viernes, 26 de mayo de 2017

ES LA AGRICULTURA, ESTÚPIDOS

Quizás algunos conoceréis la famosa expresión "The economy, stupid" que acuñó James Carville, durante la campaña electoral de Bill Clinton contra George Bush padre en 1992, y que por extensión se utiliza para referirse a cuestiones que se consideran esenciales: la industria, la educación, el déficit....

Creo que si hiciera una encuesta informal a mi alrededor preguntando sobre los sectores que aportan más dinero a nuestro país, todo el mundo apuntaría sin dudarlo al turismo, quizás la fabricación de coches, y lo mismo saldrían algunas marcas famosas de ropa o telefonía que sabemos están presentes en otros países.


Pero muy posiblemente ni se nos pasaría por la cabeza la agricultura o la ganadería. Al fin y al cabo, en 2015, estos sectores junto con la silvicultura y la pesca aportaban nada más que un 2.3 % al PIB, y empleaban tan solo al 4.1 % de la población activa. Cuatro gatos, vamos.
 

¿ Sabías que España es el primer exportador de naranjas del mundo para consumo en fresco?.

 Pero resulta que estos cuatro gatos producen alimentos de una gran calidad. En parte por razones puramente geográficas, también porque aún mantenemos variedades vegetales y razas ganaderas que dan productos de gran calidad y sobre todo por la profesionalidad de muchos agricultores y ganaderos, que hacen su trabajo según el Modelo Europeo de Producción, para obtener alimentos sanos y seguros, respetando el medio ambiente y garantizando el bienestar animal.

Es más, algo tendrán nuestros productos agroalimentarios (los pesqueros incluidos) que se disputan el segundo puesto en exportaciones con la industria automovilística. Y por si fuera poco, llevan creciendo desde hace una década, incluso a pesar la crisis económica que hemos sufrido estos últimos años - o quizás debido a ella -, por lo que han contribuido de una manera importante a equilibrar la balanza económica.


  ¿ Sabías que las exportaciones agroalimentarias, pesqueras y forestales españolas han crecido un 72% en los últimos 10 años?.

 

¿Quién dijo que exportar fuera fácil?
 

Ofrecer productos con altos estándares de calidad es imprescindible para vender en la Unión Europea, que es nuestro principal comprador, pero también hay que ser competitivo en precio y moverse continuamente para ampliar la cartera de clientes.
 

Surtimos de fruta y verdura frescas y variadas durante una parte importante del año a otros países de la Unión Europea (Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido). El problema es que esa calidad se paga cada vez peor; los consumidores franceses, alemanes o ingleses tampoco atan los perros con longanizas y, como nosotros, acaban haciendo la compra donde les aseguran mejores precios que la competencia. 

En el Reino Unido se pirran por el brécol murciano.
Fuente: Liliana Fuchs/ Directo al Paladar.


Los productores españoles también han tenido que aguantar las injustas e infundadas acusaciones de provocar problemas sanitarios bien gordos, como ocurrió con la crisis de los pepinos en Alemania en junio de 2011. O que medios de comunicación sensacionalistas británicos les echen la culpa de estar “almacenando fruta y verdura", mientras que los pobres consumidores británicos tenían las lechugas racionadas. Y todo por un inoportuno temporal de frio que afectó al sur de Europa el pasado invierno y que puso en evidencia ciertos fallos de funcionamiento de las cadenas de distribución.

 

Estampa de un supermercado inglés durante el "lettucegate". (Trad. "Lechuga iceberg, máximo dos por cliente"). Tiene delito, UNA lechuga por casi euro y medio. Fuente: Sarah Morton.
A esto le sumamos el auge de las corrientes nacionalistas que, cómo no, también se han instalado en el mundo alimentario. En Francia, aparte de ser muy suyos a la hora de comer, miran hacia otro lado cuando algunos agricultores asaltan los camiones cargados de fruta, verdura o vino español. Los alemanes tiran de su huerta en cuanto pueden. Y seguimos sin tener claro que va a ocurrir con el dichoso Bréxit.

El nacionalismo lo impregna todo. Tomado del blog de David del Pino.

 
Y es que los vaivenes de la política internacional a veces complican mucho el trabajo de los exportadores . La crisis de Ucrania por ejemplo; Rusia mete las narices en Ucrania, cosa que no gusta a la UE que responde imponiendo sanciones varias a Rusia, la cual corresponde a su vez prohibiendo la importación de productos agroalimentarios europeos. Considerando que España es el segundo productor de carne de cerdo de la UE y el cuarto mundial, la pérdida del mercado ruso hizo que nos sobraran cerdos por todos lados.

Y es que actualmente España tiene un nivel de abastecimiento de carne de cerdo del 190%. Es decir, con el 100% se suministra a todo el país y el 90% restante se exporta a terceros países. En su momento las asociaciones de productores se pusieron las pilas para colocarlos en otro lugar, el mercado chino por ejemplo, hacia donde van un millón de toneladas de carne de cerdo. Aparte de que son muchísima gente que quiere comer carne más o menos barata, la epidemia de peste porcina en ese país ha hecho cerrar muchas granjas. También ha cerrado las exportaciones de Alemania, donde también ha habido casos, lo que permite a España adelantar a su competidor. ¿Hasta cuándo durará esta situación? ¿lograrán los ganaderos españoles sortear la peste porcina?. Como veis, atreverse a vender fuera del país, aunque tremendamente necesario no es nada fácil.


Lo que ha costado poder vender cerdo ibérico en EEUU.

Lo de Donald Trump es un caso aparte que acaba afectándonos de una manera u otra (como a medio mundo). Una disputa sobre dineros entre los constructores de aviones Airbus y Boeing al final acaba saldándonse con una subida de aranceles al aceite, las aceitunas de mesa y el vino. Eso supone perder el mercado norteamericano, tan interesante por su alto nivel adquisitivo que se ha estado trabajando durante 30 años para poder introducir los productos. Otro ejemplo, como en su momento cerró a los mexicanos las puertas del mercado estadounidense, estos se fijaron en el mercado musulmán para vender su carne. Precisamente cuando estaban creciendo nuestras exportaciones de vacas y ovejas vivas para ser sacrificadas siguiendo el rito Halal en países como Líbano, Libia o Argelia. La competitividad se impone y uno de los factores es precisamente la sanidad animal, es decir verse libre de enfermedades como la brucelosis o la tuberculosis en rumiantes, gripes aviares o pestes porcinas.


Pero, a pesar de todo, ahí están agricultores y ganaderos, en la brecha contribuyendo cada día a día desde el olivar, la granja, la viña, los campos de naranjos y los invernaderos a construir una "Marca España" cada vez más sabrosa y a generar un dinero muy necesario para equilibrar las cuentas patrias.

Por cierto ¿ sabías que España es incluso líder en la producción de opiáceos legales, justo por detrás de Australia?.


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Oleh

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