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martes, 23 de julio de 2019

PON UN MELOCOTONERO EN TU JARDÍN

¿Has encontrado ya ESE MELOCOTÓN cuyo aroma y sabor no se te va a olvidar el resto del verano y quién sabe si el resto de tu vida?. ¿tu propia versión en fruta de la magdalena de Proust?. Quizás lo mismo hasta te has planteado sembrar su semilla a ver qué pasa. Si estás aquí buscando la respuesta, esta es sencilla, puede pasar de todo. 

Es posible que obtengas un árbol que de frutos similares al original, pero es bastante más probable que apenas de frutos, estos sean más pequeños o no sepan igual de bien. Y es que hay muchos factores en juego: si la semilla procede de un híbrido fértil o no, si necesita que se injerte en un patrón, el clima, el tipo de suelo, la ubicación del árbol, si se ha podado adecuadamente, etc...¿acaso alguien cree que esto de la agricultura consiste nada más que en sembrar y recoger?.
 

Porte de un melocotonero adulto. Fuente:
Howard F. Schwartz, Colorado State University, Bugwood.org
 
Como en otros frutales, para que salga un buen melocotón es necesario que la meteorología acompañe. Las buenas temperaturas durante la primera fase de crecimiento del fruto inducen mejores calibres, es decir melocotones más gordos. Por su parte, el calor y una buena insolación previa a la maduración produce frutos más sabrosos y coloreados.
 

Pero bueno, pongamos por caso que tienes curiosidad científica y un terrenito para albergar al futuro arbolillo. Lo primero, es tratar la semilla para favorecer su germinación (se puede estratificar o directamente extraer del interior del hueso). Y una vez consigamos hacer crecer la plantita, habrá que buscarle un sitio para que se desarrolle.
 


                    En este video lo cuentan paso a paso

 

El melocotonero es un árbol de pequeño tamaño, de hoja caduca, al que le gusta los climas cálidos. El frio intenso y las heladas tardías le vienen fatal, pero necesita inviernos con suficiente frío para desarrollarse y florecer adecuadamente. La "cantidad" de frio se mide en "horas-frío", y puede ser muy distinta según la variedad de melocotonero; las hay que necesitan desde 150 a más de mil.

Es una especie exigente en luz, a la que le gustan los veranos soleados con temperaturas elevadas. Eso sí, para obtener una buena producción requiere de agua, 600-800 mm anuales, y sobre todo que no le falte poco antes de la recolección. Es una planta sensible a las enfermedades causadas por exceso de humedad, por lo que los suelos han de ser profundos con buen drenaje y a ser posible no muy calizos, ya que aparecerían problemas de clorosis férrica.

 

En una zona del norte de Francia diseñaron plantaciones de melocotoneros pegados a muros blancos para que les dieran calorcito. Lo cuentan aquí, y la foto está tomada de aquí.
 
Pongamos que habéis encontrado el lugar perfecto para que se desarrolle el arbolito. Habrá entonces que esperar unos 5 años para que empiece a dar frutos "en serio". ¿Te parece mucho?, pues es de los frutales que antes empieza, de ahí su atractivo para muchos agricultores que pueden recuperar pronto la inversión que supone instalar desde cero un cultivo de frutales; pero bueno, eso ya es otra historia.
 

Aquí van tres cositas que le interesa saber a todo el que quiera presumir de melocotones producidos en su huerto.
 

En primer lugar, estos árboles requieren una poda bien hecha que permita que llegue la luz a todas las hojas, respetando además la madera del año anterior por donde saldrán las flores y por tanto los frutos. En otras palabras, o te la hace alguien que sepa o te lo tienes que estudiar muy bien. 

En segundo lugar, es imprescindible realizar un aclareo de frutos - eliminar una gran parte de los frutos que han cuajado - y hacerlo en el momento adecuado ( la mejor época es tras la caída de pequeños frutos no fecundados, aproximadamente unos 30 días después de la floración.). Si no se hace así, se obtendrán muchos frutos pero de baja calidad, el árbol habrá agotado gran parte de sus reservas, lo que incluso puede comprometer la producción del año siguiente.
 

Respecto a plagas y enfermedades cabe citar la gomosis (fácilmente identificable por los pegotes de savia de aspecto ambarino que surgen de las ramas y de mal pronóstico si no se eliminan rápidamente las partes afectadas), la abolladura o lepra del melocotonero, el oidio (un hongo que recubre las hojas con una capa blanquecina), los "cuatro pulgones de la apocalipsis" especializados en atacar a los brotes tiernos del melocotonero (el negro, el harinoso, el verde y el cigarrero) y la mosca de la fruta, capaz de arruinarnos el disfrute de ESOS MELOCOTONES por los que tanto hemos trabajado (embolsándolos evitaremos su ataque).



Síntomas típicos de la lepra del melocotonero (Taphrina deformans): hojas abarquilladas y deformadas, formación de ampollas y coloración rojiza. Fuente: Whitney Cranshaw, Colorado State University, Bugwood.org
 

Y esto es todo. Espero conocer vuestras experiencias en los comentarios.



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viernes, 25 de octubre de 2013

DE LAS FORMAS DE LAS VIDES





Otra temporada de vendimia superada, que este año se ha hecho esperar. El clima de 2013 ha sido muy favorable para el viñedo (sequía precedente + primavera lluviosa + verano caluroso pero corto) y lo mismo la “cosecha del 2013” se hace famosa. Y es que cuando se habla de la cosecha de un año en particular no se refiere únicamente a la vendimia, se engloba todo el proceso de desarrollo y crecimiento de la vid que dio lugar a esa cosecha en concreto.

Sobre el cultivo de la vid se pueden contar infinidad de cosas; voy a comenzar con algo básico que tiene mucho que ver con la vendimia: la forma de las vides o cepas. 

Antes de empezar, ¿os habéis preguntado la diferencia entre vid y cepa?. Aunque la RAE acepta la utilización de la palabra “cepa” tanto para referirse a la planta entera como simplemente al tronco, normalmente se usa “cepa” para referirse al tronco y “vid” para la planta entera.

 Los parientes silvestres de la vid son plantas enredaderas que crecen trepando por el primer soporte que encuentran (árboles, paredes, etc. ). Así que, al domesticarla, aparte de modificar el tamaño y sabor de sus frutos, hubo que “meterla un poco en vereda” para que se dejara podar y formar para facilitar el cultivo y la recolección de los frutos.

Estas hiedras tan bonitas que tapan las casas (Gros. Ampelopsis o Parthenocissus), son parientes lejanas de la vid. Fuente: Wikimedia/ Luis Miguel Bugallo Sánchez (Lmbuga)

La vid (Vitis vinifera) es un cultivo leñoso, como olivos, almendros y frutales. Cuando las plantas son jóvenes se les hace una “poda de formación” que permitirá que la planta crezca en el futuro sana y robusta. La vid en concreto se poda con dos formas distintas: en espaldera o en vaso. O en parral, para las uvas de mesa, pero esa es otra historia.

Actualmente, la mayoría de las nuevas plantaciones vitícolas se establecen en espaldera ya que tiene muchas ventajas.


Vid en espaldera en La rioja. Puede verse cómo se apoyan el tronco y las ramas en los alambres para que la vid crezca en vertical.

En el cultivo en espaldera, las vides se guían en vertical, apoyadas en una empalizada de alambre sostenida por postes en los extremos. De esta manera la vid sigue su naturaleza trepadora y desarrolla gran cantidad de hojas, que cubren toda la empalizada. Estas hojas expuestas al sol, fabricarán el azúcar que acumula la uva y que se convertirá en el alcohol del vino.

La espaldera es el sistema ideal para variedades de vid vigorosas y productivas que rellenen enseguida de hojas los empalizados. Por lo tanto, los viñedos en espaldera suelen ser más productivos.

En climas con mucha lluvia y poco sol, la vid en espaldera permite mantener el racimo ventilado y lejos del suelo, lo que le protege del ataque de hongos (oidio y botrytis, dos de sus pesadillas) y bichos varios. Al estar separado del suelo también se protegen las yemas y las hojas de las heladas (recordad que el aire frío pesa más).


Lo de poner rosales en los viñedos no es un detalle cuqui del dueño. Al ser más sensibles al ataque de hongos, enferman antes que la vid y dan tiempo al viticultor a proteger sus vides.

Las espalderas se disponen formando calles que permiten el paso de un tractor, por lo que se pueden mecanizar muchas labores de cultivo. Además cuando hacen falta tratamientos fitosanitarios, estos serán más eficaces, ya que el producto llegará a todas las hojas por igual.

Al quedar las cepas más altas, tanto la vendimia manual como la poda (invernal) se pueden hacer mejor, más rápido y más cómodamente. Aspecto nada desdeñable ya que estas dos labores acaparan el 70-80% de las necesidades de mano de obra en el viñedo.

La vendimia se puede mecanizar mediante el uso de cosechadoras especiales.  Parece que se comen la planta, pero la tratan con gran delicadeza.
Fuente:
Gregoire/ Banco de fotos Ed.Agricola.

Evidentemente, este sistema también tiene sus desventajas. La primera y más poderosa, el dinerito. Aunque poner un viñedo en espaldera suele ser rentable a largo plazo, necesita de una fuerte inversión inicial y su coste de mantenimiento también es mayor.

La otra razón importante la impone el clima, que manda mucho en esto del cultivo de la vid: tener las hojas bien expuestas al sol está muy bien para fabricar azúcar, pero se pierde mucho agua por evapotranspiración (a muy muy grandes rasgos, el sudor de las plantas). Por tanto los viñedos en espaldera necesitan mucha más agua; si están en un clima más o menos húmedo como el francés no hay problema, pero en La Mancha hay que poner riego, si o si.

Por esta razón se desarrolló la poda en vaso, propia de lugares con veranos excesivamente secos y calurosos, como los del sur de Francia, Italia, Grecia o España. Las vides cultivadas en vaso pertenecen a variedades menos vigorosas que desarrollan menor cantidad de hojas, pero las que tienen están mucho más expuestas al sol. Estas hojas además protegen al suelo alrededor de la cepa y a los racimos de una deshidratación excesiva. 



Vid  podada en vaso en Castilla la Mancha. De la variedad Cencibel, como llaman allí al Tempranillo.


¿Sabías que?
Es necesario alrededor de 1 metro cuadrado de hojas eficientes y bien expuestas por kilogramo de uva para que se pueda alcanzar una buena maduración del racimo.


Hasta no hace mucho tiempo en España la vid se cultivaban sólo en vaso por las dos grandes razones que hemos visto: clima y economía (el viñedo en vaso  tiene un menor coste de implantación y de cultivo). Por esta razón hemos heredado muchos viñedos en vaso que forman parte importante del paisaje español, que aunque técnicamente podrían pasarse a espaldera, no se hace por que es difícil y costoso.

En las vides en vaso toca agacharse para recoger la uva.

Hasta aquí la primera entrega. Ya me diréis si os ha gustado. 





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