Muchos os habréis preguntado qué diantres
he estado haciendo que nada mas he escrito una entrada en todo el mes de abril.
Pues aquí tenéis la razón, nuestro proyecto de divulgación ha desarrollado un
nuevo “vástago”, que ha demandado bastante tiempo y dedicación hasta estar
preparado para comenzar el solo su andadura.
Se trata del juego “La aventura de
Conocer la Agricultura”, que como podéis ver está basado en el juego de la oca.
Utilizar este juego no es ninguna novedad, pero no conozco
ninguna versión con tema agrícola, al menos en España. Evidentemente hay juegos de simulación de granja, más o menos realistas, para
ordenador (simagri) y móviles (Hay-Day), pero nuestro juego es más sencillo y nace para divulgar: con una o dos veces que juegues ya te das cuenta de lo difícil que puede ser
el trabajo de un agricultor.
En Francia parece que nos
llevan ventaja, pero ya conté que allí se vive la agricultura de otra manera.
Pero todo se andará….
Así que, con motivo de la celebración de la
tercera edición del Campus de la Ingeniería en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) presentamos
nuestro proyecto de la mano de Syngenta,. La finalidad del Campus es presentar
la ciencia y la tecnología de una manera atractiva y motivadora; y qué mejor
para motivar que un juego. Si el juego contribuye a mostrar la importancia de los
avances científicos y tecnológicos en la agricultura de hoy en día, objetivo
cumplido.
La relación de la mayoría ciudadanos con
la agricultura y los alimentos es francamente curiosa. Se presupone que la
granja (suelo evitar la palabra “explotación”, que echa para atrás a más de
uno) es un lugar idílico donde se vive estupendamente alejado de problemas y
presiones propias de la gran ciudad. También se espera que los alimentos sean
naturales per se (a ver quién define “natural”), y cuanto más se alejen de
esa naturalidad más perjudiciales serán para la salud….etc. Sin embargo, como consumidores,
tenemos una abundancia y diversidad de alimentos impensable hace unas décadas
a la que nos costaría mucho renunciar, posible en gran parte a la
aplicación de la ciencia y la tecnología. El agricultor, por su parte, puede
producirlos al ritmo que demandamos, con la calidad que exigimos y a precios
razonables también porque invierte e innova en su profesión.
Estas ideas son las que queremos transmitir, y el juego de la oca es el vehículo ideal para hacerlo. El hecho de
que nos haya apoyado Syngenta en este lanzamiento es que, de alguna manera nuestro juego también
incluye dos ideas que guían el trabajo de esta empresa a día de hoy: los
desafíos alimentarios y de sostenibilidad para el 2050 y la importancia de la
agricultura y la tecnología para afrontarlos. Nos parece un planteamiento razonable y cuando algo es
positivo, lo lógico es sumar fuerzas.
Vayamos al grano. Nos
dejaron un espacio libre donde plantamos nuestro tablero de juego gigante,
acompañado de dos dados también gigantes. A continuación unas cuantas fotos que
ilustran nuestra contribución al Campus y que fueron hechas por mi compañera de la Editorial Agrícola.
Todos en la casilla de
salida, salvo el primer jugador. Ha caído en la casilla de
nuestro agricultor – Andrés Agustín -, que ha innovado en su trabajo y por eso
avanza hasta el siguiente y vuelve a tirar.
Todos querían tirar los dados. Como tarea para la próxima jornada, hacer más participativo aún el juego. Ya lo dijo
Benjamín Franklin,
"Dime y lo olvidaré,
Enséñame y puede que recuerde,
Involúcrame y aprenderé."
Las simulaciones por ordenador están
muy bien, pero jugar con tus amigos sobre un tablero
de 5 x 5 m y con dados gigantes, no lo haces todos los días. Todo el que pasaba quería jugar.
Afortunadamente, teníamos
una versión del juego para los más peques.
Y otra para los mayores.
Esta niña cayó en la casilla de la sequía. Tres turnos sin tirar hasta que adapte sus cultivos y
su forma de trabajar a las nuevas condiciones del clima.
La foto de rigor al terminar el juego.
Fijaros en la casilla 42, en ella las malas hierbas invaden el cultivo por no
haber tomado medidas preventivas. Me encanta el dibujo.
No fuimos los únicos en proponer cosas
curiosas, estas chicas hacían un teatro científico que tenía pinta de ser muy
divertido.
Los visitantes pudieron ver a los
abejorros responsables de polinizar las tomateras y plantas que crecen en
invernadero. Aquí también hay mucha ciencia.
Nuestro colega de Syngenta explicando en
qué consiste el Good Growth Plan, antes de enseñarles los insectos con los que
trabajan para controlar plagas. Y al acabar, de regalo, un magnífico libro.
¡¡¡ Primera plana en la prensa local !!!. El esfuerzo mereció la pena.
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