viernes, 17 de febrero de 2012

DE TRACTORES Y SATÉLITES


La cosechadora, sin pararse, va vaciando
su depósito en el remolque del tractor.
Foto cortesía de ARS
(Agricultural Research Service. USDA)


Imagina un tractor con remolque en un cultivo de trigo bajo el intenso sol del verano. Allá lejos vemos una cosechadora devorando el cereal ya maduro; hasta aquí es fácil ¿no?. Dentro de la cabina de la cosechadora su conductor observa atentamente una pantalla de ordenador, que le va indicando su posición exacta gracias al receptor GPS que lleva la máquina (eso ya no es ninguna novedad, lo llevamos todos en el bolsillo o dondequiera que guardemos el móvil). Según avanza la cosechadora, unos sensores van registrando la cantidad de grano que entra en el depósito cada segundo. Estos datos irán directamente al ordenador del agricultor y con ellos se elaborará un mapa que muestre los rendimientos de la inmensa zona cultivada, metro a metro.  

Los sensores del depósito de la cosechadora han indicado al conductor que le falta poco para llenarse y el ordenador de a bordo avisa al tractor para que se acerque, que tiene que vaciar el depósito. Otros sensores han detectado que algunos engranajes andan un poco escasos de aceite y que convendría adelantar la revisión en el taller, así que manda otro mensajito al concesionario para pedir cita cuanto antes. Y es que las cosechadoras son maquinas muy caras que no pueden estar paradas en plena campaña de recolección por una simple avería .

Nos montamos en el tractor, pero esta vez a principios de la primavera, cuando las plantitas de trigo comienzan a desarrollar sus primeras hojas. El programa informático de gestión agrícola ha recomendado aplicar una dosis de fertilizante, y allá que va el tractor, con su abonadora. Hay demasiado terreno por cubrir, así que le sigue pocos metros detrás otro tractor… sin conductor. Ambos se comunican constantemente mientras avanzan por la finca, reconociendo las zonas donde el suelo es más fértil o más pobre y ordenando a las abonadoras que regulen la dosis según sea necesario.  Mientras, el conductor va comprobando tranquilamente en la pantalla cómo trabajan sus fieles aliados.

¿Ciencia ficción? No. Es “agricultura de precisión”. Un tipo de agricultura que aprovecha las infinitas posibilidades de las nuevas tecnologías para realizar una gestión de las cosechas mucho más racional y más respetuosa con el medio ambiente, ya que permite ajustar al máximo la cantidad de agua, abonos y productos fitosanitarios que se aportan a los cultivos. Agricultura y tecnología se unen para poder realizar las distintas labores con la intensidad adecuada, en el momento adecuado y en el lugar exacto del cultivo.

Las imágenes obtenidas por satélite
permiten conocer lo que está ocurriendo
en grandes extensiones de terreno cultivado.
Foto cortesía de la NASA. 

Mediante los GPS (Global Positioning System, o Sistema de Posicionamiento Global, para entendernos) se puede localizar en todo momento donde se encuentra una máquina o identificar las coordenadas donde se han tomado muestras (propiedades del suelo, productividad, presencia de malas hierbas o cualquier característica agronómica de interés). Las características del terreno y de los cultivos, cambian de un lugar a otro y con el tiempo, por lo que resulta muy útil elaborar mapas mediante Sistemas de Información Geográfica. Estos incorporan y combinan los datos tomados “in situ”, los datos que proporcionan las máquinas cosechadoras y la valiosa información que ofrecen las imágenes tomadas desde aviones o satélites. Con toda la información recogida, los programas de gestión agrícola indican al agricultor el momento adecuado y la dosis de aplicación de semillas, abonos, agua, productos fitosanitarios, así como el mejor momento para iniciar la recolección.

Todas estas innovaciones no están instaladas en el quehacer diario de los agricultores; hace falta maquinaria con todas estas prestaciones (que poco a poco va saliendo al mercado), mucho dinero para invertir en ella y ciertas dosis de carácter emprendedor y de conocimientos técnicos  para aplicarlas en su propio negocio. La agricultura de precisión está todavía en pañales, pero cada vez más propietarios de grandes extensiones de terreno van incluyendo una o varias de estas herramientas, ya que en estos casos si resultan muy útiles, y por tanto rentables.


Para quien quiera aprender sobre las labores agrícolas y la maquinaria que se utiliza, nada mejor que consultar el libro “Conocer la agricultura y la ganadería”.


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Oleh

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