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lunes, 5 de octubre de 2020

OCHO RAZONES PARA COMER LENTEJAS

O las tomas o las dejas, dice la conocida expresión. Que aquí no obligamos a nadie, pero sí voy a dejar unos cuantos datos curiosos o ideas para convenceros de que comprar y consumir legumbres en general es positivo desde muchos puntos de vista. Y como recientemente he asistido a una interesante charla online ofrecida por la IGP Lenteja Tierra de Campos, obviamente utilizaré a esta pequeña maravilla castellana como ejemplo.
 

1. ¿Tienes mucha hambre? ¿o simplemente mucho apetito? 

 

Da lo mismo, un plato de legumbres es la opción perfecta, ya que cada una de esas minúsculas porciones de alimento contiene hidratos de carbono, proteínas en una proporción considerable (alrededor del 20%), minerales y vitaminas del grupo B.  Alimentan y sacian, ¿qué más se puede pedir?.
No en vano Esaú, muerto de hambre y agotado, vendió la primogenitura a su hermano Jacob por un plato unas supuestas lentejas, según cuenta la Biblia. Y sin ninguna duda eran lentejas las "píldoras de Negrín" o “píldoras de la resistencia”, bautizadas así por ser el alimento básico que permitió la supervivencia a muchos madrileños durante el asedio a su ciudad en la Guerra Civil.

 

Foto tomada de aquí  

 

2. ¿Tienes invitados a la mesa y ni la más remota idea de lo que pueden (o no) comer? 

 

Las legumbres son el único grupo de alimentos apto para casi todos los colectivos; ninguna religión las prohíbe y no tienen gluten. Un plato comodín para menús de colectividades e ideal cuando tienes a una representación de la ONU a comer en casa. Las legumbres en general apenas tienen grasa, salvo soja y cacahuetes, y la que tienen es saludable por tanto  son aptas también para aquellos comensales siempre a dieta. Lógicamente, cambiando el acompañamiento cárnico por algo más vegetal. La única pega es que, entre las legumbres la lenteja es la que causa más alergias, sobre todo en niños.

¿ Sabías que es mucho más frecuente la alergia a las legumbres en los países del área mediterránea, extremo oriente y la India que en los países anglosajones? En estos últimos su consumo se limita al cacahuete y la soja mientras que en nuestro ámbito se consume más variedad y con mayor frecuencia. Además es frecuente tener alergia a más de una legumbre.

 

 

3. ¿Según tu último análisis estás vivo de milagro? 

 

Es el momento de pasarte a las legumbres, aunque sea poco a poco, pero hazlo. Su consumo regular ofrece beneficios para la salud y ayuda a prevenir enfermedades no transmisibles: hipertensión, exceso de colesterol y triglicéridos, cáncer colorectal, riesgo cardiovascular, diabetes, obesidad...si es que parte de la solución estaba ahí en esas humildes semillas que nunca salen en los anuncios a pesar de sus propiedades. Y por consumo regular no hablamos de calzarse un cocido o un plato de lentejas una vez al mes, no, tiene que ser casi a diario; como nuestros abuelos, que comían legumbres prácticamente todos los días de la semana. Por cierto, al consumirlas frecuentemente desaparece el problema de las ventosidades.
 

¿Sabías que en 1960 en España se consumían en torno a 12-14 kg de legumbres por persona y año? ¿y que en 2015 esa cifra había bajado a 3.06 kg?  Siento comunicarte que la dieta que seguían los protagonistas de Cuéntame en los primeros capítulos es mucho más "mediterránea" que la que seguimos ahora.


 

4. ¿Te preocupa también la salud del planeta?  

 

La lenteja es un cultivo de secano y por tanto contribuye a ahorrar agua. Además enriquece el suelo en nitrógeno, ya que se asocia con bacterias capaces de tomarlo directamente del aire. Por tanto no necesita que se apliquen abonos nitrogenados, justo los que cuesta más energía fabricar y que contaminan el agua si se utilizan de mala manera. En otras palabras es un alimento que puede presumir de ser bastante sostenible.

 

¿Has visto alguna vez la planta de la lenteja? Fuente: IGP Tierra de Campos
 

 

5. ¿ Eres aficionado al gastroturismo ? ¿Te gusta recorrer kilómetros en busca de paisajes auténticos y degustar los alimentos que produce el terruño?. 

 

Pues que sepas que consumiendo legumbres producidas en nuestro país contribuyes a mantener tanto al paisaje como a la gente que lo habita y le da forma. Y si estas legumbres  pertenecen a una Indicación de Calidad Diferenciada (una DOP o IGP, vamos) mejor todavía; por una parte premias el esfuerzo por conservar variedades y métodos de producción que en sí mismos forman parte de nuestro patrimonio y por otra parte calidad garantizada te estás dando un premio al consumir un alimento único y de gran calidad.

La lenteja de Tierra de Campos se cultiva en una comarca que abarca las provincias de León, Palencia, Valladolid y Zamora. Es una tierra de llanuras alomadas en la que destacan solitarios palomares, otra seña de identidad de este territorio. Fuente: Blog Sinlavenia

 

6. ¿Eres de los que te sobra mes a final del sueldo?
 

Las legumbres es un alimento muy económico que, además de llenar y alimentar, se conservan un tiempo considerable sin perder sus propiedades (aunque mejor no te pases del año, que se quedan duras). Si eres de los que asocia las legumbres con el típico guiso hecho a fuego lento, y te de pavor sólo de pensar en la factura de la luz no desesperes. Es verdad que la cocina a fuego lento es un plus, pero gracias a la olla exprés, puedes tener las lentejas listas en 10-20 minutos y no te cuento el juego que dan las que ya vienen cocidas en el bote. Si es que hasta puedes utilizar el agua que sobra para hacer una mousse por ejemplo.

Con un cuarto de garbanzos y unas verduras tienes para un potaje ¿puedes hacer lo mismo con un pollo o una merluza?.

7. ¿Eres muy cocinillas y ya no sabes de qué presumir en tu cuenta de Instagram? 

 

La chía, la quinoa y el trigo sarraceno están ya muy vistos y, francamente, tampoco son para tanto. Pues ahí tienes a las lentejas de Tierra de Campos, para presumir de unos conocimientos culinarios que se están perdiendo. 

Puedes contar que los suelos de esta comarca dan a la lenteja gran parte de su carácter, haciéndola digna de pertenecer a una IGP: un contenido mínimo en materia orgánica que le dará la harinosidad justa; el potasio suficiente para darle más mantecosidad y menos astringencia y el fósforo adecuado para que su piel sea más fina y tenga mayor cantidad de grasa. También puedes añadir que la comarca donde se cultiva tiene una climatología que, salvo los años de sequía, permite que la lenteja madure lentamente una vez cosechada, otro factor que le da calidad. Si con todo este conocimiento no te dejan entrar en Máster Chef, peor para ellos.

 

El nombre oficial de la lenteja de tierra de campos es Lens culinaris ssp. culinaris, razamicrosperma, y pertenece al tipo comercial de las lentejas pardinas. Es pequeña (entre 3,5 y 4,5 mm diámetro) y su cubierta es de color pardo, adornada con puntos negros. El cotiledón interior es de color amarillo.
 

Y si tienes amigos tiquismiquis también puedes contarles que, al menos en el caso de esta IGP la trazabilidad está asegurada. Mediante el número de lote que aparece en la contraetiqueta  (la cual incluye el sello propio de calidad) se puede saber que agricultor lo ha producido. En la web del consejo regulador se puede ver incluso qué labores para preparar el suelo tienen que hacer los agricultores, la dosis de siembra o los productos fitosanitarios que tienen permitido utilizar a la hora de producir esta lenteja. Raramente vas a encontrar ese nivel información en un alimento.
 

8. ¿Que sólo sabes cocinar las lentejas estofadas de toda la vida?


Pues para que no tengas excusa, allá va este recetario elaborado por el Consejo General y la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas a partir de un concurso de recetas con legumbres, en el que puedes encontrar muchas ideas con bastante buena pinta. 

Si te faltaba el canto de un duro para convencerte y quieres ir más allá en el mundo de las legumbres, en la página https://alimentaciondelpresente.com/category/recetas/legumbres/ encontrarás 200 recetas casi todas de legumbres locales, pensadas con especialmente con poca guarnición para disfrutar de su sabor.

Por último, como soy muy fan del Comidista, os dejo este video imprescindible si te decides a cocinar legumbres, y esta sección enterita de recetas también con bastante buena pinta. Y si no te gustan estas, simplemente "googlea" "recetas con lentejas". Y ya sabes, o las tomas o las dejas.




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EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS ENTRE DOP E IGP EXPLICADO CON LEGUMBRES

ABECEAGRARIO: JUDÍAS  



 

lunes, 24 de agosto de 2015

LOS SILOS, CATEDRALES DEL CAMPO

Si has viajado este verano por el interior de España, y eres mínimamente observador, habrás reparado en algún edificio como este, situado cerca de pueblos o ciudades de cierta importancia. Para los que no lo sepáis, se trata de silos destinados al almacenamiento de cereales.


Silo de Carbonero el Mayor. Cada año, al final de la cosecha los agricultores tenían que acudir obligatoriamente al silo a vender su grano. Fuente: David Daguerro - Own work. Licensed under CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons.


A estos hitos se les ha llamado las "catedrales del campo", ya que destacan por su altura en el paisaje rural. A pesar de su destino más prosaico (pero no menos importante) y de un aspecto bastante menos espectacular que las catedrales de verdad, también forman parte de nuestro patrimonio, en este caso del industrial agroalimentario; aunque lamentablemente la gran mayoría de ellos están hoy en día olvidados y en desuso.





Un poco de historia



Situémonos en la España del primer tercio del siglo XX. Unas cosechas de trigo tremendamente variables de un año para otro, el aumento de las tierras dedicadas a este cereal aunque apenas dieran rendimiento y una gran desorganización del mercado del trigo, hacían necesario que el Estado interviniera, estabilizando precios y rentas. Esta situación, denominada como "el problema triguero", fue objeto de las típicas discusiones políticas sobre lo qué había que hacer, que solo se tradujeron en el tímido intento de los silos cooperativos; pero llegó la Guerra Civil y lo trastocó todo.



En plena contienda, en 1937, se crea el Servicio Nacional del Trigo (SNT), cuya misión era comprar la cosecha de trigo a los agricultores, para asegurar el abastecimiento de la población y el mantenimiento de los campesinos. Durante la posguerra (a la que hay que añadir la "pertinaz sequía") aumenta la precariedad de los miles de pequeños agricultores trigueros, se hace inevitable una mayor intervención estatal. Así, entre 1941 y 1984 el SNT proyecta, construye y consolida la Red Nacional de Silos y Graneros, una enorme infraestructura estatal diseñada por Ingenieros Agrónomos (asesorados por un arquitecto en temas de estética) para recoger el trigo en las zonas productoras y redistribuirlo según las necesidades. Para su construcción se utilizaron los precarios materiales disponibles en la posguerra y se contó con el asesoramiento de ingenieros alemanes.



España cuenta con una Red Nacional formada por 672 silos y 277 graneros, aunque se han perdido algunos de ellos. Se distribuyeron estratégicamente por las principales regiones cerealistas y asociados a nudos de comunicación (ferrocarril, carreteras y algunos puertos).  
Fuente: SNT/www.silosygraneros.com.




Los primeros silos que se construyeron fueron los de tránsito, preparados para recibir el grano de los silos de recepción y regular el tráfico de grano entre zonas productoras y consumidoras. También servían de almacén para regular los precios entre años de cosechas variables. El silo de Córdoba es un majestuoso ejemplo de este tipo, que actualmente se utiliza para guardar las piezas que no caben en el Museo Arqueológico de Córdoba. Fuente: Américo Toledano - Own work. Licensed under CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons.


También se construyeron silos en los puertos de Málaga y Tenerife. En esta foto se ve como en el de Málaga (actualmente derruido) se transportaba el trigo mediante tubos de succión desde las bodegas del barco a las celdas del silo. 
Fuente: SNT/www.silosygraneros.com



Mientras el sector del trigo y otros cereales funcionó en régimen de monopolio estatal, los sucesivos organismos estatales agrarios se dedicaron a comprar, almacenar y vender cereales, por lo que todos los Silos de la Red eran muy utilizados. Con la incorporación de España en la Comunidad Económica Europea en 1986, la intervención en los mercados pasa a depender totalmente de la legislación comunitaria y ya no hacen falta tantos silos. Actualmente disponemos de una Red Básica de almacenamiento público compuesta únicamente por 141 unidades, entre silos y graneros.




No todos los silos son iguales



Aunque estos edificios puedan parecer todos iguales, hay una gran diversidad, que hace a la Red de Silos única en el mundo. Y es que, aunque funcionalmente son todos muy parecidos, el aspecto final de los silos varía mucho según su destino, la época de construcción y los materiales utilizados.


Desde la Nacional VI se puede ver el Castillo de Arévalo, que ahí donde lo veis, fue reconvertido en silo en 1953. Se abandonó su uso como silo en 1977 y se ha vuelto a recuperar como castillo. Este forma parte del grupo de silos construidos en edificaciones anteriores. Fuente: Magrama.

En una primera etapa los silos se adornaban mucho, para darles la majestuosidad requerida a una obra pública construida por el régimen. Este silo de Ávila es un buen ejemplo. Fuente: Jacinta Lluch Valero, Licensed under CC BY-SA 2.0 via Wikimedia Commons.


En una segunda etapa de construcción, a finales de los años cincuenta, se impone el sentido práctico y la economía. Se construyen silos más pequeños dispersos por el territorio proyectados en serie y de aspecto más sobrio. Son los silos típicos que todos conocemos, como los de las fotos de Carbonero el Mayor o Motilla del Palancar.

En la última fase final de la red, en la década de los 70, primaba economía en la construcción y los silos, desnudos y funcionales, se parecen más a los construidos en norteamérica. 




Un silo por dentro



Un silo de almacenamiento vertical debía ser capaz de almacenar grano, facilitar las tareas de llenar, vaciar o mover el grano de unas celdas a otras para evitar su fermentación, e incluso la selección de grano como semillas. Para cumplir con su función todos los silos cuentan con una serie de características comunes.



Foto "Silo de cereal en Motilla del Palancar" by B25es - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons. Modificada por la autora para mostrar las distintas partes del silo.


Las celdas de almacenamiento son grandes depósitos verticales adosados entre sí, formando filas. Pueden apreciarse a simple vista o no. Pueden ser de hormigón, ladrillo cerámico o acero.



La torre elevadora aloja en su interior la maquinaria necesaria para elevar el grano desde el foso, donde descargaban el grano los camiones, hasta la galería superior horizontal de reparto. Allí se encontraba la maquinaria que distribuía el grano en las distintas celdas.



Para sacar el grano de las celdas existía una galería inferior donde se encontraba toda la maquinaria que permitía recoger el grano por gravedad, pesarlo y ensacarlo o cargarlo en los camiones.

Muchos silos también cuentan con marquesina en la zona de recepción del grano, para proteger tanto a los agricultores de las inclemencias del tiempo (básicamente sol, recordemos que el trigo se cosecha en verano). Son también muy frecuentes las naves anexas adosadas al silo para realizar tareas de ensacado, selección y guarda de maquinaria.




Esquema del interior de los silos de almacenamiento vertical. ( En el video sobre los silos andaluces que enlazo al final de la entrada hay una animación muy apañada de su funcionamiento, min 4.43). Fuente: Mateo Caballos, C. (2009) / www.silosygraneros.com



Situación actual 


Aparte de los silos que constituyen la red básica y que están actualmente en uso. La administración central ha ido progresivamente deshaciéndose del resto, "endosándoselos" a Comunidades Autónomas y ayuntamientos. pero aun así, todavía le quedan. Precisamente el pasado 7 de julio, el FEGA (Fondo español de Garantía Agraria, FEGA, perteneciente al Ministerio de Agricultura), subastó 27 silos.

Para evitar el derribo o desaparición de este patrimonio histórico, se han planteado fórmulas de reutilización de estos edificios ofreciéndoles otros usos: museo, teatro, centro de recepción de visitantes, biblioteca, hotel o incluso balneario.


El Hotel Tximista recupera un antiguo silo que durante mucho tiempo funcionó como fábrica de harinas. En esta foto se aprecia bien la galería inferior. Foto cedida por la compañía


Aquí podéis ver distintas maneras de dar nuevos usos a los silos. 






  • Para hacer esta entrada me he basado principalmente en la valiosa información ofrecida en la web www.silosygraneros.es , dedicada a la difusión y puesta en valor del patrimonio de la Red Nacional de Silos y Graneros.
  • Si quieres más información e imágenes de silos andaluces puedes verlos en este vídeo.
  • En este video del NO-DO podéis ver muchos silos cuando estaban en su plenitud, incluido el del puerto de Málaga y el castillo de Arévalo.