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viernes, 27 de enero de 2023

SEIS (O MÁS) COSAS QUE POSIBLEMENTE NO SABÍAS SOBRE LA LANA

 Aunque he empezado fuerte con mi apuesta por los alimentos este año, voy a contradecirme y hablar de la lana. Al fin y al cabo, además de alimentarnos, el campo también nos viste. Ya le dediqué una entrada al algodón, y con el frio que está haciendo como que apetece hablar de la lana.  


Cuando se habla de lana, enseguida sale la palabra Merino. Una raza de oveja que produce un vellón de lana particularmente denso con unas características que le dan una calidad especial. Para que te hagas una idea, el grosor promedio de un cabello humano es de 50 a 100 micras y la lana de merino suele tener menos de 22 micras. Detalle del vellón de una oveja merina cortesía de Merino Spain


¿Cómo es y para qué sirve la lana?

La respuesta a la segunda pregunta puede parecer muy obvia, pero al investigar un poco las propiedades que hacen a la lana un material ideal para vestir, resulta que tiene muchas más de las que me imaginaba. La lana es mucho más que la materia prima ideal para confeccionar abrigos, gorros o calcetines y voy a intentar explicar las razones.  

Una fibra de lana no deja de ser un tipo de pelo animal pero bastante más complejo. Posee diversos componentes, organizados en capas y cada uno de ellos aporta diferentes características a lana y los tejidos elaborados con ella. Puedes verlo en este video (una pena que esté solo en inglés). 


 

Bajo un microscopio con suficiente potencia es posible ver cómo la superficie de una fibra de lana está cubierta por una sólida capa protectora de escamas solapadas y ordenadas, como si fuera el tronco de una palmera. Esta capa se denomina cutícula, y además de proteger a la fibra de cualquier daño es la responsable de que se puedan elaborar tejidos de fieltro y que los tejidos de lana muestren bastante repelencia al agua y a las manchas.

La lana limpia mantiene una capa muy delgada de cera sobre la superficie de la fibra que actúa como un repelente superficial de líquidos. Esto permite que una prenda de lana no se empape bajo una lluvia fina o con la niebla, o que sea más fácil limpiar una mancha reciente. Pero, curiosamente, como veremos más adelante, las fibras de lana tienen la capacidad de absorber con facilidad el vapor de agua - y perderlo cuando es interesante -.  
 

La lana de oveja, junto con la alpaca y el cachemir, tienen una estructura única de escamas. Las fibras elaboradas a partir de celulosa como el algodón o el lino, y las fibras sintéticas como el poliéster carecen de estas escamas. Fuente: Woolmark
 
Cuando las fibras de lana se mueven unas contra otras, las escamas de su superficie pueden engancharse entre sí, dando una mayor cohesión y resistencia al conjunto. Esta propiedad se traduce en la posibilidad de elaborar tejidos de fieltro o en ese jersey que ha encogido dos o tres tallas, es decir que puede ser una ventaja o una desventaja según lo que pretendas; en cualquier caso, recuerda que lana y lavadora (movimiento, humedad y calor) son mala combinación.

Un gorro vaquero hecho de fieltro de lana, ¿por qué no? Sigue leyendo y verás que tiene todo el sentido. 

Bajo la cota de escamas, y ordenadas en las dos mitades a lo largo la fibra encontramos dos tipos distintos de células. La manera que tienen estas células de organizarse cuando está creciendo la fibra será responsable del "rizo", ya que estas células se extienden o contraen de distinta manera ante cambios de la humedad ambiental. El “rizo” de las fibras de lana, además de brindar elasticidad a los tejidos permite atrapar cierta cantidad de aire en su interior. Esto último convierte a la lana en un excelente material aislante, tanto térmico como acústico, que se utiliza como material de construcción.

En el interior de la fibra, encontramos una proteína - la queratina - organizada en haces de macrofibras y microfibras. Esta organización es responsable de la capacidad de absorción de humedad y olor, la capacidad antiestática y la resistencia al fuego de los tejidos de lana. Nada menos.

¿Sabías que una fibra de lana puede estirarse por encima de 50% de su longitud original sin deformarse?   


La capacidad de absorber humedad es una de las mayores ventajas frente a sus competidoras. La fibra de lana puede absorber hasta un 30% en peso de vapor de agua sin que dé la sensación que el tejido está húmedo. Las moléculas de agua quedan alojadas en la propia estructura de la fibra y durante este proceso se libera energía en forma de calor. Así, cuando hay frío y humedad una prenda de lana es cálida porque está generando calor, además de aislar del frío exterior. Y paradójicamente también funciona en sentido contrario; en condiciones ambientales cálidas y secas, al perder vapor de agua hacia el ambiente, absorbe calor del cuerpo humano provocando cierta sensación de frescor.

Las características de la queratina hacen también que los tejidos de lana sean prácticamente ignífugos, ya que es difícil de que prenda la llama y que el tejido se mantenga ardiendo. Por si fuera poco, los tejidos de lana son particularmente duraderos y tienen la suficiente resistencia al rozamiento como para que apenas se produzcan esos enredos por frotamiento que dan lugar a las antiestéticas "bolitas".

Todas estas características hacen de la lana de oveja, especialmente de la raza merina, un material muy apreciado en la industria textil. Encontramos lana en las pasarelas y en las tiendas de deportes y actividades al aire libre. Pero también en la casa, formando parte de alfombras, cortinas e incluso colchones (antiguamente se rellenaban de lana y hoy en día puedes conseguirlos en un formato más moderno).
 


La lana también nos sirve para hacer música, ya que los martillos de los pianos modernos están fabricados con lana prensada sobre un núcleo de madera. ¿A que esta no te la esperabas? Fuente: De Philippe Teuwen from Belgium - Piano Serie 7, CC BY-SA 2.0


El ser humano ha sido capaz de desarrollar muchas y diversas fibras sintéticas, pero todavía no ha podido crear una con tantas propiedades como la lana. De hecho, podríamos decir que la lana de oveja merina es casi una elección obligada para quien quiera optar por la moda sostenible: por su origen renovable y sostenible – ovejas criadas en extensivo - y su carácter biodegradable y duradero. Ya solo falta que su propietario no se deje llevar por las modas, aunque considerando el precio y el carácter de "clásicos básicos" de muchas prendas de lana, esto no suele ocurrir.

 

Distintas ovejas, distintos usos

Hay varios animales que producen lana y cada una tiene sus características. Incluso existen grandes diferencias entre las distintas razas ovinas: algunas lanas son más suaves que el cachemir (lana de una raza de cabra de las montañas del Tíbet) y otras solo valen para alfombras o rellenar colchones.  

La lana se divide en tres categorías principales, según el diámetro de la fibra (medido en micras) y su longitud (en milímetros), que son las principales medidas utilizadas para determinar su calidad y uso final.

Fina: La lana más fina proviene de la oveja merina y se utiliza para elaborar tejidos e hilos de punto de alta calidad y tacto suave.  

Media: Se puede producir a partir de ovejas merinas puras o cruzadas con otras razas. Se utilizan en prendas de vestir, lana para tejer y muebles.

Ancha: producida por ovejas de otras razas, conocidas como razas de doble (o triple) propósito porque se crían para obtener tanto carne (o leche) y lana; en España podríamos citar a la oveja churra, la rasa aragonesa o la manchega. Es la más ancha y se utiliza para confeccionar alfombras debido a su resistencia y durabilidad.


Hemos visto como en cuestiones de lana, la oveja merina es la reina. Pero curiosamente hoy en día en España esta raza se aprovecha más por su carne y su leche. Este hecho junto con la triste historia de cómo los que mandaban hace siglos en nuestro país regalaron un tesoro genético a otros reyes que supieron aprovecharlo mucho mejor - lo dejaremos para una próxima entrada.


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lunes, 12 de diciembre de 2022

¿QUÉ ES EXACTAMENTE UNA MACROGRANJA?

Spoiler: lo que tu consideres que sea, es decir, nada en concreto.

Si la agricultura tiene sus plaguicidas y sus transgénicos como principales villanos de la historia, la ganadería no iba a ser menos y tiene a las macrogranjas como enemigo chungo número uno.

¿Macro?granja de vacuno en Navarra. Foto de Pedro Armestre/Greenpeace. Tomada de aquí.


Hace casi un año, a raíz de las declaraciones de un ministro, decidí dedicar una serie de entradas en este blog a aclarar ciertos conceptos: ganadería intensiva, extensiva, familiar, etc. Como la vida sigue y acabé un poco cansada del tema, precisamente faltó hablar de las macrogranjas. Así que ya tocaba.

No seré yo una negacionista de este tipo de explotaciones, porque evidentemente existen; al fin y al cabo es una granja a la que se le ha puesto el prefijo macro para destacar que es especialmente grande. Ahora bien, ¿cómo cuánto de grande? habrá que ponerse de acuerdo en cuáles son sus características, ya que a día de hoy esa figura no está contemplada como tal en la normativa.
 

¿Qué define a una macrogranja?
 

Mucha gente considerará macrogranja a cualquier explotación intensiva que concentre muchos animales en un espacio limitado. Pero, de nuevo, ¿cuántos son muchos animales? Mil gallinas serán una barbaridad para quien considera que un corral típico es la granja ideal. O 300 vacas de leche serían muchísimas si lo comparamos con las 33 de media que había en las granjas de hace más de veinte años.
 

Sala de ordeño de una granja de unas 300 vacas en lactación (son las que dan leche, que luego hay que sumar a las jovenzuelas y las que están descansando). ¿Te parecen muchas o pocas vacas?

Como basarse en criterios subjetivos no suele ser buena idea, lo mejor es acudir a la normativa para orientarnos un poco. Existe legislación bastante reciente que establece las normas que deben cumplir las granjas intensivas de cerdos y aves (la de vacuno lleva tramitándose desde hace tiempo) particularmente en sus aspectos ambientales, de bienestar animal y de sanidad.  

 

Por ejemplo, el Real Decreto 306/2020, que establece normas básicas de ordenación de las granjas porcinas intensivas y recoge cuatro tipos de granjas según su capacidad productiva: desde las explotaciones pequeñas con una capacidad máxima de 5,1 UGM hasta las que tienen de 480 hasta 720 UGM. O lo que es lo mismo, en el caso de una granja de ciclo cerrado (en la que se lleva a cabo el proceso completo de cría y engorde) tendríamos una granja capaz de albergar en un momento dado a unas 750 cerdas y a toda su descendencia (12 lechones por cerda) ya lista para sacrificar, es decir un total de 9750 cerdos adultos. Para que entendáis mejor que es esto de las UGM os he preparado este abeceagrario.

 

Nave de engorde de lechones. Así a primera vista tiene un tamaño medio. Habría que ver cómo es la granja en su conjunto.

Obviamente, las granjas que tienen muchos animales viviendo, comiendo y cagando en un espacio reducido suponen una amenaza medioambiental nada desdeñable. Por tanto, otra manera de establecer ciertos límites al tamaño de las granjas es fijándose en sus emisiones, ya sean de residuos o de gases de efecto invernadero. Estos parámetros obligan a los propietarios de las granjas a incorporar una serie de medidas en la granja que permitan controlar y minimizar los residuos.
 

¿Sabías que la ganadería aviar y porcina intensiva es la responsable del 38 % del metano total emitido en España? (por detrás de los vertederos con un 56 %). Es también responsable del 24 % del óxido nitroso producido (el sector energético por ejemplo aporta el 34 %).

 

Granja intensiva que podría considerarse "macro" ya solo viendo el tamaño de la nave.

Por esta razón, desde hace ya bastante tiempo este tipo de granjas están contempladas en la normativa de evaluación de impacto ambiental y en la de emisiones industriales. Esta última nos habla de cría intensiva cuando se dan las siguientes situaciones: más de 40.000 plazas para aves de corral, más de 2.000 plazas para cerdos de cría (de más de 30 kilos) o más de 750 plazas para cerdas reproductoras.
 

¿No querías macrogranja? Pues toma tres tazas.
 

Una vez vistos los límites al número de animales en nuestro entorno, quería mostraros esta noticia, que me llegó recientemente a través de una conocida plataforma de recogida de firmas. Resulta que en una ciudad china se ha construido un mega edificio de 26 plantas…que alberga 3700 cerdas madres y toda su descendencia, que alcanza la módica cantidad de 1.2 millones de animales al año…


Da vértigo simplemente pensar en atender a todos los animales que viven ahí dentro, ¿y si falla algo en la sala de control? Foto tomada de aquí.


Se supone que la idea de tal mamotreto es suplir la creciente demanda de carne de la población china. Según las noticias oficiales, es un edificio moderno equipado con todos los sistemas de control de ambiente, evacuación de residuos, alimentación, etc. que tiene la típica granja convencional dispuesta en una sola planta. Prácticamente la única diferencia en cuanto a funcionamiento es que los lechones se desplazan en ascensor para acceder a los distintos recintos donde pasarán su corta vida. Y los complejos sistemas para subir el pienso a cada piso, y para evacuar los correspondientes residuos hacia abajo.
 

Como cualquier granja intensiva, defiende sus argumentos respecto a la bioseguridad, eficiencia y sostenibilidad. Si, sostenibilidad, porque se supone que así se requiere menos espacio para criar más animales. Los detractores por su parte alertan de que precisamente una densidad tan elevada supone un peligro mayor de propagación de patógenos infecciosos, la amplificación de los daños e incluso el potencial de mutación de estos patógenos.

Aquí un video del interior.


 Estamos hablando de la mayor granja de cerdos en un solo edificio del mundo, es decir, hay más que utilizan este sistema. Aquí podéis ver cómo está organizada una macrogranja con edificios de 9 pisos. Mientras en países como China esto es una tendencia al alza, en Europa se podría decir que vamos en sentido contrario – legislativa y sociológicamente - ya que cada vez nos preocupa y valoramos más aspectos ambientales y de bienestar animal. 

 

Las macrogranjas y la realidad

El problema es que la economía de escala acaba imponiendo su realidad y hace muy difícil la supervivencia de aquellos que, por las razones que sean, tienen granjas pequeñas. Algunos optan por hacer las cosas distintas, salir del carril y aportar un valor añadido, pero eso suele suponer vender más caro para poder subsistir. Y no todo el mundo puede permitírse comprar carne al doble de precio.
 

Debe ser difícil tomar decisiones a muy alto nivel. Y no tengo muy claro en qué estarán pensando los que habitan en los despachos de la Comisión Europea relacionados con la cosa ganadera. ¿Hacer caso a las infinitas demandas de unos consumidores que piden productos sostenibles y respetuosos con los animales? ¿Asegurar carne razonablemente barata a la gran mayoría de la población? (que también es parte del negocio de las grandes cadenas de distribución de alimentos) ¿Hacer caso a los ganaderos que se quejan de que con tanta inversión para adaptarse a las leyes apenas tienen margen de beneficio para mantener su negocio?


Es necesario llegar a un equilibrio entre las exigencias y la capacidad real de producir alimentos. Si en Europa no nos ponemos las pilas y no decidimos sobre lo que queremos y estemos dispuestos a ganar y perder como sociedad, no es en absoluto descartable que acabemos tomando chuletas de cerdo chino criado en bloques de apartamentos. No exagero, mira tu ropa, tu móvil, tu botella de agua para entrenar…    

¿Sabias que en España desde 1999 a 2013 el número de granjas descendió mas de dos tercios (desaparecieron 128 000) mientras que el numero de cerdos por granja se cuadruplicó?

 

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viernes, 21 de octubre de 2022

ABECEAGRARIO: ENVERO

Según la RAE, envero es el color que toman las uvas y otras frutas cuando empiezan a madurar.
 

Es un concepto muy importante en la elaboración de vino y aceite. De hecho he elegido esta palabra porque en breve, podremos observarlo en las aceitunas.
 

El envero en la uva
 

En viticultura, el envero es una de las fases de la maduración de la uva, en la que ocurren cambios cruciales que determinarán la calidad final del vino. 


Durante el envero el crecimiento de la uva se detiene y la clorofila, pigmento verde por excelencia que hasta entonces dominaba la superficie del fruto, irá dando paso a otros pigmentos

 

En las variedades tintas, los frutos se colorean con las antocianinas, que son pigmentos de color rojo, púrpura o azul. Las uvas de variedades blancas se vuelven rubias o amarillas gracias a los flavonoles.
 

El envero en la uva ocurre en verano. En cada fruto apenas dura uno o dos días pero el proceso puede tardar unas dos semanas en completarse para todo el viñedo. Fuente: De Véronique PAGNIER - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0.
 

Además del cambio de color ocurren más cosas. La piel de las uvas, denominada hollejo, va desarrollando el aroma característico de cada variedad de vid. También aumenta la cantidad de azúcares y cambia su estructura, pasando de ser mayoritaria la glucosa a dominar la fructosa al final del proceso.


Otro hito importante es el aumento brusco de la cantidad de compuestos fenólicos (antocianos y taninos, también muy importantes en el vino). Cuando la uva estaba verde se producían principalmente en las pepitas, pero durante el envero estos compuestos comienzan a concentrarse rápidamente en la pulpa y el hollejo, que es lo que se utiliza para obtener vino. Estos compuestos son muy importantes, porque serán los responsables de aportar el color, el gusto y la estructura a los vinos.
 

Para la vid, como ser vivo, sus frutos estarán maduros cuando sus semillas puedan germinar. Esto ocurre varios días después del envero y es lo que se denomina maduración fisiológica. La planta pasa de mandar nutrientes hacia las semillas a acumularlos en el resto del fruto para hacerlos más atractivos a los animales que, al comerlos, acabarán transportando esas semillas.

Pero para el viticultor simplemente es el comienzo de la cuenta atrás para comenzar la vendimia. Una cuenta larga, de entre 45 y 60 días, en los que la uva alcanzará la llamada maduración industrial, es decir el momento ideal para ser recogida. Hay muchos factores que influyen en la correcta maduración y normalmente es el enólogo de la bodega el encargado de determinar la fecha exacta.
 

El envero en la aceituna
 

De manera similar a lo que ocurre en la uva, la clorofila va dejando paso a las antocianinas, que van coloreando progresivamente las aceitunas de un tono primero amarillento para pasar a rojizo, luego violáceo y terminar en negro.
Sin embargo, el envero en las aceitunas sí suele indicar el momento óptimo para recoger estos frutos. Otra diferencia es que este momento no ocurre en verano sino en otoño o principios de invierno.
 

La aceituna comienza a fabricar aceite en su interior cuando ya está algo crecida, mas o menos desde junio hasta noviembre. Es difícil dar una fecha exacta porque hay muchos factores que influyen en el proceso y en la cantidad de aceite producido. La formación del aceite, llamada lipogénesis, se da en la pulpa de la aceituna y suele alcanzar su pico máximo justo cuando las aceitunas están en envero. Ocurre lo mismo con los polifenoles, también presentes en estos frutos, que muestran sus valores máximos cuando aceituna llega a su punto óptimo de maduración.
 

 

Al igual que ocurre con las uvas, cada aceituna madura de forma diferente en un mismo árbol, por lo que es habitual encontrarse en un mismo momento de recogida y en un mismo árbol, con aceitunas verdes, en envero y ya maduras. La foto, cortesía de la C.R.D.O. Sierra Mágina, ilustra el momento de la recolección de la Cooperativa Nuestra Señora de los Remedios de Jimena. Esta DO está optando por recoger en verde, pero ya hemos visto que cada aceituna es un mundo.
 

Si se recoge la aceituna en envero, el aceite obtenido tendrá todavía características propias de la aceituna verde que son cada vez más valoradas por el consumidor: sabores más pronunciados como el frutado o el amargor, o la acción antioxidante debida a los polifenoles. Pero también una cantidad mayor de aceite ya formada en el fruto por lo que el rendimiento en la almazara será mayor. Por tanto, decidir con exactitud el momento adecuado de recolección es también muy importante para obtener un aceite de alta calidad en cantidades suficientemente rentables para el olivicultor.
 

Por cierto, el envero cuando nos referimos al aspecto que tiene el fruto durante el cambio de color, recibe el mismo nombre en inglés (veraison) y francés (véraison). Ya cada uno se apañe para pronunciarlo.

 

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viernes, 24 de junio de 2022

CUANDO LAS CERDAS SE VAN DE CAMPING

¿Estás preparando ya las vacaciones? ¿mar o montaña? En el caso de que vayas al campo, especialmente en zonas de dehesa lo mismo encuentras unas instalaciones muy peculiares que recuerdan a un camping. Pero uno de los sencillitos, solo con tiendas de campaña, ni piscina ni restaurante ni bungalows.

 


Pues resulta que estos "campings" tan particulares, son en su mayoría, una especie de hospital de maternidad al aire libre para las cerdas. Es habitual en las explotaciones extensivas de cerdo ibérico, pero su uso no tiene por qué limitarse a este tipo de producción. De hecho este modelo está bastante extendido en Reino Unido, donde la mayoría de granjas están sujetas a un programa de control y auditoría de bienestar que permite a los productos cárnicos comercializados llevar la correspondiente etiqueta de bienestar animal (RSPCA Assured). Obviamente estos son algo más caros, pero no excesivamente: 7-11 céntimos más por kilo que una carne convencional.

 

¿Sabías que de las 400.000 cerdas productoras en el Reino Unido, el 40% se crían en sistemas tipo camping?
 

Este sistema suele ser interesante para granjas en las que existe actividad tanto agrícola como ganadera. En el Reino unido es frecuente que se instalen en tierras agrícolas y se mueve toda la instalación cada dos años. De hecho se puede decir que los cerdos, de alguna manera forman parte del sistema de rotación de las tierras, ya que abonan y controlan ciertas malas hierbas.
 

¿En qué consiste?
 

Pero volvamos a España, para ver cómo funciona este peculiar sistema en nuestros prados y dehesas.
 

El sistema de camping se puede utilizar para cerdos en diferentes momentos de su vida, pero vamos a centrarnos en el momento de parto y cría de los lechones; es el que más se utiliza y llama la atención como para dedicarle una entrada.
 

Aunque de lejos pueden parecer tiendas de campaña, por su forma, realmente se trata de cabañas hechas de materiales más sólidos diseñadas específicamente para que las cerdas puedan parir tranquilas y sacar adelante a su camada. Estas cabañas se colocan en parcelas cerradas que albergan entre 5 y 6 cerdas por hectárea.
 

Pueden tener diversos diseños y materiales- de chapa galvanizada o cubierta aislante, a dos aguas o tipo túnel...lo importante es que la cerda y sus lechones estén lo más cómodos y protegidos posible. Por ejemplo, los frentes de las cabañas se orientan protegidos de los vientos dominantes y el conjunto debe quedar bien aislado del exterior para evitar corrientes de aire frío, que son fatales para los lechones.
 

En este tipo de sistema de producción también es un problema el aplastamiento de los lechones por parte de la cerda, aunque en menor medida. Una de las medidas de prevención suele ser utilizar con razas mayor aptitud maternal -si, entre las razas ganaderas actuales no es raro encontrar unas cuantas "malasmadres"- que suele ser más frecuente en razas autóctonas como el cerdo ibérico. Se puede jugar también con las dimensiones de la cabaña para que la cerda entre y se eche en diagonal, de manera que no aplaste o moleste a los lechones, o añadir barras que delimitan una zona de protección de manera similar a las camisas de parto de las que ya hablaremos en otro momento.


Lechones ibéricos en el interior de una cabaña.

Normalmente se añade una barrera baja que la madre puede franquear sin problema pero evita que estos pequeños se escapen cuando son aun demasiado pequeños.
 

A los 15 días de edad los lechones ya están ejercitándose por la parcela. En torno a los 20 días, aunque sigan mamando se les ofrece un pienso de inicio para que aprendan a comer sólido y favorecer un correcto desarrollo. Para ello se utilizan comederos (llamados técnicamente tolvas) diseñados especialmente para que sólo puedan acceder al pienso los lechones y no sus madres.
 

En este video de Jamon lovers puedes ver el interior de una cabaña equipada con paja. Las cerdas y sus crías hacen permanecen en estos recintos desde poco tiempo antes del parto hasta que los lechones terminen el periodo de lactancia, normalmente unos 40 días.
 


 

Ventajas e inconvenientes del sistema de camping
 

La cría en camping es una manera diferente de abordar la producción de cerdos, que tiene cosas buenas, pero también sus limitaciones.


Una de las principales ventajas de este sistema es que permite criar lechones muy bien adaptados al medio desde que nacen, algo deseable cuando se van a terminar de criar en sistemas extensivos o semiextensivos.

Desde el punto de vista de la salud, al disponer de mayor espacio por animal y estar al aire libre la calidad del aire que respiran es mucho mejor por lo que tienen menos probabilidad de sufrir enfermedades respiratorias. Los cerdos pasando mas tiempo explorando o alimentándose, dos signos de bienestar que obviamente también influye positivamente en su salud. Los corrales extensos permiten a los individuos situados en la nivel jerárquico más bajo una amplia zona de huida que, aunque no elimina la agresividad de los individuos dominantes, al menos reduce la severidad de las lesiones. Porque, sí, también existe el bullying entre animales.
 

Otra ventaja importante es que, cuando la granja se basa solo en instalaciones en exterior no hacen falta balsas para almacenar el purín ni instalaciones para tratarlo. Eso sí, hace falta disponer de mucha superficie para hacer rotaciones que permitan dejar algunas parcelas en reposo. Y si no se dispone de este terreno, la gran inversión inicial para conseguirlo puede ser uno de los principales inconvenientes. 

 

Quizás uno de los inconvenientes más obvios es que no se consigue el mismo número de lechones por cerda y año. En parte porque la climatología condiciona las épocas del año en las que resulta aconsejable tener partos y porque las razas más adecuadas para este sistema tienen menos lechones por parto. Otra pega es que, en general, el consumo de pienso es mayor porque los animales se mueven más; vale que así crecen y esas cosas, pero considerando que el pienso es uno de los principales gastos de una granja, hay que administrarlo en las cantidades y momentos adecuados si uno quiere ser rentable. Otro factor que hace una explotación rentable es poder controlar al milímetro, y en este caso es casi imposible: no queda otra que confiar en la biología de la cerda, proporcionarle las condiciones adecuadas y esperar que saque adelante a toda la camada.
 

Un factor de riesgo importante en este tipo de instalaciones es la bioseguridad, algo clave en la ganadería actual. Aparte de que las cabañas son más difíciles de limpiar y desinfectar que los cubículos de granjas intensivas, los animales que viven al aire libre inevitablemente están más expuestos al encuentro con jabalíes u otra fauna silvestre que les puede transmitir enfermedades infecciosas como la fiebre porcina africana.
 

Granjas tipo camping en Europa y España
 

Este tipo de producción al aire libre representa en muchos países una alternativa a los sistemas típicos de producción intensiva, que son todavía más numerosos. Gestionados de una manera correcta pueden mejorar considerablemente el bienestar de los animales, lo cual supone por sí mismo un nicho de mercado en determinados países del norte de Europa.


Carne comercializada que sigue los estándares de RSCPA una especie de ONG que asegura el bienestar animal de los animales de producción. Fuente

 

En el nuestro, este sistema se suele integrar dentro de las posibilidades de la producción de cerdo ibérico en cualquiera de sus modalidades, aunque también es muy apropiado para la producción ecológica de cerdo en otras zonas de España.

 

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viernes, 3 de junio de 2022

ABECEAGRARIO: COMPOST

A grandes rasgos podemos decir que el compost es abono para las plantas. Pero realmente es mucho más; podemos verlo incluso como un probiótico capaz de mejorar la vida del suelo.  

 

Siendo más específicos, el compost o mantillo se puede definir como el resultado de un proceso de descomposición de la materia orgánica, bajo condiciones controladas y en ausencia de suelo. Se obtiene un material estable que además de suministrar nutrientes a las plantas mejora las condiciones del suelo donde crecen. 

 

Realmente no existe un solo tipo de compost. Puede elaborarse a partir de una gran variedad de "ingredientes", siempre de origen biológico, a gran escala o en un pequeño jardín. 

 

Fuente: Imagen de Joke vander Leij/Pixabay

¿Sabías que el compostaje es una técnica milenaria? Hay evidencias griegas, romanas y de las tribus de Israel. 
 

¿Qué materiales se utilizan?
 

Para elaborar compost se puede utilizar cualquier materia orgánica, con la condición de que no esté contaminada. Es habitual combinar varias fuentes para equilibrar, sobre todo, la relación entre carbono y nitrógeno y el contenido de humedad; estas variables, junto con la temperatura y la aireación son fundamentales para que el proceso de compostaje se desarrolle correctamente. 


Para hacer compost a gran escala, y que luego se pueda aplicar en grandes superficies, normalmente se recurre a:

  • Restos de cultivos y cosechas. Los troncos y ramas procedentes de la poda de árboles, ricos en carbono, se trituran previamente para acelerar la descomposición. También se aprovechan los restos de cosechas: las propias plantas, hojas, frutos desechados, tubérculos, etc. que son ricos en humedad y nitrógeno.
  • Residuos procedentes de las industrias alimentarias. Tenemos por ejemplo el orujo procedente de la elaboración del vino o el aceite, la cáscara del cacao o los restos de los racimos de plátanos entre muchos otros residuos. Estos tienen dos cualidades interesantes de cara a fabricar compost a gran escala: son productos con características homogéneas que se producen en grandes cantidades. La utilización de estos residuos como de materia prima es un buen ejemplo de economía circular.


Los excrementos de vaca mezclados con paja reúnen las características esenciales para el compostaje: alta humedad, relación carbono/nitrógeno adecuada, buena estructura física y alto contenido de microorganismos.

  • Estiércol de animales de granja. Es decir, las deyecciones mezcladas con el material que les sirve de cama (paja, serrín o virutas de madera principalmente), si es que se utiliza. Sus características varían según la especie que lo produce: la gallinaza y los purines de cerdo son los más ricos en nitrógeno, mientras que el estiércol de vaca, caballo u oveja, al incluir más cantidad de restos vegetales son hacen más ricos en carbono.


Para hacer compostaje doméstico o en pequeñas cantidades normalmente los ingredientes cambian. En el ámbito urbano o doméstico siempre habrá materia orgánica degradable al alcance de la mano, lo único importante es mezclar los distintos elementos en la proporción adecuada, y sobre todo, no incorporar algunos "prohibidos" (restos de comida cocinada, de carne o pescado, excrementos de perros y gatos o revistas entre otros). Puedes consultarlos aquí.

 

Restos típicos para realizar compostaje doméstico. Imagen de Ben Kerckx en Pixabay
 

  • Restos urbanos procedentes de las cocinas o las casas. La lista puede ser inmensa, algunos habituales son los restos de frutas y hortalizas frescas, bolsas de infusiones y posos de café, cáscaras de huevo y de frutos secos, etc. También valdrían los lechos de pequeños herbívoros domésticos (hámster o conejos).
  • Restos de jardines. Principalmente siegas de césped, hojas frescas y secas o restos de malezas y podas.

 

 

Mucho más que una pila de basura...¿Qué ocurre durante el compostaje?
 

El proceso de compostaje imita de una manera controlada todo el ciclo de reciclaje de la materia orgánica que ocurre espontáneamente en la naturaleza. 

Es por tanto un proceso biológico en el que los microorganismos (bacterias y hongos principalmente) presentes en los residuos descomponen la materia orgánica. Si se dan las condiciones adecuadas, dura entre cinco y seis meses; durante los cuales va atravesando distintas fases. 

 

En una primera fase, llamada de latencia y crecimiento, los microorganismos se van aclimatando al nuevo medio. Comienzan a multiplicarse y poco a poco van colonizando los elementos más biodegradables; al alimentarse los microorganismos de estos comienzan procesos de fermentación. Como consecuencia, la pila comienza a calentarse y a perder agua por evaporación. La temperatura sigue subiendo y entramos en la fase termófila, en la que entran a escena otros microorganismos más aficionados aún al calor y que degradan la materia orgánica más rápidamente. La temperatura que llega a alcanzarse en esta fase (entre 60 y 70º C) mata todos los gérmenes patógenos, larvas y semillas, algo importante de cara a obtener un compost de buena calidad. Cuando ya solo quedan por degradar los elementos más resistentes entramos en el período de fermentación lenta, que puede llegar a durar tres meses. La actividad de las bacterias, y por tanto la temperatura de la pila, irán disminuyendo lentamente y esto permitirá que sea nuevamente colonizada por toda una legión de pequeños invertebrados y microorganismos, que serán claves en la mejora del suelo donde vaya a aplicarse el compost.

Esta imagen tomada de la web Compostando Ciencia muestra estupendamente cómo van cambiando diversos factores durante el compostaje y : A, temperatura de las pilas ; B, cambios de pH (se pasa de ácido a básico, lo cual favorece la fertilidad); C, proliferación de microorganismos; D, relación entre carbono y nitrógeno de los materiales (celulosa vs proteínas, para entendernos); E, humificación de la materia orgánica (es decir, formación de compuestos químicos orgánicos que aportan fertilidad al suelo);  F, reducción de la fitotoxicidad (es importante porque nos indicará la calidad del compost obtenido).

 

Dos tipos de compost según las necesidades (o las prisas)
 

Si se te hace muy larga la espera para poder aplicarlo, siempre puedes utilizarlo como compost fresco en tu huerto o jardín. Tras 2-3 meses compostando, la pila alcanza un escaso grado de madurez y se aprecia aún material sin descomponer. Pero el material obtenido puede resultar útil para proteger el suelo frente ante los cambios de temperatura y de humedad, para mejorar sus características y evita la aparición de determinadas malas hierbas. Se puede utilizar para abonar cultivos que soportan bien un compost rico en nitrógeno (patata, maíz, tomate, pepino o calabaza).

 

Pero si aguantas hasta el final (5-6 meses aprox.), obtendrás un compost maduro en el que apenas quedan materiales sin descomponer (restos de madera o cáscaras de huevo por ejemplo) y se caracteriza por su textura terrosa, color oscuro y olor a bosque. Se emplea como fertilizante en cultivos que no soportan un exceso de nitrógeno y como mejorador de las características del suelo. Esto último es posible porque en el compost maduro todos los elementos originales se han transformando en una mezcla diversa capaz de aportar y fijar nutrientes, aumentar la capacidad de retención de agua, de aireación del suelo y de albergar microorganismos que producirán sustancias bioestimulantes para el crecimiento vegetal. En definitiva, como dijimos al principio, un probiótico bajo tus pies que ayudará a conseguir ese tomate grande y sabroso o un rosal lleno de hermosas flores que dé gusto olerlas.

 

¿Cómo saber si he conseguido un buen compost maduro? Haz la "prueba del berro". Si todas o casi todas las semillas germinan regularmente en unos 2 o 4 días, ¡Buen trabajo, has conseguido un compost equilibrado!


 

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