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jueves, 19 de noviembre de 2020

EL IMPACTO DE LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS EN EL MEDIO AMBIENTE. ¿QUÉ SABEMOS?

 A menudo surgen noticias que empiezan por "un estudio" o contienen la palabra "científicos", como si ya solo con mencionarlos se mostrara una verdad verdadera e intocable. Y muy a menudo, dichas noticias ignoran que los autores de dichos "estudios" apuntan a la necesidad de investigar más sobre el tema; que lo que dicen es una sospecha, una hipótesis, una idea sobre la que trabajar. Así funciona y así avanza la ciencia.


¿Y a cuento de qué viene este rollo? Pues que voy a empezar esta entrada haciéndome "spoiler", así, directamente. La conclusión a casi cualquier planteamiento acerca del impacto de los OGM en el medio ambiente es "hace falta investigar más y hacer un seguimiento de lo que pasa". Pero si os interesa conocer por dónde van los tiros y de una manera lo más imparcial posible, os animo a seguir leyendo esta entrada, que he organizado en cuatro ideas principales.

 

¿Sabías que en 2015 se cultivaron a escala global 53.6 millones de hectáreas de maíz genéticamente modificado, lo cual representa algo menos de un tercio del maíz cultivado en el mundo?. Fuente: Albrecht Fietz en Pixabay

Idea nº1: Se han identificado efectos, directos e indirectos, derivados del uso de cultivos modificados genéticamente.

Comencemos por efectos directos, que aquí está el meollo de la cuestión.  

El que primero viene a la cabeza por la propia naturaleza de los OGM es la transferencia de genes "extraños" (es raro que aparezca de manera espontánea el gen de una bacteria en una planta) a parientes silvestres o a otros cultivos convencionales. Considerando que, durante milenios, especies silvestres y cultivadas han compartido genes, es razonable pensar que pase lo mismo con los cultivos transgénicos. Y efectivamente así ocurre, pero la posibilidad de que esto ocurra dependerá de la tendencia de los diferentes cultivos a compartir genes y de que haya cerca parientes silvestres sexualmente compatibles.  


Algunos rasgos transgénicos típicos - resistencia a plagas o enfermedades, a herbicidas, a sequía o salinidad - a priori podrían proporcionarle al nuevo organismo híbrido transgénico/silvestre una ventaja competitiva sobre la población silvestre. En este documento de la FAO de 2004 (puede parecer antiguo, pero los transgénicos se comenzaron a utilizar en los años 90) se afirmaba que hasta aquel momento había pocas pruebas de que eso ocurriera o que tuviera consecuencias ambientales. Pero claro, estamos en 2020, lo que podría considerarse el largo plazo. Según este documento de 2015, elaborado por un centro noruego de investigación en bioseguridad, las cosas no están tan claras, hay muchas lagunas de conocimiento y faltan datos.

 

Esta hierba, Alloteropsis semialata, roba ADN a sus vecinos, entre ellos cultivos de arroz y maíz. Aquí puedes descubrir más, y aquí el artículo científico original. Fuente: Marjorie Lundgren

Si aún se carece de datos sobre la idoneidad del uso transgénicos sencillitos para evaluar su riesgo ambiental, como para atreverse con los "multistack" (a los que se le han añadido varios transgenes). La falta de datos hace difícil evaluar el nivel de expresión de proteínas u otros productos en los organismos multitransgénicas. Además, tampoco se comprende con suficiente profundidad la complejidad de los ecosistemas ni cómo los factores ambientales pueden afectar a la expresión de estos transgenes.

 

Visto a corto plazo, es evidente que si un cultivo transgénico resistente a herbicidas va regalando ese preciado gen a hierbas silvestres vecinas, va a causar seguro quebraderos de cabeza a los agricultores. A menudo se ha argumentado que ese gen (u otros que solo interesen al hombre) son a priori inocuos desde el punto de vista ambiental. Un híbrido resistente a un herbicida concreto sólo será competitivo en presencia de ese herbicida. Pero, ¿qué puede ocurrir con los híbridos resistentes a plagas o a estrés ambiental si cambian las condiciones ambientales? Considerando que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, ¿podrían convertirse estos híbridos en plantas invasoras?. Desde luego que esto no sería nada positivo para la diversidad biológica. En fin, bienvenidos a la incertidumbre.

El segundo efecto directo que también preocupa es el impacto que puedan tener algunos rasgos en especies no objetivo. El ejemplo más habitual son las toxinas Bt (procedentes del Bacillus thurigiensis) que ayudan a combatir varias especies de insectos que a menudo se convierten en plaga. El problema es que ya se han observado efectos indeseados sobre especies inofensivas para los cultivos que además sugieren que estas toxinas posiblemente sean menos específicas de lo que se dijo en su momento. 

El desconocimiento sobre el alcance de estos efectos indeseados de la toxina Bt puede deberse a dos causas: en primer lugar que las pruebas de seguridad se hacen con toxinas producidas por las propias bacterias, no con la que fabrica la propia planta y en segundo lugar, que es posible que dicha toxina actúe de otras maneras; pero, de nuevo, apenas hay estudios que ofrezcan información al respecto.  

 

Así que la primera lección aprendida es que hace falta elaborar mejores métodos para estudios ecológicos sobre el terreno, para saber con exactitud lo que ocurre cuando el gen se expresa digamos "en la vida real"

 

Durante un tiempo se acusó a los cultivos de maíz transgénico del declive de la mariposa monarca, en base a un artículo sobre un estudio de laboratorio difícilmente extrapolable a lo que ocurría en el campo. Puedes encontrar más información aquí. Fuente: Kenneth Dwain Harrelson, CC BY-SA 3.0, 

Vista la incertidumbre sobre el impacto de este efecto directo, los científicos consideran necesario evaluar los efectos ambientales caso por caso y recomiendan hacer un seguimiento ecológico para detectar efectos no previstos. Que realmente esto se haga hoy en día de manera sistemática, sinceramente, tengo serias dudas.
 

 

Idea nº2: Los efectos indirectos están ligados a las prácticas agrícolas que se lleven a cabo. Y no tienen por qué ser necesariamente malos o peores que cultivos convencionales.

 

El impacto dependerá en muchos casos del tipo de cultivo y de las prácticas agrícolas que se lleven a cabo. En general, los partidarios los cultivos genéticamente modificados suelen argumentar que su uso permite llevar a cabo prácticas agrícolas más sostenibles: principalmente menos aplicaciones de productos fitosanitarios y menos laboreo del suelo. De hecho, el documento de la FAO antes mencionado señalaba que el empleo de cultivos transgénicos Bt está reduciendo el volumen y la frecuencia del empleo de insecticidas en maíz, algodón y soja. Esta reducción obviamente beneficia a la biodiversidad dentro del cultivo GM, frente a uno convencional en el que es posible que se utilicen fitosanitarios de amplio espectro (muy poco selectivos a la hora de matar bichos, dicho en castellano). Pero nadie asegura al propietario de un cultivo OGM que aparezca otra plaga a la que su cultivo está indefenso que le obligue a aplicar otro producto fitosanitario. 

 

Respecto al empleo de herbicidas, se ha producido un cambio notable, ya que ahora utilizan herbicidas menos tóxicos, pero en mayor cantidad. La preocupación principal es cómo puede afectar este aumento a la biodiversidad de los ecosistemas agrarios. El problema es que no resulta sencillo evaluar los efectos ambientales del uso de plantas transgénicas tolerantes a herbicidas y faltan datos relativos a la acumulación de herbicidas en estas plantas.  

 

Por último, no deberíamos olvidarnos de los nuevos cultivos capaces de tolerar situaciones de estrés ambiental como sequía o suelos con demasiada sal o aluminio. Estas nuevas generaciones de OGM podrían ser tremendamente útiles en la adaptación de la agricultura frente a los efectos del cambio climático. Además permitirían cultivar suelos baldíos, lo cual puede ser beneficioso o perjudicial para el medio ambiente según el cultivo, el rasgo y el ambiente. De nuevo estaríamos ante un asunto que depende más del ser humano que si el cultivo es OGM o no. 


 

Los invernaderos en Almería por ejemplo han permitido obtener tremendas cosechas de hortalizas (ninguna OGM, por cierto) en una zona originalmente árida y de suelos pobres y salinos, donde cultivar cualquier cosa era toda una proeza. Para sus habitantes humanos ha sido un logro económico y social importantísimo, pero las diversas especies que formaban parte de la comunidad de matorrales halófilos mediterráneos y termoatlánticos (Sarcocornetea fructicosae) que crecían en torno a las lagunas de la albufera de Adra han corrido peor suerte. Gracias a la Directiva Habitats y a la declaración de una reserva natural se libraron por los pelos de ser literalmente engullidos por los invernaderos. Entonces ¿es bueno o malo poder cultivar en cualquier lado?, ahí os dejo el debate. Fuente: Comunidad Rediam

 

Idea nº 3. Los animales transgénicos están más controlados. 

 

En primer lugar, no se cría ganado transgénico para producir alimentos, salvo, que yo conozca, el salmon Aquabounty aprobado recientemente para su consumo en EEUU y Canadá.

Lógicamente lo que más preocupa es que estos animales se escapen, pero dado que los pocos animales de granja transgénicos que existen (criados con fines médicos) son muy valiosos, se mantienen en entornos muy controlados.

Sin embargo, en el caso de los salmones de acuicultura criados en jaulas situadas en mar abierto la probabilidad de que escaparan no era nada desdeñable. Para evitar cualquier problema, el salmón transgénico ha tardado nada menos que 31 años en salir al mercado desde que se concibió. Este salmón es más grande que sus congéneres silvestres porque está creciendo y engordando prácticamente durante todo el año, ya que se ha alterado la expresión del gen de la hormona de crecimiento de manera que esté activo cuando hace frío. Entre todas las medidas que se han tomado posiblemente la más efectiva es que los salmones son estériles.

No se trata de una especie doméstica, y a ojos del ser humano lo único que produce son molestias pero...¿qué opinas de soltar mosquitos transgénicos para combatir la malaria? Sólo se liberan machos que duran vivos un suspiro, pero lo suficiente para controlar las poblaciones. Más información en esta entrada. Fuente de la foto: ECDC
 

 

Idea nº 4: Una cosa es identificar impactos y otra muy distinta es constatar que existen. Y ver cómo evolucionan. 

Para garantizar la inocuidad de los alimentos producidos por organismos transgénicos existen procedimientos ya establecidos y un foro mundial impulsado por la Comisión del Codex Alimentarius FAO/OMS donde se elaboran las directrices de inocuidad sobre alimentos en general y transgénicos en particular. Por la cuenta que les trae a empresas desarrolladoras y a gobiernos.
 

Sin embargo no hay directrices ni normas acordadas a nivel internacional para evaluar el impacto ambiental de los organismos transgénicos. Y claro, es difícil llegar a conclusiones claras cuando, a la hora de hacer un seguimiento posterior al uso de OGM, no está del todo claro, qué y cómo medir, con qué se compara y qué esfuerzo se va a hacer en investigar la existencia (o no) de dichos efectos.
 

La cuestión de la comparación no es baladí. No es lo mismo comparar un cultivo OGM con los actuales sistemas agrícolas que con datos ecológicos de referencia (por ejemplo de un ecosistema silvestre vecino). Y es que la agricultura, como actividad que se realiza en el medio físico, tiene un impacto mayor a nivel general que lo que pueda suponer pasar de cultivos convencionales a transgénicos. La clave está, de nuevo, en las prácticas agrícolas que se lleven a cabo; puede perfectamente darse el caso que los cultivos transgénicos, al reducir el empleo de fitosanitarios, provoquen bastantes efectos positivos y alguno negativo en los componentes del ecosistema agrario . Al fin y al cabo los ecosistemas funcionan de una manera parecida a la economía: todo está interrelacionado, y cualquier alteración puede tener (o no) un efecto (positivo o negativo) en sus integrantes.
 


 El maíz (Zea mays L.) es el cultivo que tiene el mayor número de eventos GM (digamos "variedades" con uno o varios genes modificados) y es el segundo cultivo con mayor adopción tras la soja. En 2018 se hizo un metaanálisis sobre la literatura científica generada desde 1996 a 2016 (20 años nada menos). Los resultados mostraron una fuerte evidencia de que el maíz GM daba mejores resultados que sus equivalentes convencionales respecto al rendimiento y la calidad del grano - particularmente mostraban una menor presencia de micotoxinas, lo cual es francamente positivo desde el punto de vista de la salud. En general, los organismos no objetivo no se veían afectados salvo un grupo de bichitos que parasitan al taladro del maíz: al matar a la plaga objetivo los pobres bracónidos iban detrás. También mostraron que la descomposición de biomasa en el suelo era mayor en el maíz GM. Fuente: Syngenta.


Estudiar ecosistemas no resulta fácil y tampoco se percibe como vital en nuestra sociedad. Para colmo el interés por saber más acerca del posible impacto se encuentra con otras barreras en el camino. Por una parte no es fácil acceder a material vegetal o datos moleculares que permitan llevar a cabo investigaciones independientes. Y por otra, es importante considerar quién lleva a cabo los estudios, ya que el sesgo de financiación es lo suficientemente relevante. Y esto no lo digo yo, sino los autores del ensayo antes citado cuyos informes se usan como referencia en la página de Bioseguridad ligada al convenio de Diversidad Biológica (es decir, una entidad internacional en principio imparcial). 

 

Pero bueno, acabemos en positivo. A pesar de las incertidumbres se han diseñado métodos de gestión y trucos genéticos para reducir al mínimo la posibilidad del flujo de genes. Ya que no se pueden aislar completamente los cultivos GM producidos a escala comercial, se establecen una serie de indicaciones que los agricultores deben seguir de manera obligatoria entre la que destaca la de dejar zonas refugio que separen los cultivos GM de su entorno.  

 

Indicaciones que reciben los agricultores a la hora de establecer las zonas refugio. Fuente.

 

Y esto es todo. Enhorabuena a los que hayáis llegado hasta aquí. Espero haber cumplido con el objetivo, que conozcáis el estado de la cuestión: qué preocupa, porqué, que se sabe y qué se hace.

 

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jueves, 9 de abril de 2015

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES CULTIVOS TRANSGÉNICOS?





Poquito a poco nos vamos metiendo en el meollo de la transgénica cuestión. En esta entrada veremos cuáles son los principales cultivos transgénicos en el mundo, pero primero vamos con una visión general para irnos centrando.



Evolución: Desde los primeros cultivos transgénicos, plantados en seis países en 1996, se ha pasado a cultivarlos en 28 países, alcanzando más de 181 millones de hectáreas. Aunque Estados Unidos sigue siendo líder en este campo, hoy en día se siembran algo más en países en desarrollo que en desarrollados.



Actualmente se cultivan comercialmente 27 cultivos transgénicos: alimentarios (soja, maíz, arroz, trigo, patata, tomate, remolacha, judías, endivia, berenjena, calabaza, papaya, melón, ciruelo, remolacha y caña azucareras), forrajeros (alfalfa y Agrostis), textiles (algodón y lino), oleaginosos (distintas variedades de colza), flores (clavel, petunia, rosa) y otros como la pimienta dulce, el chopo o el tabaco.



La ingeniería genética permite incorporar en la planta más de un rasgo genético; en inglés los llaman "stacked traits" (literalmente " caracteres apilados"), aunque entre nosotros podríamos llamarlos "supertransgénicos". De esta manera las variedades pueden utilizarse durante más tiempo, ya que "vienen preparadas de serie" para afrontar más problemas. Actualmente están disponibles comercialmente el maíz y el algodón resistentes a insectos y tolerantes a herbicidas.






Mapa de los cultivos modificados genéticamente en el mundo.

miércoles, 14 de enero de 2015

¿QUÉ SON LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS?


No te asustes, pero es posible que los billetes de tu cartera estén hechos con algodón transgénico.
Empezamos fuerte el año con un tema que ya iba siendo hora de abordar. Mi idea inicial era hacer el típico top ten de “cosas que deberías saber sobre los transgénicos”, pero me di cuenta de que eso ya lo han hecho otros muchas veces y que corría el riesgo de no aclarar absolutamente nada. Y es que se trata de un tema difícil de explicar, complejo y polémico como el solo; como para resumirlo en diez parrafillos. Así que he decidido dedicarle una entrada al mes, planteando y explicando las preguntas que creo que tiene gran parte de la sociedad.



Antes de entrar en materia vamos a diferenciar dos conceptos importantes: una cosa es un ser vivo modificado genéticamente y otra un ser vivo transgénico.

Si atendemos a su nombre literalmente, un ser vivo modificado genéticamente es aquel cuyos genes han sido modificados, así sin especificar más. Y, eso, amigos míos, incluye a todos los seres vivos del planeta.



Los genes son las “instrucciones de montaje y funcionamiento”




Todos tenemos genes, ya que son nuestras instrucciones de montaje y funcionamiento. Imaginaos un lavabo de IKEA (reconozco que la idea viene del libro de monólogos científicos “Si tu medices gen lo dejo todo”, muy recomendable), lo compras en varios paquetes y te armas de paciencia para descifrar las instrucciones y las herramientas necesarias para montarlo. Pongamos por caso que te juntas con un folleto para montar el mueble bajo, otro para el grifo, otro el mueble alto, y cada una de las luces de arriba va con el suyo propio. Incluso tienes la suerte de que los señores de IKEA han tenido a bien editar otro más con las instrucciones para unir correcta y ordenadamente todas las partes. Podríamos decir que esos folletos son los “genes del lavabo”, primero leemos el gen para el mueble “bajivisk” y lo montamos, seguimos con el gen para el grifo “floktsrüm”, luego el mueble alto “espejaak”,  terminamos poniendo las lámparas “lumiken” y voilá, nuestro mueble montado y en funcionamiento. (Nota: estos nombres están en riguroso sueco inventao).


Pues algo parecido ocurre con los seres vivos, lo único que el libro de instrucciones lo tenemos digamos “instalado”, para poder montarnos nosotros mismos. Los distintos seres vivos serían, a grandes rasgos como los productos de esta tienda, unos más sencillos con pocas instrucciones y otros más complejos, que requieren de instrucciones de montaje y mantenimiento más detalladas.



Ejemplos de instrucciones serían en el caso del ser humano: cómo fabricar músculo, o huesos, quemar grasa…o almacenarla por si acaso, fabricar células de la epidermis cuando nos hacemos una herida y glóbulos rojos si hemos perdido mucha sangre.... Los genes de las plantas por ejemplo contienen las instrucciones para fabricar raíces y que estas vayan para abajo, para fabricar los paneles solares más eficientes conocidos hasta el momento, las hojas, para formar pinchos, para ahorrar agua, para fabricar toxinas o sustancias desagradables que disuadan a de comérselas a la vaca de turno. Y no sigo porque no acabaría nunca.



Un poco de humor. Por cierto, otra similitud, tanto las instrucciones de IKEA como los genes están escritos en un lenguaje universal.

Lo bueno es que tenemos la suerte de que esa infinidad de instrucciones vienen “escritas” en una molécula, seguro que la conocéis, el ADN, que permite ser doblada, redoblada y apañada para meterla en el interior la célula, de tal manera que no moleste demasiado y pueda leerse cuando sea necesario. Para que os hagáis una idea, y simplificando mucho muchísimo (científicos perdonadme), si tuviéramos que funcionar como IKEA, el virus más simplón del mundo tendría sus instrucciones en un humilde papelillo, de esos pegados en las farolas que anuncian clases particulares de inglés, mientras que las hombre ocuparían una enciclopedia de las tochas, esas que ocupan una estantería entera.





La modificación genética es común a todos los seres vivos.



Volvemos de nuevo a IKEA. Desde que su fundador comenzó a crear muebles hasta nuestros días, han cambiado muchas cosas. La variedad de productos, su diseño, los materiales, la manera de fabricarlos…todo ello para ahorrar costes y adaptarse a la demanda de una sociedad que ha cambiado mucho desde entonces. Podríamos decir que tanto los productos como los folletos de instrucciones han ido evolucionando a la vez.



De la misma manera los seres vivos, para adaptarse al entorno en el que viven y ser más competitivos, han ido cambiando sus genes/folletos de instrucciones, pero lo han ido haciendo hecho cada uno a su ritmo, tranquilamente, sin presión. En cuanto apareció el hombre y comenzó a ejercer de agricultor y ganadero le metió un poco de ritmillo a eso de la evolución.  Empezó favoreciendo a los hierbajos que daban frutos más grandes y menos amargos, a las cabras silvestres menos ariscas o las que más leche daban. Al reproducir y cruzar los especímenes que más le interesaban ya estaba modificando la  prevalencia de unos genes sobre otros. En otras palabras, y para que quede claro, el hombre lleva modificando genéticamente a las plantas y los animales desde hace milenios.



Esas modificaciones las fue haciendo “a ojo” prácticamente hasta el siglo XX, cuando se difunde el trabajo de Gregor Mendel, el padre de las Leyes de la herencia, que explican la transmisión de algunos caracteres sencillos de padres a hijos (pe. en seres humanos los lóbulos de la oreja libres o pegados, el albinismo o las pecas).


Mira a tu alrededor y encontrarás organismos modificados genéticamente: la lata de  maíz dulce, distintas razas de perros en el parque o las flores de floristería, esas que no se mustian al rato de cogerlas.  Fuente: Syngenta





Trasteando con los genes



En cuanto los científicos le pillaron el truco al funcionamiento de los genes, aprendieron a trastear con ellos y descubrieron un mundo de posibilidades. Hasta entonces, buscaban aquí y allá características valiosas de las plantas de cultivo o sus parientes silvestres, e intentaban incorporarlas en las generaciones futuras mediante cruzamientos. 



Esas características interesantes a veces surgen espontáneamente debido a las mutaciones (es el caso del plátano, como ya conté en esta entrada).  Como las mutaciones no aparecen en la naturaleza cuando y como los mejoradores quisieran, la consecuencia lógica era…provocarlas.  





Esto fue posible tras la Segunda Guerra mundial, gracias a las nuevas  técnicas desarrolladas durante la era nuclear. Se trata del "mejoramiento por mutación" y consiste en exponer a las plantas a radiaciones o determinadas sustancias químicas y luego comprobar si aparecen mutaciones útiles. Esta técnica, que tuvo su auge en los años 70, se ha utilizado, por ejemplo para lograr sandías sin pepitas (ver esta otra entrada).



En España, en los años sesenta, también se hicieron experimentos con radiaciones de rayos gamma en la Finca del Encín (Alcalá de Henares), con fines de mejora genética y de conservación de cosechas. (Ver pag 14 número de la revista Agricultura. De estos, nos queda un bosquete que puede verse en el km 38 de la carretera de Zaragoza y esta curiosa estructura. Fuente: cualquiera de los que fueron mis coleguillas del Taller de Empleo “El Encín”.



Otro manera de aumentar el número de mutaciones en las plantas es el “cultivo tisular“, que nos permite cultivar células, tejidos y plantas completas en condiciones artificiales y en pequeños recipientes de vidrio o plástico. Aunque esta técnica no se creó para causar mutaciones, se descubrió que las células y tejidos vegetales así “criados” mutan con más alegría, lo que amplió la gama de métodos disponibles para la mejora genética vegetal.



Entonces… ¿Qué son los transgénicos?



Antes, os cuente de una vez qué es un transgénico, dejadme que me de el último paseo por IKEA.


No sé si sabréis que hay gente muy muy manitas y muy creativa a la que la oferta de tienda sueca se le queda corta y se dedican a “maquear” sus productos. Un ejemplo sencillo, (visto aquí) una simple silla a la que se le añade un orinal: sigue valiendo como silla, pero además ahora tiene otra funcionalidad que le aporta un valor añadido. Al igual que la mesa de la foto, primero siguieron las instrucciones para montar la mesa “sosik”, luego cortaron y pegaron la máquina de coser en el hueco hecho a propósito.





Esta mesa me va a servir además para explicar los transgénicos. Tomada de  esta página.



Pues bien, algunos biotecnológos actuales que se dedican a la mejora vegetal son como esos manitas que le buscan más utilidades todavía los productos que nos ofrece la naturaleza; trasteándolos un poco para meterles un elemento que originalmente no estaba previsto, pero que acaba resultando la mar de útil.



Un organismo transgénico es aquel que contiene uno o más genes que le han sido insertados de forma artificial. Este gen insertado, al que llamaremos “transgen” puede provenir de una especie similar u otra completamente diferente, y acabará formando parte del organismo utilizando una versión sofisticada del copy-paste de toda la vida. En la siguiente ilustración podemos ver uno de los sistemas utilizados para obtener plantas transgénicas.

Tomado y traducido (a mi manera) de http://learn.genetics.utah.edu/content/science/gmfoods/.



1. Tomamos una bacteria (Bacillus thuringiensis) que posee un gen, bautizado con el sugerente nombre de cry1Ac, responsable de producir una proteína tóxica para determinados tipos de insectos, incluido un escarabajo que ataca a la planta de tomate.



2. Identificamos dicho gen y lo cortamos para  insertarlo en un fragmento más amplio de material genético que servirá de vector. Se le añade otro gen de resistencia a los antibióticos que nos ayudará a identificarlo más adelante.



3. Utilizamos a las bacterias para que nos hagan miles y miles de copias del vector con el transgen ya incorporado, para recubrir unas partículas de oro o tungsteno, que serán los proyectiles de nuestra súper-pistola genética.



4. Se apunta a un fragmento de tejido celular, se dispara y zass la pistola dispara las partículas y sus vectores pegados, a tal velocidad que las células vegetales, muy sufridas ellas,  acaban incorporándolos a su propio genoma (osea su conjunto de genes propios).



5. Ahora hay que comprobar con cuantas células ha funcionado el sistema. Se cultivan en un medio con un antibiótico determinado. El  gen de resistencia a dicho antibiótico que incorporamos antes hará de chivato, ya que solo  las células que hayan asimilado correctamente el vector serán capaces de crecer.



6. Esas células pasan a otro medio que las permita crecer y transformarse en plantas de nuevo. Y voilá, ya tenemos nuestra planta transgénica. Ahora solo toca reproducirla y hacerla pasar por infinidad de pruebas. Pero eso ya es otra historia.




A menudo se les llama “organismos genéticamente modificados” o por sus siglas “OGM” A los organismos a los que se les han añadido transgenes, si bien ya hemos visto que este término quizás no es el más adecuado. Por esta razón, a partir de ahora solo utilizaré el término transgénico para referirme a los organismos con transgenes insertados.



Conclusión



En el caso de las plantas de cultivo, nos interesan genes que den mayores rendimientos más altos, cosechas de mejor calidad, resistencia a plagas o enfermedades o al estrés (calor, frío, sequía o salinidad). Combinar varias de estas características en una sola planta es un proceso largo y difícil con los métodos actuales disponibles de mejora genética digamos “convencional”.



La ingeniería genética, que ha permitido crear los organismos transgénicos,  es un poderoso instrumento que permite lograr los mismos objetivos pero de una manera más rápida y económica.  Pero no podemos olvidar que se consigue a costa de alterar la constitución genética, sus “instrucciones de montaje y funcionamiento”, de los seres vivos, por lo que dichos beneficios deberían evaluarse frente a los potenciales riesgos que esto pudiera implicar.




Todo esto y mucho más lo iremos viendo en próximas entregas. Espero que os haya gustado.


 Otras entradas que te podrían interesar:

En TRANSGÉNICOS HASTA EN LA SOPA damos un repaso a los diversos organismos transgénicos que se han creado hasta el momento.
 

En ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES CULTIVOS TRANSGÉNICOS? nos centramos en los cultivos transgénicos más importantes y sus particularidades.

¿Quieres saber cómo está la situqación transgénica en Europa y en España? En la entrada ¿HAY TRANSGENICOS EN EUROPA Y EN ESPAÑA? te lo contamos.

miércoles, 4 de julio de 2012

UNA CONVERSACIÓN ENTRE TOMATES


Voy a retomar el tema de las frutas y verduras, algo más ligerillo para el verano. Como además van apareciendo en el mercado mis frutas favoritas y los tomates vuelven a ser comestibles, me he acordado de un video muy gracioso que hace no mucho me llegó por las redes sociales.

En  “Dos tomates y dos destinos”, los chicos de Muchachada Nui interpretan genialmente a dos tomates que se han conocido en un chat y quedan para conocerse “en tomate”. Me encanta y por eso os lo pongo. Aunque se cuelan algunos estereotipos que no tienen por qué ser ciertos, y creo que este es el mejor lugar para comentarlos.


 
Mauricio es un tomate ecológico, que representa la “cultura campesina”, se alimenta de sol, estiércol y agua, tiene olor y sabor, y de mayor quiere convertirse en pisto manchego. K-44 por su parte es un tomate de invernadero, que representa el “agronegocio”, se alimenta de “nitrofosfato de azufre al 12 %”, mantiene su cutis perfecto gracias a los pesticidas, no huele ni sabe a nada y de mayor quiere ser ketchup.


La idea de un pisto elaborado a base de un tomate tan resalao como Mauricio es muy atrayente. Sin embargo K-44 es antipático y representa al agronegocio malvado hecho tomate, no sabemos si por ser transgénico o por querer convertirse en un componente imprescindible de la comida basura. Pero resulta que casi todos nosotros nos pasamos casi todo el año comiéndonos a parientes de K-44, que dicho sea de paso, de momento no son transgénicos. Tampoco ha sido criado por un ejecutivo, sino por un agricultor propietario de un invernadero que vive de cultivar y vender tomates. Lo de convertirse en ketchup tampoco lo veo claro; al fin y al cabo no deja de ser una salsa de tomate, con mucho azúcar eso sí, y para eso se cultivan al aire libre otros tomates sin tantos miramientos, ya que lo que importa es la chicha de dentro, no el aspecto exterior. Aspecto perfecto, liso, brillante, homogéneo al que nos hemos ido acostumbrando e incluso lo exigimos en todas las frutas y verduras. 
Tomates casi perfectos.

Entonces, si Mauricio es tan estupendo ¿por qué existe K-44? ¿por qué es como es? ¿quién le ha robado su olor y su sabor?. Detrás de todo esto hay múltiples responsables. En primer lugar los genes y la mejora genética, que está muy relacionada con los sistemas de cultivo y transporte de alimentos.

Parece ser que los tomates de toda la vida según maduran van cambiando de color por partes. Son además capaces de realizar la fotosíntesis y producir azúcares y otros compuestos que le dan su sabor y olor característico. Esto es posible gracias a un gen que acaba de ser decodificado por un grupo internacional de científicos; precisamente este gen “no funciona” en los tomates perfectamente rojos que inundan las tiendas, ya que sufrió una mutación natural. Digo yo que al mejorador que descubrió que le salían tomates que pasaban directamente del verde claro al rojo le parecerían de lo más y que tendrían mucho tirón en el mercado. No sé cómo se dejó engañar la gente hace más de cincuenta años, pero el caso es que han tenido mucho éxito. Otros genes que también han cambiado (y esos no por mutación sino por mejora genética) son los responsables que el tomate siga madurando tras ser arrancado, los de “larga duración postcosecha” para ser más exactos. Esta alteración permite que el tomate se muestre rojo y sin síntoma alguno de maduración durante más tiempo, de esta manera aguanta más tiempo en los lineales del supermercado con buen aspecto.


Tomate "del terreno", me encanta esa denominación. Viene a ser como llamar a un chucho, perro "del terreno". De todas maneras, no hay color, bueno en este caso si que los hay, verde y rojo. 

Y aquí aparecen los otros responsables, los sistemas de producción y distribución de alimentos, que intentan cubrir las necesidades de consumo de la sociedad actual. En general tenemos más dinero que hace cien años, pero menos tiempo. Y compramos los alimentos una o dos veces al mes, junto con el resto de la compra. Compramos más piezas de fruta o de verdura de las que posiblemente lleguemos a consumir, por si acaso, para que nos dure y porque consideramos que podemos permitirnos tirar lo que se estropee a la basura. Como solemos ir con prisas, el supermercado nos facilita la tarea ofreciendo la mercancía ya empaquetada en bolsas o barquetas (que levante la mano a quien no se le estropean siempre una o dos naranjas mínimo de la bolsa de 5 kg). Ah, se me olvidaba, también queremos tener de todo, todo el año y barato. Para lograr todo esto, agricultores y casas de semillas o de plantas se las tienen que apañar para producir mucho (así sale más barato), durante más tiempo (utilizando variedades tempranas o tardías, o recolectando en verde), productos perfectos (exigidos por la normativa y por las cadenas distribuidoras), etc. Creo que pedimos demasiado, sobre todo si luego andamos quejándonos de los invernaderos y de los espárragos insípidos chinos.


¿Y qué hacemos entonces, conformarnos?. Yo solo puedo decir lo que hago yo, informarme - bueno y transmitirlo, que es lo que estoy haciendo ahora mismo -. Pregunto al frutero (si, soy una afortunada, puedo ir al mercadillo) por el género que tiene de temporada, me fijo en como compran las y los señoras/es mayores, y como no, saco mucha información de la web. Por ejemplo, que algunas frutas dejan de madurar una vez han sido recogidas (frutos rojos, cítricos, piña, y uva) y después de cosechada van estropeándose, unas más rápido que otras, por lo que hay que comprarla en su punto y consumirla cuanto antes. A otras frutas (plátano, pera, manzana, melocotón, kiwi, albaricoque, aguacate, y chirimoya) todavía les queda margen para madurar fuera del árbol y podemos comprarlos verdes - nunca será lo mismo, pero bueno. 


Tras estos consejillos y para no extenderme más, ¡¡ buen provecho !!.


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