta parado puede estar trabajando !. 

Si te has quedado con ganas de saber más, ¡esto sigue! en MÁS DIFERENCIAS ENTRE COCHES Y TRACTORES
Parece de ciencia ficción pero hoy en día hay tractores que se conducen por vía satélite. Te lo cuento en DE TRACTORES Y SATÉLITES.

domingo, 10 de septiembre de 2017

ME IMPORTA UN BLEDO

"Francamente, querida, me importa un bledo" le contestaba Rhett Butler a Scarlett O’Hara al final de la película "Lo que el viento se llevó" cuando Scarlett le pregunta a Rhett qué sería de ella si él le abandonaba.
 

Para el castellanohablante medio un bledo es algo poco importante, insignificante, de poco o ningún valor. Esta misma expresión se puede utilizar con otros vegetales, como el pepino, el comino o el pimiento, que mal que bien los conocemos. Es más, un gran blog del sector agroalimentario la lleva en su nombre http://me-importa-un-pimiento.chil.org

Pero, ¿qué es un bledo?
 

Pues, así en genérico es una planta de la familia de las amarantáceas, entre las que se encuentran tanto malas hierbas como especies que se han utilizado como fuente de alimento desde tiempos de los aztecas. Originario de Centroamérica, ha conquistado el mundo entero gracias a sus superpoderes de mala hierba.


 

Seguro que os suena la Quinoa, pues que sepáis que es pariente del bledo. Fuente: Markus Hagenlocher / Trabajo propio, CC BY-SA 3.0.
 
El bledo mala-hierba, el Amaranthus retroflexus en nuestro entrono, es una planta que se desarrolla en verano, con el calorcito. Tolera la sequía y responde estupendamente a la abundancia de nutrientes, especialmente el nitrógeno. Para evitar que las plantas cultivadas le hagan sombra, su tallo crece muy rápido en busca del sol, las sobrepasa y asunto solucionado. Produce muchísimas semillas, capaces de germinar en distintas condiciones.
 

Por si fuera poco, no se puede eliminar tirando de ganado porque puede ser tóxico debido a un exceso de nitrógeno en las hojas; y tampoco con herbicidas porque es resistente a algunos de ellos con diferentes modos de acción, glifosato incluido.

En definitiva, un verdadero quebradero de cabeza para los agricultores. Si será "cochina" esta mala hierba que los ingleses le llaman pigweed.

Así, tan chiquitita, parece hasta inofensiva
Fuente: Bruce Ackley, The Ohio State University, Bugwood.org

Hasta que decide ponerse a crecer
Fuente: Rebekah D. Wallace, University of Georgia, Bugwood.org


¿Y qué ocurre con los bledos?
 

La versión original en inglés de la famosa frase es "Frankly, my dear, I don't give a damn". Traducido es nuestro "me importa un bledo" aunque en inglés suena algo más fuerte.
 

Y es que literalmente "damn" significa "maldición", y los bledos están empezando a convertirse en una maldición para los agricultores de algunos estados sureños norteamericanos, donde se ha llegado incluso a cometer un asesinato por su culpa.

Sería mejor decir que una especie de bledo, Amaranthus palmeri, está en el origen de una lucha entre malas hierbas y herbicidas que ha acabado derivando en un enfrentamiento entre agricultores. Y, para complicar más aún las cosas, los cultivos transgénicos de soja y algodón aparecen como personajes de esta historia.
 

Un bledo planeando su próxima invasión.
Fuente: Howard F. Schwartz, Colorado State University, Bugwood.org

Como ya he dicho el amaranto es una mala hierba que puede llegar a ser muy dañina, especialmente en cultivos de verano de tamaño medio como la soja o el algodón, e incluso en el maíz. Allá por los noventa se crearon las primeras semillas transgénicas de estos cultivos, resistentes al glifosato. Se utilizó con tanta alegría que el amaranto tardó relativamente poco en hacerse resistente a esta sustancia.
 ¿Sabías que el "bledo de Palmer" puede provocar pérdidas en las cosechas de hasta un 91% en maíz y 79% en soja?
Pero las compañías de agroquímicos (Monsanto y BASF en concreto) disponían de un arma alternativa para acabar con el díscolo bledo, el herbicida Dicamba; pero tenía un problemilla, se evaporaba con rapidez y se dispersaba con una tremenda facilidad en el aire, causando graves daños a la vegetación de los alrededores (se estimó que es 75-400 veces más peligroso para plantas no objetivo que el glifosato). 

Pero, para muchos el problema gordo estaba en que la soja convencional es particularmente sensible a su acción, incluso a muy pequeñas concentraciones. Se desarrollaron entonces variedades transgénicas tolerantes al Dicamba a la vez que se trabajaba en una nueva versión del herbicida que no diera tantos problemas.
 

Aquí es donde entran la naturaleza humana. Las semillas se pusieron a la venta antes de que las autoridades dieran vía libre al uso del herbicida que venía en el pack (si, a mi me parece también un sinsentido). El caso es que el bledo seguía haciendo de las suyas, y algunos agricultores que habían invertido mucho dinero en la nueva soja transgénica veían cómo esta planta amenazaba con arruinarles la cosecha. Y desoyendo la advertencia de la casa de semillas y productora del herbicida, decidieron recurrir a la versión antigua del Dicamba, aunque fuera ilegal su uso.  

Y así comenzaron los problemas entre agricultores, que llevaron al asesinato de uno de ellos. Lo que antes se solucionaba de palabra y con pequeñas indemnizaciones entre vecinos, ahora quedaba sin arreglo, ya que una de las partes sabía que estaba haciendo algo ilegal. Se estaba larvando un conflicto en el que los agricultores sólo podían elegir entre dos bandos: los que utilizaban el producto y los afectados por el. 


Plantas de soja afectada por el herbicida Dicamba. Fuente: Universidad de Arkansas.
  
A pesar de las quejas que ya iban llegando y de las advertencias de algunos científicos, varios grupos de presión consiguieron que la EPA (la agencia ambiental estadounidense) aprobara cuanto antes la versión nueva del Dicamba argumentando que los agricultores lo necesitaban desesperadamente para controlar todas esas malas hierbas que el glifosato ya no era capaz de eliminar. Pero como resulta que las prisas son malas consejeras y poderoso caballero es 'Don Dinero', este nuevo Dicamba, aun siendo casi tan malo como el anterior, ya se puede utilizar.

 

Y vaya si se ha utilizado. Según estimaciones ha dañado más de 3.1 millones de acres (12.545 km cuadrados) de soja convencional en al menos 16 estados, algunos de ellos importantes productores de soja. Tanto, que el pasado julio Arkansas prohibió la aplicación del herbicida en lo que quedaba de campaña y aumento las multas por uso ilegal. Missouri y Tennessee han endurecido las normas de uso y varios estados se han quejado a la EPA. Esta incluso ha admitido que se está considerando retirarlo del mercado, lo cual no sería mala idea considerando que ya hay indicios de que el bledo lo ha vuelto a conseguir, ya se han detectado posibles individuos resistentes al Dicamba.


Bledo en un cultivo de soja, dispuesto a resistir  «¡Después de este bañito de herbicida, mañana será otro día!». Fuente: Andrea Morales para el Washington Post.

Y esto es todo, amigos. Así están las cosas. La próxima vez que pronunciéis la frasecita acordaos de la que puede liar un simple bledo.
 



Otras entradas que te podrían interesar:  
 

Semillas pegajosas, plantas con efecto lagartija o plantas que hay que arrancar a dos manos...el mundo de las malas hierbas es fascinante, aunque den mucha guerra al agricultor. En la entrada  DICHOSAS HIERBAS  te hablamos de ellas.
 

El tema de los herbicidas lo tocamos en mayor profundidad en esta entrada: ABECEAGRARIO: HERBICIDA


Por alusiones, los dos cultivos transgénicos que aparecen en esta entrada solicitan que os leáis esta entrada para saber más de ellos: ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES CULTIVOS TRANSGÉNICOS?