¿Qué tienen en común las vacas con las jirafas? ¿a cuento
de que tener cuatro estómagos pudiendo tener uno como los caballos? ¿qué ocurre
dentro de esos cuatro estómagos? ¿cómo hace el ganadero para llenar esos estómagos
sin arruinarse en el intento?. La respuesta a todas estas preguntas la
encontrarás aquí.
Un repasito de
ciencias naturales
Todos tenemos claro que los animales herbívoros son los
que se alimentan de plantas. Y a pesar de lo que pueda parecer, ser herbívoro
no es tan fácil.
Las plantas terrestres contienen una gran cantidad de
material de soporte para mantenerse erguidas. Su particular "hormigón
armado" son las moléculas de celulosa y hemicelulosa, que forman unas estructuras
en torno a las paredes celulares que los animales no podemos digerir. Y es una
pena porque está hecha a base de glucosa, con la energía que da eso.
He aquí la fibra, la famosa fibra. La celulosa está formada por miles de moléculas de glucosa, que bien ordenaditas constituyen digamos los "andamios" de las plantas y se hacen muy resistentes a la degradación.Fuente |
Algunos insectos, muy listos y muy pequeños ellos, se las han apañado muy bien, ya que disponen de una especie de jeringuilla hipodérmica en lugar de boca con la que atraviesan las paredes y chupan el interior de las células que es donde está "la chicha". Pero la cruda realidad para gran parte de los herbívoros es que tienen que pasarse la vida comiendo para que les cunda.
Para ayudarles a aprovechar la comida, la evolución ha
dotado a los herbívoros de aparatos digestivos especializados: amplias muelas
para machacar el material fibroso y tractos digestivos largos y complejos que
albergan microorganismos capaces de digerir la celulosa. A cambio del cobijo
prestado por el animal, las bacterias ceden al hospedador algunas sustancias interesantes
e incluso imprescindibles.
En este camino de I+D evolutiva, los rumiantes consiguieron el mejor prototipo, el más capaz de aprovechar la vegetación al máximo. Esto, y dejarse domesticar, posiblemente marcó el éxito reproductivo de vacas, ovejas, cabras y demás rumiantes domésticos.
¿Sabías que son rumiantes las vacas, ovejas, cabras, los
camélidos (camellos, dromedarios, llamas, etc.) los ciervos y las jirafas?.
Los rumiantes aparecieron gracias a un cambio climático
Hace 30 millones de años, el clima cálido y húmedo de la
tierra se volvió árido. Esto favoreció a las plantas capaces de crecer rápido y
producir semillas que les permiten superar los periodos secos...justo las que
pueblan las praderas. Estas formaciones vegetales se vieron beneficiadas por
las nuevas condiciones del clima, y con ellas todos los herbívoros capaces de
sacar el mayor partido al mar de tallos secos y fibrosos en que se convertían
las praderas en las épocas más secas.
Aprovechando pastos secos los rumiantes somos los mejores |
Esto supuso el declive de los caballos y el éxito de los ciervos y los antecesores silvestres de vacas, cabras y ovejas. El secreto del éxito: desarrollar un sistema de cuatro departamentos con reactor microbiológico incorporado.
Estos herbívoros desarrollaron un estómago altamente especializado
en la digestión de comida muy rica en fibra vegetal. Pero además de la
estructura en sí, fueron evolucionando a la par las bacterias y otros
microorganismos que lo habitaban, hasta el punto de formar un complejo
ecosistema de microorganismos (bacterias, hongos y protozoos) que viven en
simbiosis con el animal y establecen complejas relaciones ecológicas entre
ellos.
¿Sabías que en el rumen existen más de 60 especies de
bacterias y 30 de protozoos?
¿Cómo funcionan estos cuatro estómagos?
Técnicamente no son cuatro, más bien es un solo estómago
con cuatro compartimentos diferenciados, pero espero me perdonéis la licencia de
buscar un titular llamativo.
Ovejas esperando al ordeño. Sin estas maravillosas mamíferas rumiantas (otra licencia más) no tendríamos productos lácteos. |
Imagínate una vaca paciendo tranquilamente en el prado. Bien, a partir de ahora vas a verlas de otra manera. Antes que nada, aunque su dieta pueda parecerte de lo más light, sus digestiones son muy lentas: una vaca puede pasarse seis horas al día comiendo, unas ocho rumiando y el alimento permanecerá en el estómago de unas horas a dos días y medio, según la cantidad de fibra.
Cuando la vaca come la hierba apenas la mastica, directamente la traga y va a parar al primer compartimento el rumen o panza. Este es una especie de tanque fermentador donde los microorganismos degradan la celulosa y en general todo el material vegetal que les llega. Como resultado producen ácidos orgánicos volátiles, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y agua. Estos ácidos ( acético, propiónico y butírico) junto con el CO2 y el agua, se absorben por la pared del rumen ya que constituyen la principal fuente de energía de los rumiantes. El metano se elimina mediante eructos, por eso se les culpa de parte del efecto invernadero.
¿ Sabías que el rumen puede llegar a tener de 100 a 150
litros de capacidad en las vacas y en torno a 6 litros en ovejas?.
El rumen está conectado con el segundo compartimento, el retículo o redecilla, donde también
tiene lugar la fermentación. Las paredes de ambos compartimentos tienen una
musculatura fuerte capaz de mover y mezclan eficazmente el contenido del rumen,
para facilitar la fermentación de los alimentos ingeridos. Cuando se acumula
cierta cantidad de fibra gruesa, se devuelven a la boca las partes más difíciles
de digerir para que la vaca las rumie, es decir vuelva a masticar todo el
material fibroso con el que no pudieron las bacterias.
¿Sabías que una vaca puede producir de 100 a 200 litros
de saliva al día ? Una de sus principales funciones es mantener constante el pH
del rumen, ya que los ácidos que se producen tienden a bajarlo.
El alimento una vez rumiado es conducido al tercer
compartimento, el omaso o librillo,
donde se absorbe el agua, ácidos grasos y algunos nutrientes. De ahí pasa al abomaso o cuajo, el último
compartimento del estómago de los rumiantes que sí se comporta como un estómago
digamos "normal". Aquí, tanto el alimento que ha escapado a la
fermentación del rumen como los propios microorganismos que lo acompañan sufren
una digestión llevada a cabo por el ácido y las enzimas del propio animal. En
el abomaso también se absorben ácidos grasos volátiles y pequeñas cantidades de
otros nutrientes liberados al digerir a los microorganismos.
Y aquí acaba el estómago, pero no el sistema digestivo
del rumiante. En el duodeno se sigue con la absorción de nutrientes aportados
por los microorganismos. Lo que quedó sin aprovechar llega al intestino grueso;
en el ciego y el colon espera otro ejercito de microbios dispuestos a
aprovechar lo que sus colegas del rumen no fueron capaces. Lo que queda, el
material más recalcitrante es excretado en las heces. Estas caen al suelo,
donde comienza otra transformación también guiada por microorganismos, pero esa
ya es otra historia.
Pequeñas desventajas de los rumiantes y sus bacterias
Como hemos podido comprobar, son los mejores aprovechando
la vegetación; sin embargo no son los más eficientes a la hora de alimentarse
para crecer, ya que primero tienen que dar de comer a los microorganismos que llevan
dentro. Y, bueno, estos microorganismos también ponen ciertas condiciones.
Para que el "tanque de fermentación" funcione correctamente
hace falta fibra y alimento moderadamente rico en hidratos de carbono. Pero
para que la vaca lechera produzca sus 30-40 litros de leche, o el ternero de
carne doble su tamaño en el cebadero, necesitan un aporte extra de energía y
proteínas, bastante mayor del que obtendrían si se limitaran a pastar en los
prados.
Por esta razón se suministran al animal piensos
compuestos con una mayor proporción de granos más ricos en carbohidratos y
proteínas, como son el maíz y la soja. Pero hasta cierto límite, si no el
reactor se descontrola y aparecen problemas de salud en el animal que pueden llegar
a ser mortales: el timpanismo, ocurre por ejemplo cuando no pueden expulsar los
gases que se originan en el interior.
Por otra parte, parte de la energía que aporta el ganadero con el pienso concentrado se pierde en forma de metano; de la manera más tonta, con los eructos.
Y por si fuera poco, a las bacterias del rumen no se les
ocurre nada mejor que hidrogenar las grasas de origen vegetal, esas tan
estupendas desde el punto de vista nutricional. Así la mayor parte de la grasa
insaturada se satura en el rumen. Quizás por esta razón de entre las grasas
animales, las de vacuno y cordero son más consistentes que las de cerdo y pollo
al tener más triglicéridos saturados. En su descarga, hay que recordar que
también son responsables de la producción de ácidos grasos volátiles que dan
sabor a la leche, los quesos e incluso a la carne; a veces agradables y a veces
no tanto, que esto va por gustos.
¿Sabías que el alimento que toman vacas, ovejas y cabras influye en la consistencia de la mantequilla y en el sabor de los quesos? Todo cambia si toman pienso o hierba, y la clave está en los ácidos grasos que se forman en el rumen.
El menú de una vaca
Mucha gente dice, con bastante razón, que las vacas están hechas para comer pasto
y no pienso . Ya hemos visto que la producción
intensiva pide más a las vacas, casi casi que se comporten como monogástricos
(animales con un solo estómago) sin bacterias que impongan sus normas. Pero esto es
lo que hay; este magnífico reactor biológico tiene sus limitaciones y los
ingenieros y veterinarios especializados en alimentación animal las conocen
bien.
La ración de una vaca puede tener distintos ingredientes,
combinados en función de diversos factores: si es de carne o de leche, su etapa
vital, sus necesidades, e incluso la disponibilidad y precio de dichos
ingredientes. Lo que es importante es que el cambio de una fórmula a otra se haga
despacio y con mucho cuidado porque, no nos olvidemos, las bacterias mandan.
En general, en la ración diaria de una vaca podemos encontrar
una parte de "fibra" formada por hierba, alfalfa, trébol, tanto secos
o en ensilado, y otra parte más energética que pueden contener granos de maíz,
avena, cebada o soja. También se añaden a veces ingredientes que pueden
parecernos raros, como son los subproductos de determinadas industrias
alimentarias: pulpa de naranja, melaza y pulpa de remolacha azucarera, restos
de cebada fermentada de las cervecerías, cascarilla de cacao, lactosueros de la
elaboración del queso, harinas de pescado...Cada uno tiene su gracia, y normalmente
se incluyen en la ración de las vacas para equilibrar la dieta a la vez que se bajar
el coste de alimentación, algo muy importante a tener en cuenta ya que es el
principal coste de producción en una granja de leche o un cebadero.
La semilla de algodón es un componente
habitual del pienso de vacas lecheras, y forma parte de las grasas protegidas o
"by-pass". Cierta proporción de la grasa que contiene (vegetal, claro
está, la que "mola") pasa directamente a la leche, gracias a que está
protegida del ataque saturador de las bacterias del rumen. Fuente: www.grupooses.com
|
Pero no conviene olvidarse que la alimentación animal es el
primer eslabón de la cadena alimentaria y la obtención de alimentos seguros
depende en parte del uso de piensos seguros por parte de los ganaderos. Así, el
límite de lo que se puede utilizar y lo que no, lo marcan la legislación y los
conocimientos científicos disponibles. Ambos son bastante cambiantes y no es
cuestión de ponerme a explicarlos, pero si tienes curiosidad por ver la inmensa
variedad de ingredientes que pueden utilizarse en general en todas las especies
animales domésticas (ojo, en cada especie se podrán utilizar unas u otras) mira esta aplicación del Ministerio de Agricultura
llamada Silum en la que puedes
consultar el Reglamento (UE) Nº 68/2013 relativo al Catálogo de materias primas para piensos.
¿Sabías que España es uno de los países productores de piensos
compuestos más importantes en la Unión Europea?
¿Quieres ver a los bichitos del rumen en acción?,
Pues no te pierdas esta interesante entrada https://www.linkedin.com/pulse/un-tesoro-oculto-en-el-animal-rumiante-juan-antonio-vall%C3%A9s/
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LOS CUATRO ESTÓMAGOS DE LA VACA
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Oleh
conocer la agricultura
8 comentarios
Tulis comentariosMuy interesante e ilustrativo el artículo, recordando nuestra etapa colegial , gracias .
ReplyMe alegro de que guste. ahí estamos, intentando divulgar de la mejor manera posible.
ReplyMuchas gracias y un saludo.
Muy bien!! Solo falta agregar un poco de bibliografía, para referenciar su información. Gracias. Saludos
ReplyGracias por el comentario. El tema de la bibliografía hay distintas maneras de afrontarlo, yo he optado por una intermedia que es posible que a mucha gente se le quede corta. Al ser una pieza de divulgación con base científica lo ideal efectivamente es indicar las fuentes, pero también tengo que tener en cuenta que el soporte de esta información es Internet, que me dirijo a un grupo muy amplio de lectores (y muy posiblemente la mayoría pasarían de largo por ese apartado)y que quiero hacer un texto entretenido de leer muy alejado de los papers científicos. Normalmente utilizo tanto fuentes en Internet como bibliográficas; para las primeras suelo incluir los enlaces en el mismo texto, solo unos cuantos en los que la info citada sea fácil de encontrar y preferentemente en castellano (nadie pica todos los enlaces y luego hay que actualizarlos cada cierto tiempo); respecto a las informaciones obtenidas de libros, si considero importante lo que cuenta o copio literalmente algún párrafo suelo citarlos en el mismo texto (seguro que alguna cita habrá del Prontuario de Agricultura o de "La cocina y los alimentos de Harold McGee que son dos que utilizo mucho). En definitiva, que intento buscar un equilibrio entre la lectura fácil e indicar mis fuentes para demostrar que no me invento las cosas (algo que se me grabó a fuego cuando estudiaba la carrera).
ReplyDicho esto, es verdad que en esta entrada en concreto apenas cito fuentes, y ahora mismo no recuerdo ninguna concreta a la que recurriera. Es la típica que conozco porque estudié en su momento, por cosas que he visto y me han contado gente que sabe del tema y más cositas sueltas que consultara para aclarar dudas.
En fin, ¡¡ vaya rollo que he soltado !!. Pero bueno, siempre está bien explicar cual es mi política a la hora de citar fuentes.
Un saludo
no me gusto el articulo
ReplyVaya, lo siento. ¿Por alguna razón en especial?
ReplyUn saludo
Interesante artículo, aunque la verdad al igual que M. Posadas, siento que agregar las referencias bibliográficas usadas siempre son una buena idea, aunque sean pocos los lectores que terminarán investigando y por ende, revisar la bibliografía, esto siempre le da cierta fuerza verífica, digamos.. xd. Igual es un texto muy sencillo de digerir e interesante, saludos.
ReplyHola Kaito, muchas gracias por la aportación.
ReplyEs totamente cierto que apoyarse en los que dicen otras personas con fundamento da solidez a lo que uno cuenta, e intento que así sea cuando doy ciertos datos o remarco ideas para que no parezca que me las he sacado de la manga.
Pero como ya he comentado antes se trata de textos divulgativos, en los que prima más transmitir ideas que ser muy exacto. Entiendo que haya gente que le interese el tema y agradezca citas más científicas para ir tirando del hilo, pero buscar referencias, incorporarlas al texto y actualizarlas cada cierto tiempo requiere un tiempo del que no dispongo.
Intentaré de todas maneras llegar a un equilibio, en el que lo que cuento sea verídico y esté respaldado, pero no eche para atrás a gente que en cuanto vea mucha información junta se asuste (me temo que cada dia son más).