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martes, 27 de febrero de 2018

"STRANGER PIGS" Y LA COMUNICACIÓN AL CONSUMIDOR

En la entrada anterior expliqué por qué no me había gustado el último programa de "Salvados", en el que tocaba temas muy importantes en torno a la producción porcina intensiva. En él se dijeron cosas que son ciertas, pero acompañadas de verdaderas burradas; el resultado, una imagen distorsionada y una información descontextualizada sobre el sector porcino que ha dado lugar a reacciones muy variadas pero en general poco productivas de cara a mejorar el propio sector.

 

Un ganadero orgulloso de sus cerdos. Foto cortesía de Sergio Crespo.


Los antibióticos, la contaminación (por olores o por nitratos), la explotación laboral, el bienestar animal...son temas que pueden dar juego mediático - que es lo que busca la cadena que emitió el programa - incluso si se abordan de una manera seria e imparcial. ¿Por qué no? Évole antes lo hacía. 

Vistas las cosas con cierta perspectiva temporal y desde el punto de vista de la comunicación, me gustaría aportar ahora mi reflexión sobre el papel que han jugado tres actores principales en esta historia y cómo han influido en la percepción que tiene el consumidor.

 

El papel de la industria o las instituciones

En vista del resultado, y de programas similares de televisión enfocados en el amarillismo alimentario, entiendo que muchas industrias no hayan querido participar. Quizás pensaban que, hicieran lo que hicieran, iban a salir mal parados, como le pasó al pobre Dir. Gral. de Ganadería de Murcia, al que da la sensación de que le tocó la china a última hora de ser él el encargado de enfrentarse a las preguntas incómodas de Évole, en vez del Consejero como estaría acordado.

El problema es el mensaje que se transmite al consumidor con esa actitud. Preguntando a mi alrededor la opinión es casi unánime: si no quieren enseñar sus granjas es que consideran que algo tienen que ocultar.

¿Quizás al consumidor no le agrade ver cómo es la zona de maternidad de una granja con sus "camisas de parto"?. A mi desde luego que me impactaron cuando me metí en este mundillo. Foto cortesía de Javier de Diego Casado.
 
La postura de la industria ha sido, en general y en mi opinión, poco creíble y de muy corto alcance. Por un lado, tal como dice el programa (y tristemente me lo creo) ni la principal afectada, El Pozo, ni las representaciones sectoriales han querido participar para, al menos, dar su versión en un programa de gran audiencia. Sin embargo, sí que se distribuyó entre la gente del sector agroganadero (a mi me llegó por varias vías) una lista de ideas precocinadas para difundirla a nivel personal por las redes sociales, y que casan bien poco con lo que se vio y escuchó en el programa. También se publicó una nota de prensa (del mismo estilo) en webs de noticias agrarias e incluso la ministra dedicó unos minutos en Los Desayunos de TVE (minuto 1.21) a la defensa del sector.



Uno de los argumentos principales era la gran importancia económica de este sector, que somos grandes exportadores, que genera empleo etc., etc. Aun siendo cierto y motivo de orgullo, yo personalmente no incidiría demasiado en ello y menos en estas circunstancias. Primero porque es un argumento al que cualquier escéptico puede dar la vuelta y fácilmente pensar que precisamente esa fortaleza le permite silenciar las voces críticas. Y segundo porque a menudo esos mensajes suenan tan huecos y fríos que las personas directamente los ignoran.

De todas maneras, creo que ese listado de virtudes del sector porcino español apenas llegó a la gente. Aun sabiendo que mi encuesta no tendría validez estadística, también pregunté a familiares y amigos si les había llegado cualquier tipo de información en defensa del sector tras la emisión del programa. La respuesta: un NO casi unánime. Solo una persona me mencionó artículos escritos por veterinarios sobre la razón de las malformaciones que se vieron en la granja.

Por otra parte tenemos la singular respuesta de "El Pozo". Al día siguiente emite un comunicado en el que afirma que "Los animales que aparecen en las imágenes del reportaje jamás entrarían en la cadena de producción de El Pozo Alimentación". El comunicado escrito dice más cosas, pero lo que se difundió por redes era un pequeño video con el mensaje clave para la empresa. Al poco tiempo, unos supermercados belgas rechazan algunos productos suyos en respuesta al programa (se me ocurre que algo tendrá que ver que en Bélgica también se produce mucho cerdo y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, distintos sectores vieran la oportunidad de beneficiar a los productores belgas), lo cual al parecer les afectaba mas a la imagen que a la cuenta de resultados. Si no, no se explica que a los pocos días salga la noticia de que El Pozo deja de trabajar con la granja de cerdos en la que se grabó ‘Salvados’ ( si trabajan en régimen de integración vertical es poco creíble que no tuvieran constancia de lo que allí pasaba), que va a ampliar los estándares de calidad, que va a tomar medidas adicionales en materia de bienestar animal, e incluso que se plantean colaborar con grupos animalistas "en próximas fechas". Ya veremos si no ha sido una estrategia para capear el temporal o realmente tienen intención de cambiar algo. Eso sí, sigo sin saber por qué los cerdos de esa granja en concreto estaban como estaban, ni cuál era su (triste) destino. La prioridad, simple y llanamente, era lavar la imagen de la empresa, que de defender al sector productor ya se ocuparan otros.

A mí me suena a "yo me lavo las manos, lo que ocurra en esa granja no va con nosotros". Pero que cada uno interprete lo que quiera.



El papel de asociaciones animalistas y los ciudadanos vegetarianos/veganos.

En el programa también salió un veterinario vegano, que se dedicaba a la inspección oficial en mataderos. Dijo (e insinuó) cosas interesantes, algunas un poco fuertes. Me quedo con que, "si una persona de la calle que tenga un mínimo de sensibilidad viera como es todo el proceso de sacrificio de los animales, aún haciéndose todo bien y legalmente, a mucha gente le causaría un gran impacto". Mas o menos lo que dice Paul McCartney, vegetariano a la par que músico, "si los mataderos tuvieran paredes de cristal todos seríamos vegetarianos".

Por muy limpia que esté la granja y a gusto los cerdos, ciertos colectivos siempre verán maltrato, explotación o esclavitud. Es así. Foto cortesía de Juan Burgos.
 
Como los muros de los mataderos y las granjas son opacos, los colectivos animalistas y de veganos convencidos se esfuerzan continua, y tengo que decirlo, cansinamente, en hacerlos transparentes. El problema es que tienden a fijarse en lugares que parecen la casa de los horrores (que tristemente existen). Y cuando muestran imágenes de granjas normales, interpretan la realidad como si el animal fuera un ser humano o una mascota, muchas veces exagerando o basándose en creencias tan firmes que, por mucho que argumentes es prácticamente imposible llegar a ningún punto en común.

Un buen ejemplo de cómo está el patio.
  
El problema es que están en todos lados, y son muy activos y persistentes a la hora de transmitir su mensaje. Y este programa de Salvados les ha puesto en bandeja un material maravilloso para compartir con los suyos e intentar convencer al vecino, al compañero de trabajo o al resto del mundo omnívoro en general. Hoy en día esta actividad de "apostolado animalista" se hace sobre todo a través de las redes sociales, y nos llega a todos de una manera u otra. La pregunta es, ¿qué cala más en la sociedad, la realidad que ofrece la industria o la que ofrecen los animalistas?.

 
El papel de los ganaderos

Deberían ser ellos los que ofrecieran la imagen más creíble, ¿no?. ¿A alguien le han llegado imágenes de granjas reales con cerdos bien cuidados? A mí desde vías no profesionales os aseguro que no, y a mi entorno tampoco. Imagino que cada ganadero habrá hecho lo suyo en la medida de sus posibilidades. Hubo una ganadera murciana que grabó un video que alcanzó cierta difusión (la suficiente como para que entraran animalistas a llamarle de todo menos bonita en los comentarios), a la que pedí permiso para difundirlo. Imagino que habrá acabado tan harta del asunto que ni me ha contestado.

Os podéis imaginar lo contentos que estaban los ganaderos con el programa. Sigo un grupo de FB de ganaderos y agricultores que enseguida se dedicaron a colgar fotos de sus granjas, limpias y con los cerdos bien cuidados. Aparte de echar pestes de Évole, La Sexta y, por supuesto de los animalistas. Para alguien que se esfuerza en hacer las cosas bien, en tener a sus animales lo mejor posible, en seguir toda la normativa habida y por haber, que simplemente se afirme sin género de dudas que lo habitual es justo lo contrario: maltrato, hacinamiento, enfermedad, estrés, muerte...tiene que molestar bastante. Igual que molesta a los funcionarios que se les tilde de vagos, por ejemplo.

Lechones mamando. Foto cortesía de Javier de Diego Casado
 
El caso es que me parece una verdadera pena que esa realidad no se muestre, por esa razón he pedido permiso a algunos de estos ganaderos para utilizar las fotos que ilustran esta entrada (con menos éxito del que hubiera deseado, tal vez con más tiempo...). Creo que es mi obligación como divulgadora agraria.

Pero también creo que hay que tener cierto sentido crítico y preguntarse por qué la voz de los ganaderos no llega a la sociedad. Compartir fotos en Facebook en cerrado para que las vean tus colegas de profesión creo que no es suficiente. Por otra parte, en esta ocasión la respuesta de los sindicatos agrarios ha sido en mi opinión bastante discreta considerando que son ellos los que se supone defienden al productor (dos ejemplos aquí y aquí, me ha costado encontrar más).

Si los ganaderos no cuentan su realidad, nadie lo va a hacer por ellos. O puede ocurrir que sean otros los que lo hagan, a su manera, claro, como ha ocurrido en con este "Stranger Pigs". 

La organización canadiense Farm and Food Care está formada por representantes de los diversos sectores productivos en varias provincias del país. Uno de sus principales objetivos es dar a conocer al ciudadano cómo se producen los alimentos y ofrecer los recursos a los propios productores para que sean ellos mismos los que transmitan esa información de una manera efectiva y profesional. Estos tours visuales por distintos tipos de explotaciones son un buen ejemplo.


De esta mini "crisis" se pueden sacar dos o tres conclusiones: lo primero, hay que estar presentes día a día no solo cuando hay polémica, como los animalistas pero sin agobiar, contando lo que ocurre en las granjas de una manera cercana, que conecte con un consumidor que no es tonto, a menudo quiere saber, pero no tiene el campo cerca. Sin evitar cuestiones controvertidas, es mejor explicar por qué se hacen las cosas de una manera u otra, y que cada uno se forme su opinión. Y sobre todo, con educación y respeto.


Un ejemplo, las "camisas de parto", que parecen un invento salido de la mente de un perturbado que odia a los animales, pero simplemente lo que trata de evitar es que la cerda, al tumbarse, aplaste a los lechones, una de las causas más frecuentes de mortalidad de las crías. Que impacta, desde luego, pero es la realidad y creo que conviene mostrarla (y explicarla mejor, si queréis), aunque me gusta pensar que en el futuro se desarrollarán sistemas mejores.  





Otras entradas que te podrían interesar:


En la entrada "STRANGER PIGS" O CÓMO CEBAR MITOS ALIMENTARIOS (PARTE I)" explico por qué no me gustó el programa.

La entrada "QUERIDO CONSUMIDOR..." va de cartas que nos escriben los agricultores, hartos de que se cuestione, o en el mejor de los casos se ignore, su trabajo.


Si lees la entrada CAMPO Y ALIMENTOS: ¿CÓMO LOS VE LA PUBLICIDAD? lo mismo entiendes porqué los consumidores alejados del campo tienen una visión tan distorsionada de este. 

El agroturismo es una buena manera de mostrar a los consumidores cómo se producen los alimentos, pero dudo mucho que sea viable en granjas intensivas. Lo cuento en LA GRANJA SE ABRE AL CONSUMIDOR