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lunes, 19 de octubre de 2020

ABECEAGRARIO: VENDIMIADORA

 Con la letra V y la temporada de vendimia casi terminada la palabra elegida para el Abeceagrario era obvia.


Y no nos referimos a la señora o muchacha que vendimia, sino a una máquina de lo más particular. Si tuviera que describir a este cacharro de alguna manera sería como una especie de catamarán que navega sobre el viñedo. Una máquina partida en dos, capaz de meterse entre las cepas y agitarlas con delicadeza para que se desprendan sus preciados racimos. Las uvas se van separando en marcha y se almacenan temporalmente en un depósito hasta que llegue el tractor con remolque que las llevará a la bodega.
 

Al pasar la vendimiadora por encima de las vides parece como si se las tragara enteras, pero simplemente tomará sus racimos. Fuente: New Holland.

Esas maquinas pueden ser arrastradas por un tractor (como es este caso) o funcionar de manera autónoma. A este segundo tipo de maquinaria agrícola se le denomina autopropulsada. Fuente: Gregoire.
 

Sean de una manera u otra, las vendimiadoras tienen una serie de componentes básicos:

  • El sistema para separar la uva de la planta: a grandes rasgos consiste en dos peines con varillas sacudidoras que cubren los dos flancos de la línea de vides. Al avanzar la máquina las varillas, que están fabricadas con materiales muy flexibles, golpean las cepas provocando que los racimos de uvas se desprendan e incluso se desgranen.
 
  • El sistema de transporte de la uva a la tolva o depósito, que en esencia se trata de una noria (de hecho se denomina así). Está formada por una especie de cangilones o cestas de plástico flexible y rígido a la vez. Son flexibles para no dañar el tallo de la vid, ya que al avanzar la maquina lo “abraza” por debajo, pero lo suficientemente rígidos para sujetar en su interior el racimo sin que se escurra para elevarlo hacia la entrada de la tolva.
 
  • Las tolvas con su sistema de cribado y separación de las uvas. Los racimos caen sobre un tamiz en movimiento que hace que las uvas se suelten del racimo y permite eliminar restos de hojas o raspones (las ramitas que mantienen unidos las uvas). Estos últimos serán evacuados al exterior por efecto Venturi.  

  • Sistemas de limpieza: Por muy delicado que sea el meneo que le da la vendiminadora a la planta de la vid, es posible que se desprendan hojas o ramitas, y que se rompan los granos de uva si estos están ya demasiado maduros. El caso es que tras una larga jornada de trabajo la máquina acaba considerablemente sucia y conviene limpiarla para evitar fermentaciones o restos indeseados que alteren las siguientes cosechas. Para facilitarle el trabajo al responsable de la vendimiadora, que va a tener que limpiar un cacharro con infinidad de recovecos, este a menudo viene equipado con sistema de lavado automático.

 


En este video podrás ver mejor cómo trabaja la vendimiadora.
 

Contado así puede resultar sencillo, ¿no?. Metes la máquina entre las plantas y a tirar millas hasta que los depósitos estén hasta arriba de uvas, descargar y vuelta a empezar. Pues no. A pesar de que están preparados para ser vendimiados mecánicamente, cada viñedo es un mundo y cada año las circunstancias pueden ser distintas. Así que el encargado de manejar la máquina tendrá que decidir la altura y la velocidad de trabajo de la máquina (entre 3 y 4 km/h, una fiesta), cuántos sacudidores utilizar, a qué altura y en que disposición, la velocidad de avance de los cangilones y unos cuantos parámetros más. Y es que, por si no lo habíais sospechado a estas alturas, la agricultura también requiere de buenos profesionales.


Para que estas máquinas puedan funcionar es necesario que la viña esté cultivada de pensando en su mecanización: las vides deben tener un determinado tamaño (lo más homogéneo posible) y estar dispuestas en espaldera, las parcelas a su vez también tendrán unas medidas y formas mínimas. Fuente: New Holland   

 

Al igual que las cosechadoras, las vendimiadoras son máquinas muy sofisticadas y por tanto, caras. Es habitual por tanto que quien la compra quiera sacarle el máximo partido para amortizarla cuanto antes. Y los ingenieros, que para eso les pagan, han diseñado máquinas que disponen de un armazón polivalente de manera que el equipo de vendimia puede quitarse con cierta facilidad para montar en la máquina otros equipos complementarios diseñados para realizar labores en ese tipo de viñedos (prepoda, despunte y tratamientos fitosanitarios por ejemplo). En definitiva, que no son transformers pero casi, y tienen un fondo de armario envidiable.
 

Aquí tenemos un bastidor con dos equipos distintos que realizan a la vez dos trabajos simultáneamente en dos hileras. Fuente: Pellenc. https://pellenc.com/cl/

 

Y es que, incluso cambiando algunos parámetros y componentes, ¡¡ las vendimiadoras pueden utilizarse para cosechar aceitunas !!. Cultivadas en olivares intensivos, eso si. Fuente: New Holland
 

Una de las ventajas de utilizar estas maquinas frente a la cosecha manual es que, por una parte permite realizar la recolección de noche y acortar considerablemente el tiempo que la uva recolectada tarda en llegar a bodega. Así, al evitar que la uva permanezca esperando al sol en unas espuertas o un remolque, la uva llega (teóricamente) en mejores condiciones a la bodega. A partir de ahí será tarea de los enólogos elaborar un buen vino. Fuente: DOP Rueda.

Y para terminar el abeceagrario, en inglés la vendimiadora se le denomina grape harvester.

jueves, 16 de marzo de 2017

CUANDO LLORAN LAS CEPAS

Llega el mes de marzo, y con él un curioso acontecimiento en las viñas: se ponen a llorar. Si, si, a llorar, pero no de pena, no os preocupéis.

Fuente
 
El tiempo en marzo es algo loco, ya lo dice el refrán " A marzo alabo, si no vuelve el rabo ", como corresponde a un mes de transición entre el invierno y la primavera. La cepa ha pasado dormida todo el invierno y los primeros calores harán de despertador.
 

La primera en darse cuenta es la raíz, que nota como el suelo va calentándose poco a poco, y avisa al resto de la planta que hay que ir desperezándose. Poco a poco la maquinaria, en forma de savia cargada de nutrientes y hormonas vegetales, comienza a moverse para llegar hasta el último rincón de la planta.
 

El suelo de la viña tardará más o menos en calentarse según sea su naturaleza. Un suelo pedregoso o arenoso se calienta más rápido, mientras que uno arcilloso, al ser capaz de retener mejor el agua, tardará más en  calentarse, ya que primero tiene que evaporar parte del agua.

Así que tenemos a la savia recorriendo los vasos conductores de la vid, hasta que de repente se encuentra con que la "tubería" por la que circula ha desaparecido. Resulta que ha llegado a una herida de poda, justo por donde cortó el viticultor el sarmiento cuando realizaba la poda de invierno. Pero todavía no hay hojas a las que alimentar y la savia va con tanta fuerza, con tantas ganas de primavera, que no le da tiempo a frenar y sale por esa herida al mundo exterior. Y lo hace en forma de lágrima, o más bien de lagrimón, pero de alegría, porque vuelve a repetirse el ciclo de la vid.

¿Y cuánto tiempo se tirará llorando?. Pues no mucho, de siete a diez días, hasta que esas heridas de poda hayan cicatrizado del todo. Por entonces la planta ya estará completamente despierta y comenzará la siguiente operación, el desborre. Las diminutas yemas de invierno, que estaban bien protegidas del frio invernal bajo una escama y con un abrigo de borreguito, comienzan a hincharse, animadas por el aporte de savia fresca. Poco a poco esas hojitas se irán desplegando y crecerán para alimentar a la planta y formar las uvas...y antes de que nos demos cuenta, habrá llegado de nuevo el momento de la vendimia. Pero eso, ya es otra historia.

Desde aquí quiero agradecer a Raúl DB, del grupo Agricultura Española que me dió la idea de esta pequeña entrada. Y recomendaros las entradas del blog de Vivanco Cultura del vino y de Bodega Javier Sanz, donde explican estupendamente este fenómeno.

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ABECEAGRARIO: VIÑA

DE LAS FORMAS DE LAS VIDES

TIEMPO DE VENDIMIA

viernes, 25 de octubre de 2013

DE LAS FORMAS DE LAS VIDES





Otra temporada de vendimia superada, que este año se ha hecho esperar. El clima de 2013 ha sido muy favorable para el viñedo (sequía precedente + primavera lluviosa + verano caluroso pero corto) y lo mismo la “cosecha del 2013” se hace famosa. Y es que cuando se habla de la cosecha de un año en particular no se refiere únicamente a la vendimia, se engloba todo el proceso de desarrollo y crecimiento de la vid que dio lugar a esa cosecha en concreto.

Sobre el cultivo de la vid se pueden contar infinidad de cosas; voy a comenzar con algo básico que tiene mucho que ver con la vendimia: la forma de las vides o cepas. 

Antes de empezar, ¿os habéis preguntado la diferencia entre vid y cepa?. Aunque la RAE acepta la utilización de la palabra “cepa” tanto para referirse a la planta entera como simplemente al tronco, normalmente se usa “cepa” para referirse al tronco y “vid” para la planta entera.

 Los parientes silvestres de la vid son plantas enredaderas que crecen trepando por el primer soporte que encuentran (árboles, paredes, etc. ). Así que, al domesticarla, aparte de modificar el tamaño y sabor de sus frutos, hubo que “meterla un poco en vereda” para que se dejara podar y formar para facilitar el cultivo y la recolección de los frutos.

Estas hiedras tan bonitas que tapan las casas (Gros. Ampelopsis o Parthenocissus), son parientes lejanas de la vid. Fuente: Wikimedia/ Luis Miguel Bugallo Sánchez (Lmbuga)

La vid (Vitis vinifera) es un cultivo leñoso, como olivos, almendros y frutales. Cuando las plantas son jóvenes se les hace una “poda de formación” que permitirá que la planta crezca en el futuro sana y robusta. La vid en concreto se poda con dos formas distintas: en espaldera o en vaso. O en parral, para las uvas de mesa, pero esa es otra historia.

Actualmente, la mayoría de las nuevas plantaciones vitícolas se establecen en espaldera ya que tiene muchas ventajas.


Vid en espaldera en La rioja. Puede verse cómo se apoyan el tronco y las ramas en los alambres para que la vid crezca en vertical.

En el cultivo en espaldera, las vides se guían en vertical, apoyadas en una empalizada de alambre sostenida por postes en los extremos. De esta manera la vid sigue su naturaleza trepadora y desarrolla gran cantidad de hojas, que cubren toda la empalizada. Estas hojas expuestas al sol, fabricarán el azúcar que acumula la uva y que se convertirá en el alcohol del vino.

La espaldera es el sistema ideal para variedades de vid vigorosas y productivas que rellenen enseguida de hojas los empalizados. Por lo tanto, los viñedos en espaldera suelen ser más productivos.

En climas con mucha lluvia y poco sol, la vid en espaldera permite mantener el racimo ventilado y lejos del suelo, lo que le protege del ataque de hongos (oidio y botrytis, dos de sus pesadillas) y bichos varios. Al estar separado del suelo también se protegen las yemas y las hojas de las heladas (recordad que el aire frío pesa más).


Lo de poner rosales en los viñedos no es un detalle cuqui del dueño. Al ser más sensibles al ataque de hongos, enferman antes que la vid y dan tiempo al viticultor a proteger sus vides.

Las espalderas se disponen formando calles que permiten el paso de un tractor, por lo que se pueden mecanizar muchas labores de cultivo. Además cuando hacen falta tratamientos fitosanitarios, estos serán más eficaces, ya que el producto llegará a todas las hojas por igual.

Al quedar las cepas más altas, tanto la vendimia manual como la poda (invernal) se pueden hacer mejor, más rápido y más cómodamente. Aspecto nada desdeñable ya que estas dos labores acaparan el 70-80% de las necesidades de mano de obra en el viñedo.

La vendimia se puede mecanizar mediante el uso de cosechadoras especiales.  Parece que se comen la planta, pero la tratan con gran delicadeza.
Fuente:
Gregoire/ Banco de fotos Ed.Agricola.

Evidentemente, este sistema también tiene sus desventajas. La primera y más poderosa, el dinerito. Aunque poner un viñedo en espaldera suele ser rentable a largo plazo, necesita de una fuerte inversión inicial y su coste de mantenimiento también es mayor.

La otra razón importante la impone el clima, que manda mucho en esto del cultivo de la vid: tener las hojas bien expuestas al sol está muy bien para fabricar azúcar, pero se pierde mucho agua por evapotranspiración (a muy muy grandes rasgos, el sudor de las plantas). Por tanto los viñedos en espaldera necesitan mucha más agua; si están en un clima más o menos húmedo como el francés no hay problema, pero en La Mancha hay que poner riego, si o si.

Por esta razón se desarrolló la poda en vaso, propia de lugares con veranos excesivamente secos y calurosos, como los del sur de Francia, Italia, Grecia o España. Las vides cultivadas en vaso pertenecen a variedades menos vigorosas que desarrollan menor cantidad de hojas, pero las que tienen están mucho más expuestas al sol. Estas hojas además protegen al suelo alrededor de la cepa y a los racimos de una deshidratación excesiva. 



Vid  podada en vaso en Castilla la Mancha. De la variedad Cencibel, como llaman allí al Tempranillo.


¿Sabías que?
Es necesario alrededor de 1 metro cuadrado de hojas eficientes y bien expuestas por kilogramo de uva para que se pueda alcanzar una buena maduración del racimo.


Hasta no hace mucho tiempo en España la vid se cultivaban sólo en vaso por las dos grandes razones que hemos visto: clima y economía (el viñedo en vaso  tiene un menor coste de implantación y de cultivo). Por esta razón hemos heredado muchos viñedos en vaso que forman parte importante del paisaje español, que aunque técnicamente podrían pasarse a espaldera, no se hace por que es difícil y costoso.

En las vides en vaso toca agacharse para recoger la uva.

Hasta aquí la primera entrega. Ya me diréis si os ha gustado. 





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