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jueves, 12 de abril de 2018

LA TEMIBLE XYLELLA...SOLO PARA LAS PLANTAS

¿Habéis oído hablar de ella? ¿alguien tiene alguna idea remota de qué puede tratarse? Desde luego que por el nombre, no parece nada bueno.
 

Se trata de una bacteria que ataca a un número considerable de plantas, entre las que se incluyen importantes cultivos, causándoles la muerte. Dada la rapidez de su expansión se ha bautizado con el apodo, un tanto alarmista, de "el Ébola del olivo". 

Una rama de un olivo afectado por la Xylella. Fuente: CNR / DONATO BOSCIA

Pues bien, esta bacteria ha llegado a la Comunidad de Madrid, y a un olivar. Desde zonas más cálidas del Mediterráneo hasta el centro de España y a uno de los cultivos más importantes de España. Así, la confirmación de un caso de Xylella fastidiosa en una finca de Villarejo de Salvanés está siendo noticia por lo que podría significar este hecho
 

Muchas de las notas de prensa y dossieres informativos publicadas hasta el momento recalcan que se trata de una bacteria completamente inocua para el ser humano o los animales. Y voy a insistir yo también en la idea, no vaya a ser que esta (mala) noticia dé lugar a bulos y teorías extrañas, de esas que se expanden por Internet con más rapidez que la propia bacteria, alimentada con el miedo y la desinformación de mucha gente.
 

¿Qué es la Xylella?
 

Xylella fastidiosa es una bacteria que puede producir graves daños en cultivos leñosos como cítricos, vid, olivo, diversos frutales de hueso, y café, así como numerosas plantas ornamentales. Pero no se limita a las plantas cultivadas: la bacteria ha sido detectada o aislada en más de 300 especies de plantas en todo el mundo, aunque no todas son sensibles a la enfermedad.
 

Adelfa infectada por la bacteria en Arizona. Fuente: I. Pompilid/wikimedia. 

¿De dónde viene y cómo ha llegado hasta Madrid?
 

Su principal área de distribución era el continente americano, especialmente zonas de clima tropical y subtropical,  pero se está extendiendo por todo el mundo.

En Europa se detectó su presencia por vez primera la región de Apulia (Italia), donde ha causado verdaderos estragos. También ha aparecido en diversas provincias del sur de Francia, en un invernadero alemán (una adelfa que fue destruida) y en España. Hasta la detección del foco madrileño, se conocían casos en Baleares y Alicante.
 La zona donde ha aparecido en Madrid es particularmente peligrosa, al ser la comarca  de mayor producción vinícola y olivarera de la Comunidad y estar muy próxima a Castilla-La Mancha, que tiene vides y olivos para aburrir.

¿Y cómo se las apaña esta bacteria para extenderse de esta manera?. Para las distancias cortas elige a pequeños insectos chupadores que se alimentan de la savia bruta que circula por el xilema (son conceptos que se estudian en el colegio, pero por si acaso mira el gráfico). Son por tanto "insectos vectores" que al alimentarse plantas infectadas, transportan la bacteria a plantas sanas.
 


Pero para las distancias largas optan por aprovecharse de los barcos y camiones que se utilizan para el comercio y transporte internacional de plantas procedentes de países o zonas en las que la bacteria está presente. Pueden ir cómodamente instaladas en plantas infectadas o en los propios insectos, que se las apañan para ir de polizones en los barcos.

¿Cómo afecta a la planta?
 

Xylella se multiplica dentro del xilema, es decir en los vasos que distribuyen el agua y las sales minerales (es decir, la savia bruta) por toda la planta. Si llega a obstruirlos ya os podéis imaginar el resultado: la savia no llega, y con ella ni el agua ni los nutrientes.


Foto de microscopio electrónico de Xylella haciendo de las suyas en el interior de un tejido vegetal. Fuente: Ulla Jarlfors, University of Kentucky, Bugwood.org

Realmente estos síntomas varían mucho de unas plantas a otras, pero en general son marchitez, decaimiento generalizado, secado de hojas y ramas, pudiendo acabar en la muerte de la planta. Se trata de los típicos síntomas achacables al estrés provocado por factores ambientales: falta de agua, viento, salinidad o exceso de nutrientes. Pero la Xylella no se corta y ataca a las partes jóvenes y viejas por igual.
 

Pero también puede ocurrir que la planta infectada no muestre síntomas de la presencia de la bacteria, lo que dificulta su detección y se convierte en su "hospedante secreta".
 

Por si hubiera alguien preocupado por si la bacteria llegue a los frutos, y por tanto a algunos alimentos, vamos a volver a incidir sobre el tema: a) las bacterias se alojan en otro lugar, b) debilitan tanto a la planta que posiblemente no produzca frutos y c) están especializadas en atacar a plantas, no afectan a animales o personas. Conclusión: podéis seguir consumiendo aceite madrileño o de donde sea sin miedo.
 


Una pena que un artículo nada sensacionalista comience con una foto tan mal elegida, que puede dar lugar a confusión. Esas aceitunas lo que tienen es una larva, muy posiblemente de mosca del olivo, y la mosca lo "único" que hace es arruinar la calidad del aceite. Tomado de aquí

 
¿Cómo se controla?

La principal medida de control es extremar las precauciones en cuanto al comercio internacional de material vegetal sensible, especialmente el que viene de lugares donde vive la bacteria. Este material vegetal debe proceder de productores oficialmente autorizados y poseer pasaporte fitosanitario. Y ojo, esto también se aplica a las plantas ornamentales, así que mucho cuidado con lo que compramos para el jardín
 

Un arbolito de cítrico a la venta en una gran superficie. No soy yo de comprar planta en estos lugares, pero es buena cosa que tengan su pasaporte sanitario.
 
Actualmente no hay manera de curar las plantas enfermas. El manejo de la poda, la fertilización o el riego puede contribuir a aumentar la resistencia de las plantas y mitigar los daños, pero no llega a curarlas. Y mientras haya insectos vectores y plantas enfermas, la amenaza seguirá vigente.
 

El control de las poblaciones de insectos vectores (que para colmo pueden ser varias especies distintas) consiste en la aplicación de tratamientos fitosanitarios específicos asociados a determinadas prácticas agrícolas, como la eliminación de vegetación adventicia que constituye un refugio donde estos insectos pueden completar su ciclo de vida.
 

Graphocephala atropunctata es uno de esos bichitos que sirve de taxi a la Xylella.

sábado, 31 de diciembre de 2016

ALMENDRAS “MADE IN SPAIN”

Esta mañana me acabo de tomar un mazapán de los ricos, de esos que saben a almendra y no están duros como piedras. Seguro que también caerá algo de turrón, polvorones, mantecados... Ya sé que cada vez menos gente los toma, que son fatales para la línea y que ahora se llevan turrones más sofisticados, o si acaso unos bombones. Ya le he dedicado una entrada al cacao, otra al azúcar y otra del aceite de palma para cubrir gran parte de la oferta de dulces navideños actuales.

Sin embargo, creo que las almendras, humildes y saludables ellas, merecen nuestra atención, ya sea como aperitivo o merienda o como componente principal de muchos dulces mediterráneos.

Almendro en flor. De Vincent van Gogh. Google Cultural Institute. Dominio público.


California vs España

Cada vez se consume más almendra en todo el mundo, concretamente un 5% más cada año; incluso países asiáticos como India, China o Indonesia que se están sumando a la moda. Esto se debe principalmente a la fama de alimento saludable que ha adquirido este fruto que además ha entrado en nuestras dietas de múltiples formas.

Como curiosidad, cabe citar que el aumento de alergias al cacahuete en niños estadounidenses o las nuevas tendencias alimentarias (las dieta "paleo" por ejemplo) influyen en el aumento de la demanda.


EEUU es el primer productor mundial de almendras, concretamente el estado de California con cerca de 1,4 millones de toneladas. La producción allí es posible porque en esa región existe un clima muy similar al mediterráneo y desde el principio se optó por un sistema intensivo, basado en variedades más productivas, con riego, abonados podas y tratamientos fitosanitarios para obtener el mayor potencial posible de estos árboles.  Así, es la producción californiana y la cotización euro/dólar las que marcan el precio mundial de este producto.

Para que os hagáis una idea, os muestro unos datos tomados de esta charla de 2015, que son muy elocuentes. España con 431.148 ha, es el país con mayor superficie cultivadas de almendro del mundo, pero tiene una limitada capacidad productiva de 114 Kg/ha. En Estados Unidos, con menos superficie (352.084 hectáreas concretamente) plantadas de almendros, estos dan una producción unas veinte veces mayor, de 2.409 Kg/ha.

¿Sabías que la producción de almendra californiana supone aproximadamente el 80 % del total mundial?

Cultivo de almendros en California. Fuente: Gerald Holmes, California Polytechnic State University at San Luis Obispo, Bugwood.org.


¿Y qué ocurre con España? Pues que, para bien y para mal, no parte de cero. El almendro es un cultivo netamente mediterráneo, y hasta los años 60, aquí éramos los reyes, más que nada porque a nadie se le había ocurrido probar a plantarlos en otros lugares. Heredamos árboles de variedades en general poco productivas, cultivados tradicionalmente en zonas marginales como complemento a otros cultivos y utilizando técnicas de cultivo digamos "anticuadas". Pero por otra parte, algunas de esas variedades que conservamos son de una gran calidad y sabemos mejor que nadie cómo procesar la almendra, tanto para consumirla directamente como para elaborar una confitería única, heredera de los dulces árabes elaborados en base a miel y almendras.

¿Sabías que la almendra Marcona está considerada como la variedad de mayor calidad a nivel mundial?
 
De esta manera se da una situación peculiar: España produce y exporta almendra de gran calidad, pero también importa para luego reexportar los distintos productos de la almendra ya procesados (palitos, láminas, dados, harina, pasta, etc,...) ya que dispone de una industria puntera a nivel mundial en ese campo, capaz de aportar un valor añadido a este producto.

Almendros en España: marginales y superintensivos, todo cabe.

Los almendros españoles se encuentran  fundamentalmente en el arco mediterráneo, desde el sureste árido andaluz y murciano, subiendo por las sierras de Alicante y Valencia hasta llegar incluso a Cataluña. Le siguen en importancia regiones interiores de climas duros como Aragón y Castilla-La Mancha.  

Almendros en Ibiza


A pesar de la gran superficie que en España se dedica al cultivo del almendro, en torno a las 600.000 hectáreas actualmente ya hemos comentado que una parte importante es de carácter marginal. Aunque su contribución a la producción nacional de almendra es modesta, tienen también su importancia, sobre todo de cara al desarrollo rural: esos terrenos marginales se pueden revalorizar por la presencia de industrias locales de productos derivados, por turismo rural derivado de sus valores paisajísticos, e incluso por su aprovechamiento en régimen ecológico, apoyado con ayudas de la PAC.


¿Sabías que las provincias de Málaga, Granada y Almería, son las principales productoras de almendras ecológicas de España y del mundo?

Los almendros son árboles muy sufridos y medran bien en lugares de climas duros y suelos pobres, eso sí en esas condiciones no hacen milagros y dan poca almendra. Pero en cuanto se les mima un poco, con un poco de agua la cosa cambia y aumenta la rentabilidad de una manera significativa. Y ya que se les da de beber en las plantaciones modernas se les enriquece la dieta: aplicando abono, a lo largo del año y según las necesidades del árbol, junto con el agua de riego mediante fertirrigación. 

Así, las producción puede variar enormemente según el sistema de cultivo: desde los 100 kg de pepita por hectárea en condiciones de secano pobre, a los más de 2.000 kg en buenas plantaciones en regadío.



Con los  nuevos cultivos de almendros, que incorporan todas nuevas técnicas agronómicas: regadío, abonado, mejora genética, formación en seto que permite la cosecha automatizada se tarda menos en empezar a dar rendimientos, por lo que se prevé que España pueda duplicar su producción en siete años.

En España cerca de la mitad de las almendras van a parar a la industria de dulces navideños, principalmente en forma de turrón y mazapán. Y es que en general la industria mantiene fuertes vínculos con la producción, hasta el punto que marcas de productos como Delaviuda en Toledo o Borges en Cataluña, están plantando sus propios almendros para no depender tanto del mercado exterior.

El principal consumidor de almendras es la industria de la confitería, turrones, chocolates y pastelería.
 
Y es que, a pesar del auge del chocolate y la grasa de palma, afortunadamente la tradición se mantiene y tenemos nada menos que 7 productos navideños con Indicación Geográfica Protegida en los que interviene la almendra en mayor o menor medida: turrón de Jijona (el blando), turrón de Alicante (el duro), turrón de Agramunt (en LLeida), mazapanes de Toledo, polvorones y mantecados de Estepa y el alfajor de Medina Sidonia (Cádiz).


La burbuja “almendrística”

Como vimos, California es la que “parte el bacalao” en el mercado de la almendra. Pero de un tiempo a esta parte ha bajado bastante su producción, debido en gran parte a la tremenda sequía que han padecido y a que les tocaba renovar plantaciones, tarea que hay que hacer cada 20 ó 25 años debido al ciclo productivo de este cultivo.

Con esta situación de fuerte demanda acompañada por un bajón en la producción del gigante californiano, los precios en las lonjas son lo suficientemente atractivos - han alcanzado los 8 euros por kilo de almendra pelada - como para en el resto de países se aproveche la situación y se planten más almendros.

Si consideramos que estas nuevas plantaciones se están haciendo en plan intensivo, ocupando incluso zonas donde hasta hace poco había cultivos actualmente apenas poco rentables, y sobre todo que California tarde o temprano acabará saliendo del bache...tenemos todos los ingredientes para un boom de la almendra. El tiempo lo dirá.


Variedades de almendras para los distintos usos

Se puede decir que hay dos tipos principales de almendra: las de cáscara dura y las de cáscara blanda o mollares. Y como no hay dos sin tres, también tenemos de cáscara semi dura.

Esta diferencia es en parte responsable de la posición en el podium de los distintos países productores. Los grandes cultivos californianos y australianos son de variedades mejoradas de cáscara blanda - "Nonpareil", "Ne plus ultra", "Texas", - que se puede romper haciendo fuerza con la mano. Al ser la cáscara menos densa, pesa menos y por tanto su rendimiento en el descascarado es mucho mayor que las de cáscara dura: en torno al 60 %, de un kilo de almendras con cáscara 600 gramos corresponden al fruto y 400 a cáscara. Pero esta ventaja económica implica desventajas, la cáscara más débil las hace son más propensas al ataque de insectos, por lo que se hace necesario realizar tratamientos fitosanitarios y al enranciamiento (oxidación de sus grasas) durante el almacenado.

En España la gran parte de los cultivos son de variedades autóctonas de cáscara dura (aunque también las hay de cáscara blanda como la Mollar de Tarragona). Por ejemplo la famosa almendra Marcona tiene un rendimiento del 20-27 %, o la Guara, muy extendida últimamente, tiene un 30-34 %. Poco a poco se están introduciendo también variedades italianas, francesas e incluso portuguesas.

¿Sabías que la almendra Marcona es originaria de la provincia de Alicante?

Pero cuando un agricultor decide plantar almendros, aparte del rendimiento final, tiene que tener en cuenta muchos factores - condiciones de la zona (suelos, heladas, sequía, frío, etc.), época de floración, compatibilidad del polen, facilidad de formación y poda, resistencia a plagas y enfermedades, época de maduración y facilidad de recolección y pelado -, que le harán decidirse no solo por la variedad de almendro utilizada sino por los patrones a utilizar, ya que en este cultivo utilizar injertos es lo habitual.


Almendro de la variedad "Guara". Esta variedad autocompatible (puede polinizarse a si misma) y de floración tardía (hay menos probabilidad que una helada afecte al cuajado de las flores) ha sido obtenida por un programa de mejora del CITA de Aragón. Fuente: Blog Crisolar
  
Y por último están los requerimientos del mercado. Como ya hemos comentado, las almendras son cada vez más demandadas como aperitivo saludable por su especial composición en proteínas, fibra y grasa, principalmente en forma de ácido oleico. Existen diferencias significativas entre las variedades, tanto en la cantidad de grasa como por su tipo, y las autóctonas españolas se llevan la palma.

Determinados usos tienen sus variedades preferidas: "Desmayo Largueta", para aperitivos de almendra tostada con piel, "Marcona", para turrón por su composición en grasas, almendras pequeñas para las tabletas de chocolate o grandes para las laminadas.

Un dulce no navideño pero basado en la almendra es la Tarta de Santiago, que incluso tiene IGP. Estas sólo utilizan almendras de primera calidad, con un contenido en grasa superior al 50%, especificación que cumplen generalmente las almendras de variedades de origen mediterráneo (entre ellas “Común”, “Marcona”, “Mollar”, “Largueta” y “Planeta”) que son las que habitualmente se utilizan. Fuente: Mis Thermorecetas.

Y esto es todo por esta vez. Espero que esta entrada sirva para que, aprovechando la navidad, descubráis cosas nuevas sobre este alimento tan nuestro y tan saludable.



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miércoles, 25 de marzo de 2015

CLIMA, ABEJAS Y ALMENDROS EN FLOR



Preciosa foto de almendros cultivados en bancales en Alicante. Cortesía de  Miguel Llinares


Hará ya unos cuantos días que asomaba la primavera, de la mano de almendros, prunos y otros árboles de la familia de las rosáceas. Belleza efímera que está ahora mismo más que pasada por agua. Es lo que tiene la primavera.


Aparte de la indudable belleza y el atractivo paisajístico de los almendros en flor, el clima que tengamos en esta época es clave para obtener una buena cosecha y que las próximas navidades no suba demasiado el turrón.  Y es que hay tres factores que explican el éxito de una cosecha de almendras: polinización, lluvias y heladas.




El cultivo del almendro 


Se cree que los fenicios introdujeron el cultivo del almendro en España hace más de 2.000 años y que posteriormente los romanos lo propagaron. Al principio se estableció en las zonas costeras, lugares donde sigue predominando y que se mantienen como los más productores - Andalucía, Región de Murcia y Valencia. Progresivamente ha ido introduciéndose hacia zonas de interior, en Aragón, Cataluña y Castilla-La Mancha.


Hasta 1960 la región mediterránea (España, Italia, Francia) era la principal abastecedora de almendra del mundo, pero los sistemas de producción tradicionales con variedades locales y técnicas anticuadas le cedieron el puesto al estado de California en EEUU, actualmente líder en producción gracias al cultivo intensivo en regadío de variedades seleccionadas.


 ¿Sabías que California produce cerca del 80% de las almendras del mundo? . Fuente: Gerald Holmes, California Polytechnic State University at San Luis Obispo, Bugwood.org

El almendro es un frutal de zonas cálidas, al que no le gusta mucho el frío. De hecho requiere pocas horas-frío para fructificar (200-400), lo que explica que sean los primeros en florecer; en cuanto asoma un poco el calorcito, se visten de fiesta. Tradicionalmente ha sido un cultivo de secano, muy tolerante a la sequía; aunque es capaz de producir almendras con 300 mm de precipitación anual, para que sea rentable su cultivo hacen falta  como mínimo 600 mm (o poner riego por goteo). Respecto a la calidad del suelo, es poco exigente, pero los que se encharcan con facilidad le sientan fatal.


Es por tanto un cultivo típicamente mediterráneo, que exige una distribución de las lluvias que interfiera poco con la floración, polinización y maduración del fruto. El problema del clima mediterráneo es que es intrínsecamente variable, por lo que, por si las moscas, hay que buscar soluciones que nos aseguren las almendras para los dulces de navidad.


La época de floración


Las plantaciones antiguas de almendros incluían generalmente una mezcla de variedades, de manera que siempre había árboles cuya floración coincidía junto con una pobla­ción silvestre de insectos polinizadores, básicamente abejas, haciendo su trabajo.  Así, aunque hubiera deficiencias en la polinización, estas no eran muy evidentes y no se solucionaba el problema.


Las plantaciones modernas, utilizan menos variedades, entre otras razones  para lograr cosechas más homogéneas. Tampoco disponen de poblaciones sanas y abundantes de abejas y otros insectos polinizadores que acudan en masa a darse un festín con el néctar de las flores. Así, la polinización, que antes se daba "gratis" y espontáneamente es otro asunto más del que se tienen que ocupar agrónomos y agricultores, ya sea incorporando colmenas o utilizando variedades autocompatibles, cada vez más habituales.




En la polinización está la clave


Las variedades tradicionales de almendro son autoincompatibles, esto significa que el polen de una planta, aun siendo viable, es incapaz de fecundar a las flores de la propia planta y, por tanto, no podrá desarrollar una semilla. Es un mecanismo biológico muy frecuente que contribuye a la creación de variabilidad genética y que, en el caso de los almendros cultivados, hace necesaria la presencia de árboles polinizadores.



La fecha de floración no es algo fijo, varía según el clima reinante, influyendo sobre todo la temperatura. Cada variedad necesita una cantidad determinada de horas-frío, y normalmente van floreciendo, una tras otra, más o menos en la misma secuencia año tras año. Aunque variedades distintas puedan solapar durante un tiempecillo su floración, este puede no ser suficiente como para que a las abejas les de tiempo a visitar todas las flores y depositar el polen ajeno en el lugar correspondiente.


¿Cómo se soluciona el problema?


La primera opción es diseñar la plantación intercalando dos variedades compatibles entre sí que florezcan a la vez: un 66 % de la variedad elegida y un 33% de una "variedad polinizadora". Se colocan además de 4 a 6 colmenas por hectárea, cuyos habitantes estarán trabajando a tope el tiempo que dure la floración.


La segunda opción es plantar de variedades autógamas, o autocompatibles con flores capaces de ser fecundadas por su propio polen.



Abejas viajeras

¿Sabías que a los cultivos de almendros californianos las abejas llegan en camión procedentes de todo Estados Unidos? Y es que para polinizar los almendros en flor, que ocupan unas 324.000 hectáreas, se suelen necesitar 1,6 millones de colonias de abejas domesticas. Se llegó incluso a traerlas desde Australia en avión, antes de que se prohibiera la importación de abejas por motivos sanitarios.






A las abejas no les gusta el mal tiempo


El clima no solo influye en el momento de la floración, también en el trabajo de los polinizadores. La lluvia o un viento superior a 24 km/h impiden el vuelo de las abejas. La temperatura ambiente ideal para estos bichitos está entre los 15-16ºC; según disminuye van parando el carro, y si baja de los 10-12ºC directamente se van a la colmena, que están más calentitas.


Tiene mucho mérito conseguir un primer plano,  porque ¡estas obreras no paran!. Cortesía de Miguel Llinares, ¡muchas gracias!.



Las heladas tardías,  el peor enemigo.


Es un problema más acusado en el interior, aunque los almendros de zonas costeras tampoco se libran de ello. Con la manía de anticiparse al buen tiempo es fácil que una helada pille desprevenido al almendro vestido con sus mejores galas. Una helada justo en el momento de la floración o inmediatamente después se puede arruinar totalmente la futura cosecha.


Frente a este problema caben dos soluciones, la utilización de variedades de floración tardía y el cultivo en laderas soleadas. Esto último, además de esquivar de alguna manera a las heladas, favorece la actividad de las abejas.



Una vez cuaja el fruto, tarda mucho en madurar. Habrá que esperar hasta septiembre u octubre para recogerlo lo que significa unos nueve meses, justamente como un bebé o un ternero. Fuente:  Robert Vidéki, Doronicum Kft., Bugwood.org