Mostrando entradas con la etiqueta patata. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta patata. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de marzo de 2020

ABECEAGRARIO: SOLANÁCEAS

Se acerca la primavera (aunque en algunos lugares parece ya verano) y en el huerto es justo la temporada  preparar semilleros y planificar dónde va cada cosa. Así que con la S, vamos con un abeceagrario botánico-huertero que espero os resulte útil e interesante.
 

La Wikipedia nos dice (y me parece creíble) que es una familia (un grupo muy grande de seres vivos con características en común para que nos entendamos) de plantas con las hojas alternas, simples y sin estípulas. Pero así dicho seguro que os habéis quedado igual. Así que añadiremos que incluye unas 2700 especies muy diversas entre sí y que viven en ambientes distintos. Esto le ha permitido distribuirse por toda la tierra, aunque la mayor variedad de especies se encuentra en América del Sur y Central. ¿Más pistas? en el huerto se suelen plantar cuatro solanáceas importantes, la patata, el tomate, la berenjena y los pimientos, chiles o ajíes. Hay también muchas plantas ornamentales como la petunia y unas cuantas con efectos psicotrópicos. Algunas especies de solanáceas como el tabaco y la petunia, se utilizan en investigaciones biológicas.
 

Los Physalys o tomatillos también son solanáceas. Fuente: Alexas_Fotos en Pixabay

 
Solanáceas en el huerto
 

Es casi de primero de huerto conocer esta y otras familias, sobre todo a la hora de planificar dónde va a ir cada especie. En general, nuestras tres marías - patata, tomate y berenjena - son muy exigentes en nutrientes, por lo que viene bien plantarlas en suelos ricos, como puede ser un bancal bien abonado al inicio de una rotación. Algún día dedicaremos una entrada a las rotaciones de cultivos, de momento os dejo esta información.
La planta de la patata (Solanum tuberosum) y sus flores. Fuente: Philmarin - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0,


Las típicas flores de la tomatera (Solanum lycopersicum) . Fuente: Franz W. en Pixabay

Y la de la berenjena (Solanum melongena). Fuente: কামরুল ইসলাম শাহীন - Ownwork, CC BY-SA 4.0,

El pimiento (Capsicum annuum) por su parte, se apaña con menos nutrientes, ¿será porque su fruto está hueco por dentro?.Fuente: Hans Braxmeier en Pixabay
 
Otro motivo por el que debemos evitar plantar estas especies una detrás de otra en el mismo bancal es porque comparten hongos patógenos. Si estos son capaces de completar su desarrollo, pueden quedar esporas del hongo en el suelo y transmitirse al siguiente cultivo. Puedes ver aquí algunos de ellos.

 

La hierba mora (Solanum nigrum L.) es una mala hierba, con la que hay que tener cuidado porque es tóxica para el ganado.

jueves, 10 de mayo de 2018

DESCUBRE LO QUE ESCONDE EL CACAHUETE

Este año voy a probar una cosa nueva en mi huerto experimental, voy a sembrar cacahuetes, ahora que va siendo el momento. A finales de otoño ya os contaré qué tal ha ido la cosecha (si es que cosecho algo). 

Y ya que estoy, aprovecho para contaros la curiosa manera que tiene el cacahuete de reproducirse: escondiendo sus frutos.  


Un fruto en tierra de nadie
 

Si nos fijamos en su composición nutritiva podríamos meterlo en el mismo saco de los frutos secos. Sin embargo, la planta que los produce está muy lejos de parecerse a un majestuoso nogal o un humilde almendro.
 

Los cacahuetes se desarrollan en el interior de una vaina, al igual que los guisantes y las judías.  Fuente: Pixel2013/Pixabay.
 
La planta del cacahuete forma una matita que, si acaso, alcanza el medio metro de altura. Podría recordar algo por su tamaño o sus hojas a las habas o la alfalfa, ya que pertenecen a la misma familia de las leguminosas. Así que, aunque cueste creerlo, los cacahuetes están emparentados con los garbanzos secos, sus compañeros menos deseados de los "cócteles" de frutos secos.   

Sin embargo muchas veces se asocian a los frutos secos porque desencadenan reacciones alérgicas similares y por su riqueza en aceites (oleico y linoléico principalmente).

El efecto avestruz

Lo que hace peculiar a esta planta es la manera en la que maduran sus frutos una vez se han polinizado las flores.
 

La flor del cacahuete, ¿te la imaginabas así?.

jueves, 9 de abril de 2015

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES CULTIVOS TRANSGÉNICOS?





Poquito a poco nos vamos metiendo en el meollo de la transgénica cuestión. En esta entrada veremos cuáles son los principales cultivos transgénicos en el mundo, pero primero vamos con una visión general para irnos centrando.



Evolución: Desde los primeros cultivos transgénicos, plantados en seis países en 1996, se ha pasado a cultivarlos en 28 países, alcanzando más de 181 millones de hectáreas. Aunque Estados Unidos sigue siendo líder en este campo, hoy en día se siembran algo más en países en desarrollo que en desarrollados.



Actualmente se cultivan comercialmente 27 cultivos transgénicos: alimentarios (soja, maíz, arroz, trigo, patata, tomate, remolacha, judías, endivia, berenjena, calabaza, papaya, melón, ciruelo, remolacha y caña azucareras), forrajeros (alfalfa y Agrostis), textiles (algodón y lino), oleaginosos (distintas variedades de colza), flores (clavel, petunia, rosa) y otros como la pimienta dulce, el chopo o el tabaco.



La ingeniería genética permite incorporar en la planta más de un rasgo genético; en inglés los llaman "stacked traits" (literalmente " caracteres apilados"), aunque entre nosotros podríamos llamarlos "supertransgénicos". De esta manera las variedades pueden utilizarse durante más tiempo, ya que "vienen preparadas de serie" para afrontar más problemas. Actualmente están disponibles comercialmente el maíz y el algodón resistentes a insectos y tolerantes a herbicidas.






Mapa de los cultivos modificados genéticamente en el mundo.

viernes, 24 de octubre de 2014

EL MUNDO MULTICOLOR DE LAS VARIEDADES DE PATATAS

Con la llegada del otoño empiezan a apetecer guisos y cosas calentitas. Y a la hora de buscar ingredientes, ¿qué mejor que unas baratas y versátiles patatas?



Para ser sinceros, llevaba tiempo con ganas de hablar de las patatas; pero hay tanto por contar que tendré que hacerlo por entregas para no aburrir al personal. Y para abrir boca, comenzaré por descubrir la enorme variedad de patatas, desconocida para muchos de nosotros.



Con ustedes, doña Patata. 


Antes que nada unos datillos que revelan su tremenda importancia en la alimentación humana. Y es que, la humilde patata que nosotros vemos como un básico en la lista de la compra aunque "peligrosamente” cargada de carbohidratos, aporta tal cantidad de energía y vitaminas que se considera un elemento fundamental para la seguridad alimentaria de millones de personas en Suramérica, África y Asia.


¿Sabías que la patata es, de lejos, el cultivo no cereal más importante en el mundo?. Incluso incluyendo a los cereales, solo tres especies (maíz, arroz y trigo) se cultivan más que la patata.

Este tubérculo se cultiva en 100 países de todo el mundo (de 198 reconocidos por la ONU). Posiblemente ayude que la planta de la patata puede crecer desde el nivel del mar hasta los 4.700 metros sobre el nivel del mar y desde el extremo sur de Chile hasta Groenlandia.

Según el Centro internacional de la Patata (CIP), una hectárea de patata puede dar de dos a cuatro veces más cantidad de alimento que los cultivos de grano. Las patatas producen más cantidad de alimento por unidad de agua que cualquier otro cultivo importante y son cerca de siete veces más eficientes en su uso que los cereales. Así que si te preocupa la huella hídrica de tu alimentación, ya sabes, come más patata y menos maíz.


Perú y Bolivia poseen la mayor diversidad de variedades cultivadas. Fuente: INIAP/ www.croptrust.org.
 

 
Nuestro mundo patatero, solo en blanco y marrón.



La patata (Solanum tuberosum) pertenece a la familia de las solanáceas, la misma que tomates y berenjenas. Se originó y fue domesticada en la cordillera de los Andes. De allí proceden la mayoría de las 4.000 variedades de patatas nativas, con tamaños, colores y formas de lo más variado.

Las patatas pueden tener la carne blanca, amarilla, rosada, rojo, púrpura o incluso azul. El color amarillo se debe a la presencia de carotenoides y el resto a las antocianinas, ambas sustancias antioxidantes.  La cantidad de vitaminas y minerales también depende del color de la carne. Fuente: International Diversity/www.croptrust.org

Existen también cerca de 180 parientes silvestres de la patata, pero son demasiado amargos para comérselos. Es muy importante conservarlos como reserva de biodiversidad ya que poseen genes que aportan resistencia a enfermedades, ataques de insectos o a condiciones climáticas adversas, necesarios en la mejora genética de las patatas.

Sin embargo, el universo patatero que encontramos en el mercado casi se reduce en patatas para cocer o para freír, de piel marrón o rojiza, carne blanca o amarilla, y con suerte cachelos gallegos. Menos mal que tenemos cerca a las Islas Canarias con su tremenda variedad de papas, directamente emparentadas con aquellas que vinieron de América allá por el siglo XVI.

Estos chips me atraen mucho más que las patatas fritas a los mil sabores que tenemos por aquí. Fuente: www.cipotato.org 


Usos de las patatas: en el almidón está la clave.

En España se cultivan hasta 150 variedades, cada una con distintas características: color y textura de piel y carne, número de “ojos”, forma del tubérculo, aptitudes culinarias, productividad, precocidad de la brotación, resistencia a plagas y enfermedades entre otros.

Estas características determinan su uso posterior, no solo en la cocina sino también en la industria (la patata está presente en alimentos procesados, medicinas, pegamentos, etanol, etc.). La mayoría de esas aptitudes se deben a la proporción de agua y almidón que contiene, su composición química y cómo se almacena dentro de la célula.

Desde el punto de vista culinario hay dos tipos principales de patatas, las harinosas y las céreas. 
Las patatas “céreas”, tienen más proporción de agua y azúcares sueltos que de almidón. Por eso, al cocinarse tienden a compactarse y la patata mantiene su forma con mayor facilidad, lo que las hace más aptas para preparaciones con patata cocida que no queremos que se deshaga, como una ensaladas. No interesan para freír, ya que los azúcares libres son responsables de ese feo color parduzco que aparece a veces.

Las patatas “harinosas” concentran más almidón, empaquetado en gránulos dentro sus células. Cuando se calientan, las células tienden a hincharse y separarse unas de otras, liberando el almidón. Estas patatas son perfectas para freír, asar al horno (tardan menos en hacerse), guisar  (espesan el caldo) o hacer puré.

La patata de la variedad Monalisa (semitemprana) es la más versátil del mercado. Fuente: Wikimedia/Spedona. 


La patata también es un producto de temporada.


Uno de los criterios más empleados para clasificar las patatas es su ciclo de cultivo, es decir, desde que se siembran hasta que están listas para recogerse. Puede ser de noventa a doscientos días y da lugar a cuatro tipos básicos de patata:  

  • Precoces  o extratempranas (90 días). Se cultivan en zonas de clima cálido  y se cosechan entre enero y abril. Pequeñas y delicadas, son ideales para cocer. No conviene comprar muchas porque se conservan mal. Difíciles de encontrar porque su cultivo es limitado y casi todas se exportan.
  • Semitempranas (entre 90 y 120 días). Se cosechan entre abril y junio.
A estos dos primeros tipos, que normalmente se cosechan cuando la planta está verde y el tubérculo aún inmaduro, se les llama “patata nueva”. Se identifican con facilidad, cuando al tocarlas la piel se levanta sin apenas resistencia y al freírlas permanece su color casi blanco. Como no han tenido tiempo de acumular mucho almidón suelen entrar en el grupo de las patatas céreas.

  • De media estación o semitardías (entre 120 y 150 días). Se cosechan entre junio y septiembre.
  • Tardías (entre 150 y 200 días). Se cosechan hasta enero. Son las que mejor se conservan, ya que al cosecharlas cuando la planta prácticamente ya se ha secado el tubérculo está preparado para pasar el invierno bajo tierra.
En España la mayoría de patatas en el mercado pertenecen a estos dos últimos tipos.

Algunos ejemplos de patatas de media estación.