DE LAS FORMAS DE LAS VIDES
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Otra temporada de vendimia superada, que este año se ha
hecho esperar. El clima de 2013 ha sido muy favorable para el viñedo (sequía
precedente + primavera lluviosa + verano caluroso pero corto) y lo mismo la
“cosecha del 2013” se hace famosa. Y es que cuando se habla de la cosecha de un año en particular no se refiere
únicamente a la vendimia, se engloba todo el proceso de desarrollo y
crecimiento de la vid que dio lugar a esa cosecha en concreto.
Sobre el cultivo de la vid se pueden contar infinidad de
cosas; voy a comenzar con algo básico que tiene mucho que ver con la vendimia:
la forma de las vides o cepas.
Antes de empezar, ¿os habéis preguntado la diferencia entre vid
y cepa?. Aunque la RAE acepta la utilización de la palabra “cepa” tanto para
referirse a la planta entera como simplemente al tronco, normalmente se usa
“cepa” para referirse al tronco y “vid” para la planta entera.
Los parientes silvestres de la vid son plantas enredaderas
que crecen trepando por el primer soporte que encuentran (árboles, paredes, etc.
). Así que, al domesticarla, aparte de modificar el tamaño y sabor de sus frutos,
hubo que “meterla un poco en vereda” para que se dejara podar y formar para facilitar
el cultivo y la recolección de los frutos.
Estas hiedras tan bonitas que tapan las casas (Gros. Ampelopsis o Parthenocissus), son parientes lejanas de la vid. Fuente: Wikimedia/ Luis Miguel Bugallo Sánchez (Lmbuga) |
La vid (Vitis vinifera)
es un cultivo leñoso, como olivos, almendros y frutales. Cuando las plantas son
jóvenes se les hace una “poda de formación” que permitirá que la planta crezca
en el futuro sana y robusta. La vid en concreto se poda con dos formas
distintas: en espaldera o en vaso. O en parral, para las uvas de mesa, pero esa
es otra historia.
Actualmente, la mayoría de las nuevas plantaciones vitícolas
se establecen en espaldera ya que tiene muchas ventajas.
Vid en espaldera en La rioja. Puede verse cómo se apoyan el tronco y las ramas en los alambres para que la vid crezca en vertical. |
En el cultivo en espaldera, las vides se guían en vertical, apoyadas
en una empalizada de alambre sostenida por postes en los extremos. De esta
manera la vid sigue su naturaleza trepadora y desarrolla gran cantidad de
hojas, que cubren toda la empalizada. Estas hojas expuestas al sol, fabricarán
el azúcar que acumula la uva y que se convertirá en el alcohol del vino.
La espaldera es el sistema ideal para variedades de vid
vigorosas y productivas que rellenen enseguida de hojas los empalizados. Por lo
tanto, los viñedos en espaldera suelen ser más productivos.
En climas con mucha lluvia y poco sol, la vid en espaldera
permite mantener el racimo ventilado y lejos del suelo, lo que le protege del ataque
de hongos (oidio y botrytis, dos de sus pesadillas) y bichos varios. Al estar
separado del suelo también se protegen las yemas y las hojas de las heladas (recordad
que el aire frío pesa más).
Lo de poner rosales en los viñedos no es un detalle cuqui del dueño. Al ser más sensibles al ataque de hongos, enferman antes que la vid y dan tiempo al viticultor a proteger sus vides. |
Las espalderas se disponen formando calles que permiten el paso
de un tractor, por lo que se pueden mecanizar muchas labores de cultivo. Además
cuando hacen falta tratamientos fitosanitarios, estos serán más eficaces, ya
que el producto llegará a todas las hojas por igual.
Al quedar las cepas más altas, tanto la vendimia manual como
la poda (invernal) se pueden hacer mejor, más rápido y más cómodamente. Aspecto
nada desdeñable ya que estas dos labores acaparan el 70-80% de las necesidades
de mano de obra en el viñedo.
La vendimia se puede mecanizar mediante el uso
de cosechadoras especiales. Parece que se comen la planta, pero la
tratan con gran delicadeza. Fuente: Gregoire/ Banco de fotos Ed.Agricola. |
Evidentemente, este sistema también tiene sus desventajas.
La primera y más poderosa, el dinerito. Aunque poner un viñedo en espaldera suele
ser rentable a largo plazo, necesita de una fuerte inversión inicial y su coste
de mantenimiento también es mayor.
La otra razón importante la impone el clima, que manda mucho
en esto del cultivo de la vid: tener las hojas bien expuestas al sol está muy bien
para fabricar azúcar, pero se pierde mucho agua por evapotranspiración (a muy
muy grandes rasgos, el sudor de las plantas). Por tanto los viñedos en espaldera
necesitan mucha más agua; si están en un clima más o menos húmedo como el francés
no hay problema, pero en La Mancha hay que poner riego, si o si.
Por esta razón se desarrolló la poda en vaso, propia de
lugares con veranos excesivamente secos y calurosos, como los del sur de
Francia, Italia, Grecia o España. Las vides cultivadas en vaso pertenecen a variedades
menos vigorosas que desarrollan menor cantidad de hojas, pero las que tienen
están mucho más expuestas al sol. Estas hojas además protegen al suelo alrededor
de la cepa y a los racimos de una deshidratación excesiva.
¿Sabías que?
Es necesario alrededor de 1 metro cuadrado de hojas eficientes y bien
expuestas por kilogramo de uva para que se pueda alcanzar una buena maduración del
racimo.
Hasta no hace mucho tiempo en España la vid se cultivaban
sólo en vaso por las dos grandes razones que hemos visto: clima y economía (el
viñedo en vaso tiene un menor coste de
implantación y de cultivo). Por esta razón hemos heredado muchos viñedos en
vaso que forman parte importante del paisaje español, que aunque técnicamente podrían
pasarse a espaldera, no se hace por que es difícil y costoso.
Hasta aquí la primera entrega. Ya me diréis si os ha
gustado.
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