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miércoles, 24 de agosto de 2016

ABECEAGRARIO: ZANAHORIA

La zanahoria es una de las hortalizas más producidas en el mundo.
 
Y con la última letra del abecedario tenemos a una de las verduras, no sé si favoritas, pero si más conocidas por los niños, según comprobamos en los coles madrileños.


De esta simpática planta conocemos principalmente su raíz, que se forma  durante el primero de sus dos años de vida, pero si la dejáramos desarrollarse completamente descubriríamos que tiene unas flores parecidas a las del perejil, el anís o el cilantro, con los que está emparentada. De hecho, antiguamente se cultivaba por sus hojas y semillas aromáticas, no por su raíz.
 
La zanahoria (Daucus carota) pertenece a la familia de las umbelíferas, que poseen unas flores muy características, dispuestas formando una especie de paraguas. Fuente: Wikimedia/Jrosenberry1 - Own work, CC BY-SA 4.0
Zanahorias de colores
 
¿Sabías que la zanahoria es el vegetal más rico en beta-caroteno, precursor de la vitamina A? Esta sustancia le aporta su típico color naranja, pero...¿sabías que las zanahorias no siempre han sido naranjas?.
 
La zanahoria tiene su origen en Oriente Medio (Irán, Afganistán) hará unos 3.000 años. Las primeras que se cultivaron eran de color morado con el centro amarillo. Poco a poco fueron mejorándose y apareciendo zanahorias rojas, blancas y amarillas, según dominara, o no, algún pigmento vegetal (antocianinas para los púrpuras y morados, beta-carotenos para los amarillos y naranjas y licopenos para los rojos). Fue introducida en Europa durante la Edad Media en los siglos VIII al X, cuando eruditos árabes y judíos citan ejemplares rojos y amarillos. Las de color naranja fueron las últimas en llegar; se cuenta que botánicos holandeses del siglo XVII consiguieron desarrollar, o fijar, el color naranja a las zanahorias como homenaje patriótico a la casa real de Orange. La historia no está del todo clara, pero lo que sí es seguro es el vínculo de las zanahorias naranjas con los holandeses, tal como se cuenta en esta interesante entrada

"Para zanahorias, colores". Y es que hay para todos los gustos y necesidades: tempranas, de estación, gordas o finas, para cocinar, para consumo en crudo, de aperitivo...pero en España prácticamente solo vemos en el mercado la variedad semilarga de Nantes. Fuente: Stephen Ausmus/ USDA-ARS.
 
La zanahoria perfecta es larga y recta.
 
La verdad es que esta hortaliza no es la ideal para iniciarse en el huerto urbano. Yo todavía no las he cultivado pero según me cuentan amigos huerteros, no es tan fácil obtener esas zanahorias perfectas, largas, rectas, gruesas y de un vivo color naranja que vemos en el supermercado.
 
Zanahorias inquietantes, cortesía de mi amiga huertera, Guadalupe Rodríguez. De estas zanahorias deformes, se obtienen las "zanahorias-baby", muy populares en EEUU, que no son más que estas zanahorias cortadas en trozos pequeños, primorosamente pelados y moldeados, para venderlos como aperitivos.
Para los que quieran animarse, en la Huertina de Toni hay dos vídeos estupendos que lo explican muy bien. Y en Infojardín también tenéis por escrito todo lo que conviene saber para incorporarlas al huerto. Pero para los más impacientes, os dejo los cinco puntos más importantes que conviene saber.

1. La calidad del suelo es básica. Ligero, mullidito y sin piedras o terrones que interrumpan el crecimiento hacia abajo de la raíz principal. Ha de drenar bien el agua y estar libre de nematodos, unos bichitos que alteran el crecimiento normal de la raíz.
 
2. Requiere un riego abundante, sobre todo en verano. Pero sin pasarse, que no se ahoguen las raíces.
 
3. Lo mejor es hacer siembra directa y según van creciendo es imprescindible hacer un aclareo, es decir eliminar parte de las plantitas que han germinado. Que siempre será mejor tener cinco zanahorias grandes que cincuenta raquíticas.
 
4. El enemigo número uno de la zanahoria son las malas hierbas, sobre todo al principio de su desarrollo. En las plantaciones comerciales se utilizan herbicidas, pero para un pequeño bancal habrá que estar atento y azadilla en mano.
 
5. A la hora de abonar, a la planta de la zanahoria no le entusiasma el nitrógeno. Así que si vais a utilizar estiércol, que sea bien maduro.
 

 
Bueno, esto es todo. Ya me contareis si os han servido esta información para cultivar vuestras propias zanahorias o para ganar un quesito verde en el trivial.
 
Ah, y como muchos sabréis, en inglés las zanahorias son carrots


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martes, 26 de abril de 2016

EL CACAO, LA HISTORIA DE UN ALIMENTO VIAJERO



¿Te has parado a pensar que la palabra que designa a la golosina favorita de medio mundo procede del castellano? que viene a su vez de las lenguas mesoamericanas. Sin embargo, el chocolate que conocemos hoy en día, en sus múltiples y atractivas presentaciones, sólo ha existido durante una mínima porción de la historia de este alimento. Historia llena de curiosidades a la que dedico esta segunda entrada dedicada al cacao.



El chocolate es uno de los pocos ejemplos de alimentos cuyo pleno potencial se desarrolló cuando comenzó su producción industrial. Resulta asombroso que de esas semillas, astringentes, amargas e insípidas, la naturaleza, la química y el ingenio humano sean capaces de transformarla en ese oscuro objeto de deseo que es el chocolate.




La cuna del cacao


Se origina en la cuenca del Amazonas, y llega hasta América central transportado por los indígenas, que lo utilizaban como reserva portátil de energía y agua. Los olmecas fueron los primeros en cultivar los primitivos arbustos de cacaotal, se lo enseñaron a los mayas y se lo vendían a los aztecas. Estos tostaban y molían las semillas, haciendo con ellas una bebida amarga que se servía en las ceremonias religiosas.


Posiblemente de ahí surge el nombre científico que puso Linneo al cacaotero o árbol del cacao; Theobroma cacao está compuesto por "Theos" que es Dios y "broma" alimento. Muchísimo tiempo antes, los pueblos mesoamericanos que lo consumían bautizaron al cacao como kakawa y a la bebida que se elaboraba a partir del el cacahuaquchtl, palabro que los conquistadores españoles transformaron en chocolate. La palabra Nauatl xocoatl (literalmente 'agua amarga') se incorpora al castellano como "chocolate".


Cuando llegaron los conquistadores a América, sus habitantes llevaban cultivando y consumiendo el cacao desde hacía más de 3.000 años. Tan importante era para ellos que utilizaban las semillas de cacao como moneda; incluso el mismo Hernán Cortes la utilizó para pagar a los suyos. Este lienzo de Tlaxcala, del siglo XVI muestra a la india Malinche traduciendo la lengua de los mexicas a Cortés. Fuente: Wikimedia/DP.

Los mayas consumían el cacao triturado, con agua fría y aderezado con especias - vainilla, chile, achiote - y miel silvestre - quedando una bebida amarga y picante. Los españoles cambiaron la receta, sirviéndolo caliente, más dulce y con otras especias: canela, clavo, anís y pimienta negra molida. Y así fue como viajó a España y al resto de Europa.


Escultura azteca de un hombre con un fruto de cacao.

lunes, 24 de agosto de 2015

LOS SILOS, CATEDRALES DEL CAMPO

Si has viajado este verano por el interior de España, y eres mínimamente observador, habrás reparado en algún edificio como este, situado cerca de pueblos o ciudades de cierta importancia. Para los que no lo sepáis, se trata de silos destinados al almacenamiento de cereales.


Silo de Carbonero el Mayor. Cada año, al final de la cosecha los agricultores tenían que acudir obligatoriamente al silo a vender su grano. Fuente: David Daguerro - Own work. Licensed under CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons.


A estos hitos se les ha llamado las "catedrales del campo", ya que destacan por su altura en el paisaje rural. A pesar de su destino más prosaico (pero no menos importante) y de un aspecto bastante menos espectacular que las catedrales de verdad, también forman parte de nuestro patrimonio, en este caso del industrial agroalimentario; aunque lamentablemente la gran mayoría de ellos están hoy en día olvidados y en desuso.





Un poco de historia



Situémonos en la España del primer tercio del siglo XX. Unas cosechas de trigo tremendamente variables de un año para otro, el aumento de las tierras dedicadas a este cereal aunque apenas dieran rendimiento y una gran desorganización del mercado del trigo, hacían necesario que el Estado interviniera, estabilizando precios y rentas. Esta situación, denominada como "el problema triguero", fue objeto de las típicas discusiones políticas sobre lo qué había que hacer, que solo se tradujeron en el tímido intento de los silos cooperativos; pero llegó la Guerra Civil y lo trastocó todo.



En plena contienda, en 1937, se crea el Servicio Nacional del Trigo (SNT), cuya misión era comprar la cosecha de trigo a los agricultores, para asegurar el abastecimiento de la población y el mantenimiento de los campesinos. Durante la posguerra (a la que hay que añadir la "pertinaz sequía") aumenta la precariedad de los miles de pequeños agricultores trigueros, se hace inevitable una mayor intervención estatal. Así, entre 1941 y 1984 el SNT proyecta, construye y consolida la Red Nacional de Silos y Graneros, una enorme infraestructura estatal diseñada por Ingenieros Agrónomos (asesorados por un arquitecto en temas de estética) para recoger el trigo en las zonas productoras y redistribuirlo según las necesidades. Para su construcción se utilizaron los precarios materiales disponibles en la posguerra y se contó con el asesoramiento de ingenieros alemanes.



España cuenta con una Red Nacional formada por 672 silos y 277 graneros, aunque se han perdido algunos de ellos. Se distribuyeron estratégicamente por las principales regiones cerealistas y asociados a nudos de comunicación (ferrocarril, carreteras y algunos puertos).  
Fuente: SNT/www.silosygraneros.com.




Los primeros silos que se construyeron fueron los de tránsito, preparados para recibir el grano de los silos de recepción y regular el tráfico de grano entre zonas productoras y consumidoras. También servían de almacén para regular los precios entre años de cosechas variables. El silo de Córdoba es un majestuoso ejemplo de este tipo, que actualmente se utiliza para guardar las piezas que no caben en el Museo Arqueológico de Córdoba. Fuente: Américo Toledano - Own work. Licensed under CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons.


También se construyeron silos en los puertos de Málaga y Tenerife. En esta foto se ve como en el de Málaga (actualmente derruido) se transportaba el trigo mediante tubos de succión desde las bodegas del barco a las celdas del silo. 
Fuente: SNT/www.silosygraneros.com



Mientras el sector del trigo y otros cereales funcionó en régimen de monopolio estatal, los sucesivos organismos estatales agrarios se dedicaron a comprar, almacenar y vender cereales, por lo que todos los Silos de la Red eran muy utilizados. Con la incorporación de España en la Comunidad Económica Europea en 1986, la intervención en los mercados pasa a depender totalmente de la legislación comunitaria y ya no hacen falta tantos silos. Actualmente disponemos de una Red Básica de almacenamiento público compuesta únicamente por 141 unidades, entre silos y graneros.




No todos los silos son iguales



Aunque estos edificios puedan parecer todos iguales, hay una gran diversidad, que hace a la Red de Silos única en el mundo. Y es que, aunque funcionalmente son todos muy parecidos, el aspecto final de los silos varía mucho según su destino, la época de construcción y los materiales utilizados.


Desde la Nacional VI se puede ver el Castillo de Arévalo, que ahí donde lo veis, fue reconvertido en silo en 1953. Se abandonó su uso como silo en 1977 y se ha vuelto a recuperar como castillo. Este forma parte del grupo de silos construidos en edificaciones anteriores. Fuente: Magrama.

En una primera etapa los silos se adornaban mucho, para darles la majestuosidad requerida a una obra pública construida por el régimen. Este silo de Ávila es un buen ejemplo. Fuente: Jacinta Lluch Valero, Licensed under CC BY-SA 2.0 via Wikimedia Commons.


En una segunda etapa de construcción, a finales de los años cincuenta, se impone el sentido práctico y la economía. Se construyen silos más pequeños dispersos por el territorio proyectados en serie y de aspecto más sobrio. Son los silos típicos que todos conocemos, como los de las fotos de Carbonero el Mayor o Motilla del Palancar.

En la última fase final de la red, en la década de los 70, primaba economía en la construcción y los silos, desnudos y funcionales, se parecen más a los construidos en norteamérica. 




Un silo por dentro



Un silo de almacenamiento vertical debía ser capaz de almacenar grano, facilitar las tareas de llenar, vaciar o mover el grano de unas celdas a otras para evitar su fermentación, e incluso la selección de grano como semillas. Para cumplir con su función todos los silos cuentan con una serie de características comunes.



Foto "Silo de cereal en Motilla del Palancar" by B25es - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons. Modificada por la autora para mostrar las distintas partes del silo.


Las celdas de almacenamiento son grandes depósitos verticales adosados entre sí, formando filas. Pueden apreciarse a simple vista o no. Pueden ser de hormigón, ladrillo cerámico o acero.



La torre elevadora aloja en su interior la maquinaria necesaria para elevar el grano desde el foso, donde descargaban el grano los camiones, hasta la galería superior horizontal de reparto. Allí se encontraba la maquinaria que distribuía el grano en las distintas celdas.



Para sacar el grano de las celdas existía una galería inferior donde se encontraba toda la maquinaria que permitía recoger el grano por gravedad, pesarlo y ensacarlo o cargarlo en los camiones.

Muchos silos también cuentan con marquesina en la zona de recepción del grano, para proteger tanto a los agricultores de las inclemencias del tiempo (básicamente sol, recordemos que el trigo se cosecha en verano). Son también muy frecuentes las naves anexas adosadas al silo para realizar tareas de ensacado, selección y guarda de maquinaria.




Esquema del interior de los silos de almacenamiento vertical. ( En el video sobre los silos andaluces que enlazo al final de la entrada hay una animación muy apañada de su funcionamiento, min 4.43). Fuente: Mateo Caballos, C. (2009) / www.silosygraneros.com



Situación actual 


Aparte de los silos que constituyen la red básica y que están actualmente en uso. La administración central ha ido progresivamente deshaciéndose del resto, "endosándoselos" a Comunidades Autónomas y ayuntamientos. pero aun así, todavía le quedan. Precisamente el pasado 7 de julio, el FEGA (Fondo español de Garantía Agraria, FEGA, perteneciente al Ministerio de Agricultura), subastó 27 silos.

Para evitar el derribo o desaparición de este patrimonio histórico, se han planteado fórmulas de reutilización de estos edificios ofreciéndoles otros usos: museo, teatro, centro de recepción de visitantes, biblioteca, hotel o incluso balneario.


El Hotel Tximista recupera un antiguo silo que durante mucho tiempo funcionó como fábrica de harinas. En esta foto se aprecia bien la galería inferior. Foto cedida por la compañía


Aquí podéis ver distintas maneras de dar nuevos usos a los silos. 






  • Para hacer esta entrada me he basado principalmente en la valiosa información ofrecida en la web www.silosygraneros.es , dedicada a la difusión y puesta en valor del patrimonio de la Red Nacional de Silos y Graneros.
  • Si quieres más información e imágenes de silos andaluces puedes verlos en este vídeo.
  • En este video del NO-DO podéis ver muchos silos cuando estaban en su plenitud, incluido el del puerto de Málaga y el castillo de Arévalo.


martes, 12 de mayo de 2015

AGRICULTURA EN LA CULTURA: EL ROMANCE DEL PRISIONERO



Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,


cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,


sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,

sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.




Una imagen, más o menos, de la época. Tomada de aquí, aunque vete tu a saber...


Este romance es uno de los más conocidos del Romancero Viejo, conjunto de poemas anónimos compuestos durante los siglos XIV y XV.


En esta época la agricultura y la ganadería eran todavía las principales actividades económicas. El paisaje que no podía disfrutar el prisionero posiblemente se compondría de campos sembrados de cereal intercalados por otros sin sembrar para que descansaran (la técnica del barbecho, que ya vimos en uno de los primeros ABECEAGRARIOS) o sembrados con leguminosas.

 
Observando de cerca un campo de trigo, veríamos que de las "macollas" han empezado a crecer hacia arriba los tallos que sostendrán las espigas en poco tiempo. A esta fase del ciclo del trigo, que comienza en cuanto aprieta el calor, se llama "encañado". Aquí podéis ver las fases de crecimiento del trigo. Fuente





El campo estaría llenito de flores silvestres, muchas de ellas asociadas a los cultivos, creciendo tanto en los campos cultivados como en los barbechos; por aquel entonces no había ni tractores con aperos que removieran el suelo, ni  herbicidas para luchar contra las malas hierbas. Las parcelas en descanso o ya cosechadas eran aprovechadas por el ganado ovino, que tenía mucha importancia por aquella época (la famosa Mesta). En esta foto vemos a la clásica amapola, la avena loca, la espiga de otra gramínea que no conozco aún y al cardo cundidor en una esquinita





Por último, aquí tenéis a la calandria, habitante típica de los cultivos extensivos de cereal y pastos naturales. Ilustración e informacióntomada de la página de SEO, donde podéis escucharla vosotros también.



 
El ruiseñor debería contestarle desde la orilla de algún río o arroyo, o desde cualquier lugar cubierto por una espesa vegetación. Y es que en aquella época posiblemente el paisaje agrario sería más diverso que ahora. Ilustración e información tomada de la página de SEO





Y ya para redondear esta pequeña dosis de literatura, agricultura y naturaleza, un poco de música: el Romance del Prisionero cantado por Joaquín Díaz.