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viernes, 3 de junio de 2022

ABECEAGRARIO: COMPOST

A grandes rasgos podemos decir que el compost es abono para las plantas. Pero realmente es mucho más; podemos verlo incluso como un probiótico capaz de mejorar la vida del suelo.  

 

Siendo más específicos, el compost o mantillo se puede definir como el resultado de un proceso de descomposición de la materia orgánica, bajo condiciones controladas y en ausencia de suelo. Se obtiene un material estable que además de suministrar nutrientes a las plantas mejora las condiciones del suelo donde crecen. 

 

Realmente no existe un solo tipo de compost. Puede elaborarse a partir de una gran variedad de "ingredientes", siempre de origen biológico, a gran escala o en un pequeño jardín. 

 

Fuente: Imagen de Joke vander Leij/Pixabay

¿Sabías que el compostaje es una técnica milenaria? Hay evidencias griegas, romanas y de las tribus de Israel. 
 

¿Qué materiales se utilizan?
 

Para elaborar compost se puede utilizar cualquier materia orgánica, con la condición de que no esté contaminada. Es habitual combinar varias fuentes para equilibrar, sobre todo, la relación entre carbono y nitrógeno y el contenido de humedad; estas variables, junto con la temperatura y la aireación son fundamentales para que el proceso de compostaje se desarrolle correctamente. 


Para hacer compost a gran escala, y que luego se pueda aplicar en grandes superficies, normalmente se recurre a:

  • Restos de cultivos y cosechas. Los troncos y ramas procedentes de la poda de árboles, ricos en carbono, se trituran previamente para acelerar la descomposición. También se aprovechan los restos de cosechas: las propias plantas, hojas, frutos desechados, tubérculos, etc. que son ricos en humedad y nitrógeno.
  • Residuos procedentes de las industrias alimentarias. Tenemos por ejemplo el orujo procedente de la elaboración del vino o el aceite, la cáscara del cacao o los restos de los racimos de plátanos entre muchos otros residuos. Estos tienen dos cualidades interesantes de cara a fabricar compost a gran escala: son productos con características homogéneas que se producen en grandes cantidades. La utilización de estos residuos como de materia prima es un buen ejemplo de economía circular.


Los excrementos de vaca mezclados con paja reúnen las características esenciales para el compostaje: alta humedad, relación carbono/nitrógeno adecuada, buena estructura física y alto contenido de microorganismos.

  • Estiércol de animales de granja. Es decir, las deyecciones mezcladas con el material que les sirve de cama (paja, serrín o virutas de madera principalmente), si es que se utiliza. Sus características varían según la especie que lo produce: la gallinaza y los purines de cerdo son los más ricos en nitrógeno, mientras que el estiércol de vaca, caballo u oveja, al incluir más cantidad de restos vegetales son hacen más ricos en carbono.


Para hacer compostaje doméstico o en pequeñas cantidades normalmente los ingredientes cambian. En el ámbito urbano o doméstico siempre habrá materia orgánica degradable al alcance de la mano, lo único importante es mezclar los distintos elementos en la proporción adecuada, y sobre todo, no incorporar algunos "prohibidos" (restos de comida cocinada, de carne o pescado, excrementos de perros y gatos o revistas entre otros). Puedes consultarlos aquí.

 

Restos típicos para realizar compostaje doméstico. Imagen de Ben Kerckx en Pixabay
 

  • Restos urbanos procedentes de las cocinas o las casas. La lista puede ser inmensa, algunos habituales son los restos de frutas y hortalizas frescas, bolsas de infusiones y posos de café, cáscaras de huevo y de frutos secos, etc. También valdrían los lechos de pequeños herbívoros domésticos (hámster o conejos).
  • Restos de jardines. Principalmente siegas de césped, hojas frescas y secas o restos de malezas y podas.

 

 

Mucho más que una pila de basura...¿Qué ocurre durante el compostaje?
 

El proceso de compostaje imita de una manera controlada todo el ciclo de reciclaje de la materia orgánica que ocurre espontáneamente en la naturaleza. 

Es por tanto un proceso biológico en el que los microorganismos (bacterias y hongos principalmente) presentes en los residuos descomponen la materia orgánica. Si se dan las condiciones adecuadas, dura entre cinco y seis meses; durante los cuales va atravesando distintas fases. 

 

En una primera fase, llamada de latencia y crecimiento, los microorganismos se van aclimatando al nuevo medio. Comienzan a multiplicarse y poco a poco van colonizando los elementos más biodegradables; al alimentarse los microorganismos de estos comienzan procesos de fermentación. Como consecuencia, la pila comienza a calentarse y a perder agua por evaporación. La temperatura sigue subiendo y entramos en la fase termófila, en la que entran a escena otros microorganismos más aficionados aún al calor y que degradan la materia orgánica más rápidamente. La temperatura que llega a alcanzarse en esta fase (entre 60 y 70º C) mata todos los gérmenes patógenos, larvas y semillas, algo importante de cara a obtener un compost de buena calidad. Cuando ya solo quedan por degradar los elementos más resistentes entramos en el período de fermentación lenta, que puede llegar a durar tres meses. La actividad de las bacterias, y por tanto la temperatura de la pila, irán disminuyendo lentamente y esto permitirá que sea nuevamente colonizada por toda una legión de pequeños invertebrados y microorganismos, que serán claves en la mejora del suelo donde vaya a aplicarse el compost.

Esta imagen tomada de la web Compostando Ciencia muestra estupendamente cómo van cambiando diversos factores durante el compostaje y : A, temperatura de las pilas ; B, cambios de pH (se pasa de ácido a básico, lo cual favorece la fertilidad); C, proliferación de microorganismos; D, relación entre carbono y nitrógeno de los materiales (celulosa vs proteínas, para entendernos); E, humificación de la materia orgánica (es decir, formación de compuestos químicos orgánicos que aportan fertilidad al suelo);  F, reducción de la fitotoxicidad (es importante porque nos indicará la calidad del compost obtenido).

 

Dos tipos de compost según las necesidades (o las prisas)
 

Si se te hace muy larga la espera para poder aplicarlo, siempre puedes utilizarlo como compost fresco en tu huerto o jardín. Tras 2-3 meses compostando, la pila alcanza un escaso grado de madurez y se aprecia aún material sin descomponer. Pero el material obtenido puede resultar útil para proteger el suelo frente ante los cambios de temperatura y de humedad, para mejorar sus características y evita la aparición de determinadas malas hierbas. Se puede utilizar para abonar cultivos que soportan bien un compost rico en nitrógeno (patata, maíz, tomate, pepino o calabaza).

 

Pero si aguantas hasta el final (5-6 meses aprox.), obtendrás un compost maduro en el que apenas quedan materiales sin descomponer (restos de madera o cáscaras de huevo por ejemplo) y se caracteriza por su textura terrosa, color oscuro y olor a bosque. Se emplea como fertilizante en cultivos que no soportan un exceso de nitrógeno y como mejorador de las características del suelo. Esto último es posible porque en el compost maduro todos los elementos originales se han transformando en una mezcla diversa capaz de aportar y fijar nutrientes, aumentar la capacidad de retención de agua, de aireación del suelo y de albergar microorganismos que producirán sustancias bioestimulantes para el crecimiento vegetal. En definitiva, como dijimos al principio, un probiótico bajo tus pies que ayudará a conseguir ese tomate grande y sabroso o un rosal lleno de hermosas flores que dé gusto olerlas.

 

¿Cómo saber si he conseguido un buen compost maduro? Haz la "prueba del berro". Si todas o casi todas las semillas germinan regularmente en unos 2 o 4 días, ¡Buen trabajo, has conseguido un compost equilibrado!


 

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lunes, 5 de octubre de 2020

OCHO RAZONES PARA COMER LENTEJAS

O las tomas o las dejas, dice la conocida expresión. Que aquí no obligamos a nadie, pero sí voy a dejar unos cuantos datos curiosos o ideas para convenceros de que comprar y consumir legumbres en general es positivo desde muchos puntos de vista. Y como recientemente he asistido a una interesante charla online ofrecida por la IGP Lenteja Tierra de Campos, obviamente utilizaré a esta pequeña maravilla castellana como ejemplo.
 

1. ¿Tienes mucha hambre? ¿o simplemente mucho apetito? 

 

Da lo mismo, un plato de legumbres es la opción perfecta, ya que cada una de esas minúsculas porciones de alimento contiene hidratos de carbono, proteínas en una proporción considerable (alrededor del 20%), minerales y vitaminas del grupo B.  Alimentan y sacian, ¿qué más se puede pedir?.
No en vano Esaú, muerto de hambre y agotado, vendió la primogenitura a su hermano Jacob por un plato unas supuestas lentejas, según cuenta la Biblia. Y sin ninguna duda eran lentejas las "píldoras de Negrín" o “píldoras de la resistencia”, bautizadas así por ser el alimento básico que permitió la supervivencia a muchos madrileños durante el asedio a su ciudad en la Guerra Civil.

 

Foto tomada de aquí  

 

2. ¿Tienes invitados a la mesa y ni la más remota idea de lo que pueden (o no) comer? 

 

Las legumbres son el único grupo de alimentos apto para casi todos los colectivos; ninguna religión las prohíbe y no tienen gluten. Un plato comodín para menús de colectividades e ideal cuando tienes a una representación de la ONU a comer en casa. Las legumbres en general apenas tienen grasa, salvo soja y cacahuetes, y la que tienen es saludable por tanto  son aptas también para aquellos comensales siempre a dieta. Lógicamente, cambiando el acompañamiento cárnico por algo más vegetal. La única pega es que, entre las legumbres la lenteja es la que causa más alergias, sobre todo en niños.

¿ Sabías que es mucho más frecuente la alergia a las legumbres en los países del área mediterránea, extremo oriente y la India que en los países anglosajones? En estos últimos su consumo se limita al cacahuete y la soja mientras que en nuestro ámbito se consume más variedad y con mayor frecuencia. Además es frecuente tener alergia a más de una legumbre.

 

 

3. ¿Según tu último análisis estás vivo de milagro? 

 

Es el momento de pasarte a las legumbres, aunque sea poco a poco, pero hazlo. Su consumo regular ofrece beneficios para la salud y ayuda a prevenir enfermedades no transmisibles: hipertensión, exceso de colesterol y triglicéridos, cáncer colorectal, riesgo cardiovascular, diabetes, obesidad...si es que parte de la solución estaba ahí en esas humildes semillas que nunca salen en los anuncios a pesar de sus propiedades. Y por consumo regular no hablamos de calzarse un cocido o un plato de lentejas una vez al mes, no, tiene que ser casi a diario; como nuestros abuelos, que comían legumbres prácticamente todos los días de la semana. Por cierto, al consumirlas frecuentemente desaparece el problema de las ventosidades.
 

¿Sabías que en 1960 en España se consumían en torno a 12-14 kg de legumbres por persona y año? ¿y que en 2015 esa cifra había bajado a 3.06 kg?  Siento comunicarte que la dieta que seguían los protagonistas de Cuéntame en los primeros capítulos es mucho más "mediterránea" que la que seguimos ahora.


 

4. ¿Te preocupa también la salud del planeta?  

 

La lenteja es un cultivo de secano y por tanto contribuye a ahorrar agua. Además enriquece el suelo en nitrógeno, ya que se asocia con bacterias capaces de tomarlo directamente del aire. Por tanto no necesita que se apliquen abonos nitrogenados, justo los que cuesta más energía fabricar y que contaminan el agua si se utilizan de mala manera. En otras palabras es un alimento que puede presumir de ser bastante sostenible.

 

¿Has visto alguna vez la planta de la lenteja? Fuente: IGP Tierra de Campos
 

 

5. ¿ Eres aficionado al gastroturismo ? ¿Te gusta recorrer kilómetros en busca de paisajes auténticos y degustar los alimentos que produce el terruño?. 

 

Pues que sepas que consumiendo legumbres producidas en nuestro país contribuyes a mantener tanto al paisaje como a la gente que lo habita y le da forma. Y si estas legumbres  pertenecen a una Indicación de Calidad Diferenciada (una DOP o IGP, vamos) mejor todavía; por una parte premias el esfuerzo por conservar variedades y métodos de producción que en sí mismos forman parte de nuestro patrimonio y por otra parte calidad garantizada te estás dando un premio al consumir un alimento único y de gran calidad.

La lenteja de Tierra de Campos se cultiva en una comarca que abarca las provincias de León, Palencia, Valladolid y Zamora. Es una tierra de llanuras alomadas en la que destacan solitarios palomares, otra seña de identidad de este territorio. Fuente: Blog Sinlavenia

 

6. ¿Eres de los que te sobra mes a final del sueldo?
 

Las legumbres es un alimento muy económico que, además de llenar y alimentar, se conservan un tiempo considerable sin perder sus propiedades (aunque mejor no te pases del año, que se quedan duras). Si eres de los que asocia las legumbres con el típico guiso hecho a fuego lento, y te de pavor sólo de pensar en la factura de la luz no desesperes. Es verdad que la cocina a fuego lento es un plus, pero gracias a la olla exprés, puedes tener las lentejas listas en 10-20 minutos y no te cuento el juego que dan las que ya vienen cocidas en el bote. Si es que hasta puedes utilizar el agua que sobra para hacer una mousse por ejemplo.

Con un cuarto de garbanzos y unas verduras tienes para un potaje ¿puedes hacer lo mismo con un pollo o una merluza?.

7. ¿Eres muy cocinillas y ya no sabes de qué presumir en tu cuenta de Instagram? 

 

La chía, la quinoa y el trigo sarraceno están ya muy vistos y, francamente, tampoco son para tanto. Pues ahí tienes a las lentejas de Tierra de Campos, para presumir de unos conocimientos culinarios que se están perdiendo. 

Puedes contar que los suelos de esta comarca dan a la lenteja gran parte de su carácter, haciéndola digna de pertenecer a una IGP: un contenido mínimo en materia orgánica que le dará la harinosidad justa; el potasio suficiente para darle más mantecosidad y menos astringencia y el fósforo adecuado para que su piel sea más fina y tenga mayor cantidad de grasa. También puedes añadir que la comarca donde se cultiva tiene una climatología que, salvo los años de sequía, permite que la lenteja madure lentamente una vez cosechada, otro factor que le da calidad. Si con todo este conocimiento no te dejan entrar en Máster Chef, peor para ellos.

 

El nombre oficial de la lenteja de tierra de campos es Lens culinaris ssp. culinaris, razamicrosperma, y pertenece al tipo comercial de las lentejas pardinas. Es pequeña (entre 3,5 y 4,5 mm diámetro) y su cubierta es de color pardo, adornada con puntos negros. El cotiledón interior es de color amarillo.
 

Y si tienes amigos tiquismiquis también puedes contarles que, al menos en el caso de esta IGP la trazabilidad está asegurada. Mediante el número de lote que aparece en la contraetiqueta  (la cual incluye el sello propio de calidad) se puede saber que agricultor lo ha producido. En la web del consejo regulador se puede ver incluso qué labores para preparar el suelo tienen que hacer los agricultores, la dosis de siembra o los productos fitosanitarios que tienen permitido utilizar a la hora de producir esta lenteja. Raramente vas a encontrar ese nivel información en un alimento.
 

8. ¿Que sólo sabes cocinar las lentejas estofadas de toda la vida?


Pues para que no tengas excusa, allá va este recetario elaborado por el Consejo General y la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas a partir de un concurso de recetas con legumbres, en el que puedes encontrar muchas ideas con bastante buena pinta. 

Si te faltaba el canto de un duro para convencerte y quieres ir más allá en el mundo de las legumbres, en la página https://alimentaciondelpresente.com/category/recetas/legumbres/ encontrarás 200 recetas casi todas de legumbres locales, pensadas con especialmente con poca guarnición para disfrutar de su sabor.

Por último, como soy muy fan del Comidista, os dejo este video imprescindible si te decides a cocinar legumbres, y esta sección enterita de recetas también con bastante buena pinta. Y si no te gustan estas, simplemente "googlea" "recetas con lentejas". Y ya sabes, o las tomas o las dejas.




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martes, 23 de julio de 2019

PON UN MELOCOTONERO EN TU JARDÍN

¿Has encontrado ya ESE MELOCOTÓN cuyo aroma y sabor no se te va a olvidar el resto del verano y quién sabe si el resto de tu vida?. ¿tu propia versión en fruta de la magdalena de Proust?. Quizás lo mismo hasta te has planteado sembrar su semilla a ver qué pasa. Si estás aquí buscando la respuesta, esta es sencilla, puede pasar de todo. 

Es posible que obtengas un árbol que de frutos similares al original, pero es bastante más probable que apenas de frutos, estos sean más pequeños o no sepan igual de bien. Y es que hay muchos factores en juego: si la semilla procede de un híbrido fértil o no, si necesita que se injerte en un patrón, el clima, el tipo de suelo, la ubicación del árbol, si se ha podado adecuadamente, etc...¿acaso alguien cree que esto de la agricultura consiste nada más que en sembrar y recoger?.
 

Porte de un melocotonero adulto. Fuente:
Howard F. Schwartz, Colorado State University, Bugwood.org
 
Como en otros frutales, para que salga un buen melocotón es necesario que la meteorología acompañe. Las buenas temperaturas durante la primera fase de crecimiento del fruto inducen mejores calibres, es decir melocotones más gordos. Por su parte, el calor y una buena insolación previa a la maduración produce frutos más sabrosos y coloreados.
 

Pero bueno, pongamos por caso que tienes curiosidad científica y un terrenito para albergar al futuro arbolillo. Lo primero, es tratar la semilla para favorecer su germinación (se puede estratificar o directamente extraer del interior del hueso). Y una vez consigamos hacer crecer la plantita, habrá que buscarle un sitio para que se desarrolle.
 


                    En este video lo cuentan paso a paso

 

El melocotonero es un árbol de pequeño tamaño, de hoja caduca, al que le gusta los climas cálidos. El frio intenso y las heladas tardías le vienen fatal, pero necesita inviernos con suficiente frío para desarrollarse y florecer adecuadamente. La "cantidad" de frio se mide en "horas-frío", y puede ser muy distinta según la variedad de melocotonero; las hay que necesitan desde 150 a más de mil.

Es una especie exigente en luz, a la que le gustan los veranos soleados con temperaturas elevadas. Eso sí, para obtener una buena producción requiere de agua, 600-800 mm anuales, y sobre todo que no le falte poco antes de la recolección. Es una planta sensible a las enfermedades causadas por exceso de humedad, por lo que los suelos han de ser profundos con buen drenaje y a ser posible no muy calizos, ya que aparecerían problemas de clorosis férrica.

 

En una zona del norte de Francia diseñaron plantaciones de melocotoneros pegados a muros blancos para que les dieran calorcito. Lo cuentan aquí, y la foto está tomada de aquí.
 
Pongamos que habéis encontrado el lugar perfecto para que se desarrolle el arbolito. Habrá entonces que esperar unos 5 años para que empiece a dar frutos "en serio". ¿Te parece mucho?, pues es de los frutales que antes empieza, de ahí su atractivo para muchos agricultores que pueden recuperar pronto la inversión que supone instalar desde cero un cultivo de frutales; pero bueno, eso ya es otra historia.
 

Aquí van tres cositas que le interesa saber a todo el que quiera presumir de melocotones producidos en su huerto.
 

En primer lugar, estos árboles requieren una poda bien hecha que permita que llegue la luz a todas las hojas, respetando además la madera del año anterior por donde saldrán las flores y por tanto los frutos. En otras palabras, o te la hace alguien que sepa o te lo tienes que estudiar muy bien. 

En segundo lugar, es imprescindible realizar un aclareo de frutos - eliminar una gran parte de los frutos que han cuajado - y hacerlo en el momento adecuado ( la mejor época es tras la caída de pequeños frutos no fecundados, aproximadamente unos 30 días después de la floración.). Si no se hace así, se obtendrán muchos frutos pero de baja calidad, el árbol habrá agotado gran parte de sus reservas, lo que incluso puede comprometer la producción del año siguiente.
 

Respecto a plagas y enfermedades cabe citar la gomosis (fácilmente identificable por los pegotes de savia de aspecto ambarino que surgen de las ramas y de mal pronóstico si no se eliminan rápidamente las partes afectadas), la abolladura o lepra del melocotonero, el oidio (un hongo que recubre las hojas con una capa blanquecina), los "cuatro pulgones de la apocalipsis" especializados en atacar a los brotes tiernos del melocotonero (el negro, el harinoso, el verde y el cigarrero) y la mosca de la fruta, capaz de arruinarnos el disfrute de ESOS MELOCOTONES por los que tanto hemos trabajado (embolsándolos evitaremos su ataque).



Síntomas típicos de la lepra del melocotonero (Taphrina deformans): hojas abarquilladas y deformadas, formación de ampollas y coloración rojiza. Fuente: Whitney Cranshaw, Colorado State University, Bugwood.org
 

Y esto es todo. Espero conocer vuestras experiencias en los comentarios.



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martes, 5 de diciembre de 2017

ABECEAGRARIO: HERBICIDA

Entiendo que, para muchos, los herbicidas se consideran "esas porquerías químicas que se echan en los cultivos". No voy a negarlo, efectivamente son sustancias químicas que pueden resultar tóxicas para las plantas u otros seres vivos si no se toman las adecuadas precauciones de uso; de la misma manera que tenemos cuidado en casa de no juntar lejía con amoniaco, utilizamos el aguarrás en lugares ventilados y, espero, no tiramos el aceite usado por el desagüe.
¿ Sabías que la mayoría de los herbicidas son muy poco tóxicos para los mamíferos? Muchos de los compuestos son incluso mucho menos tóxicos que productos de consumo habitual como la aspirina, la cafeína o incluso la sal común.

Aplicación de herbicida en un campo de maíz. Fuente: Syngenta.

Pero, aprovechando que ahora se habla tanto del famoso glifosato, pretendo ofreceros una perspectiva más amplia (sin pasarme, claro) de los herbicidas en general, para que entendáis cuándo, cómo y por qué se utilizan. Lógicamente hablaré del glifosato, porque es muy utilizado y porque seguro que querréis saber más de él. 

La difícil lucha contra las malas hierbas

Antes que nada, recordar que los agricultores no recurren a los herbicidas por capricho. Una infestación fuerte de malas hierbas en un cultivo no solo reduce sensiblemente su crecimiento y productividad al competir por el agua y los nutrientes, también interfiere con la recolección de la cosecha, reduce la calidad de la producción y transmite enfermedades. 

¿Sabías que una infestación fuerte de correhuela puede reducir a la mitad el rendimiento en un viñedo?

Los herbicidas se utilizan para eliminar o interrumpir el desarrollo de plantas indeseadas en terrenos de cultivo. Es también muy habitual su uso en lugares que se han de mantener libres de vegetación, como las cunetas de las carreteras o las vías de los trenes.
 

También es importante decir que los herbicidas son solo una herramienta más para el control de las malas hierbas, y que lo ideal es utilizarlos conjuntamente con medidas de prevención y de lucha física, como el laboreo del suelo. Al final cada agricultor recurrirá a estas distintas herramientas en mayor o menor medida tras considerar muchos factores: el tipo de cultivo y de malas hierbas, el tipo de suelo, la climatología y la economía (el umbral de daños aceptables y el coste de las distintas medidas).
 


Tipos de herbicidas


Todavía no se ha inventado el "herbicida inteligente" capaz de atacar sólo a la mala hierba que molesta. De momento, los agricultores tienen una gran variedad de productos para eliminar las mala hierbas, que elegirán en función del cultivo a tratar, la maleza a eliminar y las características del suelo (textura, pH, contenido en materia orgánica...), ya que estas determinan cómo se comportarán en el los distintos herbicidas. Como, potencialmente, un herbicida puede afectar a las plantas cultivadas o a la vegetación silvestre cercana, este ha de de aplicarse con cuidado.
¿Sabías que hacia finales del siglo 19 se utilizaban sales inorgánicas, como sulfato de cobre, para el control de malezas de hoja ancha en cereales, pero el primer herbicida orgánico  (DNOC - dinitro-ortocresol), no fue introducido hasta 1932?.

Los herbicidas se pueden clasificar de distintas maneras, aquí veremos las más habituales:

Según el modo de acción: total vs selectivo


Un herbicida total afecta a todo tipo de plantas, mientras que uno selectivo sólo eliminan un tipo concreto.
  • Los herbicidas totales se utilizan habitualmente para la limpieza de terrenos, ya que con una sola aplicación son capaces de eliminar todo tipo de malas hierbas. Si se aplican en terrenos cultivados o por cultivar, se hace de tal manera que no afecten al cultivo en cuestión: si es anual como el girasol o algunos cereales se aplicará cuando no hay nada sembrado, y si es leñoso, se aplicará con mucho cuidado entre los árboles.
  • La mayoría de estos herbicidas tienen como materia activa al famoso y controvertido glifosato. Al final de la entrada os cuento varias cosillas sobre él.

Los herbicidas son productos fitosanitarios, y para utilizarlos es necesario disponer del carné de manipulador de estos productos. Sin embargo, dado su amplio uso en jardinería, existen varias preparaciones autorizadas para jardinería exterior doméstica para las que no hace falta el carnet y que pueden adquirirse en grandes superficies. El que puso el cartel de soluciones ecológicas se lució pero bien: el uso de herbicidas no esta permitido, ni justificado, en AE.
 
Los herbicidas selectivos eliminan un tipo concreto de mala hierba, sin afectar a las plantas del cultivo sobre el que se aplica. Por ejemplo, existen herbicidas para hierbas de hoja ancha como la correhuela o de hoja estrecha como la grama.
 


Según donde se aplica: de suelo vs de hojas.


  • Los herbicidas de suelo, también llamados residuales, se emplean habitualmente en cultivos leñosos para eliminar las malas hierbas del pie de los árboles. Se aplican directamente sobre el suelo, donde crean una capa muy fina que provoca la muerte a las plantitas que están germinando. De alguna manera también son selectivos, ya que solo afectan a las malas hierbas anuales, aquellas que nacen todos los años de semilla como la amapola. Su efecto en el suelo dura por un tiempo limitado, por lo que se suele aplicar más de una vez. Un ejemplo de este tipo de herbicidas es la terbutilazina.
 En algunos olivares se aplica herbicida al pie de los árboles y se dejan las "calles" cubiertas de vegetación para que protejan el suelo. Fuente: Syngenta España

  • Los herbicidas foliares se aplican sobre hojas y tallos. Hay dos tipos según el alcance del daño que provocan: Los herbicida foliares de contacto sólo actúan sobre las hojas y tallos donde se ha aplicado, mientras que los herbicidas foliares sistémicos se absorben por hojas y tallos y se desplazan por toda la planta a través de los vasos conductores, provocándole la muerte.  
Como ejemplos de herbicidas de contacto tenemos al paraquat (para gramíneas) o el diquat (para hoja ancha) ambos considerados de alta toxicidad, mucho mayor que el famoso glifosato. El cual, por cierto es un herbicida sistémico, que al ser capaz de alcanzar las raíces, es muy eficaz con las malas hierbas perennes, que suelen ser más complicadas de eliminar.


Según cuando se aplica: presiembra, preemergencia y postemergencia.


  • Los herbicidas de presiembra se utilizan para eliminar las malas hierbas cierto tiempo antes de sembrar. Se pueden aplicar sobre el terreno desnudo o sobre los restos del cultivo anterior, en caso de que se realice agricultura de conservación, una interesante práctica agronómica a la que debería dedicarle una entrada.
  • Los herbicidas de preemergencia se aplican antes de que nazcan las malas hierbas, con el cultivo ya sembrado.
  • Los herbicidas de postemergencia se aplican cuando ya ha nacido la mala hierba. Se suele recurrir a ellos para controlar las malas hierbas recién germinadas que han escapado a las aplicaciones de presiembra o preemergencia.  


Un buen esquema de los tipos de herbicidas. Tomado de Agroterra.


Toda esta clasificación que os he contado, no es tan drástica, y se da el caso de que un mismo herbicida puede ser total o selectivo en función de la dosis en que se aplique, o que haya herbicidas que pueden ser aplicados en preemergencia o en postemergencia en función del tipo de cultivo, del terreno o la climatología entre otros factores.

 La metribuzina es un herbicida selectivo de toxicidad moderada que se utiliza para luchar contra malas hierbas anuales en diferentes cultivos, como este de patata y en situaciones de preemergencia o postemergencia precoz. Fuente: Syngenta Canada.

Cosas que deberías saber sobre el glifosato 
  • El glifosato es el herbicida más empleado en todo el mundo. En España, se utiliza este producto en 4 de los 17 millones de hectáreas cultivadas. Se ha estimado que su prohibición supondría una pérdida del 10 % de la producción agrícola. 
  • Fue creado por la empresa Monsanto, que en 1974 lo comercializó con el nombre de Roundup. Su ultima patente terminó en el 2.000, por lo que actualmente es un producto genérico; hay 55 empresas que tienen registrados herbicidas con este principio activo. 
  • Es un herbicida no selectivo, de aplicación foliar y efecto sistémico. Principalmente se utiliza para la eliminación de malas hierbas en presiembra. 
  • De baja toxicidad para mamíferos. Afecta a una serie de reacciones bioquímicas exclusivas de las plantas, por lo que apenas tiene toxicidad en animales. 
  • Respecto a la salud humana, la opinión de la comunidad científica no es unánime. En 2015 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificaba el glifosato como "probable carcinogénico", evaluación que no comparten la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ni la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA). Para complicar el asunto, existe un importante debate sobre la validez científica de las conclusiones publicadas por las dos primeras entidades. 
  • Juega un papel vital en la Agricultura de Conservación. También está íntimamente asociado al uso de ciertos cultivos transgénicos
  • Es por tanto una sustancia de baja toxicidad, no residual y con un precio asequible. Hoy por hoy no existe una sustancia alternativa con similar eficacia y características, de ahí la importante oposición en medios agrícolas a que se prohíba su uso. 


Otras entradas que te podrían interesar
 

En la entrada DICHOSAS HIERBAS, hablo sobre algunas malas hierbas comunes y los problemas que crean al hortelano. 


En la entrada ME IMPORTA UN BLEDO cuento los problemas que ocasiona esta planta y el mal uso de herbicidas al otro lado del charco. 


Sobre el glifosato y su relación con los cultivos transgénicos, hablo aquí:  ¿CUALES SON LOS PRINCIPALES CULTIVOS TRANSGÉNICOS?

En la entrada NO, LOS AGRICULTORES NO PRETENDEN ENVENENARTE hablo de los mitos más comunes en torno al uso de productos fitosanitarios por parte de los agricultores, tanto convencionales como ecológicos.