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viernes, 20 de octubre de 2017

¿POR QUÉ ALGUNOS VEGANOS NO QUIEREN COMER HIGOS?


Porque si los higos son frutas, ¿qué problema hay?. Pues que hay un pequeño ser que le va a fastidiar el postre a los veganos y las veganas más recalcitrantes y desinformados y desinformadas. Pero para eso está el blog, para desvelar la intrincada vida sexual de algunas especies agrícolas y ganaderas (de hecho estoy pensando dedicarle una sección especial...se admiten sugerencias) y para que la gente, independientemente de la dieta que siga, compre informada y disfrute de los alimentos.
 

 

La avispilla de la higuera
 

Mucho antes de ser domesticadas por el hombre, hace unos 60 millones de años, las higueras silvestres y una familia de avispas diminutas, establecieron una íntima relación de mutua dependencia, en la que la higuera ofrecía un sitio inmejorable a la avispa para sacar adelante a su descendencia a cambio de que le ayudara con la polinización de sus flores. Si, la higuera tiene flores, las tiene metidas en un saco llamado sicono que acabará convirtiéndose en lo que todos conocemos como higo; en esta entrada te lo cuento

Se trata de un caso típico de simbiosis en el que ambas especies se benefician mutuamente, y evolucionan conjuntamente para asegurar el futuro de esa relación.  
¿Sabías que cada una las distintas especies de avispillas que forman la familia Agaonidae está especializada en polinizar una especie de higuera en concreto?
La Blastophaga psenes poliniza al higo común. Fuente: van Noort, S. & Rasplus, JY. 2017. Figweb: figs and fig wasps of the world. www.figweb.org (Accessed on <20-10-2017>).
 La curiosa relación entre higos y avispas 

¿Quieres saber en qué consiste? Pues presta atención porque no resulta fácil de explicar. A ver si lo consigo ayudándome de esta imagen.

Una imagen vale más que mil palabras.Texto traducido a continuación. Tomado de la Enciclopedia Británica.


¿Sabías que las flores de las higueras maduran en momentos diferentes para evitar la autopolinización?


(1). Una avispa hembra cubierta de polen, atraída por el olor que desprenden las flores femeninas, entra en el higo a través del ostiolo. Este es un agujerito muy pequeño, el bicho también lo es y está adaptado a hacerlo, aunque perderá las alas en el proceso.
 

(2). Dentro del higo encontrará flores masculinas cargadas de polen y flores femeninas. La avispa se dirige a las flores femeninas para poner los huevos en su interior utilizando su ovopositor (una especie de aguja que les sale del abdomen) y en el proceso poliniza el resto de flores femeninas con el polen, procedente de otro higo, que lleva pegado a su cuerpo.
 

(3). Las flores que recibieron los huevos de la avispa van desarrollando una estructura tipo agalla que protege a las larvas, mientras que las que recibieron polen formarán las futuras semillas. El futuro higo es generoso y aporta nutrientes para el desarrollo de las larvas y de las semillas.

(4). Llegado el momento las larvas comenzarán a salir de su cunita floral. Primero lo hacen los machos, a los que la naturaleza les ha dado un papel poco atractivo en esta historia. Pequeños, ciegos, sin alas, antenas o bonitos colores, su primera misión será encontrar a las hembras, a las que fecundan justo antes de salir del huevo. La segunda será cavar un agujerillo a través de la pared del higo para que puedan salir las chicas, ellos se quedarán dentro y morirán sin ver la luz (6).
 

(5). Las larvas femeninas, convertidas en avispas salen de su agalla unos días después, justo cuando maduran las flores masculinas. Salen al exterior provistas de antenas, alas y un sentido del olfato que les permitirá buscar nuevos higos receptivos. Van cargadas también con el polen de las flores masculinas que había en el interior de su higo-guardería (7). 


He aquí a una sufrida pareja que bien podria ser la protagonista de esta historia. La avispilla Pleistodontes imperialis asociada a la higuera australiana Ficus rubiginosa Como veis, son realmente pequeños. Tomado de aquí.
Una vez las hembras han polinizado las flores, se desencadena el proceso de maduración del higo: cambia de color y se hace atractivo para infinidad de animales que se alimentarán de el - aves, murciélagos, monos, ser humano - ayudando a la higuera a dispersar las semillas.
 

Todo este proceso, que dura de 3 a 20 semanas, se ha ido perfeccionando durante miles de años en higueras silvestres, muchas de ellas habitantes de la selva. Podéis verlo en este documental de la BBC.
 



¿Sabías que existen cerca de 755 especies de higueras en todo el mundo?

Higueras silvestres y domésticas
Dejemos de lado por un momento a las avispillas para centrarnos en las higueras, concretamente las de nuestro entorno mediterráneo:  Ficus carica y su parientes silvestres, Ficus carica caprificus también llamados cabrahígos, higueras machos o locas, principalmente porque dan frutos no comestibles.

Estas higueras presentan a lo largo del año tres tipos de inflorescencias: las mamas, los prohigos y los mamones. En ellas hay flores masculinas y dos tipos de flores femeninas: unas con de estilo (la parte alargada del órgano femenino) corto y otras de estilo largo. La diferencia de longitud entre los estilos es de un triste milímetro, lo suficiente para que la avispa llegue con su ovopositor al fondo de las flores y pueda dejar su puesta, o que no llegue y se limite a polinizarlas con el polen que lleva encima.
 

Si, ya sé que está en inglés, pero los dibujos ayudan bastante a entender este enredo de flores. style=estilo / male= masculino / female = femenino / caprifig = cabrahigo / edible fig= higo comestible.

Las avispillas pasan el invierno hibernando en el interior de las mamas. De ahí salen dispuestas a reproducirse y buscan los prohigos. En su interior ocurre el proceso que ya hemos descrito, y de él sale la hembra con sus huevos y cargadita de polen. Pueden entonces ocurrir dos cosas: que encuentre un mamón y continúe el ciclo en la higuera silvestre, o que encuentre un higo de higuera doméstica. 

Esta segunda posibilidad es la que menos le interesa a la avispa, ya que las higueras cultivadas hacen trampa, sólo tienen flores femeninas de estilo largo, justo las que serán polinizadas por la avispilla sin que esta obtenga nada a cambio.

Avispa entrando en un higo
Y es que el hombre parece empeñado en romper esta relación de milenios, ya que ha favorecido mediante su cultivo a las higueras "tramposas" y a las que pasan de las avispillas porque no las necesitan para nada. En concreto hay tres tipos de higueras cultivadas según su relación con las sufridas avispillas

 - Las higueras "turcas" o "griegas" (variedad Smirna o Zmir). Para que se desarrollen sus frutos necesitan de la presencia cercana de cabrahigos con su correspondiente legión de avispillas.
 

    Para asegurar la cosecha, el hombre cuelga de la higuera unas ramas de cabrahigo que con sus correspondientes flores. A esta práctica se llama cabrahigar o caprificación, y ya la practicaban los griegos, grandes aficionados a este fruto.

¿Sabías que los higos obtenidos por caprificación son más grandes, tienen una pulpa de color más intenso y están más sabrosos?. Por esta razón es importante conservar especímenes de cabrahigos como recurso fitogenético. 

Siconos de cabrahigo. Fuente: Joan Rallo/ El Mundo

 - Las higueras intermedias o de San Pedro, curiosamente no necesitan la ayuda de  las avispas polinizadoras para desarrollar las brevas, pero sí que la necesitan, al menos en algunas regiones, para obtener los higos.
 

 - Las higueras comunes o autofértiles, que son la inmensa mayoría de las variedades cultivadas. Son capaces de desarrollar el fruto sin necesidad de recurrir a la polinización, recurriendo a un truquillo ciertamente feminista de la naturaleza, la partenocarpia/partenogénesis. Algún día hablaré de él, pero quedaos con que explica por qué los plátanos no tienen semillas o porqué el rosal se te puede infestar de pulgones de un día para otro.

Estas higueras dependen del hombre para reproducirse, y este lo hace utilizando esquejes.

¿Con bicho o sin bicho?  

Los más avispados os habréis preguntado, ¿y qué pasa con la hembra una vez ha realizado su misión dentro del higo?, ¿vuelve a salir o me la estoy comiendo?. Pues ni una cosa ni la otra.  

Higo con avispas dentro. Tomado de esta página, que a su vez lo tomó de aquí.

Para todos aquellos preocupados por el destino de las avispillas, y sus larvas, termino la entrada explicando por qué podéis comer higos tranquilamente.
 

Efectivamente los higos turcos son la "tumba" de nuestras avispillas. Los machos no se libran, y las hembras tampoco. Una vez ha cumplido su misión no volverán a salir del higo porque la naturaleza lo ha previsto así; de hecho la hembra pierde las alas al entrar por el ostiolo porque realmente no volverá a necesitarlas. Pero nosotros no nos la comemos, porque antes lo hace el propio higo, que segrega una enzima proteolítica (que rompe las proteínas), la ficina, capaz de desintegrar a la pobrecilla avispa. Por si acaso, es habitual escaldar los higos de estas variedades para evitar sorpresas desagradables. 

Respecto a los higos autofértiles, en el hipotético caso de que apareciera una avispilla confundida procedente de un cabrahigo silvestre (que con el ritmo destructor de biodiversidad que llevamos resulta cada vez más difícil) y se metiera en el higo, la pobre correría la misma suerte.
 

Una vez aclarado tan fascinante asunto, ¡ buen provecho !.
 

Otras entradas que te podrían interesar:
 

DE HIGOS Y BREVAS (24/08/2017). Indispensable si quieres entender mejor el ciclo de la higuera. Y poder reconocer cuándo un higo está en su punto.

Y si eres de los que te gusta comprar la fruta en su punto, seguro que esta entrada te interesa: ABECEAGRARIO: MADURACION  

Lo he mencionado en el texto, y es un frutal que también tiene una historia interesante. La puedes descubrir en LA VIDA SECRETA DEL PLATANO
 

Esto del ciclo de la avispa y las flores de la higuera es un verdadero galimatías. Si te has quedado con ganas de más, tienes tiempo y sabes inglés, lo mismo esta página te acaba de aclarar el asunto.

jueves, 24 de agosto de 2017

DE HIGOS Y BREVAS

Ya estamos en plena temporada, y como todos los años, surgen la misma pregunta: ¿Qué son antes, los higos o las brevas?. Pues bien, ya iba siendo hora de responderla en mi blog, y así aprovecho para contar alguna y alguna curiosidad mas, que este árbol tiene unas cuantas. 
 

De Louisa Hatzidaki en Los árboles invisibles .


Algunas cosillas sobre la higuera para ir abriendo boca
 

Según mi guía de árboles, la higuera (Ficus carica), es un arbusto o arbolillo", pero las que tengo en mente, y sobre todo la que crece en mi patio no me parecen precisamente pequeñas, pero bueno, dejémoslo en que es un árbol de pequeño porte.
 

Es de hoja caduca, algo curioso tratándose de una especie que tiene muchos parientes en zonas de clima tropical, donde perder todas las hojas no resulta muy competitivo.
 

Nuestra higuera, la que todos conocemos, procede de Oriente Medio y sus frutos formaron parte de la dieta de nuestros más lejanos antepasados. Los higos eran muy apreciados por las antiguas civilizaciones mediterráneas; de hecho se cree que fueron fenicios y griegos los que difundieron su cultivo. Haciendo gala de esos orígenes, es un árbol tremendamente resistente a la sequía, muy poco exigente en suelos y en labores en general. 

¿ Sabías que la higuera se considera como una de las primeras plantas que fue cultivada por la humanidad?. Hay evidencias de su consumo y cultivo desde el Neolítico.
 

A la higuera le gusta crecer en un lugar soleado pero con agua cerca, ya lo dice el refrán "La higuera, al pie el agua y al sol la cabeza".
 

El higo es el fruto de la higuera, hasta aquí todos de acuerdo, ¿no?.
 

Pues no. Bueno, al menos desde el punto de vista botánico. Si, ya sé que últimamente os estoy dando mucho la tabarra con tanta botánica, pero cuando se habla de agricultura a veces es inevitable.
 

Para que haya fruto tiene que haber primero flores, pero ¿habéis visto alguna vez las flores de la higuera?. Si has pensado que la higuera no produce flores sino que, directamente, forma los frutos, no te preocupes, hasta el propio Linneo (1707-1778) - ese gran científico sueco que se dedicó a ponerle nombre a todo bicho o planta viviente que encontraba a su paso- lo llegó a afirmar, aunque luego se dio cuenta de su error.
A lo que íbamos, la higuera echa flores en primavera, pero no las vemos porque las guarda en el interior de una especie de sacos. Este saco es una inflorescencia (un grupo de flores, ya lo vimos en esta entrada) tan particular que los botánicos le han dado un nombre propio: "sicono". 

¿Y para qué esconder las flores? ¿cómo se van a polinizar entonces?. Creedme que la higuera tiene sus poderosas razones para hacerlo así, que contaré en otra entrada, porque tiene su intríngulis. De todas maneras os doy una pista, el bicho encargado es una avispa diminuta que entrará por ese agujerillo que tienen los higos en la base. Aunque, ojo, muchas higueras "modernas" se apañan ellas solitas y no necesitan que nadie las polinice.
 

Las partes del higo: pedúndulo (p), apertura apical (aa) u ostiolo, receptáculo (r), aquenio (aq). La fina piel del higo puede ser de color verde pálido, negro o morado, según la variedad. La pulpa blanquecina o rosa son las flores que guarda en su interior. Fuente:
CASF (talk) - Feige-Schnitt.png DP/ Wikimedia.


Una vez fecundadas las flores, todo el conjunto de "saco + flores" va engrosando y acumulando azúcar, hasta convertirse en el higo. Este irá madurando a lo largo del verano y nos lo comeremos ya avanzado el verano.
 

En el interior del saco, las flores fecundadas dan lugar a unas pepitas, justo esas diminutas bolitas que crujen cuando nos tomamos un higo muy maduro. Esos son los verdaderos frutos de la higuera, y se denominan aquenios. Así, la misma estructura que antes albergaba todas las flores, tras la maduración se ha convertido en una infrutescencia.
 

Según un dicho ibicenco "para que un higo sea bueno ha de tener tres señales: arrugado, entreabierto y picoteado por los gorriones". El del fondo en concreto está catado por estorninos, unos ruidosos aficionados a mi higuera. Otra buena señal es su consistencia, han de ceder a la presión de los dedos. Y si no, ante la duda, espérate al final del verano, que ya dice el refrán “por San Miguel, los higos son miel”.

 
¿Y qué pasa con las brevas?
 

Mucha gente se hace un lio con las brevas; hay incluso quien cree que los higos proceden de una especie de higuera y las brevas de otra. Sin ser cierto, tampoco van muy desencaminados.
 

Resulta que existen higueras que producen sólo higos, - las higueras comunes - normalmente desde agosto hasta finales de octubre, y otras que producen brevas e higos. Estas se llaman popularmente higueras brevales, breberas o bacoreras, o técnicamente bíferas, ya que producen dos “cosechas” al año: brevas de junio a julio e higos de agosto a octubre. El truco de estas higueras es que son capaces de mantener en estado de latencia y durante el invierno algunos "higos" que no llegaron a madurar en otoño, les llegará su turno a comienzos de verano y se convertirán en brevas.
 

Así que tenemos primero las brevas y luego los higos. Desde que salen los higos hasta que volvemos a tener brevas pasa todo el invierno y parte de la primavera, de ahí la exspresión "de higos a brevas" para referirnos a un largo periodo de tiempo; algo menos del que transcurre "de pascuas a ramos".
 

Las brevas se forman sobre madera vieja (ramas del año anterior) y pasan el invierno como pequeños botones. Los higos posteriores crecerán sobre la ramas jóvenes que han brotado ese mismo año. Fuente.

Al tener las brevas mayor valor comercial, muchos productores apuestan por ellas, plantando higueras brevales y mimando tanto al árbol como al fruto, para obtener así un producto a menudo considerado "gourmet". Al favorecer la producción de brevas, la de higos se resiente (el árbol no hace milagros), por lo que se podría decir que hay higueras especializadas en producir brevas y otras en higos.
 
 
¿ Sabías que el médico griego Galeno (130-200) recomendaba los higos en la dieta de los atletas?. Posiblemente por su elevado contenido en azúcares (glucosa, fructosa y sacarosa),presenta una elevada proporción de potasio, y contiene cantidades apreciables de otros minerales, aparte del elevado contenido en agua propio de las frutas. Vamos, lo que viene siendo una "fruta isotónica".

Las brevas se venden mejor que los higos como fruta fresca por su mayor tamaño y prestancia, porque maduran antes, y quizás por ser más escasas y constituir "el sabroso anticipo del higo que está por llegar", como opina Juan Revenga. Y tu ¿ eres de higos o de brevas?. 
 

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ABECEAGRARIO: FLOR

ABECEAGRARIO: MADURACIÓN

martes, 10 de febrero de 2015

ABECEAGRARIO: MADURACIÓN



Madurar pueden hacerlo, las frutas y verduras, las personas o las ideas; lógicamente en este blog nos quedaremos con las primeras.

Los frutos son el mecanismo que utilizan muchas plantas para reproducirse y pueden verse como una especie de “cebo” con semillas dentro. La idea es que los animales se lleven lejos el fruto, lo consuman y liberen las semillas. Si estas tienen la suerte de caer en un lugar apropiado, fuera de la sombra de sus padres, y dar lugar a otra planta, el fruto habrá conseguido su objetivo.


La maduración es el proceso por el cual el fruto ya hecho, con sus semillas listas para germinar, se prepara para ser lo más atractivo posible a los animales que colaborarán en su dispersión. Son los genes los que controlan minuciosamente una cascada de reacciones químicas que van a modificar las características de los frutos, para hacerlos no solo comestibles sino irresistibles.


Las reservas de almidón y los ácidos disminuyen para convertirse en azúcares y compuestos aromáticos. La textura se ablanda y cambia el color, de tonos verdes a rojos o naranjas, para avisar a los comensales de que ya están listas. Por si acaso y para durar lo más posible, también aumenta la síntesis de ceras que protegerán al fruto. En definitiva, la RAE no lo podía resumir mejor, la maduración es “Dar sazón a los frutos”.


¿Sabías que el aguacate solo madura fuera de la planta?. Fuente: B.Navez/Wikimedia.




Dime cómo maduras y te diré quién eres


Uno de los cambios más importantes que experimentan las frutas es el aumento de la respiración celular (utilizan los azúcares para obtener energía, consumiendo O2 y liberando CO2). Según  como ocurra tendremos dos tipos importantes de frutas.



En las frutas climatéricas (plátano, melocotón, albaricoque, manzana, pera, ciruela, tomate, sandía…): una vez iniciado el proceso de maduración aumenta rápidamente la respiración y en poco tiempo aparecen todas las características que indican la madurez. Tras ese "clímax" se estropean igual de rápidamente.

Normalmente este tipo de frutas almacenan sus azúcares en forma de reservas de almidón, por lo que es posible recolectarlas antes de que maduren, almacenándolas en condiciones controladas (bajas temperaturas, alta humedad, presencia alta de CO2 y/o baja de O2) que ralentizan o incluso paran el proceso.  Justo antes de comercializarlas se maduran artificialmente, añadiendo etileno a la atmósfera controlada donde se almacenan.



En las frutas  no climatéricas (uva, cítricos, melón, calabaza, fresa, higo, cereza, piña, papaya…) la respiración va aumentando poco a poco. Son frutos incapaces de madurar separados de la planta madre y dependen de ella para seguir endulzándose, por lo que han de recolectarse en su punto óptimo de maduración. Una vez recolectados no se volverán más dulces, pero sí más blandos y con olores no deseados.



¿Sabías que la rapidez con la que se estropean las frutas depende en parte lo rápido que respiren?  La manzana  y los cítricos respiran poco y lento, por lo que se conserva bien; mientras que las fresas, la pera, el albaricoque o el melocotón la tienen alta y se estropean rápido.  Ahora ya sabes por qué los albaricoques y las fresas duran tan poco.


El papel del etileno


El etileno es una hormona vegetal presente en las frutas de manera natural (también se puede obtener de otras fuentes) que desencadena  las reacciones de la maduración, por lo que dependiendo del tipo de fruta, interesará o no su presencia: mientras que a las frutas climatéricas les "anima" a madurar, a las no climatéricas directamente las “envejece”.


Si hemos comprado una fruta climatérica que queramos que madure rápido, solo tenemos que ponerla en una bolsa de papel junto con otra fruta madura, que ya está liberando etileno. Para los frutos no climatéricos, no nos queda otra que afinar nuestros sentidos o confiar en el frutero para poder elegirlos bien (maduros pero sin pasarse).



¿Sabías que la corteza de los cítricos y su interior maduran independientemente? Aunque el interior ya esté maduro puede ocurrir que el exterior siga algo verde. Para poder exportarlos y comercializarlos a veces es necesario “desverdizarlos” es decir que la corteza pase del verde al naranja o amarillo, según la especie y variedad. Esto se consigue con etileno, que activa el proceso de degradación de la clorofila, que da el color verde y oculta a los  carotenos, pigmentos responsables del color naranja, y la síntesis de otros pigmentos como los licopenos y los antocianos. Fuente desconocida.


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