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lunes, 11 de noviembre de 2019

ABECEAGRARIO: ROTOEMPACADORA


 

¿Que qué es eso? ahora mismo lo explico. Vas a alucinar con la tecnología que existe en el campo.
 

Si eres observador y te gusta mirar por la ventanilla cuando viajas, es posible que hayas visto pacas de paja, de las prismáticas rectangulares de toda la vida, dispersas por el campo o agrupadas en montones bien ordenaditos y más altos que una casa. Quizás las pacas que hayáis eran cilíndricas e incluso lo mismo estaban cubiertas por plástico de color blanco.
 

Pareciera como si un gigante dejó sus nubes de golosina (malvaviscos o esponjitas) tiradas por el campo. Fuente.

¿Qué es una empacadora y para qué sirve?


Estos paquetitos tan apañados los hace una máquina que normalmente va arrastrada y accionada por el tractor, llamada empacadora. Tal como nos cuenta nuestro amigo Helio, experto en maquinaria, en esta entrada, una empacadora trabaja sobre restos de poda, corte o cosecha, los cuales estaban previamente dispuestos en un cordón sobre el suelo. Su función es la de recoger y empaquetar la hierba seca o húmeda, o la paja, formando pacas con un peso y unas dimensiones que, además de ser uniformes, hagan fácil y eficiente su manejo y transporte. Y es que no cuesta el mismo trabajo formar montículos en el prado o cargar carros enteros de paja o hierba suelta y luego acarrearlos a donde haga falta. Quien ha dado de comer a ganado en el campo bien sabe lo prácticas que son las pacas.





Foto antigua de un carro adaptado para cargar paja. A la base se le colocaban las varas verticales altas, donde iba enganchada una red destinada a contener la carga.


Hay empacadoras de varios tipos, y normalmente se clasifican por el tamaño y forma de la paca. Para hacer las típicas pacas que muchos tenemos en mente, esas pequeñas que se utilizan en decorados, de forma prismática y poco peso (15 - 30 kg) se utilizan empacadoras convencionales. Para obtener pacas entre 300 y hasta 1.200 kg, se recurre a macroempacadoras cuando la paca es prismática o rotoempacadoras, en el caso de que sean cilíndricas. A estas últimas le dedicamos la entrada, ya que se utilizan cada vez más y tienen un funcionamiento muy curioso.


Nos cuenta Helio, que "por zonas, Asturias, Galicia, Cantabria y Cataluña prefieren las rotoempacadoras; en Castilla-La Mancha y el Valle del Ebro se decantan por la macroempacadora; y en Castilla y León la demanda está casi dividida entre rotoempacadoras y macroempacadoras, aunque con tendencia a la primera".


Fuente: Imagen de Anemone123 en Pixabay
 
¿Cómo funciona una rotoempacadora?
 
Básicamente, se trata de un apero que, al circular por encima del cordón de paja o hierba, lo introduce en su interior gracias a un "recogedor de dedos" (la denominación en inglés, pick-up, no mola tanto). En la cámara se va enrollando y comprimiendo el material hasta formar un gran cilindro. Esto se puede hacer mediante tres sistemas distintos, pero creo que no me voy a meter en explicaciones teniendo unos estupendos videos de youtube como este de John Deere o este otro de Massey. 



En este caso, el diámetro de la cámara donde entra el material aumenta a medida que este va entrando. De esta manera la presión sobre el material vegetal se mantiene constante mientras se forma la paca.

 

En empacadoras con cámara de diámetro fijo, la presión sobre la hierba o paja va aumentando progresivamente hasta que la cámara queda completamente llena, de esta manera el material se comprime de una manera más irregular, siendo mayor la presión en las capas exteriores.Fuente: Ministerio de Agricultura

Una vez formada se recubre con una red plástica, o se ata con cuerdas, para que mantenga su forma y es expulsada al exterior. A veces, cuando se quiere lograr cierto efecto de ensilado o se quiere proteger las pacas de los elementos meteorológicos, estas se forran con una lámina de plástico consigue un cierre hermético de la paca, dando lugar a esa especie de nubes de golosina gigante.

Para forrar las pacas con estas láminas se utiliza una envolvedora, asociada a la empacadora. Este video nos muestra una maquina que está formando a la vez dos pacas y envolviendo una tercera. ¡ Nada menos !. Esto es posible porque dispone de  una cámara de diámetro fijo-variable: en una primera parte el llenado es fijo y en la segunda variable.
 


 


Si no te crees que eso exista, en este otro video puedes ver una empacadora - embaladora real haciendo la tarea.
empacadora y embaladora en campo

 Ah, y en inglés a las rotoempacadoras se las denomina, round balers.



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En todas estas entradas hemos hablado de maquinaria agrícola. Y concretamente en TRACTORES PARA DUMMIES  puedes ver una empacadora "enganchada" o más bien "conectada" a un tractor. Muy aconsejable.

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viernes, 13 de junio de 2014

ABECEAGRARIO: GRAMÍNEAS


Son plantas herbáceas que pertenecen a una gran familia botánica, importantísima para la alimentación humana. Gracias a su capacidad de adaptación está presente en la mayoría de los ecosistemas del planeta.

Sus tallos suelen ser cilíndricos y huecos, están interrumpidos cada cierta distancia por nudos. Sus hojas, finas y alargadas, nacen de estos nudos y abrazan el tallo. Las flores son muy sencillas y se agrupan en espigas o panículas. El fruto es seco y está cubierto por las escamas de la flor.

Lámina botánica de una gramínea forrajera, el dactilo (Dactylis glomerata), que me trae tantos recuerdos de las prácticas de ecología. Fuente: Wikimedia/DP




Entre las gramíneas útiles para el hombre destacan dos grupos: los cereales, que se cultivan por su grano (arroz, trigo, cebada, avena, centeno, maíz) y las gramíneas forrajeras o pratenses, que alimentan al ganado cuando pasta o cuando las consume procesadas, en forma de heno o ensilados.



El trigo es una gramínea de importancia económica mundial. Fuente: USDA- ARS



Otras gramíneas de gran importancia para el hombre son la caña de azúcar, el bambú y el esparto.



Realmente no todas las gramíneas son herbáceas, el bambú por ejemplo es una excepción que todos conocemos. Bonita foto de este bosque de bambúes en Japón. Fuente: Wikimedia/Kamakura


De vuelta a casa, otra humilde gramínea, muy utilizada en el pasado, pero que aún permanece dando nombre a un lugar de Madrid muy frecuentado por los viajeros. ¿lo adivináis?.En la foto un atochar de Stipa tenacissima (esparto) en Fuentidueña de Tajo.

jueves, 5 de junio de 2014

QUESOS DE ESPAÑA, LA DIVERSIDAD DESCONOCIDA

Hace tiempo que tenía yo ganas de meterme con el queso, y va el Ministerio de Agricultura y me da la excusa perfecta. Esta semana pasada celebraron la “Semana del Queso”  para promover el consumo de queso en España y pude asistir a un acto, con cata incluida, dirigido a periodistas y blogueros.



Así que por fin voy a dedicar una entrada al queso; pero no a su clasificación, ni cómo se producen, maridajes u otros temas gastronómicos (aunque alguno se me escapa seguro, ya me conocéis). Lo nuestro es el campo, y vamos a ver cómo influyen los animales que producen la leche y su modo de vida en el resultado final.





España: poca cultura quesera para tanta variedad

Los españoles no somos especialmente queseros, a los datos me remito: consumimos unos 8,22 kilos de queso por persona y año, poca cosa comparada con los 17,2 Kilos que se zampan de media nuestros vecinos europeos. Tampoco destacamos como productores; pero contamos con una buena baza que ya quisieran nuestros vecinos del norte: la variedad.

El territorio español tiene una inmensa variedad de climas, paisajes, suelos y vegetación, lo que supone una gran diversidad de pastos y otras fuentes de alimento disponible para las distintas razas de las tres principales especies lecheras: vaca, oveja y cabra. Esto permite tener durante todo el año y en cantidades importantes de la materia prima fundamental para elaborar queso, la leche. Su composición y características varía según la especie, la raza, la alimentación, época del año…y estas dan lugar a una gran diversidad de texturas, sabores, aromas y colores, que dan su personalidad a los distintos quesos.


Anatomía de un queso

Me encanta la definición de Harold McGee en su libro “La cocina y los alimentos” : “el queso es la expresión intensa y concentrada de los pastos, los animales, los microbios y el tiempo”. Vamos a contar cuatro cositas básicas pero importantes para aprender a valorar los quesos.

¿Qué es exactamente el queso?

Es el producto resultante de la coagulación de la leche a la que se le elimina el suero. Este coágulo, llamado cuajada, está formado por un “esqueleto” de proteína, la caseína, que retiene la materia grasa y parte del agua de la leche. Esta cuajada la podemos consumir apenas procesada como queso fresco o dejar que madure y sufra una serie de transformaciones bioquímicas que le darán la textura, aroma y sabor característicos del queso maduro.

¿Sabías que, por término medio, hacen falta 10 litros de leche para hacer 1 kg de queso?


Pura bioquímica

Todos los quesos surgen de la misma fórmula: leche + bacterias + cuajo + sal. Y en la mayoría de ellos habría que añadir un quinto elemento no menos importante: el tiempo.

La leche es la materia prima que aporta casi todos los ingredientes del queso: agua, azúcares, materia grasa, proteínas, sales minerales, vitaminas, ácidos orgánicos, enzimas, gases y flora microbiana. Cada uno de ellos tiene un papel importante en el desarrollo de las distintas características del queso a lo largo de su maduración.

 Increíble pensar como con esa fórmula tan básica salen tantos quesos distintos.
En las diferentes especies ganaderas la proporción de los componentes principales de la leche varía ligeramente, aunque en general la leche de oveja la más rica en todos los componentes, salvo el agua, y es por tanto la de mayor aptitud quesera. 

La alimentación de los animales también influye mucho en las características de la leche, fundamentalmente si se han alimentado a base de pastos o de pienso y ensilados. Los pastos aportan a la leche (gracias a la intervención inevitable de de los microorganismos del rumen) ácidos grasos de cadena corta, que en pequeñas cantidades aportan multitud de aromas y sabores durante la maduración del queso. Hierbas y flores también proporcionan carotenoides, pigmentos responsables de la gran mayoría de los colores amarillos, anaranjados o rojos presentes en los vegetales, y que dan un tono amarillento – anaranjado a la leche y al queso.

En el ámbito mediterráneo el ganado puede disponer de pastos abundantes en primavera verano y otoño, dependiendo de la zona. Durante el invierno, los animales, al alimentarse de pienso o heno, producen leche con menor cantidad de grasas y proteínas que dan lugar a quesos con menos matices. Se han detectado incluso diferencias en el sabor de la leche, si el pasto es de valle o de montaña; aunque posiblemente esto solo lo detecten paladares muy entrenados. Hay incluso quien diferencia "añadas" en sus quesos, debido a la influencia de los distintos factores del medio en el resultado final.

Esto de los pastos es muy bonito, pero, realmente hoy en día la mayor parte de la leche procede de granjas intensivas, en la que los animales reciben la misma alimentación durante todo el año. Su dieta está basada en piensos, ensilados y subproductos agroindustriales (semilla de algodón que da ácidos grasos del grupo omega, pulpa de remolacha procedente de la fabricación del azúcar, restos de cebada de la producción de cerveza, etc), para que el animal tenga los nutrientes necesarios para producir mucha leche; los sabores, matices y demás sobran, es más normalmente se busca producir durante todo el año una leche con sabor escaso y siempre constante, que es la que demanda el consumidor actual.

No nos puede faltar el cuajo. Como su propio nombre indica son sustancias que cuajan o coagulan la leche. A todos se nos ha cuajado la leche alguna vez, pero nos costaría hacer queso con el resultado. Normalmente, para lograrlo se utiliza una enzima, la quimosina, que digamos “apaña” a la proteína del queso, la caseína, para que se agrupe y forme el esqueleto del queso. Tradicionalmente se sacaba del estómago de terneros jóvenes, pero en la producción industrial actual se utilizan otras enzimas, producidas por microorganismos.

¿Sabías que gracias a la biotecnología se han desarrollado cuajos producidos por bacterias y hongos modificados genéticamente?



Al queso formado se le añade sal. Esta además de aportar sabor, frena el crecimiento de microbios indeseables, regula la estructura del queso y el proceso de maduración. Normalmente se meten los quesos en una salmuera o se les espolvorea con sal. Fuente

Los microbios de la leche, un asunto delicado.

La leche es un elemento vivo. Incluso la que produce un animal sano y se recoge en condiciones de asepsia contiene células del propio animal (glóbulos blancos) y células de diversos microorganismos que acceden a ella.

Entre los microorganismos, los hay “buenos” y “malos”. Como resultado de sus andanzas por la leche, los buenos (bacterias lácticas por ejemplo) fermentarán la lactosa y los ácidos grasos dando lugar a sabores y olores interesantes mientras que los malos (por ejemplo las bacterias coliformes) echaran a perder el queso, hinchándolo con el gas carbónico que producen o fabricando sustancias que dan mal olor o picor excesivo.

Para evitar riesgos, normalmente la leche se somete a pasteurización, sobre todo en las grandes industrias lácteas, donde se reúne y almacena la leche de muchas granjas. Aunque para ser aceptada, la leche ha de cumplir unos requisitos básicos de higiene, para curarse en salud y evitar que una vaca enferma o una ubre sucia puedan arruinar miles de litros de leche, se achicharra a los microorganismos que pudiera tener, tanto los buenos como los malos. Sin los "buenos" no tendríamos queso, así que se recurre a los cultivos iniciadores, una selección conocida y purificada de microorganismos, que ya se sabe cómo van a funcionar y qué tipo de queso van a producir.  

Los quesos de leche cruda son menos comunes por las complicaciones y riesgos que suponen para el maestro quesero. Sin embargo, al conservar mucha mayor diversidad de microorganismos, el resultado es más “interesante”; de hecho, las normas de producción tradicionales de los quesos famosos como el Camembert, el Gruyere o el Parmesano obligan a utilizar leche cruda. Para evitar problemas sanitarios, sólo se comercializan los quesos que hayan pasado por un proceso de maduración de 60 días, tras el cual no quedan bacterias vivas.

Una leche de excelente calidad sanitaria ayuda mucho a conseguir un buen queso. Aunque el ordeño mecanizado le quite romanticismo al asunto, ayuda mucho a bajar el número de bacterias fastidiosas en la leche (y a que el ganadero trabaje en mejores condiciones laborales, que tampoco es tontería). Fuente: Base de fotos de la Editorial Agrícola.

Quesos de leche de vaca

Las vacas aportan, con diferencia, la mayor cantidad de leche. En el norte y noroeste de la península, donde los pastos verdes son más abundantes, tenemos al 80% de las vacas lecheras.

La leche de vaca es de color blanco, más o menos amarillento según el contenido en beta-carotenos asociados a la materia grasa. De olor poco acentuado y sabor algo azucarado. En general, da lugar a quesos suaves. Típicos quesos de vaca con DOP son el San Simón gallego o el Casín asturiano.
La raza frisona procede de Holanda y es la reina en la producción de leche, actualmente presente en casi todos los quesos de leche de vaca. Fuente: Base de fotos de la Editorial Agrícola.


Con la leche de la vaca casina o asturiana de la montaña se hace el queso Casín. Fuente:Feagas.


Quesos de leche de oveja

Es la segunda especie en importancia por su producción de leche. Las distintas razas están distribuidas por todas España, aunque en Castilla y León se encuentra la mayor cabaña de ovejas lecheras.

De color blanco nacarado, también puede adquirir tonos amarillentos debido a los carotenoides del pasto. Olor característico y sabor menos dulce que la de vaca y cabra. Es la leche más rica en ácidos grasos y proteínas, por lo que suele dar sabores más complejos durante la maduración. Típicos quesos de oveja de DOP son el Manchego, el Idiazábal o la Torta de la Serena.

Con la leche de la oveja latxa se elabora el queso Idiazábal. Fuente: Feagas.

Únicamente con la leche de la oveja manchega se elabora el verdadero queso Manchego. Fuente: Feagas.

Con la leche cruda de oveja merina y utilizando el cuajo obtenido de la flor del cardo se elabora la Torta de la Serena. Fuente:  Feagas.


Quesos de leche de cabra

Las cabras han sido consideradas la vaca de los pobres, ya que son capaces de aprovechar la vegetación no solo de los pastos sino de árboles y arbustos. Posiblemente por esta razón son importantes en zonas más secas, como Andalucía, el sureste peninsular y Canarias.

La leche de cabra tiene un color blanco brillante y nunca adquirirá tonos amarillentos, ya que la cabra degrada todo el caroteno antes de que llegue a la leche. La grasa se organiza en glóbulos grasos pequeños y numerosos, lo que la hace más digestible. Su sabor es dulzón y muy particular. Típicos quesos de DOP elaborados con leche de cabra son, el Murciano, el queso de Ibores y el Majorero.




La raza de cabras más numerosa en España es la murciano granadina, ya que produce mucha leche rica en grasa. Con ella se hacen los Quesos de Murcia, al vino o sin él. 
Fuente: Feagas.