De nuevo las granjas vuelven a los periódicos y telediarios;
y de nuevo por nada bueno: la asociación Igualdad Animal denuncia ilegalidades
sanitarias y maltrato en granjas de conejos. Así que, como no podía ser de otra
manera, voy a intentar comentar el asunto desde una perspectiva lo más crítica
y neutral posible, aunque sé que es un tema delicado y a menudo espinoso. Para
poder hablar con conocimiento de causa me he pasado por su web, he visto el
vídeo, bastantes fotos y he aquí mi análisis personal.
Después de ver esto, creo que la expresión “más
mierda que en el palo de un gallinero” se queda muy corta. La falta de higiene es
fatal para los conejos (como para cualquiera, realmente) y por tanto para el
negocio. Fuente: Igualdad Animal.
El primer lugar, la selección de las fotos: publican un buen
número de fotos de las 74 granjas que dicen que han visitado, escogiéndolas al
azar en todo el territorio nacional. No me he entretenido en mirarlas todas,
porque efectivamente hay bastantes muy desagradables, que muestran dejadez,
suciedad, enfermedades, daños por canibalismo, etc. Pero también hay una buena proporción
de escenas más o menos normales (exteriores e interiores de granjas, conejos
sanos en sus jaulas o fuera de ellas), por cierto ninguna de ellas escogida
para su galería de Flikr (os ahorro el trauma de verlas, pero si queréis están,
aquí). Por cierto, considerando que en 2012 había censadas más de 4500 granjas de conejos en España*, 74 es una muestra bastante pequeña. También echo de menos explicaciones
en algunas de las fotos en el apartado de los comentarios. Eso nos permitiría
saber si algunas fotos muestran los síntomas de enfermedades típicas de las
granjas de conejos (diarreas, sarnas, y un largo etcétera que podéis consultar
por ejemplo aquí), contra las que un buen propietario luchará principalmente
mediante la prevención, aunque a veces, como se ve en dichas fotos, no resulta suficiente.
Me cuenta un ganadero que, si alguien busca mierda en una
granja, la encuentra seguro; de la misma manera que si quieres arruinar la
imagen de una modelo solo tienes que currártelo para conseguir unas cuantas
fotos “comprometedoras”. Porque vigilar continuamente que cientos o miles de
animales estén perfectísimamente bien es tarea imposible; y menos en una
granja, donde el riesgo que se contagien de enfermedades o muestren patologías
por estrés es bastante alto, precisamente porque hay tal cantidad de animales juntos.
Para limitar la aparición de enfermedades en una granja, la
prevención es fundamental. Una granja bien llevada sigue unas normas de bioseguridad
que implican limitar al máximo la entrada de posibles agentes infecciosos del
exterior. Dejar entrar a un perro a olisquear las jaulas no es nada sensato:
puede meter pulgas en el interior y asustar a los conejos.
Fuente. Igualdad Animal.
Esto nos lleva al segundo punto; mal que les pese a los
propietarios de mascotas conejiles, se trata de un animal que se ha comido
desde siempre. Si queréis ver cómo se produce, ya lo conté hará un año. Un
pollo broiler de carne posiblemente también sufra los últimos días antes de
salir para el matadero, cuando sus patas ya no le permiten mover con una mínima
soltura esa masa musculada de pechugas y muslos en la que se ha convertido, y
tampoco le sobra espacio como para que le compense hacer el esfuerzo. Pero el
conejo tiene pelo en vez de plumas, y también tiene parientes pequeñitos y
adorables viviendo la vidorra padre en casa de los humanos. Así que, por las
razones que sean, nos sentimos tan cercanos a determinados animales que tendemos
a asumir que nuestras necesidades son las suyas, fenómeno que se denomina
“antropomorfización”.
Entiendo y respeto a la gente que no quiera contribuir de
ninguna manera al mantenimiento de las producciones ganaderas actuales; estas
personas lo tienen muy sencillo para ser coherentes con su pensamiento, hacerse
vegetariano o vegano, y todos contentos (salvo que te de por concursar en Master
Chef y se empeñen en convertirte de nuevo al carnivorismo). Los que prefieran seguir
comiendo carne, tendrán que asumir que una cosa son los animales silvestres
(que también las pasan canutas en la naturaleza), otra las mascotas y otra los
animales de granja, que por cierto son los que nos alimentan a diario.
Dicho lo cual, vamos al tercer y último punto. El hecho de
que un animal de granja no tenga las mismas necesidades que un humano no le quita
su derecho a vivir en unas condiciones dignas para cualquier ser vivo en las
que se evite en lo posible su sufrimiento. La sociedad ha avanzado mucho y el
concepto de bienestar animal poco a poco va formando parte de nuestra cultura y,
cómo no, del Modelo Europeo de Producción. Y tenemos normas de bienestar animal
y de sanidad que tienen que cumplir la mayoría de los productores, aunque
efectivamente el sector cunícula está poco regulado para todos los avances que
ha experimentado. Y desde luego, si se han incumplido normas, la
administración del ramo y la de justicia tendrían que tomar medidas. Además,
creo que lo he dicho bastantes veces ya, pero lo repito: los animales enfermos
y estresados no son productivos; incluso al ganadero más desalmado del mundo no
le interesan porque ni crecen, ni ponen huevos ni dan leche como para que les
salga el negocio rentable.
¿Qué problema tiene esta nave de conejos? Está limpia, ventilada y hay luz natural. Será
que tiene jaulas, supongo (espero me perdonéis la ironía). Fuente: Igualdad animal.
Hay muchos profesionales esforzándose por hacer las cosas
bien aunque se les apriete por todos los lados, pero ellos no son noticia y se ven
claramente afectados por toda esta historia. Como bien explica Tony Martin, en
un comentario de Facebook en el perfil de Igualdad animal (imposible volver a encontrar
el enlace entre los miles de comentarios recibidos). Si os interesa la situación de los ganaderos de conejo, lo explicaban el año pasado en este reportaje de Comando Actualidad.
Para explicar todo este revuelo se me ocurre que algunas de estas granjas han caído en lo
que yo llamaría “Efecto Pesadilla en la cocina”. A saber: cocinero/ganadero que,
por motivos diversos, tiene su negocio sumido en el caos y la dejadez absoluta,
lo que supone: a) una cantidad de basura y riesgos sanitarios que te hacen
preguntar cómo demonios no le han cerrado ya el chiringuito, y b) unas cuantas
imágenes insoportables de ver…que son las que inmediatamente captarán las
cámaras, olvidándose del resto. Lamentablemente, nadie se ofrece después de
haber enseñado todas las miserias, a redecorarle y reequiparle la granja, como
sí ocurre en el conocido programa (quien sabe, a lo mejor podría surgir de aquí
una idea televisiva).
Y digo yo que si seguimos comiendo fuera de casa a pesar de
ver tales imágenes semana tras semana es que confiamos en que la mayoría de los
restaurantes no serán como esos; aplicándolo a nuestro tema ¿es lógico asumir que si en una granja se
maltrata es que se hace en todas?. Por otra parte, uno va aprendiendo a
observar detalles para identificar este tipo de negocios y poder evitarlos,
pero en el caso del bienestar animal, a priori, resulta más difícil. Lástima que
no tengamos en España, el "SuperIndicador", interesante invento para poder estar más informados a la hora de
comprar, y poder seleccionar a los ganaderos que tratan con respeto a los
animales, que por cierto a él también le dan de comer. Al final es simplemente una
cuestión de principios y actitudes.
He aquí la herramienta para poder
comprar con información y conciencia. Disponible solo en Holanda. Fuente: http://www.varkensinnood.nl/wat-wij-doen/superwijzer-app/
* Actualización ( 30/05/2019): el número de granjas ha ido disminuyendo hasta las 3826. Poco a poco se va haciendo una concentración en granjas más grandes y profesionalizadas. Datostomados del MAPAMA
Otras entradas del blog que podrían interesarte:
En la entrada CARNE DE CONEJO PARA LA OPERACIÓN BIKINI cuento cómo funcionan las granjas de conejo.
Que los animales se encuentren a gusto y sin estrés es fundamental, lo obloga el sentido común y la normativa. En SUDAR COMO UN CERDO cuento cómo se consigue esto en las granjas de cerdos.
“PESADILLA EN LA GRANJA”
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