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sábado, 11 de agosto de 2018

RATONES DE CAMPO Y RATONES DE CIUDAD

Estamos en pleno verano, estación que para muchos significa vacaciones y a  menudo la posibilidad de llevar a cabo todo eso que uno lleva deseando hacer todo el año. Para los que eligen montaña en vez de playa, puede significar dar largos paseos, respirar aire fresco y puro...o reconectar con la naturaleza y el mundo rural. 

 

El problema es que la brecha que separa al mundo rural del urbano es cada vez mayor. Los habitantes de ambos lados del precipicio ven a los del otro lado de una manera distorsionada; como a través de unas gafas que llevan un filtro fabricado a partir de ideas preconcebidas, mitos y grandes dosis de desinformación.

Y cuando llegan las vacaciones, los habitantes de uno de los lados saltan al otro, lo cual en principio está muy bien porque es la mejor manera descubrir al vecino. El problema es que aunque viajan, las gafas no se las quitan y pierden la oportunidad de descubrir cómo viven realmente los habitantes "del otro lado". Y esto, aparte de ser una pena, a veces causa serios problemas.  
 
Este verano, por ejemplo, me he encontrado con tres historias de hasta qué punto puede chocar el mundo urbano con el rural cuando los habitantes del primero se comportan como si el campo fuera simplemente su "patio del recreo". Y he decidido escribir esta entrada para contarlas, con un título inspirado en una fábula de Esopo que ya en el 500 a.C reflejaba el campo y la ciudad como dos mundos enfrentados.

Festival de globos aerostáticos en Segovia. 

¿A quién no le gustaría admirar desde el cielo el paisaje agrario castellano?. En principio no habría problema, si no fuera porque aterrizan impunemente en fincas privadas, valladas con ganado en su interior; y, lo que es peor, les da por volar bajo sobre zonas de pastizales, molestando a vacas y terneros con el ruido de los quemadores. Los animales, asustados, saltan vallas y alambradas, irrumpiendo en la carreteras con el riesgo que eso supone. Imaginaros el problema que puede llegar a suponer para el propietario de los animales: arreglar los vallados rotos, abortos provocados por el estrés, o peor aún, la responsabilidad por si alguno de sus animales provocara un accidente de tráfico. No está pagado, como dicen.

Foto de Rocío Pardos, tomada de esta página.
Lo razonable sería  evitar zonas de pastizal y que tanto los despegues como los aterrizajes, se realizaran en parcelas en las que se contara con autorización para hacerlo. Pues que si quieres arroz Catalina. Según cuentan en esta noticia, la Unión de Campesinos de esa provincia lleva desde hace ya bastante tiempo pidiendo a las empresas que tomen esas  precauciones, con tan poco éxito hasta el momento que han decidido recurrir a la Subdelegada del gobierno para que tome cartas en el asunto.

Excursionistas que la lían parda

Poco a poco, la concienciación ambiental va calando en la sociedad. Tenemos la lección aprendida de qué hacer para prevenir incendios y de que hay que llevarse la basura a casa (otra cosa es que se lleve a la práctica). Sin embargo, con el auge del turismo rural, la mayor movilidad de la gente y ciertas corrientes animalistas, se empieza a detectar otro problema: la interferencia de los excursionistas en el monte con la ganadería extensiva.

Se ha llegado a tal punto que los pastores de cabras y ovejas, a través de la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (INTEROVIC), han elaborado el Decálogo del turista rural sostenible, para informar sobre unas sencillas pautas de comportamiento para garantizar la convivencia entre ganado, ganaderos y turistas.

Algunas podrían parecer de sentido común, especialmente para la gente que trata a diario con ganado, pero que a los urbanitas lo mismo ni se les pasa por la cabeza.

Por ejemplo, en carretera recomiendan respetar las señales de paso de ganado y reduciendo la velocidad (¿cuántos de nosotros realmente lo hacemos?). Las carreteras a veces atraviesan montes públicos o comunales y puedes encontrarte con una vaca o un rebaño; en estos casos hay que ser paciente, su ritmo es distinto, no utilizar el claxon y no bajar del coche, ya que los animales pueden asustarse y salir corriendo, con lo que supone de trabajo extra para el pastor reunir de nuevo al rebaño en campo abierto.

Cuando se pasea por el monte conviene recordar tres normas básicas
La primera norma de oro: dejar los pasos de las fincas tal y como uno se los encuentra, abiertos o cerrados, ya que el ganadero tiene un motivo para dejarlos así. 

Segunda norma: en general, no acercarse a cualquier animal suelto, y esto lo añado yo, especialmente si se trata de una vaca con ternero (pueden llegar a atacar si consideran que su cría está en peligro). 


La tercera norma: cuidado con los perros. Si nos encontramos con un rebaño lo mejor es rodearlo, cuanto más lejos mejor. Y si llevamos perro, hay que atarlo inmediatamente con la correa, por dos razones: por si se nos escapa y molesta a los animales, y porque normalmente los rebaños van protegidos y guiados por perros que no dudarán en echar al intruso de malos modos. 

Y es que los problemas excursionista-perro-pastor son cada vez más frecuentes y a menudo se deben un desconocimiento tremendo de la función de los perros guías y guardianes (a veces se utilizan dos razas distintas, careas y mastines) de los rebaños.


La función del perro pastor es proteger al rebaño, normalmente del ataque de lobos, y lógicamente, para que cumpla esta función ha de estar suelto y sin bozal. Si te ladra a ti o a tu perro, lo sensato y normal es alejarse hasta que el animal considere que su rebaño no corre peligro. Sin embargo, no falta gente que, tras el susto, amenaza al pastor con denunciarle por llevar así al perro. No señores, el campo no es un parque público y tanto el pastor como su perro están trabajando, que de algo hay que vivir.
 
Otro problema tristemente cada vez más habitual, que denuncian en la comunidad de Facebook de Ganaderas en Red (GeR), es el de la gente que ve un perro suelto en zona de pastoreo y, por desinformación o por exceso de celo, se lo llevan con ellos considerando que el ganadero lo ha abandonado, e incluso llegando a denunciarle.  Al mal rato que pasa este ganadero (ganaderas en este caso) por la denuncia hay que añadir que el rebaño queda desprotegido por un tiempo, y que en caso de que el animal acabe en una protectora (que a veces ocurre) y localicen a su dueño legítimo, este tiene que desplazarse a recogerlo y pagar por el tiempo que ha estado el perro alojado en la protectora.  

Foto de un mastín trabajando. En determinados casos pueden estar solos a cargo de rebaños en zonas cercadas. Fuente: GeR - Ganaderas en Red.

Invasión de un campo de girasoles

Esta última historia ocurrió en julio y aquí podéis leer la noticia original o su versión en castellano. De todas maneras os la resumo para mostrar lo que ocurre cuando se añaden las redes sociales y una falta total de respeto.

La familia Bogles tiene una granja en Ontario (Canadá) en la que cultivan girasol, maíz, mijo, avena y cebada. Para sacarse un dinero extra, hace tres años decidieron abrir su granja a los fotógrafos que acudían a retratar los campos de girasoles. Hasta ese momento habían tenido unos pocos cientos de visitantes. Este año abrieron la granja el 20 de julio, acondicionando uno de los campos como aparcamiento y contratando gente que les ayudara a guiar y controlar a los visitantes. Por cada adulto cobraban 7.50 dólares.

La primera semana las visitas transcurrieron normalmente, llegando apenas a un tercio de la capacidad de acogida. Pero el sábado siguiente la cosa se desmadró. Varias fotos subidas a Instagram de gente posando entre miles de girasoles se hicieron virales y desencadenaron la tormenta perfecta; de repente, medio Ontario quería inmortalizarse entre estas vistosas flores. Más idílico y rural imposible.

Fuente. The globe and mail.

Venía gente de todos los lados, las autopistas y carreteras comenzaron a congestionarse a las seis de la mañana, la gente comenzó a aparcar a un kilómetro de distancia, y entraron en los campos sembrados con sus palos de selfie e ignorando las indicaciones de los trabajadores de la granja y las señales de "no pasar" colocadas por todos lados, y lógicamente la inmensa mayoría sin pagar un céntimo. 

Al día siguiente, los dueños de la granja pasaron el día carretera arriba y abajo pidiéndole a los visitantes que se fueran, a lo que algunos contestaron que "les había arruinado las vacaciones". 

El girasol es un cultivo bastante frágil, si las hojas inferiores resultan dañadas la planta es menos resistentes a la sequía y las enfermedades. Hasta septiembre u octubre no conocerá la familia Bogles el alcance de los daños que causó la horda de fotógrafos en sus campos. Un agricultor del área de Winnipeg sin embargo comentó que cerca de 2.000 personas se presentaron en uno de sus campos, derribando las flores en busca de la foto perfecta.


Esta historia es más antigua, pero tenía que ponerla. Circula en Internet un video de un granjero croata que, harto de que los coches aparcaran en su campo de cultivo todos los domingos de mercado, tras pedir claramente que no se hiciera, decidió dar a los dueños un pequeño escarmiento arando toda la zona que quedaba libre. Acabó ayudando a sacar los coches y aún hubo algún conductor que se quejó porque su coche resultó dañado. Aquí tienes el vídeo. Fuente.

En conclusión

He puesto tres historias que me han llegado prácticamente a la vez, y que en general muestran esa actitud del urbanita de considerar que el campo no tiene dueño, que tiene todo el derecho del mundo de ir a donde le plazca, y que los caminos están hechos para que el (o ella, o sus perros o sus críos) paseen, corran o monten en bici tranquilamente, sin que vehículos de campo y rebaños se crucen en su camino, levantando polvo o dejando olorcillo a chotuno a su alrededor. 

Todos sabemos cómo está afectando el turismo a las ciudades, pero normalmente el turista medio sabe cómo comportarse y los lugares donde acude, mal que bien, están adaptados a las aglomeraciones. Pero jamás verás a un turista "de pueblo" pasear por los pasillos de una oficina o un hospital o meterse en la cocina de un restaurante e increpar al responsable por el aspecto de las lechugas, por ejemplo. 

Pues bien, el campo y la montaña son el lugar de trabajo de mucha gente en el medio rural. En algunos casos los terrenos serán de su propiedad y otras veces serán compartidos, pero ellos llevan toda la vida ahí, harán las cosas mejor o peor, pero tendrán sus motivos para hacerlas y no creo que alguien que está de paso sea la persona más indicada para juzgarles. 

Dicho esto, también es verdad que a menudo desde el mundo rural se trata al urbanita y en particular a algunas variantes (ecologista, animalista, etc) con condescendencia e incluso desprecio, lo cual también me parece un error. Hay mucha buena gente que hace turismo por conocer lugares nuevos, a sus gentes y su modo de vida, y si pasa ocho horas en la oficina, dos en medios de transporte y el resto metida en un bloque de pisos es normal que no tenga ni idea de cómo comportarse si se cruza con un rebaño de ovejas. Y a la que meterse en mitad de un cultivo para hacerse fotos le parezca de lo más emocionante.    

Lo ideal sería que tanto urbanitas como ruralitas se quiten esas gafas con filtro de ideas preconcebidas, estén dispuestos a escucharse mutuamente y sobre todo, se traten con respeto. ¿Será mucho pedir?.


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martes, 29 de mayo de 2018

ABECEAGRARIO: JACA

"Mi jaca,
galopa y corta el viento
cuando pasa por El Puerto
caminito de Jerez..."

¿Quién no conoce este pasodoble? Quien más quien menos, se imagina la estampa, señor vestido con su gorro cordobés y su chaqueta ajustada a lomos de un caballo de pura raza española que avanza a galope corto por los caminos. 



No se vosotros, pero yo pensaba que una "jaca" es una yegua de buen porte, así sin más. Pero tras escribir este Abeceagrario (por la jota hay poco donde elegir) he descubierto que el asunto tiene sus matices. 

¿Sabías que la palabra jaca procede del inglés hack, acortamiento de hakeney, de Hackney, localidad cercana a Londres, famosa por sus caballos?
Según la RAE no andaba desencaminada, ya que una de las acepciones de jaca, es yegua, es decir, la hembra del caballo. Pero la que me llamó la atención es "caballo cuya alzada no llega a metro y medio". Claro que también existen las “jacas de dos cuerpos”, es decir aquellas que casi alcanzan la altura del caballo y por tanto podían prestar el mismo servicio.

Es decir, que una jaca es un caballo pequeño, de poca alzada, lo que viene siendo un poni. La jaca navarra, el asturcón, el caballo de pura raza gallega, el losino burgalés, el marismeño de Doñana, el monchino de Cantabria y el pottoka o poni vasco son ejemplos de caballos autóctonos españoles que entran en la categoría de jaca. El hispano bretón, está en el límite, y podría considerarse una jaca de dos cuerpos, ya que su alzada está entre los 1.45 y 1.54
 

El caballo asturcón, con su alzada media de 1.25, técnicamente, es una jaca.
Fuente: Ramón/ Wikimedia/ CC BY-SA 2.0

 

La jaca en el mundo de la doma vaquera

Aquí el concepto de jaca es bastante distinto. Era (o es) el típico caballo que los mayorales domaban para trabajar en el campo con las vacas, bravas o no. Para no tener que andar cepillando las crines o la cola para eliminar el barro o los restos de plantas que se le enganchaban, o hacían un nudo vaquero o directamente se cortaba la cola y asunto resuelto.

Y claro, una cola corta luce menos y delata su humilde ocupación; son como las cenicientas de la cuadra, para lucirse en ferias o concursos ya estaban los sementales o las yeguas destinadas a reproducción. Aunque imagino que actualmente las jacas exhiben palmito y habilidades en los concursos de doma vaquera.  

Resumiendo, una jaca, puede ser una yegua, pero también un caballo castrado, que además es "colín", es decir que tiene la cola cortada. La razón de cortar la cola ya la he contado; la de que se castre a los machos es para que trabajasen bien, sin "distraerse" con las yeguas.

Aunque la estatura no influye tanto, es importante que se trate de animales no demasiado grandes ni robustos, pero si con cierta presencia, y sobre todo ágiles, para controlar al ganado.

En definitiva, que la jaca sin duda es el tipo de caballo característico de la doma vaquera. ¿A que esta sí que encaja con la del pasodoble?


Jaca no tiene traducción al inglés, pero en países del norte de Europa donde hay más tradición de razas pesadas de tiro, a estos caballos también se les corta la cola, en parte para acentuar su aspecto robusto. Y a estos caballos se les llama "cob".

Un caballo tipo cob. Fuente.
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En AL RICO POTRITO TROTÓN, también hablo de caballos autóctonos españoles, pero que se crían para producir carne.

viernes, 12 de mayo de 2017

CENCERROS, EL CARILLÓN DEL CAMPO

Mira este video y escucha el sonido. Un paisaje sonoro tremendamente evocador y me temo que cada vez más extraño para mucha gente. Producido por un humilde objeto que, aunque no lo creáis, desde 2015 está considerado por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

 



Y es que, aunque suelo hablar más de ganadería moderna, - las pulseras de actividad para vacas por ejemplo - de vez en cuando me gusta recordar usos y costumbres que aún forman parte de nuestro patrimonio cultural. 


¿Qué es un cencerro?


Según la RAE, una "campana pequeña y cilíndrica, tosca por lo común, hecha con chapa de hierro o de cobre, que se usa para el ganado y suele atarse al pescuezo de las reses".
 Los hay de diferentes tamaños, formas y sonidos, según el animal que los vaya a llevar. Eso sin contar con que cada región tiene sus variantes con sus respectivos nombres. 

Cecerro de carnero. Fuente: Museo de agricultura de Torremocha del Jarama.
Un cencerro es mucho más que una chapa de hierro moldeada con un martillo para darle forma de campana. Necesita pasar por el horno, junto con unas pequeñas láminas de cobre o estaño, que al fundirse recubren la pieza y le dan su sonoridad característica. En este vídeo lo explican muy bien. 

Obviamente, para que suene el cencerro hay que colocarle el badajo. Elaborado con maderas duras, como la encina o la retama blanca, aunque también los hay de hueso, cuerno o incluso de plástico los más modernos.
 

La última tarea es el afinado, en el que se da a cada cencerro su sonido característico con unos certeros martillazos. El conjunto de cencerros que lleva un rebaño entero se llama alambre, y si el afinador hace bien su trabajo el resultado sonoro se parece más a un carrillón que a una cacerolada.
¿Sabías que los cencerros también se afinan?

Clases de cencerros

Los hay de muchas clases, en función de su tamaño, forma y grosor de la chapa. Estos tres factores influyen en el sonido final. A mayor tamaño y chapa más gruesa el sonido es más grave y se oye con más facilidad a larga distancias.


Los hay pequeñitos, las esquilas, para tener controlados a los perros de caza.
 

Los de ovejas y cabras son pequeños o medianos, dependiendo de si el animal que lo ejerce de guía o es una más del rebaño. Pueden ser cencerros o cencerras, changarros, esquilas, o trucos.
 

 Los cencerros para ovejas son más estrechos por abajo; así suenan con más facilidad y compensa el hecho de que la oveja se mueva menos. Como las cabras son  más movidas llevan cencerros de boca ancha, parecidos a los de las vacas. Fuente: Cencerrería Los Tres Golpes 

 

Los cencerros del ganado mayor, vacas y caballos, suelen ser más grandes, sobre todo si el portador es el encargado de guiar a sus congéneres. Los cabestros de las plazas de toros o las yeguas o mulas que van delante de una recua suelen llevar arrancaderas o zumbas. Los cañones, piquetes y cencerros son progresivamente más pequeños. 

Cabestros o mansos con sus zumbas al cuello

 

¿Para qué se utiliza?

El sonido del cencerro permite al ganadero localizar a sus animales, lo cual resulta especialmente útil cuando estos pastan en fincas grandes o en terrenos escarpados.

 También le sirve para identificar a sus animales, gracias al sonido distintivo de cada cencerro. Algo muy importante durante la transhumancia, en el que se mezclan rebaños de diferentes dueños. Cada uno sabe por dónde anda su oveja o su vaca guía por el sonido del cencerro.

Los cencerros también permiten a los animales localizarse entre ellos. Cuentan en este artículo cómo antiguamente, cuando se aproximaba la celebración de una feria ganadera, en los cortijos se acostumbraba a los animales que iban a ser vendidos al sonido de una zumba que portaba una yegua mansa y experimentada, la "madrina". De esta manera, a pesar del jaleo, los animales no se perdían, les bastaba con oír el gran cencerro de la madrina para permanecer junto a los suyos.

 

Mi suegro le pone el cencerro a las vacas con más malas pulgas, de esta manera el resto puede oírlas cuando se acercan y así evitar problemas.


 

Dichos y refranes en torno al cencerro

Todos conocemos y seguro que hemos usado la expresión, "estar como un cencerro", para referirnos a alguien que le falta un tornillo, está chiflado o majareta. 

¿Y si os digo que fulanito estuvo desviando fondos "a cencerros tapados"? Esta expresión, que da a entender que algo se hace callada y cautelosamente, tiene su origen en la costumbre de rellenar los cencerros con hierbas o barro, para que no sonaran cuando el ganado entraba a comer en sementeras o pastos ajenos, donde no serían bien recibidos.

A los aficionados al cine de Pedro Almodóvar seguro que les suena eso de "estar como vaca sin cencerro" , que es lo que le pasaba a Chus Lampreave y Marisa Paredes en "La flor de mi secreto", estaban desorientadas, inseguras, sin saber qué hacer o a donde ir.

Sin salir del mundo rural, antiguamente en muchos pueblos existía la costumbre de “dar la cencerrada” en la que se incordiaba en su noche de bodas a las parejas con gran diferencia de edad o a viudos y viudas que volvían a casarse. 

Tampoco faltan los refranes: “a buey viejo, cencerro nuevo”, "El buey sin cencerro, piérdese presto" o “Amor, tos y dinero llevan cencerro”, o "Échate al cuello un cencerro y te seguirá todo el pueblo". Os animo a explicar su significado en los comentarios.
 

También, cómo no, hay adivinanzas, que pienso hacerle a los niños en cuanto llevemos el Proyecto Conocer a los coles, a ver qué ocurre.
 

Adivina, adivinanza,
 va al monte y no come;
 va al río y no bebe
y con el cántico, se mantiene.

Tamaño como un pepino,
 da voces por el camino
¿qué es?.


¿A que no os imaginabais que un simple cencerro diera para tanto?.
 

Actualización (14/04/2020): durante esta dichosa pandemia de coronavirus, me he enterado gracias a gente estupenda de Twitter que hay pastores que están quitándole los cencerros a sus animales como forma de duelo por todos los que están muriendo estos días. Al parecer, cuando moría un pastor se le quitaban los cencerros a los animales ya que de alguna manera era el rebaño quien guardaba el luto a la muerte del pastor. Me ha parecido una iniciativa curiosa, muy humana y que tenía que compartir.
 





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sábado, 11 de junio de 2016

CAMPO Y ALIMENTOS: ¿CÓMO LOS VE LA PUBLICIDAD?


Hace pocos días una cadena de comida rápida levantaba cierto revuelo , al anunciar una oferta en las patatas fritas. Un sindicato agrario, UPA, ha protestado no solo por utilizar al agricultor como elemento "gracioso" , que es algo ya habitual, sino porque oferta patatas, precisamente un producto agrícola que a menudo se encuentra en el filo de la navaja en cuanto a rentabilidad se refiere.

Este es el anuncio en cuestión. Podéis verlo entero aquí y os animo a que comentéis qué os parece. 

https://youtu.be/0Bu8JbSThnk


En él, un airado agricultor nos pregunta si creemos que las patatas caen del cielo. Pues patatas no lo sé, pero me viene a la cabeza una campaña con plátanos de Canarias que sí que lo hacían. Menos mal que tenían paracaídas, que son frutas muy sensibles a los golpes y en vez de pintitas acabarían con moratones.


Una orgia platanera cayendo del cielo (2013).
Puedes ver el anuncio entero aquí.
Y así fue como me dio por recordar anuncios de televisión en los que salieran alimentos o el mundo rural. He vuelto a ver algunos de ellos y el panorama es francamente desolador. Pero bueno, aquí os dejo mis conclusiones.

 
1. Los anuncios sobre alimentos normales y corrientes, son muy muy escasos.

Y con normales y corrientes me refiero a las mismas patatas, lechugas, una paletilla de cordero, fruta, huevos o leche sin más, etc..

Realmente a esta conclusión ya habían llegado antes algunos nutricionistas como Juan Revenga. Yo simplemente me hago eco y la amplio: ni el campo ni los alimentos que se producen en el apenas están presentes en la publicidad que nos rodea. Y si lo están, no se valoran por lo que realmente valen.

 
2. El propio valor de los alimentos - sabor, ternura, cualidades nutricionales, que estén de temporada... - pasa a un segundo o incluso tercer plano y normalmente se recurre a factores externos que animen al consumidor a comprar el alimento en cuestión.

- Recurrir a personajes famosos. La lista es bastante amplia. Me vienen a la cabeza dos ejemplos. 

Este año Anne Igartiburu nos desvela cual es el verdadero corazón del verano, que además se puede identificar por una etiqueta de diseño, nada menos que de Ágata Ruiz de la Prada. El anuncio entero puedes verlo aquí.

Aquí al menos se asocia un palabro tecnológico (en inglés claro está) con las lechugas. Pero me da a mí que tanto Samantha Vallejo - Nájera, como la palabra "chef", venden más que la tecnología aplicada a la agricultura. El anuncio entero puedes verlo aquí.


 - También se puede recurrir a la inestimable ayuda de un ilustrador muy conocido o incluso a hacer regalos directos, como las tablets que regalaba "Fresón de Palos" en su campaña del año pasado.

Se están poniendo tibias a fresones estas ovejas. El anuncio entero puedes verlo aquí.

- "Cuidarse" es la palabra mágica. Recurrir a la salud o al aspecto físico tampoco suele fallar, y más si nos dirigimos a mujeres (aunque ese es otro tema en el que evitaré entrar).
Para anunciar carne de conejo, magra y muy saludable, nada mejor que hacer referencia indirecta a la operación bikini y poner una ensaladita.  El anuncio entero puedes verlo aquí

Anuncio de la gama sin lactosa de una marca de productos lácteos. Y yo me pregunto, ¿qué tendrán que ver las reclamaciones de las mujeres con la intolerancia a la lactosa?. El anuncio entero puedes verlo aquí.

Este anuncio reciente de Pavofrío, lo reúne todo: dedicado por completo a las mujeres y sus reclamaciones, personajes famosos, y una buena dosis de publicidad emocional. Al pavo solo le veréis en dos o tres fotogramas. El anuncio entero puedes verlo aquí.


3. Y es que la publicidad emocional no falla. Y es particularmente útil cuando se quieren vender alimentos difícilmente etiquetables como saludables o naturales. Y si hay un sentimiento que triunfa es el patrio, cuando algo es "lo nuestro" es lo más. Como era de esperar, en esta modalidad una supuesta "gente de campo" también es un recurso interesante del que tirar de vez en cuando.
 
Este anuncio de Campofrío de 2012 seguro que te suena. No pueden salir más famosos por segundo, se reivindica "lo nuestro" y los embutidos salen casi de refilón.

Los de Casa Tarradellas son un clásico, y este en concreto podría ser el campeón en idealización del mundo rural.

Unos abuelos que viven en una pedazo de masía y con pizzas precocinadas en la nevera...que no me acaba de cuadrar. Ah, y el tractor es de los viejos, como no podía ser de otra manera. El anuncio entero puedes verlo aquí.

 De esta de hace cuatro años seguro que te acuerdas. Y es que es verdad, todos deberíamos tener un "pueblito bueno" al que volver (yo tengo el mío y está al norte de Córdoba) pero de nuevo estamos con lo mismo: buen rollo, nostalgia y tópicos a cascoporro. 

¿Qué diantres están haciendo los abuelos en medio del cereal? El abuelo con la horca y su señora que parece que está barriendo. El anuncio entero puedes verlo aquí.


4. Por si no os habeis dado cuenta a estas alturas, un ingrediente común a los anuncios que incluyen agricultura, ganadería o medio rural son los tópicos; los hay a puñados. 

Aparte de los que ya hemos visto, destacaría la indumentaria de los agricultores, como en este buen mozo vestido de una manera "auténtica", como los que espárragos que anuncia. El anuncio entero puedes verlo aquí.


Sobre el aspecto de los campos de cultivo, o el método de trabajo de estos peculiares peones agrícolas, casi mejor que pongo el anuncio entero y os dejo a vosotros los comentarios. 



 
5. Afortunadamente no todo está perdido. En contadas ocasiones se ha recurrido a los propios productores para que sean ellos los que vendan el alimento y reivindiquen su trabajo. Curiosamente, todos los casos que recuerdo y he sido capaz de encontrar son ganaderos y tanto ellos como sus granjas tienen pinta de ser bastante reales, o "auténticas" si se quiere.

A esta pareja de ganaderos vascos que producen leche para la marca Kaiku yo diría que la lactosa les trae sin cuidado. El anuncio entero puedes verlo aquí.


Los miembros de esta familia lleva años haciendo lo mismo, pero para Central Lechera Asturiana. El anuncio entero puedes verlo aquí.


Y en el mundo agrícola destacaría las manzanas Pink Lady. La verdad es que no me suenan mucho de haberlas visto en televisión, pero son un buen ejemplo de publicidad centrada en los valores del producto. Aquí os dejo un simpático anuncio de TV, sin agricultor eso si, pero que muestra cómo se miman las manzanas cuando están todavía en los árboles.




Como habéis podido comprobar, la brecha entre el campo y la ciudad es cada día mayor y los anuncios, además de reflejarlo me temo que contribuyen a agrandar esa brecha. Por esta y otras muchas razones surgió este blog y el "Proyecto Conocer", para mostrar cómo y quién produce los alimentos que tomamos todos los días. Porque solo así podremos ser conscientes de todo el trabajo y la energía que se ha puesto en ellos, y entenderemos que no debemos despilfarrarlos.

Por cierto, todo esto no ha sido más que una selección de anuncios que se me han ido ocurriendo, si conocéis más os animo a compartirlos en los comentarios.




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