lunes, 25 de enero de 2016

SEMANA VERDE 2016: CUANDO LA POLÍTICA Y EL DINERO SE SIENTAN A LA MESA


Este año no voy a hacer una crónica al uso de la feria, ya que en esencia cambia muy poco de un año para otro. Y digo en esencia, porque este año me ha dado ideas sobre las que reflexionar que me gustaría compartir con vosotros. Hasta el punto de que será mejor hacer la crónica en dos entregas para no empacharnos demasiado.



Este año la feria cumple su noventa cumpleaños (aunque realmente lleva 81 ediciones). Desde 1926 cerca de 85,000 expositores procedentes de 128 países han presentado sus productos, convirtiendo a este acontecimiento la mayor feria mundial dedicada al consumidor de agricultura, alimentación y horticultura. Fuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

Cosas de la política internacional

Una feria agroalimentaria internacional como la Semana Verde no puede ser ajena a las tensiones geopolíticas actuales y este año la ausencia de Rusia se ha notado, y mucho. Las relaciones de Moscú con Bruselas comenzaron a deteriorarse en 2014 a causa de la crisis en Ucrania: la UE aplicó sanciones a Rusia y esta contraatacó con un embargo a la importación de productos alimentarios procedentes de los países europeos que todavía dura. 

Así, por primera vez desde 1993 (cuando se normalizan las relaciones entre Rusia y Alemania tras la caída del muro), Rusia y sus repúblicas afines han estado ausentes de la Semana Verde. Aunque sí que han asistido Ucrania y Georgia, no han podido rellenar el tremendo hueco que dejado por los vistosos, coloridos y exóticos stands de Rusia y algunas de las repúblicas de nombres raros terminados en "istán" amigas suyas. Concretamente, la ausencia se ha debe a que el gobierno alemán negó el visado al ministro ruso de Agricultura, Alexander Tkachev (que figura en la lista negra de personas sancionadas por la UE por su participación en la crisis Rusia-Ucrania) y el gobierno ruso ha reaccionado como cabía esperar: "ahí os quedáis, a ver quién es el guapo que os alquila ahora los 6.000 m2 de pabellón". 
Marruecos ha sido el primer país socio no europeo en los noventa años de historia de la Feria. Semana Verde. ¿Casualidad? ¿coincidencia?  La UE (el Tribunal de Justicia concretamente) tiene sus mas y sus menos a cuenta del conflicto del Sahara occidental, pero tal como está el patio conviene tenerlos como "amigos" ya que es un país clave en el control del integrismo islámico y supongo que interesante a la hora de importar y exportar productos. Fuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

Imagino que para la organización el descalabro habrá sido importante a la hora de reubicar no solo stands sino pabellones enteros, para que se notara menos la ausencia. Lo bueno es que esta circunstancia nos ha brindado algunas sorpresas que merece la pena contar.


Don Quijote aterriza en la Semana Verde


Dos consecuencia visibles de la ausencia rusa han sido varios espacios vacíos sin stand y pasillos más amplios (lo cual agradecimos particularmente el sábado, cuando acuden los berlineses ). La parte invisible me la imagino, para rellenar el espacio hay que bajar precios para que nuevos expositores potenciales se animen a participar en la feria. Así, fue una grata sorpresa encontrarnos con el stand oficial de la Denominación de Origen de Vinos de la Mancha.

Por fin teníamos un sitio al que llevar a nuestros amigos periodistas internacionales.

Y es que, como conté en crónicas anteriores, España está presente pero no de manera institucional (como muchos otros países). Hay stands de vinos y/o embutidos, pero suelen ser de importadores privados, atendidos por personal alemán y con poco interés por la difusión a nivel internacional. Por cierto, me hizo gracia ver dos lonas bien grandes, con un toro bravo cada una, decorando un stand catalán...¿no se supone que allí están ya prohibidas las corridas de toros?. Cosas del marketing y los tópicos, supongo .

A esto me refiero con los típicos tópicos. Fuente: Servicio de prensa de la Semana Verde.

También pasamos cerca de otro stand cuyo lema era "Ich Liebe Rot" (algo así como "Me encanta/amo el rojo") y que ignoré completamente al estar saturada de carteles escritos en alemán por todos lados y no verlo con mucha vidilla. De vuelta a casa, me entero que forma parte de una campaña impulsada por la Asociación Interprofesional de la Fresa Andaluza para promocionar el consumo de fresas producidas en Europa.


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Oleh

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