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domingo, 9 de abril de 2017

NO, LOS AGRICULTORES NO PRETENDEN ENVENENARTE.

Sólo quieren poder hacer su trabajo, que fíjate tu por donde, es dar de comer a la gente. 

Me perdonareis este comienzo tan brusco, pero es que a veces veo cosas que me enfadan un poco. Aunque también me dan trabajo, y visto lo visto, parece que tengo mucho por delante.
 

La imagen que ha provocado esta entrada es esta:

Y digo yo que podían poner un logo de AE real (que hay muchos donde elegir) y, ya por pedir, en castellano.

Efectivamente vivimos en un mundo que está no sé si al revés, o patas arriba y en el que la frase "el que contamina, paga" acaba siendo a menudo una vacía declaración de intenciones. En eso sí estoy de acuerdo, el resto me parece muy matizable.
 

Empecemos por los agricultores convencionales
 

Se da a entender que pueden usar "venenos" para todo y en cantidades industriales, para matar insectos y malas hierbas. Quiero creer que con lo de añadir "veneno" a los alimentos, se refiere a los tratamientos post-cosecha para que estos no se estropeen. Ah, respecto a esas sustancias asesinas, prefiero llamarlas productos fitosanitarios, (en adelante PF), será deformación profesional.
 

¿Qué prefieres, judías con gorgojos o con restos de insecticida?. Fuente.

Efectivamente sus productos no tienen una etiqueta que advierta que se han utilizado fitosanitarios, lo cual no significa que los agricultores puedan hacer lo que les de la gana y nadie les controla. Para nada: tienen que tener un carnet de manipulador de PF, llevar al día el cuaderno de explotación en el que se anota cualquier tratamiento, los equipos con los que se aplican estos productos tienen que pasar por una especie de ITV y los productos obtenidos son analizados en busca de residuos de PF, oficialmente y por parte de las propias cadenas distribuidoras (con estándares a veces incluso más exigentes).

Y es que el consumidor está muy preocupado por el uso de estos productos, preocupación que se amplifica y distorsiona en los medios de comunicación y las redes sociales, que influyen cada vez más sobre los políticos encargados de legislar en la Unión Europea, y como resultado se desautoriza el uso de muchas sustancias activas. 

El problema es que el ansia por quitar fitosanitarios del mercado supera al ritmo de desarrollo de sustancias nuevas y mejores para luchar contra plagas. Así, al cada temporada el agricultor se encuentra con menos posibilidades para proteger sus cultivos.

 Tarde o temprano acaba apareciendo una fresa con pelos ¿a que fastidia?. Al tratarse de fruta fresca que se va a consumir en muy poco tiempo no se pueden aplicar fungicidas, por lo que se recurre a otras medidas: baja tª y atmósfera controlada y mucha limpieza. Fuente: Don Edwards, UC Davis.
 
Por si no quedara del todo claro, voy a poner un ejemplo cercano, aunque algo surrealista. Imaginaros que trabajáis en una oficina en la que habitualmente se tienen que imprimir documentos. Resulta que un alto cargo se ha sacado de la manga una cantidad tremenda de normas para que se haga un uso racional, sostenible, eficiente, seguro, bla bla bla de la impresora. 

Por ejemplo: sólo pueden imprimir determinadas personas, en días alternos, un número de páginas por día, y cuando se gasta la tinta sólo se puede pedir a un proveedor que tarda meses en servirla. Imaginaros lo que supondría imprimir un simple formulario. ¿Y si encima si las normas cambiaran cada año y fueran cada vez más restrictivas?. Lógicamente los clientes se van a la competencia, porque según dicen, sus trabajadores son más rápidos, no están siempre enfadados y te imprimen lo que necesites.

En este vídeo tan majo se resume un poco la situación.

Y ahora vamos con los ecológicos

Siguiendo con la comparación de la impresora, podríamos decir que los agricultores ecológicos empezaron montando su "oficina" sabiendo que podrían utilizar a lo sumo tres o cuatro modelos de impresoras; no son las mejores del mercado pero sí muy ecológicas por estar construidas con materiales reciclados y que funcionan con tintas hechas a base de pigmentos naturales, en ambos casos difíciles de encontrar, y caras


También tienen que seguir ciertas normas un tanto absurdas, pero como que el que se las inventó era muy ecologista 
todo el mundo da por hecho de que estarán bien puestas. Así que nadie se molesta en cambiarlas y los empleados imprimen poco, pero trabajan más relajados.
 

Ya he escrito en otras ocasiones sobre agricultura ecológica por lo que no voy a extenderme. Simplemente quiero recordar varias cosas: el agricultor ecológico debe cumplir con las mismas exigencias de cara a la salubridad de los productos
No lo olvidemos, la agricultura ecológica también utiliza algunos productos fitosanitarios, y las precauciones para su uso son las mismas que en la convencional; respetar los Límites Máximos de Residuos, los plazos de seguridad, etc. 

¿Que sigue unas normas más rigurosas? Yo más bien diría más restrictivas, ya que el Reglamento de Producción ecológica al agricultor le deja hacer menos cosas. El rigor y el dinero a pagar para conseguir la ansiada etiqueta dependerán del organismo encargado de la certificación que le haya caído en suerte: en la mayoría de CCAA son públicos, Castilla la Mancha y Andalucía han delegado funciones en sistemas privados y Aragón tiene un sistema mixto. Vamos, lo de siempre, cada uno "a su bola".
 

¿Cuáles son esas grandes sumas de dinero?. Dependerá de si el agricultor se limita a producir o también comercializa, del terreno que tenga y lo que críe o cultive en el. Con este documento del comité de AE valenciano, podéis haceros una idea: por ejemplo un pago fijo anual de 175 € más 18.22 € si tienes una huerta de una hectárea.

El "top ventas" que arrasa en las ferias agrícolas es el Vademecum de productos fitosanitarios, que ¡oh sorpresa! tiene una versión para agricultura ecológica.

El Vademecum convencional es casi el doble de gordo que ecológico, aunque el contenido es algo distinto. El índice nos habla mucho de las diferencias entre ambos tipos de agriculturas.
Resumiendo
La próxima vez que te vengan con milongas de este tipo, acuérdate: ni los agricultores convencionales son unos asesinos ni los ecológicos las Hermanitas de la Caridad. Pero posiblemente ambos tengan una cosa en común, prefieren dedicarse a producir alimentos que a rellenar e imprimir informes sobre los productos fitosanitarios que utilizan o dejan de utilizar. Aun así lo hacen, por el bien de todos.
 
 

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Otra entrada dirigida a los consumidores...porque desde el campo las cosas se ven desde otra perspectiva.

QUERIDO CONSUMIDOR...

Y si quieres saber más sobre los alimentos ecológicos no te pierdas estas dos entradas:


 ¿QUÉ ES Y QUÉ NO ES UN PRODUCTO ECOLÓGICO? PRODUCTOS ECOLOGICOS, ¿POR QUE SON MÁS CAROS?

domingo, 18 de septiembre de 2016

EL PARAÍSO DE LOS TOMATES CHERRY


¿Te gustan los tomates cherry? Aunque no sean tu verdura favorita, seguro que más de uno has tomado, porque desde hace ya tiempo están en todos lados. Si te has preguntado alguna vez de dónde sale tantos tomates y tan coloridos estás de suerte, porque este verano tuvimos la ocasión de descubrirlo en nuestra visita a las instalaciones de la Cooperativa La Palma.

El origen. Esta cooperativa la fundaron agricultores del llano de Carchuna (Motril), pequeño pueblo de colonización agraria creado a finales de los años sesenta. Hoy en día en esta zona de la costa granadina el turismo convive con la agricultura de invernadero. Fuente.
 
Esta cooperativa está especializada en los tomates cherry, y dominan todos los formatos y colores (cherry bombilla p.e).  No en vano, es la mayor productora y comercializadora  especializada en tomates cherry del mundo y la 15ª mayor empresa hortofrutícola de España.


El destino final: a granel o envasados, hay tal variedad de tomates que resulta difícil contenerse y no coger unos pocos de cada uno.

Investigar y planificar, aspectos clave para hacerse un hueco en el mercado.

La mentalidad de "yo siembro lo que quiero y el consumidor me lo compra" hace tiempo que no lleva a ninguna parte. En La Palma son muy conscientes de la necesidad de adaptarse al consumidor, hasta tal punto que tanto la investigación e innovación como la relación con los mercados forman parte del funcionamiento diario de la cooperativa.

Gracias a esta mentalidad, La Palma factura nada menos que 120.000 millones de euros, de los cuales dedica dos de ellos a i+D, lo que supone un buen pellizco a los ingresos. Estos se van en mantener: fincas de experimentación, laboratorios, paneles de cata o expertos en marketing en diversos países.

Durante los picos de producción, que curiosamente se dan en navidad, la cooperativa llega a dar trabajo a casi 1.000 personas.
 
La investigación les permite obtener todos los años uno o dos productos nuevos para lanzar al mercado, de los que al menos uno suele tener éxito comercial. Gracias a ello poseen líneas de genética propia, como los tomates cherry atigrados, única en el mundo.

Del amplio catálogo de semillas propias de la cooperativa, los agricultores tienen que sembrar lo que los técnicos les dicen. Estos, en función de la demanda que prevén que pueda haber y basándose en lo que funcionó la temporada anterior deciden cuales serán las variedades a plantar para la siguiente temporada.

Así, a la hora de repartir los cultivos, los agricultores "premium" (los que tienen mejores resultados de calidad, productividad, etc.) tienen prioridad a la hora de escoger las variedades nuevas, si les interesa plantarlas. Si nadie muestra interés por probar variedades nuevas o por plantar otras menos atractivas, estas se reparten entre los agricultores mediante un sistema de cuotas.

Este modelo va más allá del típico de una cooperativa, comprar y vender en conjunto para obtener mejores precios. Aquí se trata de trabajar en conjunto para tener siempre un buen producto que vender. Al principio costó mucho convencer a los agricultores, pero ahora tienen este modelo bien asumido.


Dónde se cultivan los tomates

Los tomates cherry apenas necesitan agua o abono, pero si mucha luz que les ayude a fabricar los azúcares que le dan ese dulzor especial. Fuente: Cortesía de la Cooperativa La Palma.
 
En invierno, los tomates se cultivan en invernadero, donde se mantienen las temperaturas, diurnas y nocturnas, ideales para su crecimiento. El sol no es problema, ya que en esta esquinita de España las nubes no son precisamente abundantes.

Pero nosotros fuimos a visitar la planta en verano, cuando los invernaderos están vacios; con el calor sofocante que reina ahí dentro, imposible aguantar más de cinco minutos, como para cultivar nada. Pero los supermercados demandan cherries todo el año, ¿de dónde los sacan entonces? Muy sencillo, de huertos situados a unos 900 -1.000 m de altitud en la vecina Sierra Nevada. Allí crecen, disfrutando del fresquito de la noche (mínimas de 12ºC) y bajo la protección de mallas de sombreo, que protegen a los tomates de un sol directo que los quemaría pero dejan pasar la luminosidad del entorno.

Cuando se acerca el momento de la cosecha, el agricultor avisa con antelación a los técnicos y les dice cuándo cree que podrá realizarla y qué cantidad aproximada de tomates cree que  va a obtener. Esta información le sirve a los comerciales para vender el producto antes incluso de que llegue a la planta de envasado.


La llegada a la planta

Una vez se recibe el tomate se le hace un control de calidad, a ser posible con el agricultor presente. Actualmente se miden hasta los grados brix de los frutos. Esta medida nos indica el porcentaje de sólidos solubles presentes, que en frutas se traduce en la cantidad de azúcar  en forma de sacarosa.

Antes de entrar en la cámara frigorífica se lavan todos los tomates, salvo los cherry en rama ya que es inevitable que algunos frutos se suelten de las ramas, y lógicamente nadie compra racimos incompletos.


La cámara de frío

Esta cámara viene a ser como la gran sala de espera de una estación o un aeropuerto, con el aire acondicionado puesto "a tope", donde los tomates esperan bien fresquitos a tomar el camión que les lleve a su destino. Pero no es una simple cámara frigorífica, está completamente automatizada y controlada por ordenador, de manera que permite conocer en todo momento el género que hay almacenado y dónde está cada variedad, ahorrando tiempo, trabajo y resfriados al responsable de la cámara.

En esta especie de nevera gigante los tomates pasan como máximo 36 h.

La selección: tu si, tu si, tu no...

A mí me parecen todos comestibles, la verdad.
Antes de emprender el viaje a su destino, hay que "poner guapos" a los tomates. No se les pone lazo, evidentemente, con colocarlos en bonitos envases que entren por los ojos del consumidor suele ser suficiente.

Pero antes de envasar, los tomates pasan por un proceso de selección para eliminar a los que no cumplan con los estándares de calidad. La selección puede hacerse manualmente o mediante cámaras ópticas.

Selección manual: en la esquina puede observarse un detector que forma parte del sistema automático de trazabilidad, que registra cada caja y permite almacenar cada detalle de la vida de los tomates: la finca de la que proceden, el agricultor que los cultivó, la fecha de recolección y de envasado entre otros muchos datos.

Selección mediante cámara óptica: este cacharro hace nueve fotos de cada tomate, y no van precisamente despacio.


Envasado y a correr.

Los tomates que superan la selección se envasan en el recipiente adecuado. Aunque la cooperativa también vende a granel, a la hora de vender los técnicos manejan 800 referencias distintas que resultan de las distintas combinaciones de los productos a vender  (tomates, pimientos, pepinos…) en las distintas formas de presentación (tamaño, barqueta, film, etc.) y para los distintos destinos (exportación, marcas propias y marcas blancas).

Aquí guardan los envases de sus productos. Con lo que veis aquí tienen para  ¡¡ un dia y medio ¡!.

Los tomates, pimientos y pepinos que comercializa la Cooperativa apenas pasarán dos días en la planta. El factor rapidez es vital en productos como este; sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte tendrán que viajar al norte de Europa, lo que supone uno o dos días más antes de llegar al supermercado. El camión es el único medio de transporte que utilizan, ya que es el más rápido.

La Palma también comercializa pepino y pimiento para aperitivo, que posiblemente no hayas visto en el mercado, porque exportan el 93% de su producción, principalmente a otros países europeos. Estos pepinos "snack" se van para el Reino Unido.

Y estos tomates variados para asar en la barbacoa, para los países nórdicos. ¡Qué envidia! (porque estaban riquísimos con su aceite bueno y sus hierbas, y es que tuvieron el detallazo de darnos unos cuantos para probar).



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jueves, 1 de septiembre de 2016

QUERIDO CONSUMIDOR...

Veraneando en la costa granadina, una mañana nos encontramos a una gitana vendiendo higos chumbos (que no "chungos"). No sé si los conoceréis, son el fruto de la chumbera, un cactus naturalizado en medio mundo armado de pinchos tanto en las hojas como en los frutos.

Mientras comprábamos unos cuantos se acercó una señora que preguntó que a cuánto estaban. La gitana le contestó — "cuatro a un euro"—, a lo que la señora le contestó — "¡qué caros!". La gitana, sin cortarse un pelo, le contestó —"¡pues vaya usted a cogerlos!".

Ejemplar de chumbera (Opuntia ficus-indica). ¿Quién se anima a coger unos cuantos higos chumbos?.
 
Imagino que a muchos agricultores les gustaría ponerse en el lugar de esta gitana y decirle cuatro cosas a ciertos consumidores demasiado exigentes, quisquillosos o directamente conspiranoicos; pero como no quedaría del todo bien, tienen que conformarse con escribirles cartas.

Y de eso va esta entrada, de cartas que nos escriben los agricultores, hartos de que se cuestione, o en el mejor de los casos se ignore, su trabajo. Voy traeros dos ejemplos de autores, que aunque no son agricultores a pie de campo, están lo suficientemente metidos en este mundo como para transmitir los sentimientos y demandas de agricultores y ganaderos.


Bauer Willi


Tuvimos la ocasión de conocerle en persona gracias al Congreso de Periodistas Agrarios de la IFAJ que tuvo lugar en Bonn. Fuente: IFAJ.
 
Willi Kremer Schilling, más conocido por muchos alemanes como "Bauer Willi" (bauer es granjero en alemán) es un agrónomo de 62 años, que ha ocupado puestos importantes en la industria agraria y en la actualidad está parcialmente retirado. Desde 1983 trabaja en la granja familiar, en la que cultivan remolacha, colza y trigo entre otros productos.

En enero de 2015 escribió la carta "Querido consumidor", que fue publicada en numerosos medios de comunicación. Desde entonces es un invitado frecuente en programas de radio y televisión, ha escrito un libro y publica diariamente en su página www.bauerwilli.com (solo disponible en alemán, una lástima). 




La carta en cuestión la podéis leer aquí, pero está escrita en inglés. Así que os haré una traducción libre y (muy) resumida de los principales puntos que trata.


Lo quieres todo, pero lo quieres barato. Reclamas comida libre de OGMs, sin gluten, sin lactosa, etc, y con la menor cantidad posible de fertilizantes, o si se utilizan deben ser orgánicos, pero no deben oler mal, y nada de aplicarlos cerca de donde vives. Pides la luna, amigo (esto último es cosecha propia).

Quiero tener una vida normal, como el resto de la gente: poder irme de vacaciones o pagar la universidad de mis hijos. No se puede vivir solo del "buen rollo", sobre todo si estás produciendo a pérdidas.

Me ahoga la burocracia. Estoy continuamente rellenando papeles, hasta por las cosas más nimias. Mis productos tienen que ser analizados en busca de contaminantes; por supuesto nunca encuentran nada, pero es la ley. Y al final son los escándalos alimentarios, con los granjeros de nuevo en el punto de mira, los que quedan en la memoria colectiva. En parte porque una vez pasada la tormenta, nadie se preocupa de aclarar las cosas.
 
La comida no tiene valor para tí, si no es así ¿por qué tiras tanta a la basura?.

Dices que quieres comprar local pero compras uvas de Chile, mangos de Brasil o espárragos de Sudáfrica, y las zanahorias ahí se quedan. ¿Has oído hablar de la col blanca o la de Saboya?, no, para qué, lo que tú quieres son corazones de alcachofa.

Quieres calidad, pero al final el precio es el que manda. En propias palabras del autor: "La gente habla continuamente de bienestar animal, pero la cuota de mercado de la carne ecológica en Alemania es del 1%" , "¿Cómo vamos a producirla si al final nadie paga por ella?".


¿En qué te fijas realmente, en las etiquetas o en las promociones?.


Quiero que te hagas una idea de lo que se siente estando en mi situación. Por supuesto que hay granjeros que no hacen las cosas bien, como ocurre con otros profesionales, pero en general procuramos trabajar de una manera sostenible en nuestro propio interés. No necesitamos que políticos, periodistas o burócratas (que cobran todos los meses sin correr riesgos empresariales) nos digan lo que tenemos que hacer.

Y si, somos empresarios, pero no actuamos como langostas (la plaga, se entiende) que acaban con todos los recursos que se encuentran a su paso. Me veo como el custodio de una granja, que pasará a mis hijos. Y mientras tanto trabajaré para mantenerla en buenas condiciones. No voy a irme a producir a Asia, seguiré produciendo aquí mientras pueda, y mientras me dejen.

Quizás porque la carta surgió por el enfado tras comprobar el precio que recibiría por sus patatas, o quizás porque se publicó en el lugar y el momento perfectos, el caso es que tuvo un gran éxito en la población alemana. 

En una entrevista que le hizo un periodista agrario comentó "Necesitamos llegar al corazón de nuestros ciudadanos, no solo al cerebro",  ¿creéis que lo ha conseguido?, ¿qué os parece?. En mi opinión utiliza un tono algo agresivo con el consumidor, que no tiene por qué cómo se producen todos los alimentos que compra ni cuánto cuesta producirlos. Es nuestro trabajo llegar a su cerebro y su corazón, pero con respeto.


Rubén Villanueva

Él realmente no trabaja como agricultor, pero está metido de lleno en este mundo, ya que es responsable de comunicación en la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos ), uno de los tres principales sindicatos agrarios.

En su blog personal, "Me importa un pimiento", ha escrito varias cartas dirigidas a agricultores y ganaderos, de estos a los Reyes Magos...pero de la que quiero hablaros es  "Y sin embargo te quiero. Carta abierta de un agricultor a un consumidor".  


Rubén Villanueva en el viñedo de su padre en tierras manchegas. Según me cuenta "Conozco en primera persona las labores del campo: he sarmentado desde pequeño, he quitado hierba con un “bonito” azadón, y mis espaldas tienen acumuladas 10 vendimias enteritas de un media de 27-28 días cada una". Vamos que sabe de lo que habla. Foto cortesía del propio autor.

El oficio de periodista se nota, y con un estilo mucho más lírico viene a recordarle al consumidor las mismas verdades que Bauer Willi, pero de buen rollo. Que el agricultor está detrás de muchas de las cosas que consumimos y que quizás no valoramos lo suficiente (alimentos, paisaje rural...). Que es la legislación europea la que convierte en exigencias legales las insaciables demandas del consumidor, como garantizar el bienestar animal o proteger del medio ambiente. Demandas que resultan más caras de poner en práctica de lo que a menudo estamos dispuestos a pagar. Y para eso, muchos agricultores y ganaderos pueden recibir ayudas de la propia PAC (hay sectores que no reciben nada), pero los fondos europeos no lo solucionan todo, trabajan para una economía de mercado y vez más en más ocasiones lo hace perdiendo dinero. Por último está el clima, y la incertidumbre de mirar al cielo para ver si este año respetará mi cosecha, algo que no ha cambiado en los miles de años que tiene esta profesión.

Y no os cuento más. Leedla, que no tiene desperdicio y compartidla, porque cuanta más gente la lea mejor se entenderá la labor del agricultor y el ganadero.

Agricultura: el arte de perder dinero y trabajar 400 horas a la semana para alimentar a gente que piensa que estás intentando matarlos.
Algún día tengo que conseguir esta camiseta. Fuente desconocida.

¿Conocéis alguna carta similar?. Si eres agricultor, ¿qué opinas de estas cartas ? ¿les falta o les sobra algo?.. Anímate a dejar tu opinión en los comentarios.




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