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lunes, 25 de marzo de 2019

CINCO COSAS QUE PROBABLEMENTE NO SEPAS DE LOS GIRASOLES. Y UNA QUE SÍ.

Otros girasoles pintados por Vincent van Gogh - Dominio Público/ Wikimedia
 
Ya es hora de sembrar los girasoles en nuestro huerto escolar. Cuando he ido a documentarme sobre sus cuidados he descubierto tantas cosas curiosas que tenía que compartirlas con vosotros.
 

Un mexicano que le debe mucho a los rusos
 

El girasol (Helianthus annuus) es una planta originaria de Norteamérica, particularmente Arizona y nuevo México. Se sabe que los nativos americanos lo utilizaban allá por el 3.000 a.C. como alimento, para tintes y usos medicinales, como elemento de construcción e incluso en ceremonias. Los exploradores llevaron sus semillas a España en el siglo XVI y durante más de dos siglos en Europa simplemente se cultivó por su valor ornamental. Su uso como fuente de aceite no se empezó a conocer hasta comienzos del siglo XVIII, cuando un inglés registró la primera patente para obtener aceite a partir de las semillas.
 

El girasol se volvió muy popular como planta cultivada en el siglo siguiente, particularmente en Rusia. Y fue precisamente la Iglesia ortodoxa rusa la que contribuyó a su popularidad ya que prohibió durante la cuaresma el consumo de casi todos los aceites menos el de girasol. En 1830 ya se fabricaba aceite de girasol a escala comercial en este país y fueron sus científicos de los primeros en mejorar genéticamente del cultivo. Actualmente es el país líder en producción.
 

¿Sabías que el girasol es la planta nacional de Ucrania y del estado de Kansas (USA)? 

Pero este cultivo siguió viajando, y volvió a su lugar de origen en el equipaje de muchos campesinos rusos que emigraron a Norteamérica, entre ellos los menonitas. Canadá comenzó el primer programa oficial de mejora allá por 1930, lo que supuso el aumento de la superficie dedicada a su cultivo.

 

Un gigante muy estilizado
 

¿Sabías que generalmente la longitud de la raíz del girasol supera a la del tallo? Considerando que hay variedades que alcanzan fácilmente los 2 m de altura, imagina lo que crece por abajo.

La altura que puede alcanzar u girasol depende de muchos factores, tanto genéticos como de condiciones de cultivo. Las medidas más habituales van desde los 30 centímetros hasta los dos metros.
 

La variedad "Russian mamoth", o "gigante rusa" puede alcanzar hasta 4 metros de altura y formar capítulos de 60 cm de diámetro con enormes semillas en su interior. Fuente de la imagen.
 
Su sistema radicular está formado por una raíz pivotante, capaz de desarrollarse en profundidad y de esta manera extraer agua y nutrientes de capas a las que no llegan otros cultivos. Posee además raíces secundarias y terciarias que se desarrollan en horizontal, para explorar los 5-30 cm superficiales del suelo. De esta manera cuando llueve, aunque caiga poco agua, el girasol desarrolla numerosas "raíces de lluvia", capaces de explorar la capa más superficial del suelo para aprovechar ese agua.
 

Flores que no son flores
 

Es una planta de la familia de las compuestas, o para que nos entendamos es pariente de la margarita, el diente de león o la mismísima alcachofa. Eso significa, entre otras cosas, que lo que esa flor tan bonita y vistosa no es una sino muchísimas flores. En botánica se le llama inflorescencia (conjunto de flores, la fresa, la piña o el higo también la tienen), y la del girasol en concreto se dice que forma un "capítulo" o "cabeza". El diámetro de esta inflorescencia suele medir de 15 a 25 cm según variedades y condiciones de cultivo.
 

¿Sabías que una cabeza de girasol puede tener desde 500 hasta 2000 flores?
 

En el capítulo hay dos tipos de flores con dos funciones muy distintas. Las que ocupan el anillo exterior tienen esos vistosos pétalos amarillos para atraer a los insectos polinizadores. Las del interior son flores funcionales y una vez fecundadas formarán las pipas.
 


¿Sabías que el patrón de distribución que siguen las flores dentro de la cabeza de un girasol sigue la sucesión de Fibonacci? . Foto de Casey Pilley/Pixabay 


Más usos de los que imaginas
 

  Todos asociamos el girasol a las pipas, saladas, sin salar o sin cáscara para los más vagos y los cocinillas...Sin embargo actualmente el principal uso del girasol es la obtención de aceite comestible. 

Al igual que el olivo y las aceitunas, hay dos clases principales de girasol, de "mesa" (para aperitivo, vamos) y de "aceite". Lo bueno de las pipas es que es más fácil identificarlas: las pipas negras para aceite, las grises a rayas para el picoteo. Fuente.


¿Sabías que las pipas pueden tener distinto tamaño y aspecto según las variedades y las condiciones de cultivo? pero siempre las del exterior del capítulo serán más grandes.

 Seguro que más de uno os lo habréis preguntado, ¿qué es eso del "girasol alto oleico"  que está cada vez en más productos?. Ingenieros, genetistas e industria alimentaria llevan trabajando desde hace tiempo para obtener aceites naturales de girasol que puedan ser utilizados en infinidad de productos en lugar de las grasas trans y del aceite de palma. Para conseguir el aceite de girasol alto oleico, agarraos, se recurrió a girasoles mutantes. Pero no hay que preocuparse, ya conté en esta entrada que para obtener rasgos genéticos interesantes a veces se recurre a inducir mutaciones hasta encontrar los individuos que los posean. Se obtiene así un organismo modificado genéticamente; ojo no confundir con un transgénico. Esos rasgos se fijan posteriormente mediante cruces, es decir con mejora genética convencional, para obtener las variedades comerciales actuales.

De esta manera se ha obtenido el aceite de girasol alto oleico junto con otras variedades que poseen distintas cantidades de ácidos grasos (linoleico, esteárico, palmítico, etc. ), lo que las hace aptas para distintos usos culinarios. En concreto, este nuevo aceite "alto oleico" tiene incluso más cantidad de esta sustancia que el de oliva: está presente en torno al 20% en girasol normal, al 70% en el aceite de oliva y al 80% en el alto oleico. ¿Que cual es mejor?, yo soy más de oliva, pero como siempre esto va por gustos, usos y precios.

El girasol también sirve para alimentar al ganado. Tanto los restos de las semillas tras obtener el aceite como la propia planta como forraje en verde

¿Sabías que el girasol es una buena especie melífera? Si además adorna y nos da pipas, ¿a qué esperas para plantar unos cuantos en el huerto?.
 
 

La cara oculta del girasol
 

Esta "flor" encanta a los pájaros y a los niños y alegra la vista al personal, pero posiblemente sus vecinos vegetales considerarían que nuestro personaje es algo conflictivo. Y es que resulta que el girasol recurre a la alelopatía; es decir produce sustancias tóxicas que impiden el crecimiento de otras plantas, tal como cuento en esta entrada dedicada a las malas hierbas. Se trata de un arma secreta que tienen algunas plantas que se reproducen por semillas, para asegurarle un comienzo de vida más fácil a sus semillas.

Realmente este efecto herbicida no es muy potente, hay plantas a las que no les afecta lo más mínimo (de hecho en cultivos convencionales se suelen utilizar herbicidas) y afortunadamente se degrada al compostar los restos de la planta. Sin embargo, es lo suficientemente efectivo como para que se haya considerado la posibilidad de utilizar extractos de esta planta como potenciales herbicidas orgánicos. Es más, si los girasoles se plantan una y otra vez en el mismo lugar, es posible que los compuestos que fabrica el mismo acaben afectando a sus propias semillas.

¿Sabías que hasta las cascaras de las pipas pueden tener ese efecto “herbicida”? Si eres de los que te gusta tener un comedero de pájaros en mitad del jardín, cuidado con el césped.

 

Buscando el solecito como un guiri
 

He dejado para el final eso que todos se supone que sabemos: que el girasol sigue al sol. Esta capacidad se denomina heliotropismo y es muy evidente en las cabezas o capítulos cuando todavía están en desarrollo. Por la mañana se orientan al Este y al atardecer miran hacia el Oeste, girando con el movimiento del sol. Pero lo que quizás algunos no sepáis es que
 

a) una vez fecundadas todas las flores, la cabeza deja de moverse, y se queda mirando al este (posiblemente porque ya tiene un tamaño y peso considerable).
b) las hojas también tienen esta capacidad, que dura hasta la madurez de la planta.
 


No son maleducados, simplemente se están comportando como girasoles que son. Y toca mirar para otro lado.

 
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El girasol forma parte por derecho propio de ese selecto grupito de alimentos trotamundos, como el CACAO, el AZÚCAR o el PAVO.

Si quieres saber más sobre aceites, no te pierdas ALGUNAS COSAS INTERESANTES SOBRE EL ACEITE QUE NADIE TE HABÍA CONTADO HASTA AHORA y RESUELVE TUS DUDAS SOBRE EL ACEITE DE PALMA
 

Aquí explico mejor eso de la mejora genética por mutación: ¿QUÉ SON LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS?

martes, 11 de julio de 2017

DICHOSAS HIERBAS...

Este año decidí que, en vista de que no tenía un suministro de agua asegurado sería absurdo poner huerto. Sembraría unas semillas de trigo, avena, yeros y veza que tenía por ahí guardadas, a ver qué ocurría, y con suerte tendría algo de material para enseñar a los niños en las charlas

La idea era que esta primavera y verano tanto el suelo como yo íbamos a descansar. ¡¡Ja!!. Mira que ha sido un año malo, escaso en agua y pródigo en calores, pero al parecer a las malas hierbas no les ha ido tan mal, al menos a algunas de mis viejas conocidas.
 

En una de estas que estaba yo doblando el espinazo para quitar malas hierbas, mi lado biólogo no podía evitar maravillarse de lo bien adaptadas que están las puñeteras para dar por saco al agricultor en general y al hortelano en particular. Así que pensé, ¿por qué no compartirlo?, lo mismo a mis lectores huerteros les resulta útil y todo.
 

El concepto "mala hierba"
Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que lo haga, ya sea un jardín o un cultivo. Es “mala” no sólo porque no aporta ningún beneficio sino porque además compite con las plantas cultivadas por los recursos del medio - nutrientes, agua, luz y espacio-.
 A menudo estas plantas que actúan como malas hierbas son muy (pero que muy) competitivas. Han desarrollado una serie de estrategias, o superpoderes como le digo a los niños, tremendamente útiles para adaptarse a condiciones adversas, colonizar rápidamente todo el espacio posible y hacerse francamente difíciles de eliminar

 

Pero a veces también son plantas bonitas, sobre todo cuando dan color al campo en primavera - las amapolas, el jaramago o la bolsa de pastor ....- y en muchísimas ocasiones sus defensores recuerdan sus propiedades como plantas medicinales o comestibles para lavar un poco su imagen.
 

Pero si lo que el hortelano pretende llenar la despensa y no el botiquín no le queda otra que mantener las malas hierbas a raya. En esta entrada voy a hablaros de unas cuantas muy habituales, sobre todo en pequeños huertos.

Las de "semillas pegajosas"
 

Esas que, a poco que te descuidas, se quedan pegadas en los guantes, los cordones de los zapatos, los calcetines o cualquier superficie a la que puedan agarrarse. Esta estrategia, denominada zoocoria, consiste en que las semillas se agarran al pelo o lana de los animales para ser transportadas a un lugar más o menos lejano, pero en el que seguro encontrarán nuevos terrenos donde instalarse, similares a su lugar de origen, en este caso huertos o campos de cultivo.
 

En este grupo se encuentra la mala hierba a la que más manía le tengo con diferencia, a la que no le paso ni una, la lagartera o almorejo (Setaria verticillata). Probablemente haya hierbas más dañinas para los cultivos, pero esta individua tiene unas semillas provistas de un diminuto aguijón o gancho que se pega automáticamente a cualquier tejido, no hay manera de quitarlo y aunque lo consigas acaba rascando de mala manera. Afortunadamente este año no han crecido muchas, ya que prefiere los cultivos de regadío.
 

Mucho cuidado con la lagartera, sobre todo cuando ya está seca . Fuente: Stefan.lefnaer - Own work, CC BY-SA 4.0 / Wikimedia
 También tenemos al irónicamente llamado amor de hortelano (Galium aparine) que ha optado por un diseño de semillas, pequeñitas, esféricas y provistas de una especie de velcro que una vez maduras también se pegan que da gusto. Afortunadamente no rascan y se quitan bien, pero aquí se acaban las ventajas: su tacto áspero y pegajoso y su tendencia a apoyarse en otras plantas en busca de luz hace más tediosa su eliminación.

El amor de hortelano, con su tallo y semillitas pegajosas es inconfundible. Fuente: Tom and Susan’s, Pepperell, MA. en http://www.florafinder.com

Las de "efecto lagartija"
 


Vamos, la típica planta que una vez arrancada te crees que has solucionado el problema, y normalmente ocurre más bien lo contrario. Sus tallos se rompen con cierta facilidad pero la raíz, que queda intacta y protegida en el suelo, volverá a formar otro tallo enseguida, con más fuerza si cabe.
 Dos especies típicas que se valen de esta estrategia son la grama (Cynodon dactylon) y el vallico (Lolyum rigidum). Son frecuentes en cultivos de cereales, donde pueden llegar a convertirse en un gran problema si no se controlan a tiempo. 

Los tallos subterráneos de la grama, con sus yemas siempre dispuestas a rebrotar y su capacidad para almacenar reservas, hacen de ella una planta muy resistente, capaces de sobrevivir en situaciones difíciles. Precisamente por ello se utiliza como pasto o en céspedes, ya que aguantan el pisoteo y el pastoreo continuo.

La grama además cuenta con otro superpoder, la alelopatía, en otras palabras, producir sustancias tóxicas o que impiden el crecimiento de otras plantas competidoras. Afortunadamente esta capacidad no es exclusiva de las malas hierbas, también la poseen algunas plantas cultivadas y es un buen motivo para realizar la rotación de cultivos. Pero eso ya lo contaré en otro momento. 

También tenemos a la correhuela (Convolvulus arvensis) que se enrolla sobre los tallos de cualquier planta que levante unos cuantos palmos del suelo y aparte de competir por el agua y los nutrientes, le roba la luz al crecer encima del tallo y las hojas. Eliminar esta planta a mano, aparte de requerir grandes dosis de paciencia y habilidad, es casi perder el tiempo, sobre todo cuando ya está bien asentada y le ha dado tiempo a tejer una profunda red de raíces (de hasta dos metros de profundidad) donde acumular sus reservas; es prácticamente imposible arrancarla de cuajo sin romperla. Por si fuera poco, posee otro superpoder muy útil en los tiempos que corren para las malas hierbas: es resistente a muchos herbicidas.


Correhuela haciendo de las suyas sobre los tallos y espigas del trigo

Y cómo no olvidar a la más "lagartija" de todas, la verdolaga (Portulaca oleracea), aún sabiendo que muchos no la consideran como una mala hierba por sus interesantes propiedades nutricionales y medicinales. Su raíz no es gran cosa, pero su tallo y sus hojas, muy carnosos ellos, se rompen o desgajan con una facilidad pasmosa. Esto, que apenas supone un daño para la planta, le ayuda a extenderse, ya que los trozos sueltos (hojas incluidas) enraízan y crecen con una tremenda facilidad gracias a su súper-metabolismo. Así que a la hora de quitar esta planta hay que andar bien fino con la azadilla (mejor quitarla a mano con el suelo húmedo) si no quieres acabar dispersándola por todo el huerto, y por muy rica que esté en ensaladas, acabar aborreciéndola.
La verdolaga nos indica que el suelo donde crece es rico en potasio, lo cual es una información valiosa a la hora de planificar el abonado. Fuente: Joseph M. DiTomaso, University of California - Davis, Bugwood.org
Las de arrancar de raíz directamente

Aunque ten cuidado, algunas tienen una raíz tan fuerte y profunda que tendrás que emplearte a fondo: los dos pies firmemente apoyados en el suelo y ambas manos agarrando la base del tallo para sacarla enterita de una vez, no vaya a ser capaz de rebrotar.

Como te descuides, el cardo cundidor  (Cirsium arvense) forma unas semillas voladoras capaces de llegar e instalarse en el rincón más insospechado. Fuente: Herbario de la Universidad Pública de Navarra.

Para eliminar a la malva silvestre (Malva sylvestris) hay que emplearse a fondo.