Mostrando entradas con la etiqueta Agricultura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Agricultura. Mostrar todas las entradas

miércoles, 30 de abril de 2014

TODO SOBRE NUESTROS AJOS




 Bonita foto de dientes de ajo morado. Tomada del Blog de los Hermanos Tribaldos como casi todas las que ilustran esta entrada.
 
Se acerca el calorcito y la época del gazpacho y demás sopas frías… No, no me he pasado a la bloguería gastronómica, simplemente voy a hablar del ajo, porque aunque no ocupe grandes titulares, estos días es noticia.

Parece ser que la Unión Europea ha decidido aumentar las importaciones de ajo desde China, país que domina el cotarro ajero mundial. Han saltado todas las alarmas y los productores asociados en la Mesa Nacional del Ajo ha comenzado la propaganda “no compres chino, compra producto español”. España es un importante productor de ajos: entre el quinto y sexto productor mundial y el primero en Europa. En Castilla la Mancha (Cuenca y Albacete) y Andalucía (Córdoba) su cultivo tiene gran importancia social y económica, por lo que es evidente que la importación de ajo chino, sensiblemente más barato que el español, nos hace pupa.

Imagen de la campaña de la Mesa Nacional del Ajo
Los seguidores del blog sabéis que yo también estoy a favor de comprar el producto local, sobre todo cuando en España tenemos una variedad y calidad asombrosa. Pero también me encanta investigar, y confieso que he estado bastante despistada con respecto al ajo. Imagino que las campañas han de ser sencillas para no confundir al personal, pero la realidad no suele presentarse en blanco y negro, buenos y malos. Así que vamos a ello.



El ajo y la cebolla, más en común de lo que parece.



Para ponernos en situación vamos a hablar primero un poco sobre la planta en sí. Aunque pueda parecer extraño, el ajo (Allium sativum) es un pariente muy cercano de la cebolla y tienen varias cosas en común.
  • Se cultivan por sus bulbos subterráneos que almacenan energía para la próxima temporada de crecimiento. La parte que nos comemos no son las raíces, ni siquiera los tallos, son hojas engrosadas donde la planta acumula sus reservas.
  • Esta reserva de energía no se almacena en forma de almidón, como hacen las patatas sino como polímeros de fructosa que funcionan químicamente de otra manera y explican el gran atractivo de la cebolla pochada o la facilidad del ajo para dorarse enseguida (lo siento, me ha vuelto a salir la vena gastronómica).
  • Ajos y cebollas poseen un olor sulfuroso y a menudo picante que disuade a los animales de ser comidos.Cuando la planta está entera no se nota, porque han desarrollado un ingenioso sistema en “kit”. Me explico: en la célula del ajo se guardan por separado la aliína, que es un aminoácido rico en azufre y la alinasa, que es una enzima (una molécula que acelera determinadas reacciones químicas). Cuando cortamos, machacamos o mordemos un ajo, estamos rompiendo las células y sus compartimentos, estos dos componentes se encuentran y, ¡zas!, se activa una reacción en cadena en la que se forma la alicina, compuesto volátil e inestable responsable de todas las virtudes y defectos que se le achacan al ajo.

Ajo contra los mosquitos y otras curiosidades
 
Lo mismo cuando Hipócrates dijo eso de “Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina” estaba pensando en esta humilde planta, a juzgar por la cantidad de beneficios para la salud que se le atribuyen, y que evidentemente no voy a contar. El caso es que se trata de una planta muy valorada y utilizada por las civilizaciones más antiguas.


¡Atención huerteros y jardineros!, también sirve para ahuyentar un montón de plagas y evitar enfermedades. En este vídeo de "La Huertina de Toni" podeis ver como se hace un preparado de ajo para combatir pulgones.

Como curiosidad y de cara al verano, según la web del Ajo Morado de las Pedroñeras se ha demostrado científicamente que a las personas que comen ajo no les pican los mosquitos, ya que tras comerlos somos capaces de fabricar una sustancia activa que repele a los mosquitos y transpiramos a través de la piel. Así que este verano, a ponernos tibios de ajoblanco, alioli y demás.


El cultivo del ajo

Lo que se aprovecha del cultivo es el bulbo subterráneo (la “cabeza de ajos” de toda la vida), formado por dientes unidos por su base y recubiertos por membranas – también llamadas túnicas – de color blanco o morado según la variedad. Cada cabeza puede tener de 6 a 12 dientes.

El ajo es una planta rústica que resiste bien el clima adverso. Soporta bastante bien el frío, de hecho necesita muchas horas de frío en invierno y cuando se cultiva en climas fríos produce un ajo de sabor más intenso. Tampoco lleva mal el calor y la insolación, de hecho, mayo y junio han de ser calurosos para que el ajo se pueda secar una vez regado.

Respecto al suelo, es más exigente. Le gustan los suelos fértiles y que drenen bien el agua, ya que es muy sensible a los encharcamientos. Le van muy bien a los terrenos en los que la temporada anterior se han cultivado cereales de invierno (trigo, cebada, etc.).

Los agricultores “siembran” el ajo en otoño o invierno, según el clima de la zona y la variedad de ajo utilizada. Ya lo decían los antiguos, “No pase enero sin que plante ajos el ajero”, y es que necesita frío para germinar.

Lo ideal es que el diente de ajo se coloque con el pico hacia arriba, ya que si se hace al revés el tallo tierno tendrá que gastar una parte importante de sus reservas en girar para alcanzar la luz. Todavía hoy algunos agricultores plantan a mano, aunque es una tarea muy laboriosa que se puede llevar entre 60 y 80 horas por hectárea. Hoy en día las sembradoras se han generalizado porque, aun siendo menos precisas que el hombre, hacen parecido trabajo de una manera mucho más rápida, fácil y barata.

Con esta sembradora se pueden sembrar tres hectáreas a la hora día. Nada que ver con tirarse agachado 80 horas para sembrar una hectárea a mano. 



El ajo se puede cultivar en secano, pero lo común es producirlo en regadío para que sea rentable. Normalmente se utiliza el riego por aspersión.


Como es un cultivo exigente en nutrientes se suele combinar la utilización de abonos orgánicos “madurados” e inorgánicos. Es importante aportarle azufre, para que pueda producir la alicina.



Para trabajar en el cultivo sin dañar las plantas ya crecidas, el tractor se “tiene que cambiar los zapatos”. Vamos, cambiar las ruedas anchas que vienen de serie para realizar trabajos de fuerza como arar, por unas estrechas para poder avanzar entre las líneas del cultivo.


La recolección se realiza en verano, según la variedad cultivada. Se espera a que la planta tenga la mayor parte de sus hojas secas y el suelo esté también suficientemente seco.
Fuente:

http://www.igpajomorado.es.


 
Una vez sacados del suelo por la recogedora, se mantendrán unos diez a quince días en el terreno para que pierdan humedad. La cabeza ha de protegerse del sol directo.

Una vez listos se realiza el cortado del ajo, labor completamente manual que consiste en cortar los tallos de los ajos a 3 cm  de la cabeza y eliminar las raíces. Es la labor que más mano de obra necesita. Una vez guardados en cajas, se llevan a la cooperativa, donde se preparan para su comercialización.


La madre del cordero, las variedades de ajo

Existen muchas variedades de ajo, con diferentes proporciones de compuestos de azufre que dan lugar a diferentes sabores y grados de picante. De ellas, las más importantes son: blanco, chino y morado.

Ajo blanco:
  • El más común a nivel mundial.
  • La cabeza es más bien grande, provista de 10 a 12 dientes recubiertos de túnica blanca. La cubierta exterior también es blanca.
  • Su sabor es medianamente picante.

Y pensar que hasta ayer creía yo que estos eran los ajos chinos…Fuente:www.fitoagricola.net

Ajo morado:
  • Común en España, especialmente en Castilla la Mancha.
  • Su cabeza es mediana, con 8 a 10 dientes de tamaño pequeño o mediano medio, con forma de media luna y carne de color blanco-amarillento.
  • Lo más importante, la cubierta por fuera es blanca pero las túnicas interiores son de un intenso color violeta o morado.
  • Tiene un gusto más picante y un sabor más intenso, hasta tres veces más que cualquier otro ajo, debido a su alto contenido en alicina.
  • Dentro del grupo de los ajos morados hay muchas variedades. Una de ellas es el famoso "Morado de Las Pedroñeras", que por sus especiales características posee el distintivo de calidad “Indicación Geográfica Protegida”. La mejor manera de asegurarte que compras los verdaderos es buscar el logo identificativo.




Ajo morado: blanco por fuera y claramente morado por dentro.
Fuente:  http://www.igpajomorado.es.

Ajo chino:
  • También llamado Ajo spring, es realmente una variedad del ajo blanco.
  • Su cabeza es grande y achatada y de de color blanco con estrías moradas en el exterior. Tiene de 10 a 12 dientes, rectos y cubiertos por una túnica de un color rosáceo poco intenso.
  • Es el menos picante de los tres, por su menor contenido en alicina. Su calidad en general es menor y aguanta peor el almacenado.
  •  No solo se produce en China, de donde es originario. De hecho, desde que se introdujo en España ha ido desplazando a las otras variedades. Esto se debe a que es mucho más productivo que los otros dos y más resistente a enfermedades. Además las labores de cultivo son más sencillas y no coinciden con las de los otros ajos. Se recogen a principios de junio, de ahí el nombre de “spring”.
He aquí al "intruso":  Cubierta blanca pero con vetas moradas. Interior morado pero no intenso. Y pensar que por tener color rosita ya creía que estos eran los buenos…¡¡ que atrevida es la ignorancia ¡!!.

lunes, 24 de marzo de 2014

ELECTRICIDAD PARA REGAR EL CAMPO


Otro colectivo más que se echa a la calle a protestar. Menuda novedad en los tiempos que corren, a todos nos afecta la subida de la luz…Pero, como autora de un blog sobre agricultura y agricultores que soy, os debo una explicación. 



Maneras de regar



Antes que nada vamos a empezar por los conceptos básicos. Muchos recordareis del colegio que existe la agricultura de secano y la de regadío. Esta requiere gran cantidad de agua pero permite obtener cosechas mucho mayores que las de secano. Lo mismo hasta conoces, a poco que tengas plantas en el jardín o la terraza,  las distintas maneras de proporcionar a las plantas el agua que necesitan: a manta, por aspersión, por goteo.



¿ Sabías que una hectárea de regadío produce unas cinco veces y media lo que una hectárea de secano?



Un huerto regado por inundación o por gravedad. El agua se reparte entre los regantes y discurre por acequias y canales. Cada agricultor distribuye el agua que llega a sus bancales abriendo y cerrando caballones solo con la ayuda de un azadón y mucha experiencia. Fuente: http://www.huertosalboraia.es/


En el riego por superficie, el agua se deja discurrir por la superficie cultivada y, conforme avanza, moja el terreno. Se puede inundar toda la superficie de la parcela como ocurre en los arrozales o conducir el agua a través de canales como se ha hecho en las huertas tradicionalmente. Este tipo de riego requiere de mucha cantidad de agua, que se pierde en parte por evaporación, y una buena dosis de experiencia para manejarlo bien.


También se denomina riego por gravedad, ya que el agua se irá desplazando por la parcela movida únicamente por la fuerza de la gravedad. Es un tipo de riego que apenas requiere infraestructuras, pero ofrece poco control sobre el uso del agua.


El riego por aspersión imita la lluvia y crea un ambiente húmedo alrededor de las plantas, algo necesario en determinados cultivos. Para funcionar necesita de un sistema de bombeo y una red de tuberías, controlado todo desde una estación de riego dirigida por ordenador. Este tipo de riego gasta menos agua que el anterior, aunque se pierde bastante por el viento y la evaporación.

Estos sistemas de riego suponen una gran inversión económica, tanto para instalar, y mantener las infraestructuras, como para hacerlas funcionar,  ya que conducir el agua a presión para imitar el efecto lluvia a lo largo y ancho de grandes parcelas supone un gasto energético considerable.

A lo mejor te suena esta imagen si eres de los que se fijan en los paisajes al viajar. Se trata de un pívot. Un sistema de riego por aspersión que puede moverse por el cultivo. Este en concreto está regando plantas de algodón. Fuente: ARS.



 El riego por goteo proporciona el agua a la planta gota a gota, en la cantidad necesaria y justo cuando lo necesita. Comparte infraestructuras con el sistema anterior pero tiene un menor consumo de energía.  El agua circula por una red de tuberías de distintos materiales y calibre hasta llegar a los goteros, que vierten el agua directamente en cada una de las plantas. Solo hace falta aplicar presión para que le llegue a todas las plantas la misma cantidad de agua, estén cerca o lejos del pozo y la bomba.




Aquí se ve una tubería de riego por goteo. Unos pequeños orificios liberan el agua, así solo se moja la zona cercana a la raíz de la planta. Esto permite un importante ahorro de agua. Fuente: Adelardo Rodrigo / Editorial Agrícola.

Ahorrar a toda costa



Cada vez somos más conscientes de que el agua es un recurso imprescindible para producir alimentos y que hay que utilizarla racionalmente. Por esta razón, los ingenieros han desarrollado nuevos materiales, programas informáticos para gestionar el riego por ordenador o incluso el móvil, y la aplicación de sistemas de teledetección tanto para estimar las dosis de riego idóneas para cada cultivo y zona climática como para conocer la necesidad de agua en tiempo real de los cultivos existentes.



¿Sabías que el nivel tecnológico de los regadíos españoles está a la cabeza del mundo?



Esta imagen está basada en datos meteorológicos junto con los obtenidos a partir de teledetección desde satélites o aviones. Las zonas en azul corresponden a los cultivos con gran humedad, en amarillo las que necesitan riego y en naranja el suelo seco y desnudo. Fuente: ARS

Las instituciones, también conscientes de la necesidad de ahorrar agua, impulsaron a principios de la pasada década el Plan Nacional de Regadíos. Su objetivo era tanto aumentar  la superficie destinada al riego como sustituir el riego por inundación – que consume mucha agua pero apenas energía – por modernos sistemas de presión (aspersión y goteo), capaces de ahorrar mucha agua pero que suponen un mayor coste, tanto en infraestructuras como en energía.



De esta manera, poco a poco ha ido aumentando la cantidad de superficie regada, y con ella el consumo de energía, necesaria  para captar el agua de los pozos mediante bombas y para proporcionarle la presión necesaria para que llegue hasta el último rincón de la parcela de riego.



 
Olivar en riego por goteo. Gracias a cultivos como el olivar, España está en los primeros lugares del mundo en riego por goteo. Fuente: Editorial Agrícola.


Evidentemente esta electricidad hay que pagarla, al igual que lo hacen las fábricas y los ciudadanos. Y todos sabemos cómo ha ido subiendo el recibo de la luz; hoy día de media, el 40 % del dinero que paga el  agricultor por regar, va directamente a la factura de la luz. Así que, motivos medioambientales aparte, un agricultor de regadío tiene que ser eficiente, tanto al utilizar el agua como la energía. Y  aun así, puede que su negocio no esté asegurado.


¿Sabías que los regadíos son los primeros consumidores de agua del país, con el 68 % del consumo total, y los segundos demandantes nacionales de energía, sólo por detrás de ADIF?.



Regantes ahogados por el tarifazo eléctrico



Este sistema tarifario actual paradójicamente perjudica a los regantes que han hecho un mayor esfuerzo en modernizarse sobredimensionando sus instalaciones y la potencia de las bombas. Se preveía que los nuevos regadíos sí iban a necesitar más energía para funcionar bien, pero no contaban con que el precio de la energía eléctrica escalara de la manera que lo ha hecho



A nivel doméstico y para hacernos una idea, es como gastarse un pastón (planes renove incluidos) en bombillas led, electrodomésticos de clase A++ , calefacción eléctrica con acumuladores de calor y demás inventos para ahorrar energía y tener un hogar más “verde”. Considerando la infinidad de artilugios eléctricos que tenemos en casa, aún gastando poco, si sube el término fijo de la luz habrá que pagar más si o si. El reconocimiento para los que ahorran energía ni se ve, ni se espera.



Estas subidas van a suponer a los regantes un sobrecoste anual de 37 millones, y un freno bestial a la modernización de regadíos. Con las actuales tarifas, a ver quién es capaz de amortizar la pedazo de inversión que supone montar un regadío con las últimas tecnologías. En algunos casos puede incluso arruinar las explotaciones, ya que muchas zonas regables modernizadas resultan a día de hoy inviables económicamente, o incluso forzar el  cambio a cultivos de secano. El sobrecoste afecta fundamentalmente a los cultivos de interior de cereales (principalmente maíz) y oleaginosas, más dependientes de las ayudas de la PAC.



Estas subidas, que ahogan al sector agrícola en regadío, son la razón por la que se manifiestan los regantes. Proponen dos alternativas que me parecen bastante lógicas.



En primer lugar, pagar por la potencia realmente consumida y no por la contratada, algo  lógico y exigible para un ciudadano de a pie.  Volvamos a la casa “super verde”, que resulta que es sólo de veraneo:  después de la inversión hecha en bombillas led, dan ganas de tenerlas toda la noche encendidas porque “ya que he pagado X pues gasto X”. Un agricultor no tiene esa opción: a lo largo del año necesita dos tipos de potencia…mucha de abril a octubre, cuando se riega y poca el resto del año para el mantenimiento de los equipos. No va a tener funcionando el riego todo el año solo porque lo haya pagado. Y la idea de cambiar a cultivos que se rieguen todo el año, resulta más que inviable porque España no es un país tropical.



En segundo lugar solicitan una reducción del IVA. Si ya nos duele a cualquiera de nosotros, que vivimos en una sociedad dependiente de la electricidad, un IVA del 21%, que un agricultor tenga que asumir ese mismo impuesto cantidad solo para mover el agua destinada a producir alimentos, resulta cuanto menos, chocante.


Canal de riego. El regadío es fundamental en el sistema agroalimentario español, ya que aporta más del 50 % de la producción final agraria ocupando solamente el 13 % de la superficie agrícola útil. Típicos cultivos de regadío en España son el maíz, la remolacha azucarera y las hortícolas. En algunas zonas también se riegan el olivar y la vid.  Fuente:  Editorial Agrícola.




Actualización (9/10/2014). ¡Buenas noticias!:  El Gobierno introducirá en la reforma fiscal una exención del 85 % del impuesto especial de la electricidad para los regantes y una rebaja de módulos para compensarles por el incremento de los costes energéticos de 2013. Fuente: EFE agro

(22/05/2019).¡ Más buenas noticias !. Hace tiempo el gobierno aprobó un real decreto que daba vía libre a las dos tarifas de consumo eléctrico adaptadas a la actividad agrícola, aunque apenas se han empezado a aplicar. Para los que optaron por independencia que ofrecen las energías renovables, la derogación del "impuesto al sol" ha supuesto un verdadero alivio.



Otras entradas que te podrían interesar:

En esta entrada de ABECEAGRARIO: REGADÍO explico con muchas fotos las distintas maneras de regar algunos cultivos agrícolas.

Regar a manta utilizando caballones tiene más ciencia de la que parece. Si no te lo crees, léete esta entrada: ABECEAGRARIO: CABALLÓN

En SI NO LLUEVE EN FEBRERO, NI BUEN PRADO NI BUEN CENTENO hablo del concepto de "huella hídrica" algo a tener muy en cuenta en los tiempos que corren.