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lunes, 12 de diciembre de 2022

¿QUÉ ES EXACTAMENTE UNA MACROGRANJA?

Spoiler: lo que tu consideres que sea, es decir, nada en concreto.

Si la agricultura tiene sus plaguicidas y sus transgénicos como principales villanos de la historia, la ganadería no iba a ser menos y tiene a las macrogranjas como enemigo chungo número uno.

¿Macro?granja de vacuno en Navarra. Foto de Pedro Armestre/Greenpeace. Tomada de aquí.


Hace casi un año, a raíz de las declaraciones de un ministro, decidí dedicar una serie de entradas en este blog a aclarar ciertos conceptos: ganadería intensiva, extensiva, familiar, etc. Como la vida sigue y acabé un poco cansada del tema, precisamente faltó hablar de las macrogranjas. Así que ya tocaba.

No seré yo una negacionista de este tipo de explotaciones, porque evidentemente existen; al fin y al cabo es una granja a la que se le ha puesto el prefijo macro para destacar que es especialmente grande. Ahora bien, ¿cómo cuánto de grande? habrá que ponerse de acuerdo en cuáles son sus características, ya que a día de hoy esa figura no está contemplada como tal en la normativa.
 

¿Qué define a una macrogranja?
 

Mucha gente considerará macrogranja a cualquier explotación intensiva que concentre muchos animales en un espacio limitado. Pero, de nuevo, ¿cuántos son muchos animales? Mil gallinas serán una barbaridad para quien considera que un corral típico es la granja ideal. O 300 vacas de leche serían muchísimas si lo comparamos con las 33 de media que había en las granjas de hace más de veinte años.
 

Sala de ordeño de una granja de unas 300 vacas en lactación (son las que dan leche, que luego hay que sumar a las jovenzuelas y las que están descansando). ¿Te parecen muchas o pocas vacas?

Como basarse en criterios subjetivos no suele ser buena idea, lo mejor es acudir a la normativa para orientarnos un poco. Existe legislación bastante reciente que establece las normas que deben cumplir las granjas intensivas de cerdos y aves (la de vacuno lleva tramitándose desde hace tiempo) particularmente en sus aspectos ambientales, de bienestar animal y de sanidad.  

 

Por ejemplo, el Real Decreto 306/2020, que establece normas básicas de ordenación de las granjas porcinas intensivas y recoge cuatro tipos de granjas según su capacidad productiva: desde las explotaciones pequeñas con una capacidad máxima de 5,1 UGM hasta las que tienen de 480 hasta 720 UGM. O lo que es lo mismo, en el caso de una granja de ciclo cerrado (en la que se lleva a cabo el proceso completo de cría y engorde) tendríamos una granja capaz de albergar en un momento dado a unas 750 cerdas y a toda su descendencia (12 lechones por cerda) ya lista para sacrificar, es decir un total de 9750 cerdos adultos. Para que entendáis mejor que es esto de las UGM os he preparado este abeceagrario.

 

Nave de engorde de lechones. Así a primera vista tiene un tamaño medio. Habría que ver cómo es la granja en su conjunto.

Obviamente, las granjas que tienen muchos animales viviendo, comiendo y cagando en un espacio reducido suponen una amenaza medioambiental nada desdeñable. Por tanto, otra manera de establecer ciertos límites al tamaño de las granjas es fijándose en sus emisiones, ya sean de residuos o de gases de efecto invernadero. Estos parámetros obligan a los propietarios de las granjas a incorporar una serie de medidas en la granja que permitan controlar y minimizar los residuos.
 

¿Sabías que la ganadería aviar y porcina intensiva es la responsable del 38 % del metano total emitido en España? (por detrás de los vertederos con un 56 %). Es también responsable del 24 % del óxido nitroso producido (el sector energético por ejemplo aporta el 34 %).

 

Granja intensiva que podría considerarse "macro" ya solo viendo el tamaño de la nave.

Por esta razón, desde hace ya bastante tiempo este tipo de granjas están contempladas en la normativa de evaluación de impacto ambiental y en la de emisiones industriales. Esta última nos habla de cría intensiva cuando se dan las siguientes situaciones: más de 40.000 plazas para aves de corral, más de 2.000 plazas para cerdos de cría (de más de 30 kilos) o más de 750 plazas para cerdas reproductoras.
 

¿No querías macrogranja? Pues toma tres tazas.
 

Una vez vistos los límites al número de animales en nuestro entorno, quería mostraros esta noticia, que me llegó recientemente a través de una conocida plataforma de recogida de firmas. Resulta que en una ciudad china se ha construido un mega edificio de 26 plantas…que alberga 3700 cerdas madres y toda su descendencia, que alcanza la módica cantidad de 1.2 millones de animales al año…


Da vértigo simplemente pensar en atender a todos los animales que viven ahí dentro, ¿y si falla algo en la sala de control? Foto tomada de aquí.


Se supone que la idea de tal mamotreto es suplir la creciente demanda de carne de la población china. Según las noticias oficiales, es un edificio moderno equipado con todos los sistemas de control de ambiente, evacuación de residuos, alimentación, etc. que tiene la típica granja convencional dispuesta en una sola planta. Prácticamente la única diferencia en cuanto a funcionamiento es que los lechones se desplazan en ascensor para acceder a los distintos recintos donde pasarán su corta vida. Y los complejos sistemas para subir el pienso a cada piso, y para evacuar los correspondientes residuos hacia abajo.
 

Como cualquier granja intensiva, defiende sus argumentos respecto a la bioseguridad, eficiencia y sostenibilidad. Si, sostenibilidad, porque se supone que así se requiere menos espacio para criar más animales. Los detractores por su parte alertan de que precisamente una densidad tan elevada supone un peligro mayor de propagación de patógenos infecciosos, la amplificación de los daños e incluso el potencial de mutación de estos patógenos.

Aquí un video del interior.


 Estamos hablando de la mayor granja de cerdos en un solo edificio del mundo, es decir, hay más que utilizan este sistema. Aquí podéis ver cómo está organizada una macrogranja con edificios de 9 pisos. Mientras en países como China esto es una tendencia al alza, en Europa se podría decir que vamos en sentido contrario – legislativa y sociológicamente - ya que cada vez nos preocupa y valoramos más aspectos ambientales y de bienestar animal. 

 

Las macrogranjas y la realidad

El problema es que la economía de escala acaba imponiendo su realidad y hace muy difícil la supervivencia de aquellos que, por las razones que sean, tienen granjas pequeñas. Algunos optan por hacer las cosas distintas, salir del carril y aportar un valor añadido, pero eso suele suponer vender más caro para poder subsistir. Y no todo el mundo puede permitírse comprar carne al doble de precio.
 

Debe ser difícil tomar decisiones a muy alto nivel. Y no tengo muy claro en qué estarán pensando los que habitan en los despachos de la Comisión Europea relacionados con la cosa ganadera. ¿Hacer caso a las infinitas demandas de unos consumidores que piden productos sostenibles y respetuosos con los animales? ¿Asegurar carne razonablemente barata a la gran mayoría de la población? (que también es parte del negocio de las grandes cadenas de distribución de alimentos) ¿Hacer caso a los ganaderos que se quejan de que con tanta inversión para adaptarse a las leyes apenas tienen margen de beneficio para mantener su negocio?


Es necesario llegar a un equilibrio entre las exigencias y la capacidad real de producir alimentos. Si en Europa no nos ponemos las pilas y no decidimos sobre lo que queremos y estemos dispuestos a ganar y perder como sociedad, no es en absoluto descartable que acabemos tomando chuletas de cerdo chino criado en bloques de apartamentos. No exagero, mira tu ropa, tu móvil, tu botella de agua para entrenar…    

¿Sabias que en España desde 1999 a 2013 el número de granjas descendió mas de dos tercios (desaparecieron 128 000) mientras que el numero de cerdos por granja se cuadruplicó?

 

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martes, 8 de febrero de 2022

ABECEAGRARIO: CARGA GANADERA Y UGM

En esta entrada del abeceagrario vamos a hablar de dos conceptos por el precio de uno, que no se diga que somos generosos. Pero es que están tan relacionados que tienen que ir juntos, "como uña y mugre".
 

La carga ganadera es un concepto muy importante en ganadería ya que nos indica la cantidad de animales que debe haber en un espacio determinado.
 

Porque si, aunque nos pudiera parecer que un prado verde de apenas una hectárea podría dar de comer a dos vacas y/o un caballo y/o tres ovejas y/o dos cerdos... pues las cosas en la realidad son más complejas. Las plantas que crecen en un prado tienen una capacidad limitada de crecer si son cortadas y pisoteadas una y otra vez, por no hablar de la climatología de la zona y de lo que come cada animal.
 

Así, la carga ganadera es la cantidad de ganado que puede alimentarse de un pasto. Normalmente se refiere a una superficie y a un periodo de tiempo determinado.
 

¿Hierba fresca todo el año?

 
En primer lugar hay que tener en cuenta que la capacidad de un terreno para proporcionar alimento depende de muchos factores naturales: el clima, el relieve, el tipo de suelo y de vegetación. Por si fuera poco, el clima y su influencia en la cantidad de material vegetal disponible cambian a lo largo del año, al menos en nuestro clima mediterráneo. Para saber la cantidad de alimento disponible para los animales existen métodos directos que dan resultados muy precisos pero cuesta mucho realizarlos y métodos indirectos que estiman de la producción de pastos en base a una serie de parámetros o variables (temperatura, precipitación, evapotranspiración, etc., cobertura o altura de la vegetación, etc.) que influyen en la producción forrajera y que posteriormente se incorporan a modelos matemáticos. Estos últimos son más operativos, no se alejan mucho de las estimaciones obtenidas mediante métodos directos, y lo más importante, tienen con un coste relativamente bajo. 

 

Una vez conocemos lo que las plantas de nuestros pastos son capaces de ofrecer conviene estudiar las necesidades de los animales que vamos a meter. Porque estaréis de acuerdo que no es lo mismo meter una oveja que una vaca, una gallina que un caballo porque requieren distinta cantidad de alimento, aprovechan distintas fuentes e incluso tienen un efecto distinto en la vegetación según su manera de comer la vegetación.

 

La vaca usa su lengua para agarrar un manojo de pasto y luego arrancarlo con los dientes, por tanto tiende a pastar más indiscriminadamente.


 

Sin embargo, su boca más pequeña y su labios móviles permiten a las ovejas pastar más selectivamente y a mayor profundidad que las vacas. Un equipo de varias ovejas es capaz de mantenerte a raya el prado para que puedas jugar al fútbol.


Aunque las cabras son selectivas con lo que comen, no le hacen ascos a las partes más altas (espigas) y fibrosas (tallos y ramillas) de las plantas. La de esta foto se lo ha tomado de manera literal.

 

¿Qué significa UGM?
 

Para solucionar este problema se desarrolló el concepto de Unidades de Ganado Mayor (UGM) como unidad de referencia. Una UGM equivale a una vaca o un caballo adultos y el resto de animales se comparan con estos mediante un coeficiente. Puedes verlos en esta tabla.

Por ejemplo, una cerda con lechones de hasta 6 kg. son 0,25 UGM, o lo que es lo mismo un cuarto de vaca. Fuente: Keith Weller, USDA Agricultural Research Service, Bugwood.org


Una gallina ponedora equivale a 0,005 UGM. Aunque quizás sea más fácil verlo así: 200 gallinas ponedoras equivalen a una vaca. Fuente: Shutterstock

 

Así puede decir que las UGM constituyen una forma indirecta pero más ajustada de expresar el tamaño de la granja: hablar de una granja de 5.000, 10.000 o 20.000 cabezas no nos da una idea exacta de su tamaño, porque no es lo mismo en absoluto que esas cabezas sean de vacas lecheras o de gallinas ponedoras.
 

Las UGM permiten estimar de una manera más amplia el impacto de cada animal en su entorno. No sólo la cantidad de agua y comida que consume sino los excrementos que genera. Por esta razón la normativa recurre a este concepto para fijar un máximo número de animales que se pueden tener en una explotación en función del terreno disponible: ya sea por la capacidad de este para alimentar a dichos animales de manera extensiva o para asimilar como abono los purines o estiércol generados por animales alojados en granjas intensivas cercanas.
 

Otro concepto relacionado que utiliza la administración es el Coeficiente de Admisibilidad de Pastos. No es un método indirecto para conocer la capacidad de la vegetación para dar de comer a un rebaño, pero suele ser muy importante para los ganaderos ya que se utiliza para calcular las ayudas de la PAC.


En función de la información que aportan las imágenes del SIGPAC (pendiente y actividad de la vegetación principalmente) obtenidas por teledetección (por satélites, vamos) se aplica este coeficiente para calcular lo que se considera como superficie pastable admisible sujeta a recibir ayudas de la UE. Fuente.

 

Hasta 2018 daba grandes quebraderos de cabeza, ya que por ejemplo la UE no admitía que las dehesas - superficies que combinan arbolado y pasto - fueran aprovechables por el ganado, por lo que sólo se recibía ayuda por la superficie declarada que no tuviera árboles o arbustos. Afortunadamente se pudo convencer a los socios europeos de que en nuestro clima mediterráneo la manera de aprovechar la vegetación por fuerza es distinta a lo que hacen en el norte de Europa.


¿A que ahora no parece tan fácil eso de hacerse ganadero y poner cuatro vaquitas en un prado, que ya se apañarán ellas como sea?.
 

 

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jueves, 6 de enero de 2022

OTRA VEZ GARZÓN Y LA CARNE. "MACROGRANJAS" VERSUS GANADERÍA EXTENSIVA

 Jolines el trabajito que me está dando el ministro de consumo. Realmente no se merece que abra el año con una ocurrencia suya, pero en el mundo actual en el que vivimos o se reacciona al momento o ya no hay nada que hacer. De nuevo sus declaraciones han provocado el enfado del sector ganadero y el consiguiente jaleo mediático y en las redes sociales.
 


Voy a analizar despacio lo que ha salido publicado para aportar contexto y criticar basándome en lo que ha sido publicado. Y ya os digo que mi primera impresión se resume en "Manolete, Manolete, si no sabes, ¿"pa" qué te metes?".

 

La fuente
 

Lo que ha levantado tanto revuelo es la entrevista dada a un periodista del periódico británico "The Guardian" para su edición internacional on-line

 

Aquí está el tuit que conduce al famoso artículo. Que, antes de que empecéis a pensar mal, he cotejado con la transcripción que ha difundido posteriormente el propio ministro, por eso de los bulos y las tergiversaciones. Y que por cierto, cambia muy poco el desaguisado.


Según indican en sus páginas, este conocido medio de comunicación se ha abierto a la fórmula de la suscripción popular para asegurarse el aporte financiero, que le permitiría ser independiente de los "grandes" poderes. Esto en principio les permite poner el foco en temas como el expolio ambiental, los paraísos fiscales o el acoso sexual entre otros. Dicen también que así pueden llevar a cabo un "periodismo diligente, verificado y acreditado" en la era de falsedad, los despliegues publicitarios y la desinformación.
 

A priori suena bien. Alguien que se encarga de contar no lo que los anunciantes quieren que se hable (o calle) sino lo que las personas de a pie consideran interesante. Luego ya que el resultado de esa ardua investigación sea lo que sus lectores esperan (y pagan) por encontrar es otra historia. Y leyendo esta entrevista hay cosas que no me cuadran.
 

La entrevista
 

Una vez leído el texto, compruebo varios puntos que me huelen a chamusquina.
 

a) El titular expresa la opinión de un alto cargo de un país, lo cual ya me chirría un poco: "Los españoles deberían comer menos carne para limitar la crisis climática". El subtítulo aclara que nuestro ministro de consumo "quiere que el público reconozca el impacto de las macrogranjas en el medio ambiente y cambie sus hábitos alimentarios". Es decir, actualiza su mantra añadiendo las macrogranjas como nuevo enemigo chungo.
 

b) Trata temas que no son competencia del Ministerio de Consumo, del que es responsable. Si al menos el periodista hubiera preguntado a alguien más para contrastar las ideas planteadas, ofrecer otros puntos de vista o siquiera completar un poco la pieza... Es lo que caracteriza a un periodismo serio de investigación, ¿no?.
 

c) Asumo entonces que es una entrevista, aunque no se presente como tal. Pero según llego a la mitad y comienza a presentarse al entrevistado como víctima de burlas - "sus llamadas (a la reducción de consumo de carne) fueron rotundamente burladas y descartadas" o como un héroe que lucha solo por una buena causa, el cual "siempre supo que enfrentarse a la industria de la carne industrial (sic) provocaría una furiosa respuesta". Por si fuera poco aparece el sexismo en escena, "la mayoría de las críticas públicas provienen de hombres que aparentemente sentían que su masculinidad se vería afectada (...)", otro fregado más que contribuye a enrarecer el debate. Ya el remate aparece cuando, al final el periodista acaba mencionando otras iniciativas políticas del susodicho ministro y cómo una archienemiga política ridiculizó su última propuesta.
 

En definitiva y en mi opinión estamos ante es una entrevista concebida para que este ministro se haga autobombo. ¿Por qué?, ¿para qué? De eso ya no tengo ni idea.
 

¿Tienen las macrogranjas la culpa de todo?
 

El problema surge cuando, además leo cosas que consiguen que me revuelva en la silla. Y eso que soy una persona tranquila.
 

Vamos a centrarnos en varias ideas que al parecer le preocupan a nuestro ministro de consumo.
 

a) Las macrogranjas son malas y la ganadería extensiva es buena. Esto es tan absurdo como comparar una amplia gama de grises claros con un solo tono de gris oscuro casi negro. Y lo más gracioso, es que en posteriores declaraciones en Twitter sigue aferrándose a que él está con los ganaderos de extensivo.
 

En este párrafo hay varias perlitas que ilustran muy bien todo lo que el ministro Garzón (se supone que) ignora:

“Lo que no es en absoluto sostenible son las llamadas mega-granjas ... Encuentran un pueblo en un pedacito despoblado de España y ponen 4.000, o 5.000 o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala(pobre) calidad de estos animales maltratados ”.
 

Lo primero que hay que ver es a partir de qué número de animales tenemos una "macrogranja". Dudo que esté contemplado este término en alguna norma e ignoro lo que será habitual en países por ejemplo de Norteamérica, pero en España ni de lejos se llegan a ese número de cabezas alojadas en granjas de vacuno (que, por lo que sea, son las que preocupan al ministro).
 

Aunque es cierto que poco a poco va habiendo menos granjas pero las que quedan son más grandes, las explotaciones que albergan más de mil cabezas apenas suponen el 3% del total en España. ¿A ver si va a resultar que para Garzón todo lo que no es ganadería extensiva es una macrogranja?.
 

 

Esto SÍ es una macrogranja, esta concreto es de Alberta (Canadá). Fuente: Shutterstock

 

Esto NO es una macro granja. Es un cebadero como los hay a montones en nuestro país. En esta instalación se alimenta al ternero a base de cereales y paja durante unos meses, hasta que alcanza la edad de sacrificio.

 

b) La ganadería extensiva es ambientalmente sostenible, y todos deberíamos optar por ella. Toma, ojalá.


Yo también soy "fan"
de este tipo de ganadería y estoy totalmente de acuerdo en que es muy sostenible, eso sí siempre que se haga siguiendo ciertas normas (la más evidente, evitar el sobrepastoreo). Pero hay un pequeño detalle que se le ha pasado a nuestro amigo: en el caso del vacuno de carne ambos tipos de producción están totalmente unidos. La ganadería extensiva es la responsable de criar los terneros que se luego cebarán en granjas industriales intensivas, grandes o pequeñas, para que nosotros tengamos filetes de ternera a un precio accesible. ¿De dónde si no salen los terneros de los cebaderos?


 

Foto cortesía de Adoración Luna

Efectivamente "la ganadería extensiva (...) tiene mucho peso en partes de España como Asturias, partes de Castilla y León, Andalucía y Extremadura", ya que es donde crecen mayoritariamente los pastos de los que se alimentan las vacas de cría. Pero apenas existen explotaciones extensivas que ceben a los terneros nacidos en ellas; "cebar" terneros en base a pasto es normalmente una actividad ruinosa. Requiere mucho más tiempo y más superficie para obtener una carne que no compraría la inmensa mayoría de los consumidores, por su fuerte sabor y por tener un precio prohibitivo.
 

Si realmente quiere favorecer este tipo de protección ligada al territorio y a esos "pedacitos despoblados de España", animo al ministro a reunirse con sus colegas políticos que sí tienen competencias por ejemplo para explorar nuevas vías de comercialización o reducir una burocracia que a menudo asfixia a esos pequeños productores.
 

Los cebaderos están dispuestos por todo el territorio, aunque su importancia y tamaño es variable. Mientras que en las zonas donde destaca la ganadería en base a pastos (dehesas o pasto atlántico) hay mucho cebadero pequeño, en la mitad oriental (Aragón, Cataluña, Castilla la Mancha y Murcia) destacan los cebaderos más grandes. La media de animales por granja está en torno a los 100, ascendiendo a los 200 y pico en algunas provincias.  Fuente: Estudio del sector español de cebo de vacuno.


c) Las macrogranjas contaminan y la ganadería extensiva no. Si y no.
 

Respeto a la contribución de estas concreto al cambio climático, Garzón dice que es "la primera vez en España que alguien en el gobierno decía lo que los científicos han estado diciendo durante mucho tiempo".Para el carro, amigo. Es cierto es que llevan mucho tiempo advirtiendo de la que se nos viene encima (la primera teoría data de los años 50), y de que España por su situación geográfica tiene mucho que perder. Pero las cifras y los gráficos de la propia IPPC apuntan una y otra vez hacia los automóviles y el transporte como principales emisores de gases de efecto invernadero.  


Como ya conté en esta entrada, es innegable que las vacas y demás rumiantes (vivan donde vivan) emiten metano en sus eructos, que hoy en día se cría mucho más ganado, lo cual implica más contaminación y deforestación para alimentarlos y que todo esto tiene un claro impacto en el clima global. Pero las distintas instituciones internacionales calculan que la contribución del ganado, así en general, a las emisiones de GEI a nivel mundial representa entre el 7 y el 18 %. Cargar la culpa a las macrogranjas del cambio climático es generalizar demasiado, creo yo.

Por otra parte, también es innegable que mantener a un montón de animales juntos, que orinan y defecan en un punto muy localizado del territorio supone un riesgo muy serio de contaminación, particularmente por nitratos en aguas subterráneas y superficiales.
 


Para limitar los problemas de carácter ambiental que puede generar una granja intensiva existe una herramienta legal prevista en las normativas europeas, estatales y autonómicas: la Evaluación de Impacto Ambiental. Si el ministro tiene dudas o sospechas de que no se está aplicando con la seriedad necesaria dado el gran alcance del problema, quizás debería hablar con sus colegas en el ministerio y en las consejerías de medio ambiente para apretar las tuercas a quien no cumpla con todas las medidas preventivas (que posiblemente cuesten un buen pico y lo mismo hacen inviable o difícilmente aprobable más de un proyecto de macrogranja).
 

Y ya que estamos, tampoco estaría de más que ayudara por ejemplo con fondos europeos a pequeños ganaderos a instalar o compartir medidas que les permitieran reducir la contaminación puntual de pequeñas explotaciones. Ah, espera, que eso tampoco entra dentro de sus competencias.
 

¿Sabías que los cebaderos de alta capacidad, con más de 1.000 animales, son los menos abundantes en España? En 2017 había censadas 483 explotaciones, que suponen el 3% del total.
 

c) España exporta carne de mala calidad y de animales maltratados. Tracatrá. Esto es quizás lo que más ha dolido.
 

Parto de que el ministro no especifica qué entiende él - como titular de Consumo o a título personal - por calidad de la carne. ¿Está afirmando que el país, de cuyo gobierno forma parte, exporta carne que no cumple con una normativa sanitaria básica? Es tan demencial pensar eso que asumo que se refiere a la calidad nutricional y organoléptica.

En ese caso yo, sin ser experta me atrevería a decir que la carne en extensivo es más interesante nutricionalmente, aunque la diferencia final no creo que sea muy significativa. Dependiendo de la edad del animal, esa carne será más o menos tierna, y con más o menos cantidad de grasa infiltrada, pero lo más probable es que el sabor sea más intenso debido a las múltiples sustancias químicas (sí, químicas) procedentes de las plantas del pasto, que han sido transformadas por las bacterias del rumen y el organismo del propio animal. Así que en comparación podría afirmarse que la carne de intensivo es algo peor, pero ¡por Dios! no decir que es de mala calidad.

 

Al parecer, el texto enviado por el ministro o su agencia de prensa, no decía "mala calidad", sino "peor calidad". Vale, menos mal, me parece estupendo; el problema es que en el enlace actual de la entrevista (a 5 de enero de 2021) leemos "carne de pobre calidad"; ¿nadie revisó la entrevista antes de ser publicada?, ¿nadie ha sido capaz de solicitar el cambio de una palabra (less por poor)?. Ya puede decir el ministro lo que quiera, que el daño sigue ahí.


¿Y qué entiende el señor ministro por maltrato animal? ¿Sabrá que TODOS los ganaderos están sujetos a unas normas de bienestar tremendamente exigentes? Vale que las vacas nodrizas y sus terneros, al vivir al aire libre, llevan una vida más acorde a su naturaleza de herbívoro. Pero ni todos los ganaderos en extensivo tienen a sus animales entre algodones y les adoran cual vacas sagradas, ni el maltrato está generalizado en los cebaderos, como si de una sucursal de Guantánamo se tratara.
 

 

Mi reflexión personal
 

Al parecer el señor Garzón, como le pasa a muchos conciudadanos, desconoce cómo se produce la carne en nuestro país. Pero a diferencia del ministro, el ciudadano medio no cobra el mismo sueldo, no tiene asesores a su servicio, ni medios a su disposición para soltar sus ocurrencias. 

 

Ignoro la repercusión que puede tener esta entrevista en los consumidores españoles, a los que aparentemente se dirige, pero ¿por qué lo hace a través de un periódico británico de difusión online? ¿qué necesidad había?. Como miembro del gobierno debería ser consciente de que estas declaraciones pueden tener efectos negativos indirectos. ¿Qué ocurre si leen esas declaraciones los responsables de compra de supermercados británicos o cualquier otro agente de un país extranjero que importa carne española? Unas declaraciones como estas pueden ser una excusa estupenda para presionar y bajar precios. Y esto causa al final un estropicio más en las ya precarias cuentas de resultados de todos los productores de carne, incluidos esos productores de extensivo a los que dice proteger, que ya hemos visto que son el primer eslabón de la cadena.
 

¿Sabías que el sector de vacuno de carne es el cuarto en importancia económica entre las producciones ganaderas de nuestro país? En 2020 representa aproximadamente el 15,3% de la Producción Final Ganadera.
 

Imaginad que un alto cargo de Amazon, encargado de la oferta audiovisual, se dedicara a airear sus dudas en público acerca de las condiciones laborales de los repartidores que trabajan para la empresa. O que el segundo de un capo de una mafia aireara sus dudas acerca de los métodos que utilizan sus colegas a la hora de ajustar cuentas. ¿Qué ocurriría? Dicen que los trapos sucios se lavan en casa. Si uno es ministro y tiene la posibilidad y las ganas de hablar con sus colegas en otras instituciones para intentar solucionar esos problemas que tanto le preocupan, ¿qué espera a hacerlo?. Pero me temo que este no es el caso.



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