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lunes, 21 de febrero de 2022

GANADERÍA INTENSIVA. LA OTRA GUÍA DEFINITIVA

En una entrada anterior explicamos en qué consistía la ganadería extensiva, y cómo en nuestro país muchas granjas realmente se encuentran en un punto medio entre ambas, y por eso reciben el nombre de semiextensivas o semiintensivas.
 

Aspecto exterior de una típica granja intensiva (posiblemente de cerdos o pollos) de tamaño mediano en nuestro país. Fuente: Editorial Agrícola.

 

Sin embargo cuando hablamos de ganadería intensiva, es más sencillo porque no suele haber puntos intermedios, digamos que para prácticamente cualquier especie animal tenemos un formato estándar de granja intensiva.
 

¿Qué caracteriza a la ganadería intensiva?
 

Este tipo de ganadería concentra a los animales en un espacio delimitado; aunque hay granjas que tienen corrales exteriores son quizás más características las instalaciones cerradas a cal y canto. Por tanto, el hombre tiene que suministrar a sus animales todo el alimento (en unas proporciones muy estudiadas, que permanecen constantes a lo largo del año) y el agua necesarios para vivir. Tiene también que ocuparse de eliminar periódicamente todos los excrementos y que el ambiente en el que vivan los animales (temperatura, humedad y calidad del aire) sea el adecuado.
 

Como los animales se mueven mucho menos y el alimento que reciben es más energético y rico en proteínas, es evidente que van a crecer más rápido. Si a eso le añadimos que a menudo pertenecen a razas mejoradas para aprovechar al máximo estas ventajosas* condiciones, el resultado es una mayor producción de carne, leche o huevos por animal, por unidad de superficie o incluso por horas de trabajo dedicado. Y son precisamente estos factores los que permiten que estos productos resulten mucho más baratos para el consumidor.
(*ventajosas desde el punto de vista que le dan a los animales todo hecho; es importante matizar esto)
 

 Y es que al concentrar a los animales en un espacio delimitado muchas tareas son menos pesadas o directamente se pueden automatizar: la alimentación, el ordeño o la limpieza.

 

En esta foto se ve un carro unifeed, una especie de robot de cocina gigante que hasta sirve la comida a las vacas.


¿Sabías que entre un 80 y un 90% de los productos que consumimos proceden de ganadería y agricultura intensiva?


Si la cabra encuentra en su pesebre, todos los días, sin necesidad de ir al campo a buscarlo, su ración de heno o de cereales, ya sean estos ecológicos o convencionales, estaremos hablando de ganadería intensiva.

 

Los animales que viven en este tipo de granjas están muy protegidos frente a las amenazas de la fauna silvestre; aquí el problema está en los virus y bacterias que se transmiten con mayor facilidad entre animales que viven juntos en un menor espacio. En cualquier caso, dado que la entrada de cualquier agente patógeno puede tener consecuencias desastrosas, a este tipo de granjas se les exige un plan de bioseguridad.
 

Este tipo de suelo llamado "slat" es muy característico de las granjas intensivas de porcino y vacuno. Las rejillas permiten evacuar los excrementos a unas fosas para que no estén en contacto directo con los animales. y el material utilizado permite una mejor limpieza una vez los animales han abandoado el corral. No todo el suelo es así, como veis hay zonas de descanso cubiertas de paja u otro material confortable para los animales. Fuente: ANPROGAPOR

 

 

Galería de la ganadería intensiva en España.
 

Una vez vistas las principales características, vayamos especie por especie. Por cierto, muchas de las imágenes que muestro lo mismo podrían ser de España o de cualquier país europeo, ya que este tipo de producción es prácticamente igual en cualquier lugar, como una franquicia de comida rápida.
 

Gallina de puesta
 

Aunque todavía hay granjas que tienen a las gallinas viviendo en jaulas, ahora se lleva más la gallina en suelo. Eso quiere decir que las gallinas tienen libertad de movimientos, eso sí siempre dentro de una nave. El aseladero para dormir, el bebedero y el comedero, el "nido" para poner el huevo que antes tenían al alcance del ala, ahora lo tienen recolocado en la nave, por lo que tienen que moverse un poco más. El suministro de pienso y agua e incluso la recogida de huevos está completamente automatizado.
 

Gallinas criadas en suelo. Fuente: Shutterstock

 

Pollo (o pavo) de carne
 

El concepto es muy parecido al de las gallinas en suelo. Un montón de animales viviendo dentro de una nave en la que se pueden mover con cierta libertad, en la que la alimentación, el agua de bebida y la climatización están totalmente automatizadas. En este tipo de granjas el pollo "broiler" es el rey, una raza muy mejorada para alcanzar los dos kilos y pico de animal (sobre todo pechuga) en poco más de un mes. Puedes saber más en esta entrada.

 

Nave de crecimiento de pollos broiler. Fuente: Shutterstock

 

Conejo
 

Que yo sepa, el conejo se ha criado siempre en intensivo. Antiguamente, la gente los tenía en una jaula en el patio o la bodega y les daba de comer las sobras e incluso pienso. Ahora siguen viviendo en jaulas, pero en granjas especialmente adaptadas a la cría de este animal. Puedes ver cómo es una granja de conejos por dentro en esta entrada.
 

Sistema de alimentación automática en una granja de conejo. Fuente: Asescu


Cerdo

La inmensa mayoría de los productos de cerdo que consumimos proceden de este tipo de granjas. Algunas se dedican solo a criar los lechones hasta cierta edad y otras los engordan hasta el sacrificio; aunque también hay granjas grandes que llevan a cabo las dos fases de la producción de carne de cerdo. Las instalaciones cambian un poco según el caso, pero tienen características comunes: suelen estar cerradas al exterior aunque disponen de luz natural, la alimentación y el suministro de agua están automatizada y disponen de un complejo sistema de gestión de los residuos y climatización interna para que los cerdos no pasen frio ni calor. 

Como ya contamos en esta entrada, lograr la climatización adecuada en una granja de cerdos es un arte, sobre todo en verano y en nuestras latitudes. En la foto, se ven pequeños aspersores, para refrescar a los animales, si, justo como los que ponen en las terrazas de los bares.Fuente: Big Dutchman

 

Vacuno de carne
 

Los cebaderos de vacas reciben sobre todo terneros procedentes de la ganadería extensiva y los alojan en corrales, agrupándolos según su edad. Estos corrales pueden estar más o menos cubiertos y hay comederos y bebederos comunes y suficientes para que los animales coman tranquilos. Al igual que en el patio del colegio, los terneros jóvenes establecen sus jerarquías y el ganadero tiene que vigilar que estén todos bien.
 

Los terneros de 6 a 8 meses se alimentarán principalmente de pienso (elaborado con cereales y leguminosas) y paja. Esto les permitirá crecer y engordar más rápidamente y dará a la carne un sabor más suave. Fuente: Editorial Agrícola.

 

Vacuno de leche
 

Hoy en día la tendencia es que las granjas de leche funcionen como sistemas intensivos. A partir de un número determinado de animales (pongamos 100) el sistema es siempre el mismo: las vacas permanecen en corrales de descanso con acceso libre a zonas de alimentación, poseen una sala de ordeño bastante tecnificada, las vacas jóvenes o que están en su mes de "vacaciones" están en corrales distintos y casetas para terneros (Hemos hablado mucho de granjas de leche en este blog, si quieres ver cómo funcionan con más detalle)
 

Las vacas de leche pasan el día en los parques, comiendo o descansando. En las granjas intensivas es más sencillo llevar un control exhaustivo de los animales mediante las nuevas tecnologías como collares o pulseras. Fuente: Editorial Agrícola.

 

En España hay cada vez más granjas completamente intensivas de ovino y caprino de leche, que funcionan de una manera similar a las de las vacas, pero adaptadas a las características de estos animales. Por ejemplo en sala de ordeño y los comederos obviamente están adaptados a su tamaño. Fuente: Editorial Agrícola




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jueves, 6 de enero de 2022

OTRA VEZ GARZÓN Y LA CARNE. "MACROGRANJAS" VERSUS GANADERÍA EXTENSIVA

 Jolines el trabajito que me está dando el ministro de consumo. Realmente no se merece que abra el año con una ocurrencia suya, pero en el mundo actual en el que vivimos o se reacciona al momento o ya no hay nada que hacer. De nuevo sus declaraciones han provocado el enfado del sector ganadero y el consiguiente jaleo mediático y en las redes sociales.
 


Voy a analizar despacio lo que ha salido publicado para aportar contexto y criticar basándome en lo que ha sido publicado. Y ya os digo que mi primera impresión se resume en "Manolete, Manolete, si no sabes, ¿"pa" qué te metes?".

 

La fuente
 

Lo que ha levantado tanto revuelo es la entrevista dada a un periodista del periódico británico "The Guardian" para su edición internacional on-line

 

Aquí está el tuit que conduce al famoso artículo. Que, antes de que empecéis a pensar mal, he cotejado con la transcripción que ha difundido posteriormente el propio ministro, por eso de los bulos y las tergiversaciones. Y que por cierto, cambia muy poco el desaguisado.


Según indican en sus páginas, este conocido medio de comunicación se ha abierto a la fórmula de la suscripción popular para asegurarse el aporte financiero, que le permitiría ser independiente de los "grandes" poderes. Esto en principio les permite poner el foco en temas como el expolio ambiental, los paraísos fiscales o el acoso sexual entre otros. Dicen también que así pueden llevar a cabo un "periodismo diligente, verificado y acreditado" en la era de falsedad, los despliegues publicitarios y la desinformación.
 

A priori suena bien. Alguien que se encarga de contar no lo que los anunciantes quieren que se hable (o calle) sino lo que las personas de a pie consideran interesante. Luego ya que el resultado de esa ardua investigación sea lo que sus lectores esperan (y pagan) por encontrar es otra historia. Y leyendo esta entrevista hay cosas que no me cuadran.
 

La entrevista
 

Una vez leído el texto, compruebo varios puntos que me huelen a chamusquina.
 

a) El titular expresa la opinión de un alto cargo de un país, lo cual ya me chirría un poco: "Los españoles deberían comer menos carne para limitar la crisis climática". El subtítulo aclara que nuestro ministro de consumo "quiere que el público reconozca el impacto de las macrogranjas en el medio ambiente y cambie sus hábitos alimentarios". Es decir, actualiza su mantra añadiendo las macrogranjas como nuevo enemigo chungo.
 

b) Trata temas que no son competencia del Ministerio de Consumo, del que es responsable. Si al menos el periodista hubiera preguntado a alguien más para contrastar las ideas planteadas, ofrecer otros puntos de vista o siquiera completar un poco la pieza... Es lo que caracteriza a un periodismo serio de investigación, ¿no?.
 

c) Asumo entonces que es una entrevista, aunque no se presente como tal. Pero según llego a la mitad y comienza a presentarse al entrevistado como víctima de burlas - "sus llamadas (a la reducción de consumo de carne) fueron rotundamente burladas y descartadas" o como un héroe que lucha solo por una buena causa, el cual "siempre supo que enfrentarse a la industria de la carne industrial (sic) provocaría una furiosa respuesta". Por si fuera poco aparece el sexismo en escena, "la mayoría de las críticas públicas provienen de hombres que aparentemente sentían que su masculinidad se vería afectada (...)", otro fregado más que contribuye a enrarecer el debate. Ya el remate aparece cuando, al final el periodista acaba mencionando otras iniciativas políticas del susodicho ministro y cómo una archienemiga política ridiculizó su última propuesta.
 

En definitiva y en mi opinión estamos ante es una entrevista concebida para que este ministro se haga autobombo. ¿Por qué?, ¿para qué? De eso ya no tengo ni idea.
 

¿Tienen las macrogranjas la culpa de todo?
 

El problema surge cuando, además leo cosas que consiguen que me revuelva en la silla. Y eso que soy una persona tranquila.
 

Vamos a centrarnos en varias ideas que al parecer le preocupan a nuestro ministro de consumo.
 

a) Las macrogranjas son malas y la ganadería extensiva es buena. Esto es tan absurdo como comparar una amplia gama de grises claros con un solo tono de gris oscuro casi negro. Y lo más gracioso, es que en posteriores declaraciones en Twitter sigue aferrándose a que él está con los ganaderos de extensivo.
 

En este párrafo hay varias perlitas que ilustran muy bien todo lo que el ministro Garzón (se supone que) ignora:

“Lo que no es en absoluto sostenible son las llamadas mega-granjas ... Encuentran un pueblo en un pedacito despoblado de España y ponen 4.000, o 5.000 o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala(pobre) calidad de estos animales maltratados ”.
 

Lo primero que hay que ver es a partir de qué número de animales tenemos una "macrogranja". Dudo que esté contemplado este término en alguna norma e ignoro lo que será habitual en países por ejemplo de Norteamérica, pero en España ni de lejos se llegan a ese número de cabezas alojadas en granjas de vacuno (que, por lo que sea, son las que preocupan al ministro).
 

Aunque es cierto que poco a poco va habiendo menos granjas pero las que quedan son más grandes, las explotaciones que albergan más de mil cabezas apenas suponen el 3% del total en España. ¿A ver si va a resultar que para Garzón todo lo que no es ganadería extensiva es una macrogranja?.
 

 

Esto SÍ es una macrogranja, esta concreto es de Alberta (Canadá). Fuente: Shutterstock

 

Esto NO es una macro granja. Es un cebadero como los hay a montones en nuestro país. En esta instalación se alimenta al ternero a base de cereales y paja durante unos meses, hasta que alcanza la edad de sacrificio.

 

b) La ganadería extensiva es ambientalmente sostenible, y todos deberíamos optar por ella. Toma, ojalá.


Yo también soy "fan"
de este tipo de ganadería y estoy totalmente de acuerdo en que es muy sostenible, eso sí siempre que se haga siguiendo ciertas normas (la más evidente, evitar el sobrepastoreo). Pero hay un pequeño detalle que se le ha pasado a nuestro amigo: en el caso del vacuno de carne ambos tipos de producción están totalmente unidos. La ganadería extensiva es la responsable de criar los terneros que se luego cebarán en granjas industriales intensivas, grandes o pequeñas, para que nosotros tengamos filetes de ternera a un precio accesible. ¿De dónde si no salen los terneros de los cebaderos?


 

Foto cortesía de Adoración Luna

Efectivamente "la ganadería extensiva (...) tiene mucho peso en partes de España como Asturias, partes de Castilla y León, Andalucía y Extremadura", ya que es donde crecen mayoritariamente los pastos de los que se alimentan las vacas de cría. Pero apenas existen explotaciones extensivas que ceben a los terneros nacidos en ellas; "cebar" terneros en base a pasto es normalmente una actividad ruinosa. Requiere mucho más tiempo y más superficie para obtener una carne que no compraría la inmensa mayoría de los consumidores, por su fuerte sabor y por tener un precio prohibitivo.
 

Si realmente quiere favorecer este tipo de protección ligada al territorio y a esos "pedacitos despoblados de España", animo al ministro a reunirse con sus colegas políticos que sí tienen competencias por ejemplo para explorar nuevas vías de comercialización o reducir una burocracia que a menudo asfixia a esos pequeños productores.
 

Los cebaderos están dispuestos por todo el territorio, aunque su importancia y tamaño es variable. Mientras que en las zonas donde destaca la ganadería en base a pastos (dehesas o pasto atlántico) hay mucho cebadero pequeño, en la mitad oriental (Aragón, Cataluña, Castilla la Mancha y Murcia) destacan los cebaderos más grandes. La media de animales por granja está en torno a los 100, ascendiendo a los 200 y pico en algunas provincias.  Fuente: Estudio del sector español de cebo de vacuno.


c) Las macrogranjas contaminan y la ganadería extensiva no. Si y no.
 

Respeto a la contribución de estas concreto al cambio climático, Garzón dice que es "la primera vez en España que alguien en el gobierno decía lo que los científicos han estado diciendo durante mucho tiempo".Para el carro, amigo. Es cierto es que llevan mucho tiempo advirtiendo de la que se nos viene encima (la primera teoría data de los años 50), y de que España por su situación geográfica tiene mucho que perder. Pero las cifras y los gráficos de la propia IPPC apuntan una y otra vez hacia los automóviles y el transporte como principales emisores de gases de efecto invernadero.  


Como ya conté en esta entrada, es innegable que las vacas y demás rumiantes (vivan donde vivan) emiten metano en sus eructos, que hoy en día se cría mucho más ganado, lo cual implica más contaminación y deforestación para alimentarlos y que todo esto tiene un claro impacto en el clima global. Pero las distintas instituciones internacionales calculan que la contribución del ganado, así en general, a las emisiones de GEI a nivel mundial representa entre el 7 y el 18 %. Cargar la culpa a las macrogranjas del cambio climático es generalizar demasiado, creo yo.

Por otra parte, también es innegable que mantener a un montón de animales juntos, que orinan y defecan en un punto muy localizado del territorio supone un riesgo muy serio de contaminación, particularmente por nitratos en aguas subterráneas y superficiales.
 


Para limitar los problemas de carácter ambiental que puede generar una granja intensiva existe una herramienta legal prevista en las normativas europeas, estatales y autonómicas: la Evaluación de Impacto Ambiental. Si el ministro tiene dudas o sospechas de que no se está aplicando con la seriedad necesaria dado el gran alcance del problema, quizás debería hablar con sus colegas en el ministerio y en las consejerías de medio ambiente para apretar las tuercas a quien no cumpla con todas las medidas preventivas (que posiblemente cuesten un buen pico y lo mismo hacen inviable o difícilmente aprobable más de un proyecto de macrogranja).
 

Y ya que estamos, tampoco estaría de más que ayudara por ejemplo con fondos europeos a pequeños ganaderos a instalar o compartir medidas que les permitieran reducir la contaminación puntual de pequeñas explotaciones. Ah, espera, que eso tampoco entra dentro de sus competencias.
 

¿Sabías que los cebaderos de alta capacidad, con más de 1.000 animales, son los menos abundantes en España? En 2017 había censadas 483 explotaciones, que suponen el 3% del total.
 

c) España exporta carne de mala calidad y de animales maltratados. Tracatrá. Esto es quizás lo que más ha dolido.
 

Parto de que el ministro no especifica qué entiende él - como titular de Consumo o a título personal - por calidad de la carne. ¿Está afirmando que el país, de cuyo gobierno forma parte, exporta carne que no cumple con una normativa sanitaria básica? Es tan demencial pensar eso que asumo que se refiere a la calidad nutricional y organoléptica.

En ese caso yo, sin ser experta me atrevería a decir que la carne en extensivo es más interesante nutricionalmente, aunque la diferencia final no creo que sea muy significativa. Dependiendo de la edad del animal, esa carne será más o menos tierna, y con más o menos cantidad de grasa infiltrada, pero lo más probable es que el sabor sea más intenso debido a las múltiples sustancias químicas (sí, químicas) procedentes de las plantas del pasto, que han sido transformadas por las bacterias del rumen y el organismo del propio animal. Así que en comparación podría afirmarse que la carne de intensivo es algo peor, pero ¡por Dios! no decir que es de mala calidad.

 

Al parecer, el texto enviado por el ministro o su agencia de prensa, no decía "mala calidad", sino "peor calidad". Vale, menos mal, me parece estupendo; el problema es que en el enlace actual de la entrevista (a 5 de enero de 2021) leemos "carne de pobre calidad"; ¿nadie revisó la entrevista antes de ser publicada?, ¿nadie ha sido capaz de solicitar el cambio de una palabra (less por poor)?. Ya puede decir el ministro lo que quiera, que el daño sigue ahí.


¿Y qué entiende el señor ministro por maltrato animal? ¿Sabrá que TODOS los ganaderos están sujetos a unas normas de bienestar tremendamente exigentes? Vale que las vacas nodrizas y sus terneros, al vivir al aire libre, llevan una vida más acorde a su naturaleza de herbívoro. Pero ni todos los ganaderos en extensivo tienen a sus animales entre algodones y les adoran cual vacas sagradas, ni el maltrato está generalizado en los cebaderos, como si de una sucursal de Guantánamo se tratara.
 

 

Mi reflexión personal
 

Al parecer el señor Garzón, como le pasa a muchos conciudadanos, desconoce cómo se produce la carne en nuestro país. Pero a diferencia del ministro, el ciudadano medio no cobra el mismo sueldo, no tiene asesores a su servicio, ni medios a su disposición para soltar sus ocurrencias. 

 

Ignoro la repercusión que puede tener esta entrevista en los consumidores españoles, a los que aparentemente se dirige, pero ¿por qué lo hace a través de un periódico británico de difusión online? ¿qué necesidad había?. Como miembro del gobierno debería ser consciente de que estas declaraciones pueden tener efectos negativos indirectos. ¿Qué ocurre si leen esas declaraciones los responsables de compra de supermercados británicos o cualquier otro agente de un país extranjero que importa carne española? Unas declaraciones como estas pueden ser una excusa estupenda para presionar y bajar precios. Y esto causa al final un estropicio más en las ya precarias cuentas de resultados de todos los productores de carne, incluidos esos productores de extensivo a los que dice proteger, que ya hemos visto que son el primer eslabón de la cadena.
 

¿Sabías que el sector de vacuno de carne es el cuarto en importancia económica entre las producciones ganaderas de nuestro país? En 2020 representa aproximadamente el 15,3% de la Producción Final Ganadera.
 

Imaginad que un alto cargo de Amazon, encargado de la oferta audiovisual, se dedicara a airear sus dudas en público acerca de las condiciones laborales de los repartidores que trabajan para la empresa. O que el segundo de un capo de una mafia aireara sus dudas acerca de los métodos que utilizan sus colegas a la hora de ajustar cuentas. ¿Qué ocurriría? Dicen que los trapos sucios se lavan en casa. Si uno es ministro y tiene la posibilidad y las ganas de hablar con sus colegas en otras instituciones para intentar solucionar esos problemas que tanto le preocupan, ¿qué espera a hacerlo?. Pero me temo que este no es el caso.



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jueves, 28 de febrero de 2013

AL RICO POTRITO TROTÓN



Bonita estampa de caballo Hispano-bretón en la montaña
Fuente: FEAGAS


La que se ha liado con la carne de caballo. Otra vez, otro “escándalo alimentario”, aunque creo que los consumidores empezamos a tomárnoslo con filosofía y asumir que pasará la tormenta, igual que ocurrió con los pepinos, los pollos con dioxinas, etc, etc etc.



Todo comenzó hace más de un mes cuando la Agencia de Seguridad Alimentaria irlandesa anunció la presencia de carne de caballo en hamburguesas. Fue como si se destapase la caja de Pandora en Europa; en un país tras otro aparecía carne de caballo en hamburguesas y productos precocinados que supuestamente sólo llevaban carne de vacuno. En España, el 29 de enero, la OCU detecta genes equinos en dos marcas de hamburguesas a la venta en supermercados. Hace una semana Nestlé decidió retirar sus tortellini y ravioli Buitoni y ayer mismo los canelones de La Cocinera.



En fin, que la cosa no está nada clara; no se sabe de dónde vienen los caballos – si de España, de Holanda, Rumanía…- y hay un embrollo fenomenal de proveedores, intermediarios, procesadores y distribuidores, que se echan la culpa unos a otros. Francamente no merece la pena meterse en ese lío, simplemente insistir en lo que otros ya han apuntado: los sistemas de trazabilidad no siempre funcionan cuando la cadena alimentaria es demasiado compleja.




Simplemente, un fraude



Hay que recalcar que no podemos hablar de alerta sanitaria, ya que la carne de caballo es perfectamente comestible. Simplemente ha sido un fraude, en el que han colado caballo por vaca; si sumamos que afecta a un animal cuyo consumo es rechazado por algunos y que se ha descubierto en varios países a la vez, como si se tratara de una pandemia, pues ya se le pone el sambenito de “escándalo alimentario”.



De todas maneras, el asunto preocupa a la Unión Europea, porque pone en evidencia el funcionamiento de los controles en alimentación. Aunque insiste en la idea del fraude de consumo, por si las moscas la Comisión Europea está pidiendo a los Gobiernos de los países miembros que realicen análisis masivos. Se busca por un lado material genético equino y por otro la presencia de fenilbutazonael equivalente al ibuprofeno para perros y caballos – nocivo para la salud humana si se consume en exceso. Así que, tal como anda el patio, no creo descabellado pensar que si alguien ha colado caballo por vaca buscando hacer negocio, exista la posibilidad de que “haya fallado algún que otro control sanitario”. Parece que esto es lo que ha ocurrido en el Reino Unido, país además en el que no faltan aficionados a la hípica que no ven nada bien eso de comerse a sus monturas.



 Los caballos deportivos pueden necesitar analgésicos y antiinflamatorios de vez en cuando. Fuente: © Nevit Filmen, tomado de Wikimedia commons.




El consumo de carne de caballo en España



Mientras esperamos a que se aclare todo este embrollo de las hamburguesas y platos precocinados relinchones, podemos descubrir una nueva alternativa gastronómica: la carne de potro. Perfectamente comestible – si no tienes tabúes – y con cualidades muy interesantes: menos grasa, sabor dulzón, muy tierna y de fácil digestión, con alto contenido en hierro asimilable y, eso sí, alto porcentaje de agua. Todo esto la hace muy apropiada en dietas destinadas a niños, deportistas, mayores y personas con anemia.



Esta carne tiene sus fieles aficionados, sobre todo en Cataluña, Navarra y Valencia. Los suficientes como para que haya un circuito comercial especializado en este producto que sigue las normas sanitarias específicas para la carne de caballo (parece ser que este noble animal es susceptible a la triquinosis, al igual que cerdos y jabalíes). Si quieres saber más cosas interesantes sobre la carne de caballo, este artículo de Eroski Consumer está muy bien. 


Tienda especializada en la venta de carne de potro en Valencia.


Normalmente no se consume caballo sino potro, y de razas más robustas que las que se utilizan para montar. En España tenemos al Hispano-bretón, al Burguete, la Jaca navarra, el Caballo del Pirineo catalán y el Caballo de monte del País Vasco. En general se trata de animales jóvenes que han sido alimentados a principalmente en base a pastos de montaña - imagen más bucólica imposible, dándoles pienso en contadas ocasiones. En Cataluña, donde hay bastante demanda se sacrifica potro más que caballo (igual que encontramos más ternera que vaca), de ocho meses a un año y medio, alimentado a pasto, salvo los cuatro últimos meses, que engorda en cebadero, comiendo forraje y cereal. Además el precio de la carne es similar al de ternera, así que como alternativa no es desdeñable. Por si fuera poco estos animales tienen un importante papel medioambiental en el control de pastos en las zonas forestales, es decir también se pueden considerar anti-incendios.


Burguete de Navarra: la raza equina cárnica principal en esta Comunidad.

jueves, 9 de febrero de 2012

UN SOLOMILLO TRAMPOSO

Quizás los más aficionados al deporte os acordéis de la rueda de prensa que dio Alberto Contador un 30 de septiembre de 2010 para explicar el origen del clembuterol que un análisis anti-dopaje había encontrado en su organismo durante el Tour de Francia. Su explicación: la carne que se zampó el día antes de la prueba.

 

¿Tramposa yo?


¿De dónde salió el clembuterol?
 

A unos les valió la excusa y a otros no. En la historia posterior, que es larga y compleja, intervienen varios organismos deportivos, españoles e internacionales, la prensa deportiva, un carnicero y hasta un detective privado. Se trataba de descubrir cómo había llegado esa sustancia al cuerpo del deportista, y para ello había que preguntarse primero ¿cómo llegó el clembuterol al solomillo?. Esto era lo que preocupaba al carnicero, al detective contratado por el deportista para seguirle el rastro a la carne supuestamente contaminada, y, cómo no, al sector del vacuno de carne, que veía cómo, sin comerlo ni beberlo, su imagen quedaba por los suelos. Una vez más. 
 

Esta sustancia no debería estar presente en la carne de un animal de consumo porque tanto el clembuterol como otras sustancias de acción similar (los ß-agonistas) están prohibidos en la Unión Europea, para su utilización en el engorde de ganado, nada menos que desde 1996. Se puede utilizar para tratamientos veterinarios, eso sí siempre bajo prescripción.
 

Los servicios veterinarios oficiales realizan controles rutinarios en las granjas para evitar el uso ilegal del clembuterol en el engorde de ganado, y en general para asegurarse que el ganadero cumple con las innumerables leyes y decretos sobre producción animal. Esto supone un trabajo extra a los ganaderos de cebo, ya que tienen que llevar un registro de todo lo que ocurre en su granja: los terneros que entran y los añojos que salen, el pienso que se compra, a quién y cuándo, qué medicamentos se han utilizado y quien los ha prescrito, cuando y durante cuánto tiempo se han administrado… ¿o acaso creíais que los ganaderos son inmunes al papeleo?. Pero el control no se queda aquí, una vez sacrificados los animales, en el matadero también se les examina concienzudamente. Si el veterinario tuviera alguna sospecha de que se ha utilizado fármacos de manera ilegal se realizarían más pruebas aún, y si se confirmara, la carne se declararía como "no apta para consumo humano". Todo sea por la seguridad alimentaria y la trazabilidad.
 

Desde que nace el ternero hasta que la carne llega al plato, el control es total. Fuente
 
Así, a base de controlar y controlar, en España ya prácticamente nadie usa clembuterol: es caro, fácilmente detectable y peligroso. El problema está en que aunque la normativa europea prohíbe el uso en la alimentación animal de determinadas sustancias que pueden causar problemas de salud pública (hormonas, tireostáticos, o clembuterol), estas si están  autorizadas en otros países y no siempre los controles en aduanas son todo lo exhaustivos que debieran. ¿Pudo llegar el solomillo tramposo del otro lado del charco?, quien sabe.

 


¿Y qué problema hay con esta sustancia?.
 

El clembuterol se utiliza en medicina humana y veterinaria principalmente como broncodilatador, es decir para favorecer la respiración en el tratamiento del asma y la bronquitis. El problema es que tiene la “interesante” cualidad de inducir al organismo a producir más musculo y a quemar grasa. Esta cualidad se ha aprovechado para engordar al ganado, eso sí a base de formar músculo, lo cual es más rápido y produce una carne más magra. El problema es que para conseguir que el ternero "eche músculo" hace falta suministrarle dosis diez veces superiores a las terapéuticas. Una vez en el organismo, este se las apaña para repartir la sustancia como puede entre los músculos, el hígado e incluso los ojos. Si el ganadero tramposo no da tiempo suficiente al animal para eliminar los depósitos de esta sustancia antes de su sacrificio,  pueden darse casos de intoxicaciones en humanos.
 

Esto es lo que ocurrió a mediados de los noventa. Se dieron casos de intoxicaciones por ingerir carne o hígado con exceso de clembuterol, que se manifestaban con temblores musculares, palpitaciones y taquicardia, entre otros síntomas. Estos, si bien remitían pasadas las horas, daban un buen susto al afectado sobre todo si tenía problemas de corazón. Desde entonces las autoridades se han tomado muy en serio la lucha contra esta sustancia.
 

 

Un engaño peligroso
 

Y es que el uso sin prescripción médica del clembuterol, constituye a la vez un problema de salud pública y un engaño.
 

Problema de salud por los efectos negativos que puede tener no sólo sobre el organismo de los consumidores, sino también de los deportistas y los culturistas que lo consuman sin control médico, simplemente para mejorar sus marcas o su aspecto físico.
 

Engaño al consumidor, que compró una carne de peor calidad, incluso peligrosa, por la que el ganadero tramposo cobró más dinero que si hubiera hecho las cosas bien. Engaño al resto de deportistas, que consiguieron sus medallas sin ayuditas y a los espectadores de esos deportes, a los que el juego sucio siempre decepciona.
 

Respecto al culturismo, ahí es más difícil engañar a nadie, prueba a buscar en Internet "clembuterol" y te harás una idea.
 



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