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lunes, 5 de octubre de 2015

EL PROYECTO CONOCER LA AGRICULTURA VIAJA A LA RIOJA.



Hace algo más de un año desde que fuimos a Cartagena para mostrar nuestra  propuesta "lúdico-agrícola" de la mano de Syngenta y la Universidad Politécnica de Cartagena. Pues bien, hace poco menos de un mes nos tocó echarnos de nuevo a la carretera, hacia el norte esta vez, para llevar el Proyecto Conocer a un evento muy especial, al que tengo especial cariño (quizás porque sea la única vez que he montado en globo y alguien me deja ponerme a los mandos de un tractor....aunque fuera solo para avanzar unos pocos metros).  

Los que nos seguís por Facebook ya tendréis alguna pista. Para el resto os cuento: nos fuimos a Bañares, localidad riojana en la que se celebraba la sexta edición de Fendtgüinos. ¿Y qué es esto? Pues igual que hay una concentración de moteros, los Pingüinos, los orgullosos dueños de tractores de la marca Fendt también se reúnen durante un día para reencontrarse con colegas de otros puntos de España, conocer las últimas novedades tanto de la marca como de diversos aperos y tecnologías, asistir a demostraciones varias y los que llevaban su propio tractor, formar parte del desfile.

Esta edición de 2015 ha reunido a unos 4.000 visitantes procedentes de distintos lugares de España, de los cuales unos 500 han llegado con su propio tractor. 
Foto cortesía de Fendt.

Las chicas también conducen tractores. Este es un tractor "frutero", pequeñito (pero matón) y diseñado específicamente para trabajar en viñedos, abundantes en la Rioja.  Foto cortesía de Fendt.

Me hubiera gustado ver las demostraciones y el desfile, pero esta vez mi sitio estaba en otro lado. Foto cortesía de Fendt.

Este año, el 10 de septiembre era festivo en La Rioja, y aunque el trabajo del campo no entiende de festivos, el calendario escolar sí que lo hace. Consecuencia, muchos agricultores vinieron con la familia a pasar el día. Y allí estuvimos nosotros, colaborando con la organización para animar la carpa infantil y dotarla de contenido con nuestros juegos a tamaño gigante. 



Aquel que visitaba la carpa infantil no se iba con las manos vacías: palomitas, algodón dulce, huchas tractor, una gorra bordada con su nombre. Fotos cortesía de Fendt.

Pero tampoco perdía el tiempo: tractores mini, mesas para colorear...y por supuesto, nuestros juegos. Teníamos competencia unos metros detrás....Por cierto, también me quedé sin subir en el globo.

La oca siempre triunfa. Aunque solo sea por tirar los dados. Foto cortesía de Fendt.

Upppss...¡ por poco me toca pregunta !. Foto cortesía de Fendt.

Con el juego de la oca queremos mostrar qué decisiones permiten avanzar al agricultor en su trabajo. Foto cortesía de Fendt.



En los Fendtgüinos debutó con éxito nuestro nuevo juego, el Memory agrícola.

¡¡ Que dura es la vida de monitor !! No todo va a ser jugar y jugar...a veces toca empujar.

Por último, aquí tenéis el enlace al impresionante vídeo del evento (a nosotros se nos ve sobre el minuto 5.34). Creo que merecía la pena esperar a que saliera el vídeo, que muestra mucho mejor lo que fue Fendtgüinos 2015. 



Ah, y dentro de poco, nuestro proyecto tendrá más cosas que contaros. No os lo perdáis.

lunes, 19 de enero de 2015

SEMANA VERDE DE BERLIN 2015



Otro año más he tenido la suerte de visitar la Semana Verde de Berlín. Pero esta vez no os voy a aburrir con una crónica convencional llena de números que probablemente no os interesen lo más mínimo, además, la feria aún no ha terminado y no hay datos definitivos. 

Simplemente quiero resumir con imágenes la impresión que me queda de esta Feria tan enorme y variada. Impresiones con reflexión final, como no podía ser de otra manera.

Podríamos decir que es una feria con dos caras; entre semana es el tiempo de la presencia institucional, los negocios y las excursiones de los colegios, mientras que el fin de semana es literalmente ocupada por los berlineses. Y es que es una feria pensada para ellos.


Los paneles para hacerse fotos son un clásico que no falla.


A veces la ciencia y la tecnología puede ser un aliado para lograr una vida más sostenible. Neumáticos hechos con diente de león (una hierba muy común), un papel higiénico con bacterias incorporadas que degradan el papel antes de que llegue a la depuradora, o muchas más cosas interesantes en un stand-casa de 36 metros cuadrados. 


Una camiseta hecha con posos del café. 
Y la funda de este sillón está hecho ¡con ramón de olivo!.

¿Se os ocurre donde estoy metida ahora? Una pista, me encuentro en el pabellón dedicado a la divulgación agraria, mi favorito.


Pues en el interior de un camión de transporte de ganado. Al fondo en el suelo se podía ver como viajan los cerdos en ese mismo camión. En la esquina se puede ver la máquina que registra las condiciones ambientales dentro del camión.


Los animales son imprescindibles en una feria como esta, sobre todo para los más pequeños. Caballos, vacas, cerdos, conejos, gatos…e incluso esta alpaca mosqueada.

No podían faltar los trajes regionales, para todas las tallas y todos los gustos.



Hora de comer. Pasamos del olor del establo al olor de arenque ahumado del pabellón de Mecklenburg-Vorpommern, y de ahí al olor a queso de Suiza, nuestro destino final.


Ya que su stand nos invitaba a almorzar. Aprovecho para agradecer a la Asociación Internacional de Periodistas Agrarios (IFAJ), que dan la ocasión de visitar con ellos la feria de una manera tan privilegiada. 

Tres gigantes paisanos suizos relámiendose delante de los pinchitos de fondue. Abajo, liliputienses en plena hora punta del almuerzo.

"Un país, 5.000 cervezas, cuatro ingredientes" .Esta escena más alemana no podía ser. ¿Os he dicho que se estima que el 99 % de sus visitantes son, al menos, germanoparlantes?. Lo cual limita la experiencia a los que no lo somos, sobre todo a la hora de buscar información. Fuente: servicio de prensa de la Semana Verde.

En la Semana Verde descubres países que no sabías siquiera que existieran, ¿alguien sabe donde se encuentra Abchasia? Pues entre el Mar Negro y Rusia.


El show es otro componente importante en la feria. Además de cantos, bailes y trajes regionales, también se puede asistir a la ceremonia del té. Fuente: servicio de prensa de la Semana Verde.



La presencia de España en la feria no ha variado: dos o tres stands de vino. El de exportación de frutas y verduras del que hablé el año pasado, también estaba, pero sin nadie atendiéndolo (al menos el sábado por la tarde). Ignoro las razones, pero no deja de chocarme que no se aproveche la ocasión de promover nuestros alimentos a unos vecinos europeos que no sólo nos visitan todos los veranos, sino que consumen una buena cantidad de las frutas y hortalizas que producimos. Italia presente en medio pabellón, Grecia y Portugal con dos stands bien hermosos, así que cuestión de dinero no creo que sea. Imagino que existen factores de lo más variado que explican que un país esté presente o no, institucionalmente o a través de empresas, que en ocasiones cuidan más sus negocios respectivos que la imagen global del país que se lleva el visitante.



Uno de los stands españoles, donde te podías tomar un vinito.
Y es que la imagen que proyecta un país en una feria de la alimentación mundial como es la Semana Verde, puede ser muy significativa. Para terminar os dejo con estas dos que, juntas, valen más que mil palabras. 


Stand oficial de uzbequistán: Frutas y verduras frescas.

Stand no oficial de Estados Unidos: dulces y comida procesada.


Otras entradas sobre esta feria en el blog:


lunes, 12 de mayo de 2014

EL PROYECTO “CONOCER LA AGRICULTURA” LLEGA A CARTAGENA



Muchos os habréis preguntado qué diantres he estado haciendo que nada mas he escrito una entrada en todo el mes de abril. Pues aquí tenéis la razón, nuestro proyecto de divulgación ha desarrollado un nuevo “vástago”, que ha demandado bastante tiempo y dedicación hasta estar preparado para comenzar el solo su andadura.


Se trata del juego “La aventura de Conocer la Agricultura”, que como podéis ver está basado en el juego de la oca. Utilizar este juego no es ninguna novedad, pero no conozco ninguna versión con tema agrícola, al menos en España. Evidentemente hay juegos de simulación de granja, más o menos realistas, para ordenador (simagri) y móviles (Hay-Day), pero nuestro juego es más sencillo y nace para divulgar: con una o dos veces que juegues ya te das cuenta de lo difícil que puede ser el trabajo de un agricultor.



En Francia parece que nos llevan ventaja, pero ya conté que allí se vive la agricultura de otra manera. Pero todo se andará….




Así que, con motivo de la celebración de la tercera edición del Campus de la Ingeniería en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) presentamos nuestro proyecto de la mano de Syngenta,. La finalidad del Campus es presentar la ciencia y la tecnología de una manera atractiva y motivadora; y qué mejor para motivar que un juego. Si el juego contribuye a mostrar la importancia de los avances científicos y tecnológicos en la agricultura de hoy en día, objetivo cumplido.



La relación de la mayoría ciudadanos con la agricultura y los alimentos es francamente curiosa. Se presupone que la granja (suelo evitar la palabra “explotación”, que echa para atrás a más de uno) es un lugar idílico donde se vive estupendamente alejado de problemas y presiones propias de la gran ciudad. También se espera que los alimentos sean naturales per se (a ver quién define “natural”), y cuanto más se alejen de esa naturalidad más perjudiciales serán para la salud….etc. Sin embargo, como consumidores, tenemos una abundancia y diversidad de alimentos impensable hace unas décadas a la que nos costaría mucho renunciar, posible en gran parte a la aplicación de la ciencia y la tecnología. El agricultor, por su parte, puede producirlos al ritmo que demandamos, con la calidad que exigimos y a precios razonables también porque invierte e innova en su profesión.



Estas ideas son las que queremos transmitir, y el juego de la oca es el vehículo ideal para hacerlo. El hecho de que nos haya apoyado Syngenta en este lanzamiento es que, de alguna manera nuestro juego también incluye dos ideas que guían el trabajo de esta empresa a día de hoy: los desafíos alimentarios y de sostenibilidad para el 2050 y la importancia de la agricultura y la tecnología para afrontarlos. Nos parece un planteamiento razonable y cuando algo es positivo, lo lógico es sumar fuerzas.



Vayamos al grano. Nos dejaron un espacio libre donde plantamos nuestro tablero de juego gigante, acompañado de dos dados también gigantes. A continuación unas cuantas fotos que ilustran nuestra contribución al Campus y que fueron hechas por mi compañera de la Editorial Agrícola.



Todos en la casilla de salida, salvo el primer jugador. Ha caído en la casilla de nuestro agricultor – Andrés Agustín -, que ha innovado en su trabajo y por eso avanza hasta el siguiente y vuelve a tirar.



Todos querían tirar los dados. Como tarea para la próxima jornada, hacer más participativo aún el juego. Ya lo dijo Benjamín Franklin,



"Dime y lo olvidaré,

Enséñame y puede que recuerde,

Involúcrame y aprenderé."



Las simulaciones por ordenador están muy bien, pero jugar con tus amigos sobre un tablero de 5 x 5 m y con dados gigantes, no lo haces todos los días. Todo el que pasaba quería jugar.




Afortunadamente, teníamos una versión del juego para los más peques.



 Y otra para los mayores.




Esta niña cayó en la casilla de la sequía. Tres turnos sin tirar hasta que adapte sus cultivos y su forma de trabajar a las nuevas condiciones del clima.




La foto de rigor al terminar el juego. Fijaros en la casilla 42, en ella las malas hierbas invaden el cultivo por no haber tomado medidas preventivas. Me encanta el dibujo.




No fuimos los únicos en proponer cosas curiosas, estas chicas hacían un teatro científico que tenía pinta de ser muy divertido.





Los visitantes pudieron ver a los abejorros responsables de polinizar las tomateras y plantas que crecen en invernadero. Aquí también hay mucha ciencia.






 
Nuestro colega de Syngenta explicando en qué consiste el Good Growth Plan, antes de enseñarles los insectos con los que trabajan para controlar plagas. Y al acabar, de regalo, un magnífico libro.

 



lunes, 27 de enero de 2014

SEMANA VERDE DE BERLIN 2014




 


Otro año más he podido visitar la Semana Verde de Berlín. Y me ha vuelto a dar una envidia tremenda el comprobar la importancia que tiene la agricultura y ganadería en Alemania; no solo desde el punto de vista institucional (con la visita del ministro del ramo cada año) sino por el interés que despierta entre los ciudadanos (410.000 visitantes este año). Otro año también que me encuentro con el problema de no tener ni idea de alemán, aunque alguna palabreja suelta ya sí que entiendo: bauer (agricultor) o landwirtschaft  (agricultura).

No quiero entrar en cifras ni en comparativas esta vez, pero no puedo evitar preguntarme por qué en España no tenemos algo parecido, habida cuenta que lo que reúne la Semana Verde – comida, bebida, música y bailes, animales, tiempo libre, divulgación…- atraería de la misma manera a cualquier urbanita español.


 Bailes en mitad de los pasillos.


 Ya entonces la feria tenía su papel educativo para los niños berlineses... Fuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

... y hoy en día continua con ese importante papel. Fuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

Quizás mirando al pasado podemos entender su importancia, así que esta vez contaré algunas curiosidades más bien históricas.  Comencemos por el nombre. Cualquiera diría que el nombre de “Semana Verde” se debe a una estrategia de marketing, ya que lo verde vende, pues nada más lejos.

Todo comenzó a finales del siglo diecinueve, cuando una asociación de agricultores solían mantener  sus conferencias de invierno (una estación de poco trabajo en el campo, sobre todo en esas latitudes). Durante los días que duraban las conferencias se aprovechaba para comprar y vender todo tipo de artículos agrícolas. Cada vez se fueron organizando más, hasta que un granjero sugirió que la conferencia de 1926 se acompañara de una exhibición agrícola. Durante esos días la ciudad se llenaba de agricultores, todos ellos vestidos con su típico loden verde oscuro, de ahí el nombre que recibió este evento, bautizado así por los periodistas de la época.

En aquellos tiempos el objeto expuesto más grande era este tractor de 100 cv, ruedas de metal y 4 metros de altura. Representaba el comienzo de la mecanización agrícola.
Fuente: 
Servicio de prensa de la Semana Verde.

Así que estamos hablando de una feria con mucha historia (88 años ya) que surge de una asociación de agricultores a nivel nacional. Me perdonen agricultores y ganaderos, pero es algo que me resulta difícil imaginar en España, donde tenemos la dichosa manía de hacer cada uno la guerra por nuestra cuenta.

Tres años después de la Segunda Guerra Mundial, en un Berlín arrasado, los propietarios o beneficiarios de parcelas de tierra hicieron un tremendo esfuerzo por resucitar este certamen. La feria se encontraba en el sector “occidental”, sometida al bloqueo soviético y a continuos cortes de electricidad. Eran años de escasez y evidentemente las principales atracciones de la feria no eran otras que los alimentos. Hasta tal punto había escasez de ellos que lo que parecían jamones y salchichas de los puestos no eran de carne, sino de cartón.


Madrugando para entrar en la feriaFuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

Entrada sur a la feria. En sus inicios fue un mercado local, hoy en día se ha convertido en la mayor exposición del mundo sobre agricultura, alimentación y horticultura. Fuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

Visto que estaban aislados de una parte importante de los alemanes, los organizadores de la feria se plantearon el reto de adquirir dimensión internacional, especialmente tras el levantamiento del muro de Berlín (1961). España, que iba saliendo a su ritmo de su propia posguerra, con el cultivo en invernaderos comenzando a dar sus frutos y el turismo extranjero dando algo de dinero, se animó a participar. 

Hemos rescatado una crónica de la Revista Agricultura de aquel entonces, que podéis ver aquí (pg 11). En él se expone un dicho alemán que resume el motivo principal para estar presente en una feria de este tipo: “lo que el aldeano no conoce, no lo come”, un dicho cargado de razón que se puede aplicar a casi cualquier persona, no solo a los campesinos.
  
Con este dicho en mente y con la innata tendencia del visitante a buscar la representación de su terruño, me dispuse a buscar los stand españoles en esta especie de mini-ONU gastronómica que es la Semana Verde. Resultado: presencia más bien escasa: algunos stands de vinos y embutidos (mallorquines y menorquines, qué casualidad) y alguna bodega de Jerez. Visité también el stand de la campaña “We care, you enjoy”, promovida por los productores y exportadores de fruta murcianos y andaluces; con poca vidilla, todo hay que decirlo.

 El susodicho stand.

Cierto es que tener presencia en la Semana Verde no es precisamente barato (145 € solo el alquiler de un metro cuadrado de stand) y que dos semanas después está FRUITLOGISTICA, donde el sector hortofrutícola español sí hace negocio. Es evidente la demanda de frutas y verduras por parte de los países del Norte de Europa  es muy importante, y conviene estar ahí luchando por mantener nuestro mercado.

Sin embargo y en mi opinión, quizás no deberíamos conformarnos sólo con mandar solo frutas y verduras. Posiblemente para otros productos alimentarios no sea fácil entrar en el mercado europeo, pero tenemos un país con una riqueza gastronómica inmensa, que se merecería recuperar un lugar en esta feria. Además, ahora que todos se congratulan que la agricultura nos está salvando el tipo gracias a la exportación, quizás deberíamos aprovechar el tirón.