INVASIÓN DE GRANJAS, UNA BUENA EXCUSA PARA LA DESINFORMACIÓN
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Recientemente ha sido noticia la entrada no autorizada a una granja de vacas de leche en Granollers por un grupo de unos 130 jóvenes pertenecientes al grupo animalista "Meat the victims" que pretendían denunciar las condiciones en las que se encuentran los animales.
He tenido la santa paciencia de ver los vídeos grabados, por si efectivamente se diera el caso de que la granja la llevara un ganadero poco o nada profesional (que tiene que haber de todo). Pero no vi nada especialmente reseñable, ni mucho menos denunciable. Más bien lo de siempre en estos casos: gente vestida con mono de una pieza de esos baratos que parecen de papel, la camiseta de la organización encima, guantes y mascarilla, también de las baratas. A veces daba más la sensación de un enorme grupo de colegiales (o universitarios como mucho) que iban visitando la granja, fotografiando y grabando todo lo que les llamaba la atención y, cómo no, haciéndose una foto de recuerdo en la zona donde comían las vacas.
La diferencia es que no estamos hablando de una visita guiada; no estaban interesados en absoluto en lo que pudiera contarles el ganadero propietario de la explotación. Se dirigieron a la zona donde están los terneros pequeños, los más tiernos, los más fotogénicos y que inspiran más compasión. Y se pusieron a darles de beber agua e incluso biberones, denunciando que las criaturas no tenían agua en sus cubos con el calor que hacía y que estaban famélicos. Bueno, y que les habían separado de sus madres hacía tres días.
¿No se enfadan muchas madres si en el hospital le dan biberón al bebé (las que están intentando instaurar la lactancia materna) o la suegra o la vecina metomentodo le da un caramelo a escondidas al crio (las que intentan que no se acostumbre a los dulces)? Pues algo parecido debió sentir el ganadero, cuando de buenas a primeras ve a toda esa gente en la granja alterando a sus animales (que son muy de rutinas) y dando de comer a sus terneros. Eso sí, no a escondidas sino todo lo contrario, grabando para denunciar delante de toda España lo malo que es.
Aquí tengo que hacer un inciso para explicar: a) que lo habitual es precisamente separar al ternero una vez ha tomado el calostro de la madre, al día siguiente de nacer b) las hembras se pueden destinar a recría (es decir se quedan para sustituir a otras vacas) y los machos van a un cebadero, c) durante el tiempo que permanecen en la granja se alojan en casetitas como las que se ven el video y son alimentados a determinadas horas con preparados de leche adaptada para ellos, d) aunque es cierto que para el tamaño que tiene uno de los terneros que sale en el vídeo me parece que está algo delgado, hay que tener en cuenta que es algo habitual en las crías de herbívoros con pocos días de vida, y que estos los terneros son de raza frisona, cuya particular genética les hace tener una constitución particularmente delgada. Así que, no el ganadero no estaba matándoles de hambre, el hecho de que los animalitos chuparan ávidamente los dedos de los activistas no es más que un reflejo de lactante, de chupar cualquier cosa que se parezca a un pezón (algo que yo misma he vivido al enseñarles a beber de una botella o de un cubo). Es posible incluso que esta gente, con todo su cariño y humanidad por estos pequeños estuvieran provocándoles una diarrea, e incluso asustándolos.
Visto lo visto, normal que el ganadero se enfadara, les persiguiera, les tirara "caca" (literal) y les hiciera cortes de manga, aparte de llamar a la policía porque estaban entrando sin permiso en una propiedad privada. Poco me parece.
Pero lo triste del asunto es que cuando ha salido por televisión, en Antena3 y LaSexta y no sé si alguna más, sólo ha trascendido la denuncia de estos activistas y la visión de un ganadero agresivo y maleducado. Un jovencísimo activista dice a cámara, totalmente convencido, que el ganadero se ha comportado así "(...) porque tienen miedo de que la gente vea lo que pasa dentro de sus granjas".
Pero, mi alma, ¿estás seguro que es por eso? ¿qué es lo que se supone que hay que ocultar? ¿que se separa a los terneros de sus madres?, ¿que en las granjas hay excrementos y por tanto moscas?, ¿que las vacas no pastan en verdes prados?, ¿que se ordeñan a máquina en vez de a mano?. Pues sí, esta es la realidad, que yo sepa nadie trata de ocultarla - yo misma le he dedicado alguna entrada - y si no te gusta, siempre puedes hacerte vegano o vegetariano, pero ¡¡ por Dios !! no vayas invadiendo granjas con el único propósito de que te hagan caso los medios generalistas de comunicación.
Viendo los videos, de los que me he limitado a capturar imágenes para no darles más difusión aún y porque son ciertamente aburridos - me dio por pensar qué hubiera ocurrido si toda esa gente en otro momento y circunstancias, hubiera acudido a una granja en una visita guiada a escuchar lo que el ganadero puede contarles de su trabajo, y ya de paso de las cada vez más exigentes medidas de bienestar animal y trazabilidad. Cierto es que tampoco conozco muchas granjas de leche que admitan visitas de manera habitual; una tarea pendiente del sector lácteo que en mi opinión podría ayudar mucho más que las campañas de promoción.
En mi primer año de instituto, la profesora de ciencias nos llevó a visitar la planta de aguas residuales y el vertedero de una gran ciudad como es Madrid. Fue impactante ver cómo la mierda y la basura existen, aunque contemos con eficaces sistemas que nos la quitan de la vista cuanto antes (véase camiones de la basura y alcantarillado urbano). Esa experiencia me hizo cambiar actitudes y hábitos que aún mantengo hoy en día. Y creo que algo parecido ocurre hoy en día con la agricultura y la ganadería: tenemos alimentos a nuestra disposición todos los días de la misma manera que desaparece la "basura", no hay necesidad de preguntarse de dónde viene la comida o a dónde van los restos, ya se encargan otros de hacer un trabajo que no nos interesa ver.
Nadie quiere los vertederos cerca de su casa, pero poca gente asume que para cerrarlos hay que cambiar drásticamente la manera de consumir. De la misma manera, muchos quieren granjas idílicas, que no se mate a los animales, que no se les den antibióticos, que no se utilicen pesticidas ni abonos sintéticos ni nada que suene a química. Lo queremos todo, lo queremos ya, y sobre todo que sea barato.
Pero los animales de granja también cagan, lo que hace que las granjas huelan mal, es normal que algunos se pongan enfermos y que haya que tratarlos, sin olvidar que para aprovechar su carne hay que matarlos, habitualmente cuando son jóvenes, que están más tiernos. En los campos crecen las malas hierbas y las plagas de insectos y en ocasiones sólo se pueden controlar utilizando productos fitosanitarios, o "pesticidas" como los llama todo el mundo. Esta es la realidad, si no te gusta busca alternativas, afortunadamente cada vez hay más, pero por favor, trata de informarte antes de atacar a quien te alimenta.
De todas formas, desde el Proyecto Conocer la Agricultura animamos una vez más a agricultores y ganaderos a que abran, en la medida de lo posible, sus granjas a la gente, algo que se hace habitualmente en otros países. Si no lo hace el propio sector, serán otros los que lo hagan, pero a su manera.
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He tenido la santa paciencia de ver los vídeos grabados, por si efectivamente se diera el caso de que la granja la llevara un ganadero poco o nada profesional (que tiene que haber de todo). Pero no vi nada especialmente reseñable, ni mucho menos denunciable. Más bien lo de siempre en estos casos: gente vestida con mono de una pieza de esos baratos que parecen de papel, la camiseta de la organización encima, guantes y mascarilla, también de las baratas. A veces daba más la sensación de un enorme grupo de colegiales (o universitarios como mucho) que iban visitando la granja, fotografiando y grabando todo lo que les llamaba la atención y, cómo no, haciéndose una foto de recuerdo en la zona donde comían las vacas.
La diferencia es que no estamos hablando de una visita guiada; no estaban interesados en absoluto en lo que pudiera contarles el ganadero propietario de la explotación. Se dirigieron a la zona donde están los terneros pequeños, los más tiernos, los más fotogénicos y que inspiran más compasión. Y se pusieron a darles de beber agua e incluso biberones, denunciando que las criaturas no tenían agua en sus cubos con el calor que hacía y que estaban famélicos. Bueno, y que les habían separado de sus madres hacía tres días.
¿No se enfadan muchas madres si en el hospital le dan biberón al bebé (las que están intentando instaurar la lactancia materna) o la suegra o la vecina metomentodo le da un caramelo a escondidas al crio (las que intentan que no se acostumbre a los dulces)? Pues algo parecido debió sentir el ganadero, cuando de buenas a primeras ve a toda esa gente en la granja alterando a sus animales (que son muy de rutinas) y dando de comer a sus terneros. Eso sí, no a escondidas sino todo lo contrario, grabando para denunciar delante de toda España lo malo que es.
Aquí tengo que hacer un inciso para explicar: a) que lo habitual es precisamente separar al ternero una vez ha tomado el calostro de la madre, al día siguiente de nacer b) las hembras se pueden destinar a recría (es decir se quedan para sustituir a otras vacas) y los machos van a un cebadero, c) durante el tiempo que permanecen en la granja se alojan en casetitas como las que se ven el video y son alimentados a determinadas horas con preparados de leche adaptada para ellos, d) aunque es cierto que para el tamaño que tiene uno de los terneros que sale en el vídeo me parece que está algo delgado, hay que tener en cuenta que es algo habitual en las crías de herbívoros con pocos días de vida, y que estos los terneros son de raza frisona, cuya particular genética les hace tener una constitución particularmente delgada. Así que, no el ganadero no estaba matándoles de hambre, el hecho de que los animalitos chuparan ávidamente los dedos de los activistas no es más que un reflejo de lactante, de chupar cualquier cosa que se parezca a un pezón (algo que yo misma he vivido al enseñarles a beber de una botella o de un cubo). Es posible incluso que esta gente, con todo su cariño y humanidad por estos pequeños estuvieran provocándoles una diarrea, e incluso asustándolos.
Visto lo visto, normal que el ganadero se enfadara, les persiguiera, les tirara "caca" (literal) y les hiciera cortes de manga, aparte de llamar a la policía porque estaban entrando sin permiso en una propiedad privada. Poco me parece.
Pero lo triste del asunto es que cuando ha salido por televisión, en Antena3 y LaSexta y no sé si alguna más, sólo ha trascendido la denuncia de estos activistas y la visión de un ganadero agresivo y maleducado. Un jovencísimo activista dice a cámara, totalmente convencido, que el ganadero se ha comportado así "(...) porque tienen miedo de que la gente vea lo que pasa dentro de sus granjas".
Pero, mi alma, ¿estás seguro que es por eso? ¿qué es lo que se supone que hay que ocultar? ¿que se separa a los terneros de sus madres?, ¿que en las granjas hay excrementos y por tanto moscas?, ¿que las vacas no pastan en verdes prados?, ¿que se ordeñan a máquina en vez de a mano?. Pues sí, esta es la realidad, que yo sepa nadie trata de ocultarla - yo misma le he dedicado alguna entrada - y si no te gusta, siempre puedes hacerte vegano o vegetariano, pero ¡¡ por Dios !! no vayas invadiendo granjas con el único propósito de que te hagan caso los medios generalistas de comunicación.
Viendo los videos, de los que me he limitado a capturar imágenes para no darles más difusión aún y porque son ciertamente aburridos - me dio por pensar qué hubiera ocurrido si toda esa gente en otro momento y circunstancias, hubiera acudido a una granja en una visita guiada a escuchar lo que el ganadero puede contarles de su trabajo, y ya de paso de las cada vez más exigentes medidas de bienestar animal y trazabilidad. Cierto es que tampoco conozco muchas granjas de leche que admitan visitas de manera habitual; una tarea pendiente del sector lácteo que en mi opinión podría ayudar mucho más que las campañas de promoción.
En mi primer año de instituto, la profesora de ciencias nos llevó a visitar la planta de aguas residuales y el vertedero de una gran ciudad como es Madrid. Fue impactante ver cómo la mierda y la basura existen, aunque contemos con eficaces sistemas que nos la quitan de la vista cuanto antes (véase camiones de la basura y alcantarillado urbano). Esa experiencia me hizo cambiar actitudes y hábitos que aún mantengo hoy en día. Y creo que algo parecido ocurre hoy en día con la agricultura y la ganadería: tenemos alimentos a nuestra disposición todos los días de la misma manera que desaparece la "basura", no hay necesidad de preguntarse de dónde viene la comida o a dónde van los restos, ya se encargan otros de hacer un trabajo que no nos interesa ver.
La basura, escondida y sin oler. Vale que es un avance pero no sirve de nada cuando el viento sopla desde el vertedero y te trae ese aroma dulzón inconfundible. Foto de Alejandro López. |
Nadie quiere los vertederos cerca de su casa, pero poca gente asume que para cerrarlos hay que cambiar drásticamente la manera de consumir. De la misma manera, muchos quieren granjas idílicas, que no se mate a los animales, que no se les den antibióticos, que no se utilicen pesticidas ni abonos sintéticos ni nada que suene a química. Lo queremos todo, lo queremos ya, y sobre todo que sea barato.
Pero los animales de granja también cagan, lo que hace que las granjas huelan mal, es normal que algunos se pongan enfermos y que haya que tratarlos, sin olvidar que para aprovechar su carne hay que matarlos, habitualmente cuando son jóvenes, que están más tiernos. En los campos crecen las malas hierbas y las plagas de insectos y en ocasiones sólo se pueden controlar utilizando productos fitosanitarios, o "pesticidas" como los llama todo el mundo. Esta es la realidad, si no te gusta busca alternativas, afortunadamente cada vez hay más, pero por favor, trata de informarte antes de atacar a quien te alimenta.
De todas formas, desde el Proyecto Conocer la Agricultura animamos una vez más a agricultores y ganaderos a que abran, en la medida de lo posible, sus granjas a la gente, algo que se hace habitualmente en otros países. Si no lo hace el propio sector, serán otros los que lo hagan, pero a su manera.
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