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viernes, 9 de julio de 2021

EL MINISTRO GARZÓN Y LA CARNE, UN ELEFANTE EN LA CACHARRERIA

 Los elefantes son unos animales imponentes, que normalmente despiertan simpatía y buen rollo. Las cacharrerías suelen ser locales antiguos y pequeños, que según lo mires pueden estar llenos de trastos o de tesoros por descubrir. Pero si, por lo que sea, el elefante con toda su buena voluntad decide entrar en la cacharrería a cotillear un rato, lo más seguro es que la visita acabe convirtiéndose en un desastre.


Me ha venido esta imagen al pensar en nuestro panorama político actual. Como, al parecer, no están los ánimos suficientemente crispados ha tenido que venir un político a echar más leña al fuego, o a la barbacoa si me permitís el chiste fácil.
 

Qué tendrá la carne que cada vez que nos piden reducir su consumo se monta la de dios, y que en cuanto a los países empiezan a despegar económicamente empiezan a darle al filete.Fuente:Imagen de Devon Breen en Pixabay 

Y es que resulta que el actual ministro de consumo, Alberto Garzón, ha publicado un vídeo en el que no me queda claro si pide a los ciudadanos que comamos menos carne, si quiere mostrarse como heroico defensor de la salud y el medio ambiente y luchador sin igual contra las villanas macroempresas o ambas cosas a la vez. El caso es que el ministro se ha metido en un buen berenjenal, él solito y (aparentemente) sin necesidad alguna.
 


Se está hablando muchísimo del tema. Como era de esperar ya se ha polarizado el asunto entre los dicen que ya iba siendo hora de que un político se mojara con el exceso de consumo de carne, los que se niegan a que nadie les diga lo que deben o no comer y obviamente el sector productor de carne que se ha sentido profundamente agraviado. 


Este blog dedicado a divulgar sobre alimentos y sus productores no iba a quedarse al margen, por lo que aportaré mi visión siguiendo como guión el certero resumen del asunto que ha hecho Jesús Soria en Twitter.

 

Hay que proteger al sector ganadero? Si
 

O, al menos, no machacarlo gratuitamente. Ni es el momento, ni son las formas. La gente del campo se merece más rigor y respeto y cualquier organismo de gobierno, de la administración que sea, tiene que gobernar para todos, o al menos intentarlo.

 

El problema del exceso de consumo de carne es innegable y aunque la motivación del video es acertada y necesaria se ha desperdiciado la ocasión de promover un debate serio y productivo. Aunque quizás eso sea mucho pedir hoy en día en este país.

 

El caso es que no se puede plantear un tema tan complejo con medias verdades. No así, no en estos tiempos en los que estamos ya un poco hartos de luchar continuamente contra la desinformación. No desde un puesto de ministro.

 

Y me temo que no ha sido una simple ocurrencia, ya que a pesar del chaparrón que le ha caído, insiste en la misma visión simplista en entrevistas y en una columna de opinión. De opinión, un ministro, que para colmo ni siquiera representa a ninguno de los dos sectores a los que pretende defender: sanitario o medio ambiente.


 

¿Consumimos mucha carne? Si
 

Comienza el video diciendo que nos estamos cargando el planeta en parte porque consumimos carne en exceso y que la acción de cambiar nuestra dieta tiene incidencia directa y puede contribuir a mejorar el estado del planeta. 


Es importante recordar que como consumidores tenemos un enorme poder, a menudo incluso político, pero creo la carne no lo es todo, me atrevería a decir incluso que tampoco la dieta. Quizás el problema esté en nuestra manera de consumir, mucho de todo, devorando recursos de todo tipo para producir ropa, aparatos electrónicos, plásticos, alimentos, etc. que acabamos devolviendo al planeta en forma de residuos que apenas somos capaces de recuperar.

Solo un dato, según la ONU si el desperdicio alimentario fuera un país, sería la tercera nación con más emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. Que comemos mucha más carne de la que necesitamos para nuestras necesidades vitales no es ninguna novedad a estas alturas, pero ¿vamos a echarle toda la culpa a este alimento?.
 

¿Hay que comer menos carne? Si
 

Según el Informe Anual del consumo editado por el Ministerio de Agricultura (pg168), en 2020 los hogares españoles aumentó el consumo de carne en un 10,5 % alcanzándose los 2.305,25 millones de kilos.
 

El consumo se acerca a los 50 kilos de carne por persona y año: unos 136 gramos diarios o casi un kilo a la semana (entre carne fresca, procesada y congelada). Si nos fijamos en la recomendación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria que propone un consumo entre 200 y 500 gramos semanales, o el consejo de OMS de no superar los 500 g. de media, los españoles estamos comiendo más del doble de lo máximo necesario.

 

El caso es que si restamos a los 7.6 millones de toneladas de carne que dicen que producimos en España , los 2.3 mt que efectivamente nos zampamos, nos quedan nada menos que 5.3 mt para exportar. Esta viaja a países como China donde los que empiezan a tener dinero ni se plantean prescindir de la carne, un alimento que por cierto perciben de alta calidad precisamente porque seguimos el Modelo Europeo de Producción. Cuando estos países decidan que están comiendo demasiada carne vamos a tener un problema importante, pero eso ya es otra historia.
 

Mientras en el video se dice que España es el país que más carne consume de toda la Unión Europea aparece este mapa de la FAO (a ver si para la próxima especifican un poco mejor las fuentes) que muestra la "cantidad de suministro de carne". Ignoro el contexto original del mapa ni por qué se ha utilizado, pero una cosa es suministrar carne a todos los habitantes de un país y otra muy distinta es que dichos habitantes efectivamente la consuman.

 

¿Este exceso afecta a nuestra salud? Si

 
Casi al final del video (minuto 4.40) pronuncia la frase "detrás de cada filete de carne que tenemos encima del plato hay muchas cosas que probablemente no nos habían contado", que me recuerda una barbaridad a esas típicas de los videos chungos de Youtube, que vienen a decir "mira lo majo que soy que te estoy contando lo que nadie quiere que sepas".
 

Pues va a ser que no. Acerca del impacto negativo del consumo excesivo de carne sobre la salud y el medio ambiente se lleva hablando, y advirtiendo, desde hace ya bastante tiempo, en este artículo puedes ver varios ejemplos, e incluso yo toqué el tema en 2015 nada menos. Y desde luego de una manera bastante más seria que esta especie de documental, hilado con cuatro datos buscados en Google, las típicas imágenes de banco y musiquita apocalíptica como apunta Rubén Villanueva. Y que para colmo constantemente mezcla churras y merinas, esto lo añado yo por eso de reivindicar nuestra cabaña ganadera.

 

Cuando hablando de salud dos cosas me han llamado la atención. Primero, cuando Alberto Garzón dice que "las dietas ricas en grasas, sodio y azúcares provocan más muertes en su conjunto que el alcohol, el tabaco y las drogas". ¿Está asumiendo automáticamente que esa dieta, típica de países superdesarrollados, lleva carne? precisamente es en estos países donde es más fácil encontrar productos ultraprocesados destinados a veganos que se pasan tres pueblos en cualquiera de esos tres elementos. O lo que es peor aún, ¿está insinuando que comer carne es peor que consumir tabaco, alcohol o drogas?. A mí un buen chuletón bien preparado me parece una delicia, y está visto que al presidente del gobierno también, pero al menos que yo sepa es menos peligroso y sobre todo no provoca adicción.

 

Me ha chocado bastante eso de que si haces barbacoas de vez en cuando al menos "compensa los días siguientes" con una dieta rica en vegetales, fibra, blablabla, ¿y el resto de días?. Si algo he aprendido de todo el tiempo que llevo oyendo y leyendo a nutricionistas es que lo de darse un atracón y luego compensar no suele ser buena idea. Y mira que se estrujan la cabeza para darnos ideas con las que "aligerar" las barbacoas.
 

¿Es un problema medioambiental? Si
 

Aunque en este punto habría que matizar bastante lo que se dice en el video. Bien en grande aparece el dato de que la ganadería a nivel mundial representa el 14,5% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), ni idea de dónde lo han sacado. Por si acaso os dejo esta entrada donde ya traté el tema y esta página de la FAO que explica estupendamente el problema

 

Las distintas instituciones (IPCC, FAO, EPA entre otras) calculan que la contribución del ganado, así en general, a las emisiones de GEI a nivel mundial representan entre el 7 y el 18 % (según el enfoque utilizado para la cuantificación y el tipo de emisiones estudiadas). Aquí se incluyen los gases emitidos por la fermentación del rumen, los que libera el estiércol, los debidos a la producción de pienso y a los cambios en los usos del suelo. Y para que nos hagamos una idea, según datos del Miteco (es decir, los "colegas" de gobierno que se dedican a las cositas del medio ambiente) las cifras de emisión de GEI en España son las siguientes: el transporte supone un 27,7%, la industria un 21,4% y la generación de electricidad un 10,3%. Por su parte, la agricultura supone el 14,1% de las cuales la ganadería aporta el 9,1% y los cultivos el 4,9%. Ojo, que además cuando hablamos de ganadería no podemos olvidarnos de la producción de leche y huevos, que no son poca cosa.
 

Y si miramos este grafico, veo muy arriesgado equiparar lo que contamina las "flatulencias de las vacas, los cerdos y el pienso (sic)" (ganado + sus deyecciones= 5.8%) con lo que contamina un coche (transporte por carretera =11,9 %). Imagen tomada de un hilo muy recomendable.  


Respecto al gasto de agua en la actividad ganadera utiliza el concepto de huella hídrica “tradicional”. Este método contempla el uso de los tres tipos de agua: verde (de lluvia), azul (la utilizada para regar) y gris (para diluir la contaminación) sin entrar apenas en detalle, lo cual puede dar lugar a interpretaciones erróneas: no es lo mismo criar un ternero en los pastos gallegos que en el norte de Córdoba. Actualmente se utiliza la “huella de la escasez hídrica”, que además de considerar solo el agua azul y gris (de la que hay reservas) incorpora un índice de estrés hídrico que da una idea bastante más ajustada de lo que realmente cuesta producir un kilo de carne en distintos lugares.

 

Esta imagen me impacta tanto como la panorámica de invernaderos de Almería o unos rascacielos en mitad del desierto. Los macrocebaderos existen, pero no caracterizan a la ganadería española, que es mas de pequeños productores.

 

Una vez grabado el discurso del ministro en el jardín, o se dieron cuenta que lo mismo el sector ganadero se les iba a echar encima o alguien con un poco de criterio advirtió que no todos los tipos de ganadería son iguales. Así que decidieron meterle un parche al video para aclarar que "la ganadería extensiva es mucho más sostenible que las macrogranjas; ayuda a enriquecer los suelos y prevenir incendios y crear puestos de trabajos que protegen la economía local". No seré yo quien lo niegue, desde luego, pero quiero aclarar una cosita.
 

Aunque depende mucho del tipo de ganadería y la especie, los animales que viven en extensivo representan la mitad del proceso productivo de la carne: la vaca o la oveja paren a la cría en el campo y allí la cuidan y alimentan hasta que alcanza el tamaño o edad adecuada para cebarlo, ya sea en la propia explotación o en un cebadero. En estas instalaciones serán alimentados sobre todo a base de pienso para que vayan desarrollando musculo hasta la edad del sacrificio, por tanto esta fase ya se puede considerar ganadería intensiva . En otras palabras, la cosa no es tan simple y en nuestro medio rural existen muchos puntos intermedios entre la macrogranja y la "ganadería extensiva, familiar y ecológica". Y francamente, hacer caso al ministro y consumir carne producida en estas últimas, por mucho que me gusten, es francamente difícil y más aún en el contexto actual de crisis económica. 
 

¿Hay que buscar soluciones? Si 
 

Se puede, se debe y se está haciendo. Desde muchos ámbitos. Tal como cuento en la entrada acerca de vacas y cambio climático, se está investigando en dos puntos clave: disminuir el metano que producen los rumiantes al eructar (no al liberar sus "ventosidades") o en la manera de gestionar los estiércoles para que emitan la menor cantidad posible de este gas.

 

Cada vez se estudia más cómo reducir la emisión de GEI mediante innovación en alimentación animal.
 

Respecto al consumo de carne sería deseable que el propio ministerio, a ser posible coordinándose con Sanidad y Agricultura, informara sobre las alternativas al consumo de carne, excesivo o no. Qué fuentes de proteínas existen, cómo y quién las produce y que impacto global pueden tener, tanto positivo como negativo.

Al fin y al cabo, en el Real Decreto 495/2020, que desarrolla la estructura orgánica del Ministerio de Consumo establece en su artículo 2 que corresponde a la Secretaría General de Consumo y Juego "el impulso y coordinación de políticas públicas de consumo y alimentación saludable, ofreciendo garantías de seguridad alimentaria e información de calidad a las personas consumidoras y agentes económicos del sector agroalimentario español". ¡Tracatrá!, sospecho que alguien no tiene muy claro para qué sirve el propio ministerio que dirige.
 

Otra función es "la realización de campañas institucionales dirigidas a aumentar la información y formación de la ciudadanía en relación con las materias objeto de su competencia". He oído hablar de una campaña ministerial, pero no tengo yo claro que lo sea. Hay un hashtag bien clarito que se repite hasta la saciedad, pero no aparecen logos oficiales por ningún lado. Y si algo diferencia a una campaña institucional es que tiene logos hasta en la sopa.
 

Al final del video, Garzón, pide la opinión a la ciudadanía. Aparte de todo lo dicho, le recordaría la vieja expresión de "zapatero a tus zapatos". Como ministro de consumo también tiene encomendado "la garantía e impulso de los derechos de las personas consumidoras, en especial, de aquellas que puedan encontrarse en situación de vulnerabilidad". Se me ocurren unas cuantas tareas en las que entretenerse que SÍ son de su competencia: la proliferación de casas de juego en zonas económicamente deprimidas, el dichoso Nutriscore, la publicidad de alimentos destinados a la población infantil o, ya puestos, intentar al menos que el ciudadano medio llegue a entender algún día el recibo de la luz.

 

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jueves, 19 de noviembre de 2020

EL IMPACTO DE LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS EN EL MEDIO AMBIENTE. ¿QUÉ SABEMOS?

 A menudo surgen noticias que empiezan por "un estudio" o contienen la palabra "científicos", como si ya solo con mencionarlos se mostrara una verdad verdadera e intocable. Y muy a menudo, dichas noticias ignoran que los autores de dichos "estudios" apuntan a la necesidad de investigar más sobre el tema; que lo que dicen es una sospecha, una hipótesis, una idea sobre la que trabajar. Así funciona y así avanza la ciencia.


¿Y a cuento de qué viene este rollo? Pues que voy a empezar esta entrada haciéndome "spoiler", así, directamente. La conclusión a casi cualquier planteamiento acerca del impacto de los OGM en el medio ambiente es "hace falta investigar más y hacer un seguimiento de lo que pasa". Pero si os interesa conocer por dónde van los tiros y de una manera lo más imparcial posible, os animo a seguir leyendo esta entrada, que he organizado en cuatro ideas principales.

 

¿Sabías que en 2015 se cultivaron a escala global 53.6 millones de hectáreas de maíz genéticamente modificado, lo cual representa algo menos de un tercio del maíz cultivado en el mundo?. Fuente: Albrecht Fietz en Pixabay

Idea nº1: Se han identificado efectos, directos e indirectos, derivados del uso de cultivos modificados genéticamente.

Comencemos por efectos directos, que aquí está el meollo de la cuestión.  

El que primero viene a la cabeza por la propia naturaleza de los OGM es la transferencia de genes "extraños" (es raro que aparezca de manera espontánea el gen de una bacteria en una planta) a parientes silvestres o a otros cultivos convencionales. Considerando que, durante milenios, especies silvestres y cultivadas han compartido genes, es razonable pensar que pase lo mismo con los cultivos transgénicos. Y efectivamente así ocurre, pero la posibilidad de que esto ocurra dependerá de la tendencia de los diferentes cultivos a compartir genes y de que haya cerca parientes silvestres sexualmente compatibles.  


Algunos rasgos transgénicos típicos - resistencia a plagas o enfermedades, a herbicidas, a sequía o salinidad - a priori podrían proporcionarle al nuevo organismo híbrido transgénico/silvestre una ventaja competitiva sobre la población silvestre. En este documento de la FAO de 2004 (puede parecer antiguo, pero los transgénicos se comenzaron a utilizar en los años 90) se afirmaba que hasta aquel momento había pocas pruebas de que eso ocurriera o que tuviera consecuencias ambientales. Pero claro, estamos en 2020, lo que podría considerarse el largo plazo. Según este documento de 2015, elaborado por un centro noruego de investigación en bioseguridad, las cosas no están tan claras, hay muchas lagunas de conocimiento y faltan datos.

 

Esta hierba, Alloteropsis semialata, roba ADN a sus vecinos, entre ellos cultivos de arroz y maíz. Aquí puedes descubrir más, y aquí el artículo científico original. Fuente: Marjorie Lundgren

Si aún se carece de datos sobre la idoneidad del uso transgénicos sencillitos para evaluar su riesgo ambiental, como para atreverse con los "multistack" (a los que se le han añadido varios transgenes). La falta de datos hace difícil evaluar el nivel de expresión de proteínas u otros productos en los organismos multitransgénicas. Además, tampoco se comprende con suficiente profundidad la complejidad de los ecosistemas ni cómo los factores ambientales pueden afectar a la expresión de estos transgenes.

 

Visto a corto plazo, es evidente que si un cultivo transgénico resistente a herbicidas va regalando ese preciado gen a hierbas silvestres vecinas, va a causar seguro quebraderos de cabeza a los agricultores. A menudo se ha argumentado que ese gen (u otros que solo interesen al hombre) son a priori inocuos desde el punto de vista ambiental. Un híbrido resistente a un herbicida concreto sólo será competitivo en presencia de ese herbicida. Pero, ¿qué puede ocurrir con los híbridos resistentes a plagas o a estrés ambiental si cambian las condiciones ambientales? Considerando que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, ¿podrían convertirse estos híbridos en plantas invasoras?. Desde luego que esto no sería nada positivo para la diversidad biológica. En fin, bienvenidos a la incertidumbre.

El segundo efecto directo que también preocupa es el impacto que puedan tener algunos rasgos en especies no objetivo. El ejemplo más habitual son las toxinas Bt (procedentes del Bacillus thurigiensis) que ayudan a combatir varias especies de insectos que a menudo se convierten en plaga. El problema es que ya se han observado efectos indeseados sobre especies inofensivas para los cultivos que además sugieren que estas toxinas posiblemente sean menos específicas de lo que se dijo en su momento. 

El desconocimiento sobre el alcance de estos efectos indeseados de la toxina Bt puede deberse a dos causas: en primer lugar que las pruebas de seguridad se hacen con toxinas producidas por las propias bacterias, no con la que fabrica la propia planta y en segundo lugar, que es posible que dicha toxina actúe de otras maneras; pero, de nuevo, apenas hay estudios que ofrezcan información al respecto.  

 

Así que la primera lección aprendida es que hace falta elaborar mejores métodos para estudios ecológicos sobre el terreno, para saber con exactitud lo que ocurre cuando el gen se expresa digamos "en la vida real"

 

Durante un tiempo se acusó a los cultivos de maíz transgénico del declive de la mariposa monarca, en base a un artículo sobre un estudio de laboratorio difícilmente extrapolable a lo que ocurría en el campo. Puedes encontrar más información aquí. Fuente: Kenneth Dwain Harrelson, CC BY-SA 3.0, 

Vista la incertidumbre sobre el impacto de este efecto directo, los científicos consideran necesario evaluar los efectos ambientales caso por caso y recomiendan hacer un seguimiento ecológico para detectar efectos no previstos. Que realmente esto se haga hoy en día de manera sistemática, sinceramente, tengo serias dudas.
 

 

Idea nº2: Los efectos indirectos están ligados a las prácticas agrícolas que se lleven a cabo. Y no tienen por qué ser necesariamente malos o peores que cultivos convencionales.

 

El impacto dependerá en muchos casos del tipo de cultivo y de las prácticas agrícolas que se lleven a cabo. En general, los partidarios los cultivos genéticamente modificados suelen argumentar que su uso permite llevar a cabo prácticas agrícolas más sostenibles: principalmente menos aplicaciones de productos fitosanitarios y menos laboreo del suelo. De hecho, el documento de la FAO antes mencionado señalaba que el empleo de cultivos transgénicos Bt está reduciendo el volumen y la frecuencia del empleo de insecticidas en maíz, algodón y soja. Esta reducción obviamente beneficia a la biodiversidad dentro del cultivo GM, frente a uno convencional en el que es posible que se utilicen fitosanitarios de amplio espectro (muy poco selectivos a la hora de matar bichos, dicho en castellano). Pero nadie asegura al propietario de un cultivo OGM que aparezca otra plaga a la que su cultivo está indefenso que le obligue a aplicar otro producto fitosanitario. 

 

Respecto al empleo de herbicidas, se ha producido un cambio notable, ya que ahora utilizan herbicidas menos tóxicos, pero en mayor cantidad. La preocupación principal es cómo puede afectar este aumento a la biodiversidad de los ecosistemas agrarios. El problema es que no resulta sencillo evaluar los efectos ambientales del uso de plantas transgénicas tolerantes a herbicidas y faltan datos relativos a la acumulación de herbicidas en estas plantas.  

 

Por último, no deberíamos olvidarnos de los nuevos cultivos capaces de tolerar situaciones de estrés ambiental como sequía o suelos con demasiada sal o aluminio. Estas nuevas generaciones de OGM podrían ser tremendamente útiles en la adaptación de la agricultura frente a los efectos del cambio climático. Además permitirían cultivar suelos baldíos, lo cual puede ser beneficioso o perjudicial para el medio ambiente según el cultivo, el rasgo y el ambiente. De nuevo estaríamos ante un asunto que depende más del ser humano que si el cultivo es OGM o no. 


 

Los invernaderos en Almería por ejemplo han permitido obtener tremendas cosechas de hortalizas (ninguna OGM, por cierto) en una zona originalmente árida y de suelos pobres y salinos, donde cultivar cualquier cosa era toda una proeza. Para sus habitantes humanos ha sido un logro económico y social importantísimo, pero las diversas especies que formaban parte de la comunidad de matorrales halófilos mediterráneos y termoatlánticos (Sarcocornetea fructicosae) que crecían en torno a las lagunas de la albufera de Adra han corrido peor suerte. Gracias a la Directiva Habitats y a la declaración de una reserva natural se libraron por los pelos de ser literalmente engullidos por los invernaderos. Entonces ¿es bueno o malo poder cultivar en cualquier lado?, ahí os dejo el debate. Fuente: Comunidad Rediam

 

Idea nº 3. Los animales transgénicos están más controlados. 

 

En primer lugar, no se cría ganado transgénico para producir alimentos, salvo, que yo conozca, el salmon Aquabounty aprobado recientemente para su consumo en EEUU y Canadá.

Lógicamente lo que más preocupa es que estos animales se escapen, pero dado que los pocos animales de granja transgénicos que existen (criados con fines médicos) son muy valiosos, se mantienen en entornos muy controlados.

Sin embargo, en el caso de los salmones de acuicultura criados en jaulas situadas en mar abierto la probabilidad de que escaparan no era nada desdeñable. Para evitar cualquier problema, el salmón transgénico ha tardado nada menos que 31 años en salir al mercado desde que se concibió. Este salmón es más grande que sus congéneres silvestres porque está creciendo y engordando prácticamente durante todo el año, ya que se ha alterado la expresión del gen de la hormona de crecimiento de manera que esté activo cuando hace frío. Entre todas las medidas que se han tomado posiblemente la más efectiva es que los salmones son estériles.

No se trata de una especie doméstica, y a ojos del ser humano lo único que produce son molestias pero...¿qué opinas de soltar mosquitos transgénicos para combatir la malaria? Sólo se liberan machos que duran vivos un suspiro, pero lo suficiente para controlar las poblaciones. Más información en esta entrada. Fuente de la foto: ECDC
 

 

Idea nº 4: Una cosa es identificar impactos y otra muy distinta es constatar que existen. Y ver cómo evolucionan. 

Para garantizar la inocuidad de los alimentos producidos por organismos transgénicos existen procedimientos ya establecidos y un foro mundial impulsado por la Comisión del Codex Alimentarius FAO/OMS donde se elaboran las directrices de inocuidad sobre alimentos en general y transgénicos en particular. Por la cuenta que les trae a empresas desarrolladoras y a gobiernos.
 

Sin embargo no hay directrices ni normas acordadas a nivel internacional para evaluar el impacto ambiental de los organismos transgénicos. Y claro, es difícil llegar a conclusiones claras cuando, a la hora de hacer un seguimiento posterior al uso de OGM, no está del todo claro, qué y cómo medir, con qué se compara y qué esfuerzo se va a hacer en investigar la existencia (o no) de dichos efectos.
 

La cuestión de la comparación no es baladí. No es lo mismo comparar un cultivo OGM con los actuales sistemas agrícolas que con datos ecológicos de referencia (por ejemplo de un ecosistema silvestre vecino). Y es que la agricultura, como actividad que se realiza en el medio físico, tiene un impacto mayor a nivel general que lo que pueda suponer pasar de cultivos convencionales a transgénicos. La clave está, de nuevo, en las prácticas agrícolas que se lleven a cabo; puede perfectamente darse el caso que los cultivos transgénicos, al reducir el empleo de fitosanitarios, provoquen bastantes efectos positivos y alguno negativo en los componentes del ecosistema agrario . Al fin y al cabo los ecosistemas funcionan de una manera parecida a la economía: todo está interrelacionado, y cualquier alteración puede tener (o no) un efecto (positivo o negativo) en sus integrantes.
 


 El maíz (Zea mays L.) es el cultivo que tiene el mayor número de eventos GM (digamos "variedades" con uno o varios genes modificados) y es el segundo cultivo con mayor adopción tras la soja. En 2018 se hizo un metaanálisis sobre la literatura científica generada desde 1996 a 2016 (20 años nada menos). Los resultados mostraron una fuerte evidencia de que el maíz GM daba mejores resultados que sus equivalentes convencionales respecto al rendimiento y la calidad del grano - particularmente mostraban una menor presencia de micotoxinas, lo cual es francamente positivo desde el punto de vista de la salud. En general, los organismos no objetivo no se veían afectados salvo un grupo de bichitos que parasitan al taladro del maíz: al matar a la plaga objetivo los pobres bracónidos iban detrás. También mostraron que la descomposición de biomasa en el suelo era mayor en el maíz GM. Fuente: Syngenta.


Estudiar ecosistemas no resulta fácil y tampoco se percibe como vital en nuestra sociedad. Para colmo el interés por saber más acerca del posible impacto se encuentra con otras barreras en el camino. Por una parte no es fácil acceder a material vegetal o datos moleculares que permitan llevar a cabo investigaciones independientes. Y por otra, es importante considerar quién lleva a cabo los estudios, ya que el sesgo de financiación es lo suficientemente relevante. Y esto no lo digo yo, sino los autores del ensayo antes citado cuyos informes se usan como referencia en la página de Bioseguridad ligada al convenio de Diversidad Biológica (es decir, una entidad internacional en principio imparcial). 

 

Pero bueno, acabemos en positivo. A pesar de las incertidumbres se han diseñado métodos de gestión y trucos genéticos para reducir al mínimo la posibilidad del flujo de genes. Ya que no se pueden aislar completamente los cultivos GM producidos a escala comercial, se establecen una serie de indicaciones que los agricultores deben seguir de manera obligatoria entre la que destaca la de dejar zonas refugio que separen los cultivos GM de su entorno.  

 

Indicaciones que reciben los agricultores a la hora de establecer las zonas refugio. Fuente.

 

Y esto es todo. Enhorabuena a los que hayáis llegado hasta aquí. Espero haber cumplido con el objetivo, que conozcáis el estado de la cuestión: qué preocupa, porqué, que se sabe y qué se hace.

 

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viernes, 8 de marzo de 2019

CHAVALES, CALENTAD EN BANDA, QUE ENTRÁIS A JUGAR

Las distintas formaciones comienzan a hacer sus cábalas para lograr los escaños correspondientes a las provincias tradicionalmente olvidadas, planeando intensas jornadas de confraternización con los lugareños; imposible no acordarse de la película “El disputado voto del señor Cayo”, adaptación de la novela de Miguel Delibes. Los tiempos han cambiado mucho, y las formas también, pero la despoblación en el medio rural sigue estando ahí.



¿Qué foto poner que sea de campo, bonita y que transmita algo de optimismo?. Esta de Adoración Luna, sin dudarlo.



Houston, tenemos un problema (desde hace tiempo ya).

Aunque desde hace unos años el tema de la despoblación rural ha entrado en la agenda política, todavía no se ha pasado de los discursos a las medidas concretas, a pesar del tremendo problema que supone este desequilibrio demográfico para la sociedad en su conjunto.



 El gráfico que representa la distribución de las distintas franjas de edad de una población, la "pirámide poblacional" que nos enseñaban en el instituto, ha cambiado de forma. Actualmente, para España en su conjunto ha pasado a ser una "punta de lanza poblacional", pero en el mundo rural lo que tenemos es una especie de “jarrón poblacional”:  base tirando a estrecha, un pie que va ensanchándose conforme aumenta la edad, alcanzando su mayor anchura en la franja de edad de los 40-60 años. A partir de ahí va reduciendo, pero poco. Conclusión: la mayor parte de la población en el mundo rural lleva tiempo peinando canas. Fuente.
   

Agricultura y medio rural

Como las personas, si nos dejan, tenemos la manía de cumplir años, en una década se estima que 6 de cada 10 profesionales del campo entrarán en la edad de jubilación. Ese jarrón irá convirtiéndose inexorablemente en una pirámide invertida, que se desplomará si no se toman medidas ya.

Esta foto de un antiguo molino es una buena metáfora. Tomada del blog "Paisajes del agua", muy recomendable. Podéis empezar por esta entrada, por ejemplo.
  
En nuestro país, menos del 5% de los agricultores son jóvenes (menores de 40 años, que es el límite actual), y estos poseen solo el 8% por ciento de la tierra. En el conjunto de la UE, los jóvenes poseen en torno al 11%, que tampoco es para tirar cohetes.

El campo español necesitará incorporar 20.000 nuevos agricultores cada año para garantizar el relevo generacional. Actualmente, según datos de las CCAA, sólo demandan incorporarse como agricultores o ganaderos unas 8.500 personas. Es decir, un 40% menos del objetivo previsto por los planes estatales.

Pero los jóvenes - salvo los muy convencidos, que son pocos - siguen abandonando el medio rural, y tienen sus razones para hacerlo. El sector agrario afronta una serie de dificultades (costes de producción y precios percibidos, falta de políticas agrarias, competencia internacional desleal, regulación y burocracia excesiva... entre muchas otras ) que pueden desalentar a más de uno a dedicarse profesionalmente a una profesión llena de incertidumbres. Eso sin contar con que la financiación necesaria para instalarse o para modernizar instalaciones es difícil de conseguir; y si el joven en cuestión es un recién llegado al campo y tiene que empezar de cero, conseguir el dinero necesario es prácticamente imposible.

La formación especializada - tanto el acceso a esta como a los jóvenes ya formados - también es un problema importante. Lo que no tengo claro es hasta qué punto es causa o consecuencia; si no existen suficientes centros que ofrezcan formación de calidad o no hay suficientes jóvenes que quieran cursar estos estudios (en esta tabla se ve que ser arquitecto, teleco o informático mola más que ser ingeniero agrónomo, de montes o de minas).


En parte creo que es una cuestión de imagen, más bien de autoimagen y de autoestima, de la propia gente del medio rural que durante demasiado tiempo ha llevado e interiorizado, el sambenito de paleto, basto, ignorante, etc.




Así de bien y de claro se expresó María Sánchez en el acto de inauguración de la campaña "Somos nuestra tierra" impulsada por las juventudes agrarias de COAG. María, veterinaria y escritora, junto con Mari Ángeles Rosado, agricultora que saltó a la fama por un afortunado tuit, Julio Pinto ganadero conocido por su faceta de concursante en el programa "Boom" de Antena3 TV y Pedro Gomariz, joven agricultor e “influencer” agrario en el campo murciano, acudieron como representantes de un mundo rural muy vivo y con muchas cosas que contar.


Julio Pinto también tenía las ideas muy claras. Una pena descubrirle solo un mes antes de su fallecimiento.

 
Una enorme brecha de oportunidades






Estos representantes hablaron en primera persona sobre el tercer problema que se encuentran los jóvenes cuando deciden quedarse a vivir en el medio rural : no se puede poder llevar una vida normal.

Vale que el medio rural tiene sus ventajas, a las que uno se acostumbra hasta el punto de sentirse incómodo en la ciudad: el aire puro, un cielo lleno de estrellas, la cercanía de la naturaleza, la libertad para salir a jugar de los más pequeños, unas relaciones sociales más humanas, la mayor calidad de ciertos alimentos e incluso el orgullo de mantener el entorno y de pertenencia a un entorno y una cultura. El problema es que, a pesar de pagar impuestos como el resto de españoles, la gente que vive en pueblos pequeños no tiene, ni de lejos, acceso a los mismos servicios que los que viven en ciudades o pueblos más o menos grandes.

Porque además de trabajar en el campo (o en el pueblo, que no todo va a ser agricultura o ganadería), la gente tiene que poder y querer quedarse a vivir en el.  No piden centros sanitarios, institutos o centros comerciales en cada municipio, o autovías que los conecten; simplemente disponer de servicios adecuados a nivel comarcal. Estaréis de acuerdo en que no es mucho pedir cosas como estas :

Que a sus hijos les atienda un pediatra, y no un médico de familia con el ojo clínico entrenado en personas mayores. No mantener dos comarcas enteras sin pediatra.

Que unas muchachas de 1º y 2º de la ESO no tengan que levantarse a las cinco de la mañana para ir al instituto.

Una conexión a Internet con calidad suficiente como para que no les lleve 15 días actualizar Windows o tres días hacer la PAC.

Y es que algo tan tonto como hacer un trámite on-line con la administración (algo cada vez más generalizado), ver una película en una plataforma digital o simplemente hablar por el móvil sin necesidad de darse paseos buscando cobertura, puede ser misión imposible en un pueblo olvidado por los proveedores de servicios telefónicos. En esas condiciones, hablar de digitalización de las explotaciones o de big data agrícola, se me hace casi de ciencia ficción.




Hablando de falta de servicios, tenía guardada esta noticia con su imagen correspondiente. Y digo yo, lo de comprar por Internet desde un pueblo de 100 personas, ¿cómo va?.

 

Mujeres jóvenes que quieren ser agricultoras y ganaderas

Yo soy poco de utilizar el lenguaje "inclusivo" que se lleva ahora, pero voy a hacer una excepción. Se habla de atraer jóvenes, pero no podemos olvidarnos que el 50% son "jóvenas". Jóvenas que puede que quieran ser agricultoras o ganaderas profesionales, socias en la cooperativa y que su voz se oiga más allá de las comisiones de educación, sanidad o festejos - sólo un 24% de los socios de las cooperativas son mujeres y sólo un 4% llega a los consejos rectores -. En este sentido, en el acto también se reclamaron más medios e interés para aplicar la Ley de Titularidad Compartida, de la que en 8 años sólo ha conseguido que 300 mujeres en toda España soliciten la cotitularidad.  

 
Una enorme brecha entre el campo y la ciudad

Otra reclamación importante que me encantó escuchar: la figura del campesino protegido, deberían crearla cuanto antes.

Nuestro país presume de tener un porcentaje importantísimo de territorio protegido, entre Parques Nacionales, Naturales, ZEPAS, LICs, Reservas de la Biosfera....- pero nadie se preocupa de proteger a un elemento muchísimas veces clave en la historia y devenir de esos espacios: sus habitantes.

Las personas que viven del trabajo que realizan sobre esas mismas tierras y que contribuyen en muchas ocasiones a su conservación, muy a menudo perciben que otras personas toman decisiones que les afectan desde un despacho en una ciudad, sin pisar el campo ni dignarse a escucharles. Ven así como aumenta la burocracia y las restricciones a su actividad simplemente por estar dentro de los límites de un espacio protegido, pero sin ninguna contraprestación o siquiera un gesto de reconocimiento. Estos campesinos no son linces, ni osos, ni águilas imperiales, pero también están en peligro de extinción. 

Fotograma de la pieza "El pacto" dirigida porTom Fernandez. Si tienes Facebook puedes verla en este enlace. Es triste y bonita a la vez.


Como era de esperar, en el acto también se habló de la brecha cada vez mayor que existe entre las ciudades y el campo.  Ambos mundos, aunque físicamente cerca, se sienten tan lejos que hasta la imagen del otro acaba siendo borrosa, distorsionada o directamente ridiculizada. De hecho últimamente ciertos sectores vinculados al medio rural no se cortan en criticar muy abiertamente (por no decir insultar) al sector opuesto de los urbano-ecologistas-animalistas, cavando entre ambos una brecha más profunda aún. Claro que estos últimos (los animalistas especialmente) muestran un desconocimiento tan pasmoso de cosas básicas que no ayuda lo más mínimo, valgan como ejemplos esta noticia de la cabra recién parida o la pretensión de que los ganaderos del Valle de los Pedroches pasen a ser agricultores, así, por las buenas.



Objetivos compartidos

La campaña "Somos nuestra tierra", tiene un doble objetivo, facilitar la incorporación de jóvenes al sector agrario y mejorar la imagen social de la agricultura como profesión. Con respecto al primero, de momento poco podemos hacer, pero desde el Proyecto Conocer la Agricultura compartimos el segundo objetivo al 100%.

Por esta razón he querido compartir todas las reflexiones e ideas que escuché y que me llamaron la atención en el acto de inauguración de esta campaña. Reflexiones y pensamientos de personas orgullosas del trabajo que realizan pero que reclaman reconocimiento y sobre todo unas condiciones de vida dignas. Personas sobradamente preparadas para hacer un "juego bonito" que entusiasme a todos los que ven el medio rural desde la grada.




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domingo, 9 de abril de 2017

NO, LOS AGRICULTORES NO PRETENDEN ENVENENARTE.

Sólo quieren poder hacer su trabajo, que fíjate tu por donde, es dar de comer a la gente. 

Me perdonareis este comienzo tan brusco, pero es que a veces veo cosas que me enfadan un poco. Aunque también me dan trabajo, y visto lo visto, parece que tengo mucho por delante.
 

La imagen que ha provocado esta entrada es esta:

Y digo yo que podían poner un logo de AE real (que hay muchos donde elegir) y, ya por pedir, en castellano.

Efectivamente vivimos en un mundo que está no sé si al revés, o patas arriba y en el que la frase "el que contamina, paga" acaba siendo a menudo una vacía declaración de intenciones. En eso sí estoy de acuerdo, el resto me parece muy matizable.
 

Empecemos por los agricultores convencionales
 

Se da a entender que pueden usar "venenos" para todo y en cantidades industriales, para matar insectos y malas hierbas. Quiero creer que con lo de añadir "veneno" a los alimentos, se refiere a los tratamientos post-cosecha para que estos no se estropeen. Ah, respecto a esas sustancias asesinas, prefiero llamarlas productos fitosanitarios, (en adelante PF), será deformación profesional.
 

¿Qué prefieres, judías con gorgojos o con restos de insecticida?. Fuente.

Efectivamente sus productos no tienen una etiqueta que advierta que se han utilizado fitosanitarios, lo cual no significa que los agricultores puedan hacer lo que les de la gana y nadie les controla. Para nada: tienen que tener un carnet de manipulador de PF, llevar al día el cuaderno de explotación en el que se anota cualquier tratamiento, los equipos con los que se aplican estos productos tienen que pasar por una especie de ITV y los productos obtenidos son analizados en busca de residuos de PF, oficialmente y por parte de las propias cadenas distribuidoras (con estándares a veces incluso más exigentes).

Y es que el consumidor está muy preocupado por el uso de estos productos, preocupación que se amplifica y distorsiona en los medios de comunicación y las redes sociales, que influyen cada vez más sobre los políticos encargados de legislar en la Unión Europea, y como resultado se desautoriza el uso de muchas sustancias activas. 

El problema es que el ansia por quitar fitosanitarios del mercado supera al ritmo de desarrollo de sustancias nuevas y mejores para luchar contra plagas. Así, al cada temporada el agricultor se encuentra con menos posibilidades para proteger sus cultivos.

 Tarde o temprano acaba apareciendo una fresa con pelos ¿a que fastidia?. Al tratarse de fruta fresca que se va a consumir en muy poco tiempo no se pueden aplicar fungicidas, por lo que se recurre a otras medidas: baja tª y atmósfera controlada y mucha limpieza. Fuente: Don Edwards, UC Davis.
 
Por si no quedara del todo claro, voy a poner un ejemplo cercano, aunque algo surrealista. Imaginaros que trabajáis en una oficina en la que habitualmente se tienen que imprimir documentos. Resulta que un alto cargo se ha sacado de la manga una cantidad tremenda de normas para que se haga un uso racional, sostenible, eficiente, seguro, bla bla bla de la impresora. 

Por ejemplo: sólo pueden imprimir determinadas personas, en días alternos, un número de páginas por día, y cuando se gasta la tinta sólo se puede pedir a un proveedor que tarda meses en servirla. Imaginaros lo que supondría imprimir un simple formulario. ¿Y si encima si las normas cambiaran cada año y fueran cada vez más restrictivas?. Lógicamente los clientes se van a la competencia, porque según dicen, sus trabajadores son más rápidos, no están siempre enfadados y te imprimen lo que necesites.

En este vídeo tan majo se resume un poco la situación.

Y ahora vamos con los ecológicos

Siguiendo con la comparación de la impresora, podríamos decir que los agricultores ecológicos empezaron montando su "oficina" sabiendo que podrían utilizar a lo sumo tres o cuatro modelos de impresoras; no son las mejores del mercado pero sí muy ecológicas por estar construidas con materiales reciclados y que funcionan con tintas hechas a base de pigmentos naturales, en ambos casos difíciles de encontrar, y caras


También tienen que seguir ciertas normas un tanto absurdas, pero como que el que se las inventó era muy ecologista 
todo el mundo da por hecho de que estarán bien puestas. Así que nadie se molesta en cambiarlas y los empleados imprimen poco, pero trabajan más relajados.
 

Ya he escrito en otras ocasiones sobre agricultura ecológica por lo que no voy a extenderme. Simplemente quiero recordar varias cosas: el agricultor ecológico debe cumplir con las mismas exigencias de cara a la salubridad de los productos
No lo olvidemos, la agricultura ecológica también utiliza algunos productos fitosanitarios, y las precauciones para su uso son las mismas que en la convencional; respetar los Límites Máximos de Residuos, los plazos de seguridad, etc. 

¿Que sigue unas normas más rigurosas? Yo más bien diría más restrictivas, ya que el Reglamento de Producción ecológica al agricultor le deja hacer menos cosas. El rigor y el dinero a pagar para conseguir la ansiada etiqueta dependerán del organismo encargado de la certificación que le haya caído en suerte: en la mayoría de CCAA son públicos, Castilla la Mancha y Andalucía han delegado funciones en sistemas privados y Aragón tiene un sistema mixto. Vamos, lo de siempre, cada uno "a su bola".
 

¿Cuáles son esas grandes sumas de dinero?. Dependerá de si el agricultor se limita a producir o también comercializa, del terreno que tenga y lo que críe o cultive en el. Con este documento del comité de AE valenciano, podéis haceros una idea: por ejemplo un pago fijo anual de 175 € más 18.22 € si tienes una huerta de una hectárea.

El "top ventas" que arrasa en las ferias agrícolas es el Vademecum de productos fitosanitarios, que ¡oh sorpresa! tiene una versión para agricultura ecológica.

El Vademecum convencional es casi el doble de gordo que ecológico, aunque el contenido es algo distinto. El índice nos habla mucho de las diferencias entre ambos tipos de agriculturas.
Resumiendo
La próxima vez que te vengan con milongas de este tipo, acuérdate: ni los agricultores convencionales son unos asesinos ni los ecológicos las Hermanitas de la Caridad. Pero posiblemente ambos tengan una cosa en común, prefieren dedicarse a producir alimentos que a rellenar e imprimir informes sobre los productos fitosanitarios que utilizan o dejan de utilizar. Aun así lo hacen, por el bien de todos.
 
 

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QUERIDO CONSUMIDOR...

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