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martes, 18 de agosto de 2020
viernes, 13 de marzo de 2020
ABECEAGRARIO: SOLANÁCEAS
ABECEAGRARIO alcaloides América berenjena CONOCE EL CAMPO hongos huerto neonicotinoides nutrición vegetal patata pimiento rotación de cultivos Solanáceas solanina tabaco tomate
Se acerca la primavera (aunque en algunos lugares parece ya verano) y en el huerto es justo la temporada preparar semilleros y planificar dónde va cada cosa. Así que con la S, vamos con un abeceagrario botánico-huertero que espero os resulte útil e interesante.
La Wikipedia nos dice (y me parece creíble) que es una familia (un grupo muy grande de seres vivos con características en común para que nos entendamos) de plantas con las hojas alternas, simples y sin estípulas. Pero así dicho seguro que os habéis quedado igual. Así que añadiremos que incluye unas 2700 especies muy diversas entre sí y que viven en ambientes distintos. Esto le ha permitido distribuirse por toda la tierra, aunque la mayor variedad de especies se encuentra en América del Sur y Central. ¿Más pistas? en el huerto se suelen plantar cuatro solanáceas importantes, la patata, el tomate, la berenjena y los pimientos, chiles o ajíes. Hay también muchas plantas ornamentales como la petunia y unas cuantas con efectos psicotrópicos. Algunas especies de solanáceas como el tabaco y la petunia, se utilizan en investigaciones biológicas.
Solanáceas en el huerto
Es casi de primero de huerto conocer esta y otras familias, sobre todo a la hora de planificar dónde va a ir cada especie. En general, nuestras tres marías - patata, tomate y berenjena - son muy exigentes en nutrientes, por lo que viene bien plantarlas en suelos ricos, como puede ser un bancal bien abonado al inicio de una rotación. Algún día dedicaremos una entrada a las rotaciones de cultivos, de momento os dejo esta información.
Otro motivo por el que debemos evitar plantar estas especies una detrás de otra en el mismo bancal es porque comparten hongos patógenos. Si estos son capaces de completar su desarrollo, pueden quedar esporas del hongo en el suelo y transmitirse al siguiente cultivo. Puedes ver aquí algunos de ellos.
La Wikipedia nos dice (y me parece creíble) que es una familia (un grupo muy grande de seres vivos con características en común para que nos entendamos) de plantas con las hojas alternas, simples y sin estípulas. Pero así dicho seguro que os habéis quedado igual. Así que añadiremos que incluye unas 2700 especies muy diversas entre sí y que viven en ambientes distintos. Esto le ha permitido distribuirse por toda la tierra, aunque la mayor variedad de especies se encuentra en América del Sur y Central. ¿Más pistas? en el huerto se suelen plantar cuatro solanáceas importantes, la patata, el tomate, la berenjena y los pimientos, chiles o ajíes. Hay también muchas plantas ornamentales como la petunia y unas cuantas con efectos psicotrópicos. Algunas especies de solanáceas como el tabaco y la petunia, se utilizan en investigaciones biológicas.
Los Physalys o tomatillos también son solanáceas. Fuente: Alexas_Fotos en Pixabay |
Solanáceas en el huerto
Es casi de primero de huerto conocer esta y otras familias, sobre todo a la hora de planificar dónde va a ir cada especie. En general, nuestras tres marías - patata, tomate y berenjena - son muy exigentes en nutrientes, por lo que viene bien plantarlas en suelos ricos, como puede ser un bancal bien abonado al inicio de una rotación. Algún día dedicaremos una entrada a las rotaciones de cultivos, de momento os dejo esta información.
La planta de la patata (Solanum tuberosum) y sus flores. Fuente: Philmarin - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, |
Las típicas flores de la tomatera (Solanum lycopersicum) . Fuente: Franz W. en Pixabay |
Y la de la berenjena (Solanum melongena). Fuente: কামরুল ইসলাম শাহীন - Ownwork, CC BY-SA 4.0, |
El pimiento (Capsicum annuum) por su parte, se apaña con menos nutrientes, ¿será porque su fruto está hueco por dentro?.Fuente: Hans Braxmeier en Pixabay |
Otro motivo por el que debemos evitar plantar estas especies una detrás de otra en el mismo bancal es porque comparten hongos patógenos. Si estos son capaces de completar su desarrollo, pueden quedar esporas del hongo en el suelo y transmitirse al siguiente cultivo. Puedes ver aquí algunos de ellos.
La hierba mora (Solanum nigrum L.) es una mala hierba, con la que hay que tener cuidado porque es tóxica para el ganado. |
lunes, 15 de abril de 2019
ABECEAGRARIO: MARCOS DE PLANTACIÓN
ABECEAGRARIO Agricultura cinco de oros CONOCE EL CAMPO cultivos leñosos huerto labores agrícolas marco real marco rectangular mecanización agraria plantación siembra tresbolillo
De aquí a nada llega el calorcito para quedarse, momento en el que se multiplican las tareas del huerto. Una de ellas será plantar todo lo que ha crecido en los semilleros que suele ser mucho más de lo que cabe en nuestros "dominios", ¿cuántos no plantamos "de más" por si acaso y luego no sabemos qué hacer con tanta plantita?. Siempre se pueden regalar (o directamente encasquetar) plantitas a otros huerteros o a cualquiera que le haga ilusión tener una tomatera en la terraza por ejemplo.
Pero es importante resistir a la tentación de colocarlas todas en el huerto, porque cada planta tiene unos requerimientos de espacio que van a ir variando según crezca y empiece a producir. En cualquier manual o página web mínimamente decente, incluso en los sobres de semillas, se indica para cada especie la distancia que deben de mantener las plantas entre sí para que se desarrollen de manera idónea: esto, ni más ni menos, es el marco de plantación.
Lo habitual en un huerto es disponer las plantas en filas, dejando una distancia X entre las plantas de una misma fila y una distancia Y entre filas. El espacio que dejamos para cada especie varía en función de muchos aspectos: el porte de la planta adulta, si es rastrera o trepadora, el tipo de raíz...o incluso cómo vamos a recolectar después. No necesitan el mismo espacio una lechuga, una calabaza o una tomatera.
Pues bien, esta misma idea se aplica en cultivos leñosos (frutales, vid, olivo o especies tropicales) y también en repoblaciones forestales con especies silvestres. En estos casos importa por un lado el porte y las necesidades de las plantas adultas cuyas copas pueden llegar a juntarse demasiado, impidiendo un crecimiento equilibrado, dándose sombra unas a otras o dificultando su aireación...lo cual afecta a su estado de salud y su productividad.
Es igualmente importante facilitar las labores culturales, que estamos hablando de muchas hectáreas de terreno y no es cuestión de ir con la cesta o la carretilla para cosechar almendras, aceitunas o manzanas. Actualmente, tareas como el laboreo, la aplicación de tratamientos fitosanitarios, o incluso la poda y la recolección se realizan con tractores y aperos diseñados específicamente para trabajar entre las calles de los diversos cultivos.
Así, en estos cultivos leñosos los marcos de plantación más habituales, (y que se aprecian mejor a vista de pájaro), son los siguientes:
MARCO REAL
Cada planta se sitúa en el vértice de un cuadrado. Por tanto, la distancia entre plantas y entre las filas formadas, siempre es la misma. Este sistema es muy utilizado porque permite el paso de la maquinaria en dos direcciones perpendiculares, entre filas y entre plantas.
MARCO EN CALLES (RECTANGULAR)
Cada planta está situada en el vértice de un rectángulo. El lado menor corresponde a la «distancia entre plantas», mientras que el lado mayor nos da la «distancia entre filas». En este marco rectangular las plantas se colocan algo más cercanas entre sí, formando filas; estas filas están separadas entre sí una distancia mayor formando calles. La anchura de las calles resultantes facilita las labores culturales y de recolección y en general el paso de maquinaria más o menos grande, que sólo podrá avanzar en una dirección.
Es la más usada hoy en día, porque compatibiliza una alta densidad de plantación con la mecanización de las labores.
TRESBOLILLO
Cada planta se sitúa en el vértice de un triángulo equilátero, guardando siempre la misma distancia entre plantas que entre filas.
Su principal ventaja es que cabe un mayor número de plantas por unidad de superficie comparado con otros sistemas. Tal como cuenta esta antigua "Hoja divulgadora", esta disposición permite además trabajar el suelo en tres direcciones, lo cual permite disminuir el riesgo de erosión. Como inconvenientes están un proceso de marqueo algo más complicado y que la mecanización es algo más difícil.
CINCO DE OROS
En este sistema de marcación, las plantas ocupan la forma típica de las figuras del naipe cinco de oros. En otras palabras, es un marco real o rectangular pero con un árbol en el centro de cada cuadrado o rectángulo.
También se denomina tresbolillo irregular, ya que cada 3 plantas conforman un triangulo isósceles.
Su principal inconveniente es la dificultad para la mecanización. Por esta razón se aplica principalmente para doblar plantaciones. Por ejemplo, puede darse el caso que quieres eliminar una plantación existente, pero en vez de hacerlo de golpe se colocan nuevas plantas en el interior de los cuadrados conservando las antiguas hasta que las jóvenes entren en producción. Otra posibilidad es que se quiera intensificar una plantación que en su momento se estableció con un marco demasiado amplio.
En ocasiones, se emplea también en nuevas plantaciones, en las que se combinan árboles de lenta entrada en producción con otros de especies de fructificación precoz. Estos se aprovecharán durante unos años hasta que la plantación principal entre en plena producción y necesite más espacio.
Bueno, esto es todo, ya conocéis nuevas palabras muy habituales en este mundillo, que os permitirán no quedar como un panoli delante de un agricultor.
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EL ABECEAGRARIO : FANEGA
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Pero es importante resistir a la tentación de colocarlas todas en el huerto, porque cada planta tiene unos requerimientos de espacio que van a ir variando según crezca y empiece a producir. En cualquier manual o página web mínimamente decente, incluso en los sobres de semillas, se indica para cada especie la distancia que deben de mantener las plantas entre sí para que se desarrollen de manera idónea: esto, ni más ni menos, es el marco de plantación.
Plantación comercial de lechugas. Fuente.
Lo habitual en un huerto es disponer las plantas en filas, dejando una distancia X entre las plantas de una misma fila y una distancia Y entre filas. El espacio que dejamos para cada especie varía en función de muchos aspectos: el porte de la planta adulta, si es rastrera o trepadora, el tipo de raíz...o incluso cómo vamos a recolectar después. No necesitan el mismo espacio una lechuga, una calabaza o una tomatera.
Pues bien, esta misma idea se aplica en cultivos leñosos (frutales, vid, olivo o especies tropicales) y también en repoblaciones forestales con especies silvestres. En estos casos importa por un lado el porte y las necesidades de las plantas adultas cuyas copas pueden llegar a juntarse demasiado, impidiendo un crecimiento equilibrado, dándose sombra unas a otras o dificultando su aireación...lo cual afecta a su estado de salud y su productividad.
Es igualmente importante facilitar las labores culturales, que estamos hablando de muchas hectáreas de terreno y no es cuestión de ir con la cesta o la carretilla para cosechar almendras, aceitunas o manzanas. Actualmente, tareas como el laboreo, la aplicación de tratamientos fitosanitarios, o incluso la poda y la recolección se realizan con tractores y aperos diseñados específicamente para trabajar entre las calles de los diversos cultivos.
Así, en estos cultivos leñosos los marcos de plantación más habituales, (y que se aprecian mejor a vista de pájaro), son los siguientes:
MARCO REAL
Cada planta se sitúa en el vértice de un cuadrado. Por tanto, la distancia entre plantas y entre las filas formadas, siempre es la misma. Este sistema es muy utilizado porque permite el paso de la maquinaria en dos direcciones perpendiculares, entre filas y entre plantas.
Disposición en marco real. Fuente. |
En cultivos como el olivar o el almendro, es necesaria una distancia suficiente entre plantas que permita cosechar con paraguas.Fuente. |
MARCO EN CALLES (RECTANGULAR)
Cada planta está situada en el vértice de un rectángulo. El lado menor corresponde a la «distancia entre plantas», mientras que el lado mayor nos da la «distancia entre filas». En este marco rectangular las plantas se colocan algo más cercanas entre sí, formando filas; estas filas están separadas entre sí una distancia mayor formando calles. La anchura de las calles resultantes facilita las labores culturales y de recolección y en general el paso de maquinaria más o menos grande, que sólo podrá avanzar en una dirección.
Marco en calles. Fuente |
Es la más usada hoy en día, porque compatibiliza una alta densidad de plantación con la mecanización de las labores.
Es el sistema típico de vid en espaldera, olivares en seto y otros cultivos de frutales intensivos. |
TRESBOLILLO
Cada planta se sitúa en el vértice de un triángulo equilátero, guardando siempre la misma distancia entre plantas que entre filas.
Marco en tresbolillo. Fuente |
Su principal ventaja es que cabe un mayor número de plantas por unidad de superficie comparado con otros sistemas. Tal como cuenta esta antigua "Hoja divulgadora", esta disposición permite además trabajar el suelo en tres direcciones, lo cual permite disminuir el riesgo de erosión. Como inconvenientes están un proceso de marqueo algo más complicado y que la mecanización es algo más difícil.
CINCO DE OROS
En este sistema de marcación, las plantas ocupan la forma típica de las figuras del naipe cinco de oros. En otras palabras, es un marco real o rectangular pero con un árbol en el centro de cada cuadrado o rectángulo.
Marco en cinco de oros. Fuente |
También se denomina tresbolillo irregular, ya que cada 3 plantas conforman un triangulo isósceles.
Su principal inconveniente es la dificultad para la mecanización. Por esta razón se aplica principalmente para doblar plantaciones. Por ejemplo, puede darse el caso que quieres eliminar una plantación existente, pero en vez de hacerlo de golpe se colocan nuevas plantas en el interior de los cuadrados conservando las antiguas hasta que las jóvenes entren en producción. Otra posibilidad es que se quiera intensificar una plantación que en su momento se estableció con un marco demasiado amplio.
En ocasiones, se emplea también en nuevas plantaciones, en las que se combinan árboles de lenta entrada en producción con otros de especies de fructificación precoz. Estos se aprovecharán durante unos años hasta que la plantación principal entre en plena producción y necesite más espacio.
Bueno, esto es todo, ya conocéis nuevas palabras muy habituales en este mundillo, que os permitirán no quedar como un panoli delante de un agricultor.
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martes, 11 de julio de 2017
DICHOSAS HIERBAS...
acolchado Agricultura alelopatía azadilla biodiversidad agrícola CONOCE EL CAMPO herbicida huerto malas hierbas rotación de cultivos sanidad vegetal semilla zoocoria
Este año decidí que, en vista de que no tenía un suministro de agua asegurado sería absurdo poner huerto. Sembraría unas semillas de trigo, avena, yeros y veza que tenía por ahí guardadas, a ver qué ocurría, y con suerte tendría algo de material para enseñar a los niños en las charlas.
La idea era que esta primavera y verano tanto el suelo como yo íbamos a descansar. ¡¡Ja!!. Mira que ha sido un año malo, escaso en agua y pródigo en calores, pero al parecer a las malas hierbas no les ha ido tan mal, al menos a algunas de mis viejas conocidas.
En una de estas que estaba yo doblando el espinazo para quitar malas hierbas, mi lado biólogo no podía evitar maravillarse de lo bien adaptadas que están las puñeteras para dar por saco al agricultor en general y al hortelano en particular. Así que pensé, ¿por qué no compartirlo?, lo mismo a mis lectores huerteros les resulta útil y todo.
El concepto "mala hierba"
Pero a veces también son plantas bonitas, sobre todo cuando dan color al campo en primavera - las amapolas, el jaramago o la bolsa de pastor ....- y en muchísimas ocasiones sus defensores recuerdan sus propiedades como plantas medicinales o comestibles para lavar un poco su imagen.
Pero si lo que el hortelano pretende llenar la despensa y no el botiquín no le queda otra que mantener las malas hierbas a raya. En esta entrada voy a hablaros de unas cuantas muy habituales, sobre todo en pequeños huertos.
Las de "semillas pegajosas"
Esas que, a poco que te descuidas, se quedan pegadas en los guantes, los cordones de los zapatos, los calcetines o cualquier superficie a la que puedan agarrarse. Esta estrategia, denominada zoocoria, consiste en que las semillas se agarran al pelo o lana de los animales para ser transportadas a un lugar más o menos lejano, pero en el que seguro encontrarán nuevos terrenos donde instalarse, similares a su lugar de origen, en este caso huertos o campos de cultivo.
En este grupo se encuentra la mala hierba a la que más manía le tengo con diferencia, a la que no le paso ni una, la lagartera o almorejo (Setaria verticillata). Probablemente haya hierbas más dañinas para los cultivos, pero esta individua tiene unas semillas provistas de un diminuto aguijón o gancho que se pega automáticamente a cualquier tejido, no hay manera de quitarlo y aunque lo consigas acaba rascando de mala manera. Afortunadamente este año no han crecido muchas, ya que prefiere los cultivos de regadío.
También tenemos al irónicamente llamado amor de hortelano (Galium aparine) que ha optado por un diseño de semillas, pequeñitas, esféricas y provistas de una especie de velcro que una vez maduras también se pegan que da gusto. Afortunadamente no rascan y se quitan bien, pero aquí se acaban las ventajas: su tacto áspero y pegajoso y su tendencia a apoyarse en otras plantas en busca de luz hace más tediosa su eliminación.
Las de "efecto lagartija"
La grama además cuenta con otro superpoder, la alelopatía, en otras palabras, producir sustancias tóxicas o que impiden el crecimiento de otras plantas competidoras. Afortunadamente esta capacidad no es exclusiva de las malas hierbas, también la poseen algunas plantas cultivadas y es un buen motivo para realizar la rotación de cultivos. Pero eso ya lo contaré en otro momento.
También tenemos a la correhuela (Convolvulus arvensis) que se enrolla sobre los tallos de cualquier planta que levante unos cuantos palmos del suelo y aparte de competir por el agua y los nutrientes, le roba la luz al crecer encima del tallo y las hojas. Eliminar esta planta a mano, aparte de requerir grandes dosis de paciencia y habilidad, es casi perder el tiempo, sobre todo cuando ya está bien asentada y le ha dado tiempo a tejer una profunda red de raíces (de hasta dos metros de profundidad) donde acumular sus reservas; es prácticamente imposible arrancarla de cuajo sin romperla. Por si fuera poco, posee otro superpoder muy útil en los tiempos que corren para las malas hierbas: es resistente a muchos herbicidas.
Y cómo no olvidar a la más "lagartija" de todas, la verdolaga (Portulaca oleracea), aún sabiendo que muchos no la consideran como una mala hierba por sus interesantes propiedades nutricionales y medicinales. Su raíz no es gran cosa, pero su tallo y sus hojas, muy carnosos ellos, se rompen o desgajan con una facilidad pasmosa. Esto, que apenas supone un daño para la planta, le ayuda a extenderse, ya que los trozos sueltos (hojas incluidas) enraízan y crecen con una tremenda facilidad gracias a su súper-metabolismo. Así que a la hora de quitar esta planta hay que andar bien fino con la azadilla (mejor quitarla a mano con el suelo húmedo) si no quieres acabar dispersándola por todo el huerto, y por muy rica que esté en ensaladas, acabar aborreciéndola.
Las de arrancar de raíz directamente
Aunque ten cuidado, algunas tienen una raíz tan fuerte y profunda que tendrás que emplearte a fondo: los dos pies firmemente apoyados en el suelo y ambas manos agarrando la base del tallo para sacarla enterita de una vez, no vaya a ser capaz de rebrotar.
La idea era que esta primavera y verano tanto el suelo como yo íbamos a descansar. ¡¡Ja!!. Mira que ha sido un año malo, escaso en agua y pródigo en calores, pero al parecer a las malas hierbas no les ha ido tan mal, al menos a algunas de mis viejas conocidas.
En una de estas que estaba yo doblando el espinazo para quitar malas hierbas, mi lado biólogo no podía evitar maravillarse de lo bien adaptadas que están las puñeteras para dar por saco al agricultor en general y al hortelano en particular. Así que pensé, ¿por qué no compartirlo?, lo mismo a mis lectores huerteros les resulta útil y todo.
El concepto "mala hierba"
Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que lo haga, ya sea un jardín o un cultivo. Es “mala” no sólo porque no aporta ningún beneficio sino porque además compite con las plantas cultivadas por los recursos del medio - nutrientes, agua, luz y espacio-.A menudo estas plantas que actúan como malas hierbas son muy (pero que muy) competitivas. Han desarrollado una serie de estrategias, o superpoderes como le digo a los niños, tremendamente útiles para adaptarse a condiciones adversas, colonizar rápidamente todo el espacio posible y hacerse francamente difíciles de eliminar.
Pero a veces también son plantas bonitas, sobre todo cuando dan color al campo en primavera - las amapolas, el jaramago o la bolsa de pastor ....- y en muchísimas ocasiones sus defensores recuerdan sus propiedades como plantas medicinales o comestibles para lavar un poco su imagen.
Pero si lo que el hortelano pretende llenar la despensa y no el botiquín no le queda otra que mantener las malas hierbas a raya. En esta entrada voy a hablaros de unas cuantas muy habituales, sobre todo en pequeños huertos.
Las de "semillas pegajosas"
Esas que, a poco que te descuidas, se quedan pegadas en los guantes, los cordones de los zapatos, los calcetines o cualquier superficie a la que puedan agarrarse. Esta estrategia, denominada zoocoria, consiste en que las semillas se agarran al pelo o lana de los animales para ser transportadas a un lugar más o menos lejano, pero en el que seguro encontrarán nuevos terrenos donde instalarse, similares a su lugar de origen, en este caso huertos o campos de cultivo.
En este grupo se encuentra la mala hierba a la que más manía le tengo con diferencia, a la que no le paso ni una, la lagartera o almorejo (Setaria verticillata). Probablemente haya hierbas más dañinas para los cultivos, pero esta individua tiene unas semillas provistas de un diminuto aguijón o gancho que se pega automáticamente a cualquier tejido, no hay manera de quitarlo y aunque lo consigas acaba rascando de mala manera. Afortunadamente este año no han crecido muchas, ya que prefiere los cultivos de regadío.
Mucho cuidado con la lagartera, sobre todo cuando ya está seca . Fuente: Stefan.lefnaer - Own work, CC BY-SA 4.0 / Wikimedia |
El amor de hortelano, con su tallo y semillitas pegajosas es inconfundible. Fuente: Tom and Susan’s, Pepperell, MA. en http://www.florafinder.com |
Las de "efecto lagartija"
Vamos, la típica planta que una vez arrancada te crees que has solucionado el problema, y normalmente ocurre más bien lo contrario. Sus tallos se rompen con cierta facilidad pero la raíz, que queda intacta y protegida en el suelo, volverá a formar otro tallo enseguida, con más fuerza si cabe.Dos especies típicas que se valen de esta estrategia son la grama (Cynodon dactylon) y el vallico (Lolyum rigidum). Son frecuentes en cultivos de cereales, donde pueden llegar a convertirse en un gran problema si no se controlan a tiempo.
La grama además cuenta con otro superpoder, la alelopatía, en otras palabras, producir sustancias tóxicas o que impiden el crecimiento de otras plantas competidoras. Afortunadamente esta capacidad no es exclusiva de las malas hierbas, también la poseen algunas plantas cultivadas y es un buen motivo para realizar la rotación de cultivos. Pero eso ya lo contaré en otro momento.
También tenemos a la correhuela (Convolvulus arvensis) que se enrolla sobre los tallos de cualquier planta que levante unos cuantos palmos del suelo y aparte de competir por el agua y los nutrientes, le roba la luz al crecer encima del tallo y las hojas. Eliminar esta planta a mano, aparte de requerir grandes dosis de paciencia y habilidad, es casi perder el tiempo, sobre todo cuando ya está bien asentada y le ha dado tiempo a tejer una profunda red de raíces (de hasta dos metros de profundidad) donde acumular sus reservas; es prácticamente imposible arrancarla de cuajo sin romperla. Por si fuera poco, posee otro superpoder muy útil en los tiempos que corren para las malas hierbas: es resistente a muchos herbicidas.
Correhuela haciendo de las suyas sobre los tallos y espigas del trigo |
Y cómo no olvidar a la más "lagartija" de todas, la verdolaga (Portulaca oleracea), aún sabiendo que muchos no la consideran como una mala hierba por sus interesantes propiedades nutricionales y medicinales. Su raíz no es gran cosa, pero su tallo y sus hojas, muy carnosos ellos, se rompen o desgajan con una facilidad pasmosa. Esto, que apenas supone un daño para la planta, le ayuda a extenderse, ya que los trozos sueltos (hojas incluidas) enraízan y crecen con una tremenda facilidad gracias a su súper-metabolismo. Así que a la hora de quitar esta planta hay que andar bien fino con la azadilla (mejor quitarla a mano con el suelo húmedo) si no quieres acabar dispersándola por todo el huerto, y por muy rica que esté en ensaladas, acabar aborreciéndola.
Las de arrancar de raíz directamente
Aunque ten cuidado, algunas tienen una raíz tan fuerte y profunda que tendrás que emplearte a fondo: los dos pies firmemente apoyados en el suelo y ambas manos agarrando la base del tallo para sacarla enterita de una vez, no vaya a ser capaz de rebrotar.
Como te descuides, el cardo cundidor (Cirsium arvense) forma unas semillas voladoras capaces de llegar e instalarse en el rincón más insospechado. Fuente: Herbario de la Universidad Pública de Navarra. |
Para eliminar a la malva silvestre (Malva sylvestris) hay que emplearse a fondo. |
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