Mostrando entradas con la etiqueta fruta tropical. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fruta tropical. Mostrar todas las entradas

viernes, 3 de febrero de 2017

TIEMPO DE AGUACATES

No quisiera yo hacer de menos a los aguacates que vienen de México y sus países de origen, y menos ahora con la que se les viene encima con Donald Trump. Ni mucho menos, de hecho si algún día voy por allí no pienso perder la ocasión de saborearlos. Pero en la vida a menudo conviene ser prácticos y recurrir a lo que tenemos cerca, siempre que ofrezca unos mínimos de calidad.

El aguacate es un cultivo tropical originario de América Central. Los primeros españoles que llegaron a América los bautizaron como «peras de las Indias», ya que les recordaban a las peras españolas.

Y resulta que los aguacates españoles la tienen y ya estamos en plena temporada de producción, tal como aprendí en la visita que hice este verano a la finca de Germán, gracias a nuestro amigo Borja, de Huerta Tropical. Así que voy a hablaros de su otro cultivo estrella, el aguacate.

 ¿Sabías que en España se produce aguacate en Canarias y en la costa tropical granadina y malagueña?

 Trataré de las distintas variedades a nuestro alcance, de cómo comprarlos y cómo conservarlos, que es lo que suele interesar. Pero lo mismo más de uno habéis hecho el típico experimento de germinar la semilla de aguacate, y os habréis planteado qué hacer cuando el arbolito adquiere cierto porte.  Pues bien, también os daré unas cuantas pistas sobre su cultivo para que luego no vengan las lamentaciones: que no me crece, que se le caen los frutos, que ni siquiera salen... 


Al árbol del aguacate no le gusta "pasar fatiguitas"
   
El aguacate es un árbol muy vigoroso, que puede alcanzar hasta 30 m de altura, aunque las variedades cultivadas son más bajas, para facilitar la recolección de los frutos. No soporta bien ni el frio y ni el calor extremo: de día lo ideal son de 25 a 30ºC y de noche entre 15 y 20 ºC. Fuera de esos límites el calor baja el rendimiento y el frio provoca la caída de los frutos que están formándose. Sin embargo, un poco de fresquito en invierno estimula la formación de flores.
 

Para su cultivo necesita agua abundante (entre 600 y 2.000 mm anuales de precipitación) y bien repartida; como esto suele ser menos habitual de lo que se desearía en las plantaciones se suele recurrir al riego. El suelo no debe ser demasiado salino y debe permitir el drenaje del agua, ya que es muy sensible a los hongos que aparecen en condiciones de encharcamiento. El viento también lo lleva mal, por lo que debe cultivarse en lugares abrigados o instalarse barreras cortavientos.
 

Otra particularidad es que tiene una raíz muy superficial, lo cual le hace en general más vulnerable: a la falta de agua, a la erosión, al viento...e implica que hay que tener mucho cuidado al realizar las labores de control de malas hierbas.
 

¿Sabías que el aguacate pertenece a la familia de las Lauráceas, al igual que el laurel, el alcanfor y la canela?.

Es un árbol vecero, como el olivo o la encina. Pero en lo demás, no se parece en nada.
 
Para asegurar la producción de fruto, aparte de encomendarse a todo el santoral relacionado con el tiempo, hay que elegir las variedades adecuadas y mezclarlas entre sí. La explicación está en el curioso comportamiento sexual del aguacate, que ya os contaré en otro momento.
 


Unas cuantas variedades de aguacate donde elegir
 

Existen 3 razas principales de aguacate: la antillana, la mexicana y guatemalteca, cada una con sus características y requerimientos. De ellas se han obtenido por cruzamiento cientos de variedades distintas, aunque son pocas las que dominan el mercado.
 

Antes que nada, decir que los cultivos comerciales de aguacate no se suelen obtener a partir de semilla, sino que se utiliza la técnica del injerto. Esto se hace porque las semillas de aguacate tienen una alta variabilidad genética: dos semillas del mismo árbol pueden convertirse en nuevas plantas que se comporten de manera muy distinta en el campo; y al agricultor no le interesa en absoluto tener árboles pequeños y grandes, unos productivos y otros no, unos que resisten al frio y otros no, etc...En otras palabras, que ese aguacatero que germinaste y cuidaste con tanto mimo, puede que de unos frutos tan sabrosos como el fruto del que procedían (eso si te acuerdas, ya que tardan unos cinco años en formar frutos) o puede que no.
 

Al igual que en otros frutales, las variedades que se utilizan como patrones o portainjertos están más especializadas en aguantar (el frio, el calor, la salinidad, los hongos...) que en producir. 
 

Respecto a la variedad injertada, la encargada de producir los frutos, en España se cultivan unas pocas variedades, que se han ido mejorando con los años para adaptarlas a las condiciones climáticas locales. Voy a hablar un poco de cada una, que seguro es lo que os interesa, y lo haré por orden de maduración.
Comenzamos por Bacon y Zutano, los más precoces, ambos híbridos mexicano-guatemalteco, que maduran a principios o mediados del invierno.
La variedad Bacon tiene frutos grandes, con forma parecida a una pera y la piel lisa, fina y de color verde oscuro. No destacan por su sabor, sino por las ventajas que aportan al agricultor: la precocidad y la resistencia al frío y al viento, de hecho se utiliza como cortavientos.
 

Aguacate de la variedad Bacon. Fuente: Trops


La variedad Zutano es la más precoz y la más resistente al frío, pero su pulpa es de peor calidad.
 

Pasamos a la variedad Fuerte, también híbrido mexicano-guatemalteco, que madura desde finales del invierno a la primavera.
 

Esta variedad es, junto con Hass, la de mejor sabor, y por tanto de las más cultivadas. El fruto, de tamaño más bien grande, tiene forma de pera alargada, de piel suave y de color verde claro. La pulpa tiene un agradable sabor a nuez.
En el campo su nombre no le hace justicia, ya que es más bien delicado: sensible al frío y cuando hace demasiado calor se resienten la floración y el cuajado de los frutos.
 

Aguacate de la variedad Fuerte. Fuente: Trops

Y por fin llegamos a los aguacates de primavera-verano: Pinkerton, el archiconocido Hass y Reed.
 

La Pinkerton es la última variedad híbrida guatemalteco-mexicana de la lista. Su fruto es de tamaño medio, como una pera con el cuello muy alargado, y una piel parecida a la de Hass, algo gruesa, granulosa y de color verde oscuro. La pulpa es de buena calidad, con sabor a nuez.
 

Aguacate de la variedad Pinkerton. Fuente: Trops.
 
La variedad guatemalteca Hass es la más conocida y cultivada a nivel mundial. El fruto pequeño o mediano y de forma ovalada, tiene una piel gruesa y rugosa muy reconocible, de color verde oscuro, que se vuelve casi negra al madurar (es la única que lo hace). Su pulpa es de muy buena calidad: poco fibrosa y con ligero sabor a nuez.
 

No lleva bien el frío, pero en compensación, aparte del sabor, tiene un periodo de recolección muy amplio y un gran aguante una vez maduro, tanto en el árbol como en la fase de post -recolección. Por una vez no se cumple al 100 % eso de que está más rico aquello que es más difícil y costoso de producir.
 

Aguacate de la variedad Hass. Fuente: Trops
 
Nuestra última variedad, la Reed, también es guatemalteca y tiene dos características peculiares: su forma redondeada y que, a veces, la semilla se encuentra suelta dentro del fruto, pudiéndose apreciar cómo se mueve al agitarlo. El fruto es de gran tamaño con una piel tirando a gruesa, granulosa y de color verde oscuro. Su pulpa es de gran calidad, también con ese toque de nuez, y además no ennegrece al cortarla.
 

Se trata de una variedad tardía que madura sus frutos durante el verano. Tiene una gran ventaja y es que produce mucho y de una manera bastante regular (no es vecero, vamos). En contrapartida es poco resistente al frio y es demasiado alto, lo que dificulta la recolección.



Aguacate de la variedad Reed. Fuente: Trops

Así que acabo de descubrir dos cosas: a) ¿cuántos aguacates insípidos debo haberme tomado en mi vida para descubrir a estas alturas que los buenos saben a nuez?; B) ¿será quizás que me empeñaba en comprarlos en invierno, y no en primavera-verano, que es cuando maduran las variedades de mejor sabor?. En fin, ¡ qué "faltica" hace este blog a consumidores despistados como yo !.
 

También existen aguacates enanos o cocktail. Pueden ser de distintas variedades, no tienen semilla y su piel es comestible. Fuente: Trops


El arte de encontrar un aguacate en su punto
 

Haciendo cuentas, podríamos tener aguacates producidos en España durante casi todo el año, aunque es muy frecuente que en el mercado haya sólo aguacates procedentes de América. Y conseguir que llegue en perfectas condiciones de calidad y madurez no siempre es fácil, más si tienen que venir desde tan lejos.  Por eso, aún a riesgo de que me llaméis nacionalista alimentaria, yo personalmente procuro comprarlos españoles.
 

Luego está el grado de madurez en el momento de la cosecha. El aguacate se suele cosechar inmaduro, pero no demasiado, para que pueda almacenarse durante un tiempo, (máximo 28 días). Este almacenaje se hace en unas cámaras de atmósfera controlada en las que se controla la temperatura y la concentración de los gases (oxígeno y dióxido de carbono) de manera que se retarda la maduración.
 

Así madura un aguacate en una situación de atmósfera controlada y distintas concentraciones de etileno. Fuente.


Una vez llega a su destino se le exponen a la acción del etileno, para que el consumidor lo encuentre en el punto justo de maduración.
 

Aunque el aguacate madura fuera del árbol, para que desarrolle gran parte de sus propiedades saludables, especialmente su composición en grasas vegetales, no conviene cosecharlo con demasiada antelación. De hecho algunas variedades, Hass por ejemplo, pueden mantenerse en el árbol cierto tiempo, pero sin pasarse porque pueden llegar a desarrollar sabores desagradables o rancidez por sobremaduración.
 


Una buena opción es comprarlos por internet a pequeños productores de confianza, así sabes que hace pocos días estuvo en el árbol.

Bueno, todo esto que he contado es la práctica habitual, pero a todos nos han colado aguacates duros como piedras o tan pasados que no valen ni para guacamole. Así que os daré dos o tres truquillos para evitarlo.

Para saber en la tienda si un aguacate está en su punto de madurez hay tres maneras: puedes presionar con los dedos para ver si cede ligeramente, puedes quitarle el botón superior para ver el color o puedes agitarlo para ver si suena algo (significa que el hueso se ha separado de la pulpa y por tanto está pasado, salvo en la variedad Reed, recuerda). La pega es que en cualquiera de los casos, al frutero no le va a hacer ninguna gracia que andes maltratando su género. Lo único seguro es que si vemos aguacates de la variedad Hass de color verde, es que no van a estar maduros.


 


Una vez en casa conviene recordar que el aguacate madura y se conserva a temperatura ambiente. Si cometiste el error de comprar demasiados y claramente inmaduros, puedes ir envolviendo en papel uno o dos junto a una manzana o un plátano (ya que estas frutas emiten etileno), para poder madurarlos según los vayas necesitando.
 

En el caso contrario, si lo que quieres es que no se te pasen, puedes guardarlos enteros en la nevera durante varios días. Ojo, cuidado con la temperatura (no te olvides que es una fruta tropical) y sólo si ya están maduros, ya que si se refrigeran inmaduros su maquinaria celular se estropea y nunca llegarán a madurar.
 

Daños por frio en un aguacate, da una rabia cuando te los encuentras así, sobre todo porque no son precisamente baratos. Fuente.



Otras entradas que te pueden interesar:

sábado, 10 de septiembre de 2016

DESCUBRIENDO EL MANGO

Este verano, entre chapuzón y chapuzón en las fresquitas aguas del mar de Alborán, hemos visitado una finca dedicada a la producción de fruta tropical. Ya sé que conviene desconectar, pero oportunidades como esta no se presentan todos los días, y como dice la frase atribuida a Confucio "Elige un trabajo que ames y nunca tendrás que trabajar un día en tu vida".

Así que de la mano de Borja, de Huerta Tropical visitamos la finca de Germán, un agricultor que ha apostado por hacer las cosas de una manera diferente, buscando las mejores variedades y asegurándose que los frutos se recogen en el mejor momento.

Los mangos son los frutos suculentos del árbol Mangifera indica, pariente lejano del pistacho y del anacardo. Fuente: www.mango.org
 
¿Y dónde es eso?

Pues en la Costa tropical: un enclave privilegiado a orillas del Mar Mediterráneo, al abrigo de los viento del norte gracias a Sierra Nevada y la Sierra de Lújar, pero expuesta a los vientos que vienen del norte de África. Se forma así un microclima subtropical, con más de 300 días de sol al año y una temperaturas media anual de 20ºC. Los inviernos son suaves (10-15ºC), pero lo suficientemente marcados para que se estimule la floración de los árboles de manera natural.

La costa Tropical se extiende desde el municipio granadino de Motril hasta la Axarquía malagueña. Abarca entre otros municipios a Salobreña, Almuñécar, Jete, Nerja y Vélez-Málaga.

Todo esto hace de la Costa Tropical la zona con mayor latitud del mundo en la que se dan cultivos tropicales. El mango, el aguacate, la chirimoya son los cultivos más importantes y conocidos, aunque se están introduciendo poco a poco otras frutas tropicales más exóticas: guayabas, litchis, pitahaya, carambola o kumquat. Incluso se está intentando recuperar el cultivo ancestral de caña de azúcar.


La finca de Germán

Una bonita finca con vistas al Mediterráneo.
 
En su finca tiene 7.500 árboles, mangos y aguacates principalmente, y unas cuantas chirimoyas. Los riega por goteo, con el agua almacenada en un gran depósito situado en la parte alta de la finca. Al igual que muchos otros agricultores de la zona, obtendría mucho más rendimiento si pudiera disponer del agua embalsada unos kilómetros más arriba, en la presa de Rules (dentro del óvalo rojo en el mapita de arriba), pero a sus promotores se les "olvidó" el pequeño detalle de construir las conducciones para distribuir el agua allí donde era necesaria.


Los mangos jóvenes deben esperar tres o cuatro años para entrar en producción, que es cuando el árbol tiene el vigor suficiente para aguantar el peso de los frutos. Las flores o frutos que produzca antes se eliminan.

En la zona, la práctica habitual de muchos agricultores es "poner mango"; esto implica plantar una sola variedad que se dé bien, y vender toda la cosecha de una sola vez a un intermediario. Se acuerda un día para recoger la fruta, y se cosecha toda, independientemente del grado de madurez de los frutos. Según cómo se hayan recogido, los mangos se venderán inmediatamente o se almacenarán para ir suministrando al mercado.

¿Sabías que el mango es un fruto climatérico que puede madurar fuera del árbol, por lo que puede recolectarse verde?

Germán, sin embargo, cultiva cinco variedades de mango de las treinta comerciales que existen. Cada una con sus características propias y unos periodos de maduración algo distintos. De esta manera, respetando las fechas de recogida óptimas para cada variedad de mango consigue abarcar toda la temporada, obteniendo más variedad de frutos, en su estado óptimo de madurez, con un punto excelente de textura, color y sobre todo de sabor.

Este es el aspecto de un árbol de mango, con sus frutos, todavía inmaduros, colgando.

Para conseguir esto a Germán no le queda otra que pasearse una y otra vez entre los árboles, buscando los frutos listos para recoger. Esto supone buscarse otra manera de vender su producción, y aquí es donde entran por ejemplo Huerta Tropical o Trops, que apuestan por comercializar una fruta de calidad.



Trampa casera con cebo comercial para la mosca de la fruta. No es una plaga temible, pero si fastidiosa.


Algunas variedades de mango


Bonita foto de algunas variedades de mango. El más amarillento se llama "Ataulfo" y es mexicano. Fuente: www.mango.org.

En la finca vimos árboles y frutos de las siguientes las variedades, cada una con su gracia particular:

El Irwin es la más delicada y cotizada por los amantes del mango, no sólo por su sabor y texturas excelentes, sino porque desde el punto de vista agronómico son los más delicados y los menos productivos, ¿por qué siempre pasa lo mismo con las cosas ricas de comer?. Por ejemplo, un árbol de esta variedad puede dar de cero, si cero, a 20 o 30 kg de fruta, mientras que el Osteen, una variedad "standard" produce unos 100 kg de mango por árbol (aunque también influye el agua que reciba). Es también la más temprana, está lista desde finales de agosto hasta octubre. Sus frutos tienen otra particularidad, son los únicos que maduran por entero en el árbol, no pueden cogerse antes si se quiere aprovechar todas sus cualidades. 

Los Irwin en su hábitat original son mucho más grandes, pero en la finca de Germán son los chiquitines de la familia. Al terminar la visita nos obsequiaron con varios "abortos de mango" de esta variedad que estaban para chuparse los dedos, de hecho, se consideran una "delicatessen".

Justo a la vez madura el Tommy Atkins, el hermano pobre de la familia en cuanto a sabor y textura (es el más fibroso). Sin embargo es la variedad que mejor se adapta al entorno y la más resistente a enfermedades. El fruto es menos vulnerable a los golpes y magulladuras que pueda recibir en su camino al supermercado y es el que aguanta un periodo más largo de conservación; motivos suficientes para ser la variedad más cultivada y por tanto la más común en los mercados.

El mango Osteen, citado anteriormente es otra variedad común, de sabor dulce y algo ácido, que madura entre septiembre y noviembre. Al igual que la variedad Kent, que si embargo posee una carne dulce y desprende un aroma afrutado.

Por último tenemos al mango Keitt, uno de los más tardíos, ya que puede disfrutarse desde finales de octubre hasta mediados de diciembre. y tiene un sabor característicamente ácido y menos dulce que otras variedades, apreciado sobre todo en la gastronomía oriental.
    
Cómo distinguir un mango maduro utilizando los sentidos

Germán nos dio una clase práctica para aprender a reconocer un mango maduro.
 
Vista: Un mango en su punto no es aplanado sino más bien regordete, muestra puntitos en la superficie de la piel y una especie de "hombros" alrededor del pedúnculo donde se une a la planta.

Mangos maduros en el suelo, presumiblemente Tommy Atkins. Los mangos en el árbol presentan de manera natural una capa blanquecina (pruina), que a menudo no se observa en mangos ya procesados para que brillen en el puesto de venta. Ah, y se recogen con pedúnculo para evitar que el látex que desprenden estropee el fruto.

El color, sin embargo, no nos sirve para nada, salvo que seamos expertos o nos llevemos la chuleta al mercado, ya que cada variedad cambia de color en la madurez a su manera.

Tacto: debe ceder ligeramente al presionar con los dedos.

Olfato: desprende un claro aroma afrutado en la zona del pedúnculo.

Bueno, esto es todo de momento. Ya prácticamente ha comenzado la temporada del mango, y después de lo que he aprendido no será raro verme investigar las cajas en la sección de frutas, intentando encontrar la variedad y origen de los mangos. Aunque sea solo por curiosidad, porque me da a mi que lo mejor y lo más práctico será recurrir a los especialistas en estas frutas que las venden por Internet. 

Borja, de Huerta Tropical, nos enseñó las cajas que utiliza para enviar la fruta a sus clientes. Las frutas tropicales suelen ser muy delicadas, y algunas emiten tanto etileno al madurar que no solo se estropea su aspecto, sino ¡¡ hasta el de la caja de cartón !!. Por esta razón tiene más agujeros que las cajas del supermercado normales.



Otras entradas que te pueden interesar: