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jueves, 12 de abril de 2012

HUERTOS URBANOS PARA TIEMPOS COMPLICADOS

En estos tiempos de economía de guerrilla y rebeldía ciudadana resurgen solares y terrenos baldíos primorosamente cultivados por hortelanos de todo tipo y condición. Cultivar verduras en la ciudad no es novedad, pero parece que se ha convertido en una nueva tendencia. Los huertos en general y los urbanos en particular ya están en Facebook, en blogs e incluso aplicaciones para móviles. Sería imposible seguirlos a todos, sobre todo si también pretendo cultivar mi propio huerto, así que de momento me quedo con "La Huertina de Toni", por la variedad y calidad de sus contenidos.


 Este es el coqueto mini-huerto de mi amigo Alberto.

 Hay diversas maneras de traer el campo a casa. Quien más quien menos se ha atrevido a plantar una tomatera o hierbas aromáticas en la terraza. Esa planta que tarde o temprano te dará de comer recibirá todos los mimos posibles en cuanto asomen las dos primeras hojillas, como si de una orquídea se tratara. A pesar de la atención exclusiva el éxito no siempre está asegurado y, tras la cosecha surgen las siguientes reflexiones: “¿y para cinco tomatillos birriosos todo este trabajo?” o “si yo puedo cultivar tomates maravillosos y los del súper no saben a nada es que esos son transgénicos o algo así” (craso error). Solo unos apuntes en este sentido; para tener unas tomateras lustrosas hace falta una ventana o balcón con más de seis horas diarias de sol, unas macetas generosas con buen sustrato (ya que son muy exigentes) y regarlas regularmente, sobre todo en pleno verano, justo justo cuando nos vamos de vacaciones.

Publicidad de unas semillas de tomate que prometía
plantas capaces de dar 20 tomates de dos kilos cada uno. Sin comentarios.

Los afortunados que disponen de jardín o un terrenillo para cultivar un huerto, por pequeño que sea, tienen más plantas a las que atender y se vuelven un poquito más prácticos. Más abono y agua que gastar, más tiempo que dedicar y el ataque de una voraz avanzadilla de pulgones hastiados de la savia del rosal, que se resisten a abandonar lo que para ellos sería un supermercado rebosante de posibilidades alimenticias. Año a año, cosecha a cosecha, se va aprendiendo el esforzado oficio de hortelano.

Un paso más son los huertos de alquiler. Ante esta nueva demanda hortelana ha surgido una nueva posibilidad de “empleo verde”: ofrecer pequeñas parcelas del terreno a cambio de una cuota fija. Con esta cuota se tiene derecho a servicios básicos: sistema de riego, invernadero, casetas y herramientas, asesoramiento, servicio de tractor, cuidado durante los días que no se pueda acudir, alimentación y limpieza de las gallinas…, vamos, un lujazo. La ventaja de este sistema frente a los huertos comunitarios es que aquí cada uno es el rey: puede cultivar como le de la gana, ecológico o no, puede vender su cosecha e incluso poner animales.

Un huerto de alquiler con mucho que ofrecer a las puertas de Madrid.