Mostrando entradas con la etiqueta siembra. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta siembra. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de abril de 2019

ABECEAGRARIO: MARCOS DE PLANTACIÓN

De aquí a nada llega el calorcito para quedarse, momento en el que se multiplican las tareas del huerto. Una de ellas será plantar todo lo que ha crecido en los semilleros que suele ser mucho más de lo que cabe en nuestros "dominios", ¿cuántos no plantamos "de más" por si acaso y luego no sabemos qué hacer con tanta plantita?. Siempre se pueden regalar (o directamente encasquetar) plantitas a otros huerteros o a cualquiera que le haga ilusión tener una tomatera en la terraza por ejemplo.
 

Pero es importante resistir a la tentación de colocarlas todas en el huerto, porque cada planta tiene unos requerimientos de espacio que van a ir variando según crezca y empiece a producir. En cualquier manual o página web mínimamente decente, incluso en los sobres de semillas, se indica para cada especie la distancia que deben de mantener las plantas entre sí para que se desarrollen de manera idónea: esto, ni más ni menos, es el marco de plantación.



 


Plantación comercial de lechugas. Fuente.



Lo habitual en un huerto es disponer las plantas en filas, dejando una distancia X entre las plantas de una misma fila y una distancia Y entre filas. El espacio que dejamos para cada especie varía en función de muchos aspectos: el porte de la planta adulta, si es rastrera o trepadora, el tipo de raíz...o incluso cómo vamos a recolectar después. No necesitan el mismo espacio una lechuga, una calabaza o una tomatera.
 

Pues bien, esta misma idea se aplica en cultivos leñosos (frutales, vid, olivo o especies tropicales) y también en repoblaciones forestales con especies silvestres. En estos casos importa por un lado el porte y las necesidades de las plantas adultas cuyas copas pueden llegar a juntarse demasiado, impidiendo un crecimiento equilibrado, dándose sombra unas a otras o dificultando su aireación...lo cual afecta a su estado de salud y su productividad.
 

Es igualmente importante facilitar las labores culturales, que estamos hablando de muchas hectáreas de terreno y no es cuestión de ir con la cesta o la carretilla para cosechar almendras, aceitunas o manzanas. Actualmente, tareas como el laboreo, la aplicación de tratamientos fitosanitarios, o incluso la poda y la recolección se realizan con tractores y aperos diseñados específicamente para trabajar entre las calles de los diversos cultivos.
 

Así, en estos cultivos leñosos los marcos de plantación más habituales, (y que se aprecian mejor a vista de pájaro), son los siguientes:
 


MARCO REAL
 

Cada planta se sitúa en el vértice de un cuadrado. Por tanto, la distancia entre plantas y entre las filas formadas, siempre es la misma. Este sistema es muy utilizado porque permite el paso de la maquinaria en dos direcciones perpendiculares, entre filas y entre plantas.

Disposición en marco real. Fuente.



En cultivos como el olivar o el almendro, es necesaria una distancia suficiente entre plantas que permita cosechar con paraguas.Fuente.



MARCO EN CALLES (RECTANGULAR)
 

Cada planta está situada en el vértice de un rectángulo. El lado menor corresponde a la «distancia entre plantas», mientras que el lado mayor nos da la «distancia entre filas». En este marco rectangular las plantas se colocan algo más cercanas entre sí, formando filas; estas filas están separadas entre sí una distancia mayor formando calles. La anchura de las calles resultantes facilita las labores culturales y de recolección y en general el paso de maquinaria más o menos grande, que sólo podrá avanzar en una dirección.


Marco en calles. Fuente

Es la más usada hoy en día, porque compatibiliza una alta densidad de plantación con la mecanización de las labores.



Es el sistema típico de vid en espaldera, olivares en seto y otros cultivos de frutales intensivos.
 

TRESBOLILLO
 

Cada planta se sitúa en el vértice de un triángulo equilátero, guardando siempre la misma distancia entre plantas que entre filas. 

Marco en tresbolillo. Fuente
 
Su principal ventaja es que cabe un mayor número de plantas por unidad de superficie comparado con otros sistemas. Tal como cuenta esta antigua "Hoja divulgadora", esta disposición permite además trabajar el suelo en tres direcciones, lo cual permite disminuir el riesgo de erosión. Como inconvenientes están un proceso de marqueo algo más complicado y que la mecanización es algo más difícil.

 

CINCO DE OROS
 

En este sistema de marcación, las plantas ocupan la forma típica de las figuras del naipe cinco de oros. En otras palabras, es un marco real o rectangular pero con un árbol en el centro de cada cuadrado o rectángulo.
 

Marco en cinco de oros. Fuente

También se denomina tresbolillo irregular, ya que cada 3 plantas conforman un triangulo isósceles

Su principal inconveniente es la dificultad para la mecanización. Por esta razón se aplica principalmente para doblar plantaciones. Por ejemplo, puede darse el caso que quieres eliminar una plantación existente, pero en vez de hacerlo de golpe se colocan nuevas plantas en el interior de los cuadrados conservando las antiguas hasta que las jóvenes entren en producción. Otra posibilidad es que se quiera intensificar una plantación que en su momento se estableció con un marco demasiado amplio.
 

En ocasiones, se emplea también en nuevas plantaciones, en las que se combinan árboles de lenta entrada en producción con otros de especies de fructificación precoz. Estos se aprovecharán durante unos años hasta que la plantación principal entre en plena producción y necesite más espacio.
 

Bueno, esto es todo, ya conocéis nuevas palabras muy habituales en este mundillo, que os permitirán no quedar como un panoli delante de un agricultor.


 

Otras entradas que os podrían interesar:
 

 DE LAS FORMAS DE LAS VIDES

ABECEAGRARIO: CABALLÓN
 

EL ABECEAGRARIO : FANEGA 

BARBECHO O RASTROJERA 



lunes, 19 de mayo de 2014

EL ABECEAGRARIO : FANEGA

Vamos con una palabra antigua y una imagen, que la gente del campo posiblemente todavía reconozca.


Una fanega castellana tiene una capacidad de 55.5 litros. Se puede subdividir en “almudes”, “celemines”, “cuartos” y “cuartillas”. La de la foto es un cuarto. 



Se trata de una unidad de medida tradicional española; anterior al desarrollo del sistema métrico decimal. Y lo es además tanto de volumen como de superficie.



Por una parte es un recipiente de madera, de un volumen predeterminado, que contiene la semilla que se va a sembrar. Por otra parte, la “fanega de puño” o “de sembradura” es el espacio de tierra en que se puede sembrar todo el grano contenido en esa fanega.


El volumen y la denominación varían mucho en las diversas regiones y comarcas españolas; no es igual la fanega castellana, andaluza, valenciana o gallega. También varía según la calidad del terreno donde se siembra: puede ocurrir que en los terrenos buenos, donde se siembra más denso una fanega equivalga a un tercio de hectárea, mientras que en zonas secas y pobres equivalga a dos tercios de hectárea.

La fanega estaba adaptada a los tiempos en los que se sembraba a voleo. Hoy en día se utilizan máquinas sembradoras, con depósitos que miden en litros, y enganchadas a tractores que avanzan por el terreno cubriendo hectáreas.


 Sembradora en acción.
 
PD. Sabiendo que mucha gente de Hispanoamérica nos lee, aprovecho la ocasión para preguntarles si allí también las utilizan.

Otras entradas que te podrían interesar:
 

Otros términos relacionados con la agricultura de toda la vida los encontrarás en las entradas del ABECEAGRARIO: ARROBA, AZADA, AZADILLA Y AZADÓN, CABALLÓN y BARBECHO O RASTROJERA.

Hace no tanto tiempo, el trigo que se cosechaba en esas fanegas de tierra, acababa almacenado en los silos, unas curiosas estructuras que forman parte de nuestro patrimonio rural: LOS SILOS, CATEDRALES DEL CAMPO