Si has viajado este verano por el interior de España, y eres mínimamente observador, habrás reparado en algún edificio como este, situado cerca de pueblos o ciudades de cierta importancia. Para los que no lo sepáis, se trata de silos destinados al almacenamiento de cereales.
No todos los silos son iguales
A estos hitos se les ha llamado las "catedrales
del campo", ya que destacan por su altura en el paisaje rural. A pesar
de su destino más prosaico (pero no menos importante) y de un aspecto bastante menos
espectacular que las catedrales de verdad, también forman parte de nuestro patrimonio,
en este caso del industrial agroalimentario; aunque lamentablemente la gran mayoría de ellos están hoy en día olvidados y en desuso.
Un poco de historia
Situémonos en la España del primer tercio del siglo XX. Unas cosechas
de trigo tremendamente variables de un año para otro, el aumento de las tierras
dedicadas a este cereal aunque apenas dieran rendimiento y una gran
desorganización del mercado del trigo, hacían necesario que el Estado interviniera,
estabilizando precios y rentas. Esta situación, denominada como "el problema triguero", fue
objeto de las típicas discusiones políticas sobre lo qué había que hacer,
que solo se tradujeron en el tímido intento de los silos cooperativos; pero llegó la Guerra Civil y lo trastocó todo.
En plena contienda, en 1937, se crea el Servicio Nacional del Trigo (SNT), cuya misión era comprar la
cosecha de trigo a los agricultores, para asegurar el abastecimiento de la
población y el mantenimiento de los campesinos. Durante la posguerra (a la que hay que añadir la "pertinaz
sequía") aumenta la precariedad de los miles de pequeños agricultores
trigueros, se hace inevitable una mayor intervención estatal. Así, entre 1941 y
1984 el SNT proyecta, construye y consolida la Red Nacional de Silos y Graneros, una enorme infraestructura
estatal diseñada por Ingenieros Agrónomos (asesorados por un arquitecto en
temas de estética) para recoger el trigo en las zonas productoras y
redistribuirlo según las necesidades. Para su construcción se utilizaron
los precarios materiales disponibles en la posguerra y se contó con el
asesoramiento de ingenieros alemanes.
Mientras el sector
del trigo y otros cereales funcionó en régimen de monopolio estatal, los
sucesivos organismos estatales agrarios se dedicaron a comprar, almacenar y
vender cereales, por lo que todos los Silos de la Red eran muy utilizados. Con la incorporación de
España en la Comunidad Económica Europea en 1986, la intervención
en los mercados pasa a depender totalmente de la legislación comunitaria y ya no hacen falta tantos silos. Actualmente disponemos de una Red Básica de
almacenamiento público compuesta únicamente por 141 unidades, entre silos y
graneros.
No todos los silos son iguales
Aunque estos edificios puedan parecer todos iguales, hay una gran diversidad, que hace a la Red
de Silos única en el mundo. Y es
que, aunque funcionalmente son todos muy parecidos, el aspecto final de los
silos varía mucho según su destino, la época de construcción y los materiales
utilizados.
Desde la Nacional VI se puede ver el Castillo de Arévalo,
que ahí donde lo veis, fue reconvertido en silo en 1953. Se abandonó su uso
como silo en 1977 y se ha vuelto a recuperar como castillo. Este forma parte
del grupo de silos construidos en edificaciones anteriores. Fuente: Magrama.
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En
una segunda etapa de construcción, a finales de los años cincuenta, se impone
el sentido práctico y la economía. Se construyen silos más pequeños dispersos
por el territorio proyectados en serie y de aspecto más sobrio. Son los silos
típicos que todos conocemos, como los de las fotos de Carbonero el Mayor o Motilla del Palancar.
En
la última fase final de la red, en la década de los 70, primaba economía en la
construcción y los silos, desnudos y funcionales, se parecen
más a los construidos en norteamérica.
Un silo por dentro
Un silo de almacenamiento vertical debía ser capaz de almacenar grano, facilitar
las tareas de llenar, vaciar o mover el grano de unas celdas a otras para evitar
su fermentación, e incluso la selección de grano como semillas. Para cumplir
con su función todos los silos cuentan con una serie de características
comunes.
Foto "Silo de cereal en Motilla del Palancar" by B25es - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons. Modificada por la autora para mostrar las distintas partes del silo. |
Las celdas de almacenamiento son
grandes depósitos verticales adosados entre sí, formando filas. Pueden
apreciarse a simple vista o no. Pueden ser de hormigón, ladrillo cerámico o
acero.
La torre elevadora aloja en su
interior la maquinaria necesaria para elevar el grano desde el foso, donde descargaban el grano los
camiones, hasta la galería superior
horizontal de reparto. Allí se encontraba la maquinaria que distribuía el
grano en las distintas celdas.
Para sacar el grano de las celdas existía una galería inferior donde se encontraba toda la maquinaria que
permitía recoger el grano por gravedad, pesarlo y ensacarlo o cargarlo en los
camiones.
Muchos silos también cuentan con marquesina
en la zona de recepción del grano, para proteger tanto a los agricultores de las inclemencias del tiempo (básicamente sol, recordemos que el
trigo se cosecha en verano). Son también muy frecuentes las naves anexas adosadas al silo para
realizar tareas de ensacado, selección y guarda de maquinaria.
Situación actual
Aparte de los silos que constituyen la red básica y que
están actualmente en uso. La administración central ha ido progresivamente deshaciéndose
del resto, "endosándoselos" a Comunidades Autónomas y ayuntamientos.
pero aun así, todavía le quedan. Precisamente el pasado 7 de julio, el FEGA (Fondo
español de Garantía Agraria, FEGA, perteneciente al Ministerio de Agricultura), subastó 27 silos.
Para evitar el derribo o desaparición de este patrimonio
histórico, se han planteado fórmulas de reutilización de estos edificios
ofreciéndoles otros usos: museo, teatro, centro de recepción de
visitantes, biblioteca, hotel o incluso balneario.
El Hotel
Tximista recupera un antiguo silo que
durante mucho tiempo funcionó como fábrica de harinas. En esta foto se aprecia
bien la galería inferior. Foto cedida por la compañía
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Aquí podéis ver distintas maneras de dar nuevos usos a los silos.
- Para hacer esta entrada me he basado principalmente en la valiosa información ofrecida en la web www.silosygraneros.es , dedicada a la difusión y puesta en valor del patrimonio de la Red Nacional de Silos y Graneros.
- Si quieres más información e imágenes de silos andaluces puedes verlos en este vídeo.
- En este video del NO-DO podéis ver muchos silos cuando estaban en su plenitud, incluido el del puerto de Málaga y el castillo de Arévalo.
LOS SILOS, CATEDRALES DEL CAMPO
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Oleh
conocer la agricultura
3 comentarios
Tulis comentariosMe quedo perplejo viendo esto, soy de Uruguay donde las plantas de acopio no alcanzan y terminamos guardando la produccion en silo bolsa.Que pasa en España no producen mas cereales ??? Nuestra Cooperativa la pueden ver en www.casspe.com.uy
ReplyHola Leonardo, gracias por tu comentario.
ReplyNo sabría darte una buena respuesta de porqué no prodcimos aquí más cereal, imagino que hay razones de economía agraria, suelos y climatología, pero no soy experta como para dar una respuesta. De todas maneras, de todos los silos de los que hablo en la entrada creo que muy pocos estarán en activo.
Un cariñoso saludo y a seguir trabajando unidos en cooperativa.
Mi madre es de un pueblo de Burgos y recuerdo verlos cuando hacíamos alguna excursión o algo.....y siempre me han gustado.
ReplySon bastante imponentes