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martes, 18 de agosto de 2020

LA NORIA. DANDO VIDA AL CAMPO DESDE LA ANTIGÜEDAD

 Este verano, con la dichosa pandemia, vamos a perdernos las fiestas patronales de pueblos y ciudades, y con ellas los "cacharritos" que tanto gustan a los peques de la casa. La noria es un clásico - muy tranquilo, todo hay que decirlo- bastante más sencillo que las antiquísimas máquinas que movían molinos harineros o elevaban el agua de riego, con las que comparte nombre y aspecto.
 

Dado el importantísimo papel que han tenido las norias durante mucho tiempo en la agricultura y en algunas industrias del sector primario, vamos a dedicarle una entrada. Hoy en día constituyen reliquias, a menudo en muy malas condiciones de conservación, escondidas en nuestro paisaje rural.



¿ Qué es exactamente una noria ?
 

La noria es una máquina, es decir un objeto que nos ahorra esfuerzo a la hora de realizar un trabajo. En nuestro caso, mover agua, las ruedas de un molino, los mazos de un batán o cualquier elemento demasiado grande y pesado para ser movido por el hombre.
 

Es además una máquina compleja, ya que está formada por múltiples piezas. La principal es una gran rueda gigante de madera o hierro colocada en posición vertical, con el eje anclado, de manera al girar la rueda esta no avance. Esta gran rueda se encuentra semisumergida en un canal de agua o en un pozo, según sea el propósito de la noria y la fuente de energía que la hará funcionar. Esta rueda está provista de palas, de cangilones o ambos elementos a lo largo de su diámetro exterior, según sea la misión encomendada a la noria.

En ocasiones la rueda de una noria puede alcanzar tamaños considerables. Las norias de Hama son especialmente famosas por esta razón (poseen diámetros que van de los 10 a los 22 metros), y por el particular ruido que hacen al girar. Se trata de un grupo de 17 norias, de los siglos XII a XVI d. C. que recogían agua del río Orontes en la ciudad siria de Hama. Actualmente algunas están muy deterioradas, otras se han restaurado.

viernes, 13 de marzo de 2020

ABECEAGRARIO: SOLANÁCEAS

Se acerca la primavera (aunque en algunos lugares parece ya verano) y en el huerto es justo la temporada  preparar semilleros y planificar dónde va cada cosa. Así que con la S, vamos con un abeceagrario botánico-huertero que espero os resulte útil e interesante.
 

La Wikipedia nos dice (y me parece creíble) que es una familia (un grupo muy grande de seres vivos con características en común para que nos entendamos) de plantas con las hojas alternas, simples y sin estípulas. Pero así dicho seguro que os habéis quedado igual. Así que añadiremos que incluye unas 2700 especies muy diversas entre sí y que viven en ambientes distintos. Esto le ha permitido distribuirse por toda la tierra, aunque la mayor variedad de especies se encuentra en América del Sur y Central. ¿Más pistas? en el huerto se suelen plantar cuatro solanáceas importantes, la patata, el tomate, la berenjena y los pimientos, chiles o ajíes. Hay también muchas plantas ornamentales como la petunia y unas cuantas con efectos psicotrópicos. Algunas especies de solanáceas como el tabaco y la petunia, se utilizan en investigaciones biológicas.
 

Los Physalys o tomatillos también son solanáceas. Fuente: Alexas_Fotos en Pixabay

 
Solanáceas en el huerto
 

Es casi de primero de huerto conocer esta y otras familias, sobre todo a la hora de planificar dónde va a ir cada especie. En general, nuestras tres marías - patata, tomate y berenjena - son muy exigentes en nutrientes, por lo que viene bien plantarlas en suelos ricos, como puede ser un bancal bien abonado al inicio de una rotación. Algún día dedicaremos una entrada a las rotaciones de cultivos, de momento os dejo esta información.
La planta de la patata (Solanum tuberosum) y sus flores. Fuente: Philmarin - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,


Las típicas flores de la tomatera (Solanum lycopersicum) . Fuente: Franz W. en Pixabay

Y la de la berenjena (Solanum melongena). Fuente: কামরুল ইসলাম শাহীন - Ownwork, CC BY-SA 4.0,

El pimiento (Capsicum annuum) por su parte, se apaña con menos nutrientes, ¿será porque su fruto está hueco por dentro?.Fuente: Hans Braxmeier en Pixabay
 
Otro motivo por el que debemos evitar plantar estas especies una detrás de otra en el mismo bancal es porque comparten hongos patógenos. Si estos son capaces de completar su desarrollo, pueden quedar esporas del hongo en el suelo y transmitirse al siguiente cultivo. Puedes ver aquí algunos de ellos.

 

La hierba mora (Solanum nigrum L.) es una mala hierba, con la que hay que tener cuidado porque es tóxica para el ganado.

lunes, 15 de abril de 2019

ABECEAGRARIO: MARCOS DE PLANTACIÓN

De aquí a nada llega el calorcito para quedarse, momento en el que se multiplican las tareas del huerto. Una de ellas será plantar todo lo que ha crecido en los semilleros que suele ser mucho más de lo que cabe en nuestros "dominios", ¿cuántos no plantamos "de más" por si acaso y luego no sabemos qué hacer con tanta plantita?. Siempre se pueden regalar (o directamente encasquetar) plantitas a otros huerteros o a cualquiera que le haga ilusión tener una tomatera en la terraza por ejemplo.
 

Pero es importante resistir a la tentación de colocarlas todas en el huerto, porque cada planta tiene unos requerimientos de espacio que van a ir variando según crezca y empiece a producir. En cualquier manual o página web mínimamente decente, incluso en los sobres de semillas, se indica para cada especie la distancia que deben de mantener las plantas entre sí para que se desarrollen de manera idónea: esto, ni más ni menos, es el marco de plantación.



 


Plantación comercial de lechugas. Fuente.



Lo habitual en un huerto es disponer las plantas en filas, dejando una distancia X entre las plantas de una misma fila y una distancia Y entre filas. El espacio que dejamos para cada especie varía en función de muchos aspectos: el porte de la planta adulta, si es rastrera o trepadora, el tipo de raíz...o incluso cómo vamos a recolectar después. No necesitan el mismo espacio una lechuga, una calabaza o una tomatera.
 

Pues bien, esta misma idea se aplica en cultivos leñosos (frutales, vid, olivo o especies tropicales) y también en repoblaciones forestales con especies silvestres. En estos casos importa por un lado el porte y las necesidades de las plantas adultas cuyas copas pueden llegar a juntarse demasiado, impidiendo un crecimiento equilibrado, dándose sombra unas a otras o dificultando su aireación...lo cual afecta a su estado de salud y su productividad.
 

Es igualmente importante facilitar las labores culturales, que estamos hablando de muchas hectáreas de terreno y no es cuestión de ir con la cesta o la carretilla para cosechar almendras, aceitunas o manzanas. Actualmente, tareas como el laboreo, la aplicación de tratamientos fitosanitarios, o incluso la poda y la recolección se realizan con tractores y aperos diseñados específicamente para trabajar entre las calles de los diversos cultivos.
 

Así, en estos cultivos leñosos los marcos de plantación más habituales, (y que se aprecian mejor a vista de pájaro), son los siguientes:
 


MARCO REAL
 

Cada planta se sitúa en el vértice de un cuadrado. Por tanto, la distancia entre plantas y entre las filas formadas, siempre es la misma. Este sistema es muy utilizado porque permite el paso de la maquinaria en dos direcciones perpendiculares, entre filas y entre plantas.

Disposición en marco real. Fuente.



En cultivos como el olivar o el almendro, es necesaria una distancia suficiente entre plantas que permita cosechar con paraguas.Fuente.



MARCO EN CALLES (RECTANGULAR)
 

Cada planta está situada en el vértice de un rectángulo. El lado menor corresponde a la «distancia entre plantas», mientras que el lado mayor nos da la «distancia entre filas». En este marco rectangular las plantas se colocan algo más cercanas entre sí, formando filas; estas filas están separadas entre sí una distancia mayor formando calles. La anchura de las calles resultantes facilita las labores culturales y de recolección y en general el paso de maquinaria más o menos grande, que sólo podrá avanzar en una dirección.


Marco en calles. Fuente

Es la más usada hoy en día, porque compatibiliza una alta densidad de plantación con la mecanización de las labores.



Es el sistema típico de vid en espaldera, olivares en seto y otros cultivos de frutales intensivos.
 

TRESBOLILLO
 

Cada planta se sitúa en el vértice de un triángulo equilátero, guardando siempre la misma distancia entre plantas que entre filas. 

Marco en tresbolillo. Fuente
 
Su principal ventaja es que cabe un mayor número de plantas por unidad de superficie comparado con otros sistemas. Tal como cuenta esta antigua "Hoja divulgadora", esta disposición permite además trabajar el suelo en tres direcciones, lo cual permite disminuir el riesgo de erosión. Como inconvenientes están un proceso de marqueo algo más complicado y que la mecanización es algo más difícil.

 

CINCO DE OROS
 

En este sistema de marcación, las plantas ocupan la forma típica de las figuras del naipe cinco de oros. En otras palabras, es un marco real o rectangular pero con un árbol en el centro de cada cuadrado o rectángulo.
 

Marco en cinco de oros. Fuente

También se denomina tresbolillo irregular, ya que cada 3 plantas conforman un triangulo isósceles

Su principal inconveniente es la dificultad para la mecanización. Por esta razón se aplica principalmente para doblar plantaciones. Por ejemplo, puede darse el caso que quieres eliminar una plantación existente, pero en vez de hacerlo de golpe se colocan nuevas plantas en el interior de los cuadrados conservando las antiguas hasta que las jóvenes entren en producción. Otra posibilidad es que se quiera intensificar una plantación que en su momento se estableció con un marco demasiado amplio.
 

En ocasiones, se emplea también en nuevas plantaciones, en las que se combinan árboles de lenta entrada en producción con otros de especies de fructificación precoz. Estos se aprovecharán durante unos años hasta que la plantación principal entre en plena producción y necesite más espacio.
 

Bueno, esto es todo, ya conocéis nuevas palabras muy habituales en este mundillo, que os permitirán no quedar como un panoli delante de un agricultor.


 

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martes, 11 de julio de 2017

DICHOSAS HIERBAS...

Este año decidí que, en vista de que no tenía un suministro de agua asegurado sería absurdo poner huerto. Sembraría unas semillas de trigo, avena, yeros y veza que tenía por ahí guardadas, a ver qué ocurría, y con suerte tendría algo de material para enseñar a los niños en las charlas

La idea era que esta primavera y verano tanto el suelo como yo íbamos a descansar. ¡¡Ja!!. Mira que ha sido un año malo, escaso en agua y pródigo en calores, pero al parecer a las malas hierbas no les ha ido tan mal, al menos a algunas de mis viejas conocidas.
 

En una de estas que estaba yo doblando el espinazo para quitar malas hierbas, mi lado biólogo no podía evitar maravillarse de lo bien adaptadas que están las puñeteras para dar por saco al agricultor en general y al hortelano en particular. Así que pensé, ¿por qué no compartirlo?, lo mismo a mis lectores huerteros les resulta útil y todo.
 

El concepto "mala hierba"
Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que lo haga, ya sea un jardín o un cultivo. Es “mala” no sólo porque no aporta ningún beneficio sino porque además compite con las plantas cultivadas por los recursos del medio - nutrientes, agua, luz y espacio-.
 A menudo estas plantas que actúan como malas hierbas son muy (pero que muy) competitivas. Han desarrollado una serie de estrategias, o superpoderes como le digo a los niños, tremendamente útiles para adaptarse a condiciones adversas, colonizar rápidamente todo el espacio posible y hacerse francamente difíciles de eliminar

 

Pero a veces también son plantas bonitas, sobre todo cuando dan color al campo en primavera - las amapolas, el jaramago o la bolsa de pastor ....- y en muchísimas ocasiones sus defensores recuerdan sus propiedades como plantas medicinales o comestibles para lavar un poco su imagen.
 

Pero si lo que el hortelano pretende llenar la despensa y no el botiquín no le queda otra que mantener las malas hierbas a raya. En esta entrada voy a hablaros de unas cuantas muy habituales, sobre todo en pequeños huertos.

Las de "semillas pegajosas"
 

Esas que, a poco que te descuidas, se quedan pegadas en los guantes, los cordones de los zapatos, los calcetines o cualquier superficie a la que puedan agarrarse. Esta estrategia, denominada zoocoria, consiste en que las semillas se agarran al pelo o lana de los animales para ser transportadas a un lugar más o menos lejano, pero en el que seguro encontrarán nuevos terrenos donde instalarse, similares a su lugar de origen, en este caso huertos o campos de cultivo.
 

En este grupo se encuentra la mala hierba a la que más manía le tengo con diferencia, a la que no le paso ni una, la lagartera o almorejo (Setaria verticillata). Probablemente haya hierbas más dañinas para los cultivos, pero esta individua tiene unas semillas provistas de un diminuto aguijón o gancho que se pega automáticamente a cualquier tejido, no hay manera de quitarlo y aunque lo consigas acaba rascando de mala manera. Afortunadamente este año no han crecido muchas, ya que prefiere los cultivos de regadío.
 

Mucho cuidado con la lagartera, sobre todo cuando ya está seca . Fuente: Stefan.lefnaer - Own work, CC BY-SA 4.0 / Wikimedia
 También tenemos al irónicamente llamado amor de hortelano (Galium aparine) que ha optado por un diseño de semillas, pequeñitas, esféricas y provistas de una especie de velcro que una vez maduras también se pegan que da gusto. Afortunadamente no rascan y se quitan bien, pero aquí se acaban las ventajas: su tacto áspero y pegajoso y su tendencia a apoyarse en otras plantas en busca de luz hace más tediosa su eliminación.

El amor de hortelano, con su tallo y semillitas pegajosas es inconfundible. Fuente: Tom and Susan’s, Pepperell, MA. en http://www.florafinder.com

Las de "efecto lagartija"
 


Vamos, la típica planta que una vez arrancada te crees que has solucionado el problema, y normalmente ocurre más bien lo contrario. Sus tallos se rompen con cierta facilidad pero la raíz, que queda intacta y protegida en el suelo, volverá a formar otro tallo enseguida, con más fuerza si cabe.
 Dos especies típicas que se valen de esta estrategia son la grama (Cynodon dactylon) y el vallico (Lolyum rigidum). Son frecuentes en cultivos de cereales, donde pueden llegar a convertirse en un gran problema si no se controlan a tiempo. 

Los tallos subterráneos de la grama, con sus yemas siempre dispuestas a rebrotar y su capacidad para almacenar reservas, hacen de ella una planta muy resistente, capaces de sobrevivir en situaciones difíciles. Precisamente por ello se utiliza como pasto o en céspedes, ya que aguantan el pisoteo y el pastoreo continuo.

La grama además cuenta con otro superpoder, la alelopatía, en otras palabras, producir sustancias tóxicas o que impiden el crecimiento de otras plantas competidoras. Afortunadamente esta capacidad no es exclusiva de las malas hierbas, también la poseen algunas plantas cultivadas y es un buen motivo para realizar la rotación de cultivos. Pero eso ya lo contaré en otro momento. 

También tenemos a la correhuela (Convolvulus arvensis) que se enrolla sobre los tallos de cualquier planta que levante unos cuantos palmos del suelo y aparte de competir por el agua y los nutrientes, le roba la luz al crecer encima del tallo y las hojas. Eliminar esta planta a mano, aparte de requerir grandes dosis de paciencia y habilidad, es casi perder el tiempo, sobre todo cuando ya está bien asentada y le ha dado tiempo a tejer una profunda red de raíces (de hasta dos metros de profundidad) donde acumular sus reservas; es prácticamente imposible arrancarla de cuajo sin romperla. Por si fuera poco, posee otro superpoder muy útil en los tiempos que corren para las malas hierbas: es resistente a muchos herbicidas.


Correhuela haciendo de las suyas sobre los tallos y espigas del trigo

Y cómo no olvidar a la más "lagartija" de todas, la verdolaga (Portulaca oleracea), aún sabiendo que muchos no la consideran como una mala hierba por sus interesantes propiedades nutricionales y medicinales. Su raíz no es gran cosa, pero su tallo y sus hojas, muy carnosos ellos, se rompen o desgajan con una facilidad pasmosa. Esto, que apenas supone un daño para la planta, le ayuda a extenderse, ya que los trozos sueltos (hojas incluidas) enraízan y crecen con una tremenda facilidad gracias a su súper-metabolismo. Así que a la hora de quitar esta planta hay que andar bien fino con la azadilla (mejor quitarla a mano con el suelo húmedo) si no quieres acabar dispersándola por todo el huerto, y por muy rica que esté en ensaladas, acabar aborreciéndola.
La verdolaga nos indica que el suelo donde crece es rico en potasio, lo cual es una información valiosa a la hora de planificar el abonado. Fuente: Joseph M. DiTomaso, University of California - Davis, Bugwood.org
Las de arrancar de raíz directamente

Aunque ten cuidado, algunas tienen una raíz tan fuerte y profunda que tendrás que emplearte a fondo: los dos pies firmemente apoyados en el suelo y ambas manos agarrando la base del tallo para sacarla enterita de una vez, no vaya a ser capaz de rebrotar.

Como te descuides, el cardo cundidor  (Cirsium arvense) forma unas semillas voladoras capaces de llegar e instalarse en el rincón más insospechado. Fuente: Herbario de la Universidad Pública de Navarra.

Para eliminar a la malva silvestre (Malva sylvestris) hay que emplearse a fondo.

miércoles, 11 de enero de 2017

ABECEAGRARIO: CABALLÓN

Empezamos el año con fuerza, y pensando en las labores del huerto que nos esperan, nada mejor que un abeceagrario de especial interés para los 'huerteros'.

Un caballón es el montículo de tierra de labor que queda entre surco y surco al arar un terreno, aunque también se puede hacer a propósito con la azada.

 

Este sistema se utilizaba tradicionalmente en los huertos pero ha ido desapareciendo en gran parte debido a la aparición del riego por goteo, ya que una de las funciones principales de los caballones es contener y dirigir el agua cuando se riega a manta. 

De esta manera las plantas se encuentran en alto, sin llegar a encharcar la base del tallo a salvo de pudriciones en las raíces o la base del tallo, pero les llega la humedad sin problemas.  


Detrás de esta sencilla estructura hay más ciencia de la que parece. La idea es asegurarse que el agua que discurre por los surcos sea aprovechada lo máximo posible por las raíces de las plantas que ocupan los caballones.
 

La distancia entre un caballón/surco y otro depende de varios factores: tipo de suelo, tipo de cultivo y maquinaria que se pretende utilizar, entre otros.. Fuente
 
Si el ancho del surco es excesivo, o no llega la suficiente cantidad de agua, esta apenas mojará los flancos de los caballones, donde están las raíces listas para absorberla en cuanto llegue. El agua queda en el fondo del surco y se perderá por percolación (se filtra hacia el interior del suelo) donde, si acaso, la aprovecharán las malas hierbas (dependiendo del celo del hortelano). Si hay demasiada agua o los caballones son bajitos y están muy cercanos entre sí, el agua los sobrepasa y aparecen los problemas de erosión: el caballón se deshace y quedan los tallos o raíces de las plantas al descubierto (lo que las hace más vulnerables). Así que... ¿quien dijo que ser agricultor es fácil? ¡menos mal que se inventó el riego por goteo!. 

 

Dependiendo de la especie a cultivar, esta se puede plantar en la corona, el lomo o el flanco del caballón. El clima y el tipo de suelo determinarán si conviene hacer surcos amplios o caballones pronunciadosFuente.

a) Situación ideal: las raíces tienen acceso total al agua. b) Situación a evitar: el agua no llega a las raíces y se filtra al suelo. Fuente.
 
Una ventaja de los caballones es que los surcos que quedan entre medias nos permiten pisar para acceder fácilmente a las plantas para cuidarlas, observarlas, recoger la cosecha o lo que haga falta. Al no pisar en zona cultivada, la tierra que forma el caballón continuará mullida, lo cual facilita el crecimiento de las plantas.
 

Como ya he apuntado cada vez se utiliza menos, ya que suele implicar regar a manta lo cual consume demasiada agua y no está el clima para excesos. Hoy en día, sobre todo en pequeños huertos (familiares, urbanos, escolares etc) se utiliza más la técnica del bancal profundo, a la que algún día tendremos que dedicarle una entrada.
 

Sin embargo, hay especies con las que interesa utilizar este sistema, como es el caso de la patata. Para cultivar los espárragos o la fresa también se utilizan caballones, pero por otras razones propias de su cultivo. 
 

Los tubérculos de la patata se desarrollan en la tierra mullida del caballón. Cuando llegue el momento de recogerlos, los tubérculos están por encima del nivel del suelo por lo que la cosechadora, en vez de cavar sólo tiene que "desmenuzar" el caballón, lo cual facilita bastante la tarea. Fuente: Blog Mas que máquinas agrícolas.

 


Se pueden hacer a mano o a máquina. Viendo el vídeo parece fácil hacerlas a mano, pero requiere su práctica. 


En este vídeo se hacen con una motoazada a la que se le acopla un apero que forma los caballones.

Por cierto, en inglés se les llama 'ridge'.
 


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lunes, 21 de noviembre de 2016

ABECEAGRARIO: BRÉCOL



También llamado brócoli o bróculi, es una verdura que no suele dejarnos indiferente, o gusta o repele, especialmente a los niños, como estamos comprobando en nuestra nueva visita del "Proyecto Conocer la Agricultura" a colegios valencianos, en la que colabora como patrocinador Sakata Seed.

Brécol, brócoli o bróculi. Fuente: JUMOSOL
Aprovechando que tenía que buscar curiosidades para que los niños no nos mandaran directamente a paseo cuando les habláramos del brécol, he descubierto unas cuantas cosillas que lo mismo os interesan.



Una planta con muchas caras


El brécol es simplemente una variedad de las múltiples que tiene la especie - Brassica olerácea. Simplificando mucho podríamos decir que el brécol (B.oleracea var. italica) es hermano de la coliflor (B. o. var. botrytis),  el repollo (B. o. var. capitata), las coles de bruselas (B. o. var. gemmifera), el "moderno" kale o col rizada (B. o. convar. acephala var. sabellica) y las berzas de toda la vida (B. o. var. viridis). Siguiendo con el símil, sería primo del nabo, la mostaza, los rabanitos, el rábano picante o el wasabi, todos pertenecientes, como el, a la familia de las crucíferas. Esto que os cuento hecho tiene su interés, ya veréis por qué.



El brécol tipico pertenece a la subvariedad "Calabrese" o brécol italiano, también hay brécol morado o de Sicilia, que se vuelve verde durante el cocinado e incluso brécol blanco o de Verona. Fuente: Naukas




Una verdura de tradición mediterránea que alcanza el mundo entero


El brócoli parece ser originario del Próximo Oriente (Asia Menor, Líbano, Siria, etc.), pero si algún pueblo destacó por la afición a esta planta fueron los romanos, que hace más de 2.000 años lo cultivaban y consumían. Hoy en día sigue siendo una verdura muy popular en Italia y toma su nombre de la palabra "brocco" , que significa retoño o brote.


Actualmente el brécol se cultiva en tres zonas importantes del mundo: China, para variar, responsable de casi la mitad de la producción, Estados Unidos donde curiosamente son muy aficionados a esta verdura y Europa.

Según cuentan en la página de Broccoli Pasión de las 75.000 hectáreas cultivadas con brócoli en Europa, 35 000 son españolas.



¿Sabías que el brécol fue introducido en EEUU por los inmigrantes del sur de Italia pero no alcanzó su popularidad hasta los años 20 del siglo pasado?



Eso que te estás comiendo son cientos de (futuras) flores


Al igual que la coliflor, el brécol posee una gran cabeza floral que es la parte que nos comemos. 


En la coliflor las futuras flores están más apiñadas y son muy inmaduras. Las florecillas del brécol, aparte de ser de color verde intenso, son más evidentes aunque también inmaduras y están dispuestas como si fueran las hojas de un arbolito. A todo este conjunto, que es lo que encontramos a la venta se le llama pella.


La estructura del brécol recuerda a un árbol. Las flores están dispuestas al final de ramas que surgen de un tronco grueso (también comestible). Fuente: Roger prat - Own work, CC BY-SA 3.0 / Wikimedia commons


Esas pequeñas flores amarillas de cuatro pétalos le delatan, el brécol es una crucífera. Fuente: Jengod - Own work, GFDL / Wikimedia commons 


Un arsenal químico listo para ahuyentar al enemigo


Según nos cuenta Harold McGee en su libro "La Cocina y los alimentos", la familia de la col comparte con la cebolla algunas partes de un particular sistema defensivo desarrollado para hacer frente a cualquiera que pretenda comérselas.


Al igual que ocurre con las cebollas y los ajos, las coles y muchos de los parientes que mencioné al principio, almacenan dos tipos de sustancias defensivas en sus tejidos: los precursores del sabor y las enzimas que actúan sobre ellos. Cuando las células de la planta se dañan, por ejemplo al cortar la verdura, las dos reservas se juntan y las enzimas inician una cadena de reacciones que produce compuestos aromáticos azufrados; unos amargos, otros picantes y otros de olor fuerte como la coliflor o el brécol. Este peculiar y efectivo sistema defensivo pudo haber inspirado el nombre de su temible versión artificial, el Gas Mostaza, utilizado en la I Guerra Mundial. 


Lo paradójico del asunto es que estas sustancias implicadas en la defensa de la coliflor y demás parientes - los glucosinolatos e isotiocianatos - tienen efectos importantes en el organismo: unos interfieren en el funcionamiento de la glándula tiroides si la dieta es baja en yodo, pero otros (en concreto ciertas sustancias del brécol) ayudan a proteger contra el cáncer, afinando nuestro sistema encargado de eliminar sustancias extrañas.



Un as de oros en la despensa


Aunque no soy muy partidaria de ponerle la etiqueta "super" a ningún alimento, la verdad es que el brécol tendría méritos para llevarla. Aparte de que contribuye a prevenir - ojo, ni cura ni previene por sí solo - determinados tipos de cáncer, se dice de ella que es la hortaliza de mayor valor nutritivo por unidad de peso de producto comestible, ya que contiene un buen abanico de nutrientes: vitamina C, fibra alimentaria, carotenoides, etc.


Pero si quieres incorporarlo a tu dieta y no te gusta su intenso sabor, puedes probar con dos primos hermanos obtenidos por hibridación natural: el romanescu y el bimi.



El asombroso romanesco o romanescu es un híbrido entre el conocido brécol y la exquisita coliflor creado en el Scottish Horticultural Research Institute hace la tira de años. Su sabor es más suave y su textura más crujiente pero posee similares propiedades nutricionales. Fuente: By Jon Sullivan./ Wikimedia Commons.


El Bimi, conocido como Broccolini en América y Tenderstem en Inglaterra, es un cruce entre brócoli y col china o Kai Lan (B.o. var. alboglabra). Desarrollado por la empresa Sakata, es como un brécol que hubiera pegado el estirón de la adolescencia. De sabor más suave y dulce que el brécol, recuerda al espárrago verde en el aspecto y en el sabor.


Consejos para su cultivo


Al igual que hicimos con la zanahoria, termino esta entrada con algunos consejos importantes a la hora de cultivarlo de la mano de la Huertina de Toni.




¿Sabías que el brécol recolectado en otoño e invierno es el más suave?




  • Se siembran en semillero al aire libre en verano. Cuando alcanzan los 10-15 cm se trasplantan dejando un marco de unos 50 cm entre planta y planta. Le viene muy bien el acolchado, ya que permite conservar la humedad y aporta materia orgánica.





  • Tanto el brécol como la col necesitan abundante humedad, eso si el suelo ha de estar bien drenado, y son bastante exigentes en nutrientes, especialmente potasio y nitrógeno.





  • Son plantas de crecimiento lento. Se recolectan a partir de los tres meses.
  • Como al resto de brasicáceas, la mariposa blanca de la col (Pieris rapae) es un enemigo común que puede llegar a ser devastador. La forma más efectiva de tratarlos es con insecticida, ecológico (basado en toxina Bt) o no ya va por gustos.



Si ves a esta mariposa revolotear por tu huerto, ándate con cuidado porque te puede dejar sin cosecha de brasicáceas.Fuente: Lesley Ingram, Bugwood.org

A esta planta de brécol, la larva de la mariposa le ha dejado las hojas como un colador. Fuente: Whitney Cranshaw, Colorado State University, Bugwood.org






Ah, y si quieres escribir esta palabra en inglés no te olvides de ponerle una "c" extra : broccoli.




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